Ciclistas
Tom Dumoulin: ¿Qué debe pensar del Giro de Sunweb?
El Giro de Sunweb ha sido la guinda a campaña tan inesperada como brillante
Hace más de un año que Tom Dumoulin dirigió su camino al Jumbo tras romper con Sunweb, el equipo con el que llegó a ganar un Giro de Italia.
De eso hacía, entonces, dos años que se llenaron de disputas y malos rollos, porque las primeras promesas de Sunweb tras imponerse en el Giro, de reforzar el equipo, nunca llegaron a ser una realidad y el astro neerlandés acabó hastiado y rumbo al mejor equipo de su país.
Hoy, el Sunweb es otro equipo diferente al que dejó Dumoulin, muy diferente, es un equipo protagonista e incluso ganador, un equipo que maravilla con la cantidad de talento que saca a la palestra y enamora por que plantea las carreras desde adelante, nunca a remolque de otros.
A finales del año pasado, aquí mismo decíamos una cosa muy diferente.
Mientras Tom Dumoulin se congelaba camino de la cima de Formigal, Sunweb se aseguraba una foto histórica, dos de los suyos en el podio del Giro frente al Duomo de Milán.
Una foto que pone colofón al año de locura que ha vivido el equipo cuya principal estrella dejó atrás hace menos de un año.
En el Sunweb admiten que están contentos con el Giro que les ha salido, les ha quedado bonito y lucido, siendo el equipo de todas las miradas en la semana final de la carrera, una vez la limpia de favoritos había surtido efectos.
Sin embargo a nadie se le oculta que hacer segundo y tercero en una carrera como ésta, de la importancia histórica del Giro, no puede dejarte indiferente o al menos sin cuestionarte qué podías haber hecho mejor.
A toro pasado es sencillo opinar, y aquí más, pues si en Pincavallo el volador Hindley no hubiera sido el estilete para Kelderman, quién sabe si Tao le hubiera aguantado la rueda hasta meta.
Lo de Wilco Kelderman es otro episodio más de estrella neerlandesa muy prometedora que queda en lo que pudo ser
Conseguir pisar el podio del Giro tiene mérito, pero la cosa, ya incluso antes de vestir el rosa, se vio que le quedaba grande a una ciclista que si una cosa ha tenido son ocasiones de brillar y liderar estructuras.
Desde sus ancestrales abandonos cuando le tocaba trabajar para otro, a las veces que tuvo en la mano el liderado del equipo y no dio la talla.
En el Stelvio, el propio Kelderman se preguntó el motivo por que Hindley no le esperó, cuando en la misma recta de Piancavallo el ataque que Kelmderman le propicia a Tao en el tramo final fue la misma evidencia que el australiano era mejor baza por donde se mirara.
Otra cosa es lo que sucedió en el Stelvio y Sestriere entre Hindley y Tao, y es que en ciclismo las apariencias engañan, y mucho.
La soltura que apreciamos en el aussie nunca se trasladó a al carretera, Hindley pudo ganar en Cancano a Tao, pero en Sestriere, fue incapaz de sacar los segundos que le hubieran dado chance en la crono.
Visto ahora, tirando una semana para atrás, claro que Sunweb cambiaría cosas del tramo final del Giro, pero ¿quién esperaba este rendimiento de su puntal australiano?
Decir que el Giro 2020 es el Giro de Tao sería incompleto sin reconocerle mérito a Hindley, joven y pizpireto sobre la bicicleta, otro nombre para esa madeja de campeones que no para de crecer y que en 2021 tendrá que poner a cada uno en su sitio.
Romain Bardet
Lieja: Romain Bardet sobrevive a los tiempos y los monstruos
La segunda plaza en Lieja nos recuerda el excelente ciclista que es Romain Bardet
En este mal anillado cuaderno cada éxito o buen resultado, como la plaza de plata en la Lieja, de Romain Bardet, se celebra.
Siempre.
Ayer, mientras Pogacar, muy cansado en meta, celebraba los primeros instantes de su segundo victoria en la decana, la televisión pinchó un momento a Romain Bardet, quien miró a la cámara, sonrió y agitó el puño derecho, creo.
Fue un gesto natural, sin aspavientos ni nada similar, estaba celebrando una segunda plaza, pero que segunda plaza
Co esa segunda plaza, el primero de los «humanos» podríamos decir, Romain Bardet recordaba en Lieja que su ciclismo de sentimiento y sensaciones sigue vivo y vigente, no sin dificultades, pero vivo al fin
Era un nuevo top ten para Romain Bardet en la capital valona.
Como es de esperar sus mejores resultados clasicómanos se producen en Lieja y Lombardia, pero en especial en la primera, en la que Romain Bardet ya ha sido dos veces podio.
No ha ganado nunca un monumento, pero ha estado ahí, no lejos de los mejores.
Pero si hasta fue subcampeón en el mundial que corona a Alejandro Valverde.
Porque Romain Bardet lleva años en el negocio, hace diez fue cuando explotó en el Tour, el de Nibali, y toda Francia se emocionó con lo que podría llegar hacer.
Pisó dos veces el podio, pero nunca hizo de menos el resto del calendario, ni siquiera en sus años de prime con la Grand Boucle, y así ha granjeado un palmarés pequeño, sólo 10 victorias, pero muy potente en calidad y aprecio de la gente, pues se le quiere, esa es la verdad.
Cuando el año pasado Remco Evenepoel el ganó la etapa de Pirineos en la Vuelta, todos asintieron ante la entrega y honestidad de este ciclista que admite que las cosas han cambiado mucho para su gusto, pero que tuvo arrestos para salir del grupo que Pogacar acababa de destrozar y firmar una posición de plata que tiene un mérito brutal.
Cuando tengáis dudas de a dónde va este deporte, cuando veais cosas que no os emocionan, hay tirar de los clásicos, tirad de Romain Bardet.
Imagen: A.S.O./Gaëtan Flamme
Ciclistas
Lieja: ¿Qué es Tadej Pogacar?
El dominio de Pogacar en Lieja le sitúa como uno de los mejores clasicómanos de siempre
Cruza la meta solo, tras una cabalgada de 30,40, 50 u 80 kilómetros ¿qué más da? Lo de Lieja es otra muesca en la cuenta de Tadej Pogacar.
Sin Evenepoel, sin Roglic, la gran rivalidad se enfocaba esta vez con Mathieu Van der Poel, pero, ahora mismo, al neerlandés le falta un hervor en estas carreras.
Y ojo que, con este razonamiento, no le descarto para las futuras ediciones de la decana ni de Lombardía, los dos monumentos que faltan en su cuenta
Este domingo Tadej Pogacar ha sumado en Lieja su victoria nº 70.
Tiene 25 años y su palmarés habla por él.
Es un bagaje en el que no caben medianías, un recorrido que para muchos arrancó en la Vuelta que acaba en el podio, para otros, el Tour que le remonta a Roglic, y quizá, para unos pocos, en aquel Algarve que gana recién accedido al profesionalismo.
Si miramos su lista de éxitos, el desconcierto nos invade.
¿Qué es Tadej Pogacar?
¿Un clasicómano con proyección en vueltas? o ¿Un vueltómano que gana clásicas?
Yo no lo sabría decir, es las dos cosas al mismo tiempo, el ciclista total, el especialista en todo, un sueño ciclista y estadístico hecho realidad.
Con su segunda victoria en Lieja, Pogacar pone otra pieza en su recorrido hacia la leyenda.
Sus victorias combinan belleza, riesgo y efectividad a partes iguales, pero todas barnizadas de emoción y empatía, pero con esta lista de victorias yo ya empiezo a pensar que éste es un clasicómano que ha hecho fortuna en la vueltas por etapas.
Tadej Pogacar ha igualado a Mathieu Van der Poel en el top de los monumentos.
Con lo complicado que resulta ganar uno, ambos acumulan seis, en un tiempo en el que cada victoria en estas carreras se cotiza carísima.
Sólo recordar cuántos ganó, por ejemplo, Peter Sagan.
Imagen: A.S.O./Gaëtan Flamme
Ciclistas
La última marcianada de Van der Poel podría estar en Lieja
No descarto que Van der Poel gane un día en Lieja, pero este domingo lo veo imposible
Es obvio, y a las experiencias ultimas me remito, que cualquier quiniela de Lieja tiene mucho de Pogacar, algo de Van de Poel y un poco del resto.
El ciclismo se ha convertido en esto, en un raro equilibrio roto y condicionado por si uno, dos o tres de los Big 6 toma parte, y no lo digo yo, lo admiten abiertamente ciclistas experimentados y con años en el negocio, tipo a algunos que han pasado por el podcast, desde Luisle a Ion Izagirre, pasando por Verona y Andrei Amador, sin olvidar las sensaciones que Purito nos transmitió el año pasado, en vísperas del Tour de Francia.
La Lieja-Bastonge-Lieja de 2024 pinta a duelo en la cumbre entre los dos mejores ciclistas del año y yo diría que de los últimos años.
Ahora bien, a nadie se le escapa que la balanza en este pronóstico está escorada hacia Tadej Pogacar.
Mano a mano, la Lieja-Bastogne-Lieja ofrece la dureza suficiente y encadenada como para que el esloveno gane con cierta holgura, e incluso trate de empequeñecer las dos últimas exhibiciones que Remco Evenepoel ha logrado en este escenario.
Sin embargo, con Mathieu Van der Poel siempre nos queda el «y si…» y Lieja no escapa de esta lógica.
El neerlandés ha engrosado su saco de esos monumentos que mejor domina a la espera de mirar a los dos que seguro un día va a querer tentar.
Esto de Lieja es una primera aproximación para Mathieu Van der Poel, quien por otro lado conoce la carrera y ya la ha finalizado no lejos del podio.
Lejos de contentarse con el botín obtenido en las piedras, afina la puntería hacia la primera de las dos clásicas que le faltan para ser pedazo gordo de la historia, habiendo logrado los cinco monumentos.
El campeón del mundo puede moldear y acoplar su camino hacia Lieja y Lombardía, claro que sí, es más seguro que lo hará, pues en su ADN, además de un poderío brutal figura esa querencia por la historia del ciclismo.
No creo, repito, no creo que pueda contrarrestar un Pogacar desmelenado, pero ojo lo que va aprendiendo y la aproximación que hace para el futuro.
El domingo hizo un «entreno» de calidad en la Amstel, carrera menos dura, pero que ya ha ganado, y su punto de forma, lo vimos en Roubaix, es yo creo el mejor de siempre.
Se espera frío y lluvia en Lieja, no sé yo si al final del día veremos el arcoíris en la capital valona.
Ciclistas
Juanpe López, el ciclista que te pone nervioso
Esto de Juanpe López es un paso de gigante, no sólo es una etapa, es todo un Tour de los Alpes
Juanpe López es un ciclista especial, por decirlo de alguna manera.
No me lo toméis a mal, es cercano, sensible y transparente, tanto que a veces poner hasta nervioso.
Pero ello no le quita un ápice de atractivo y alegría a lo que ha conseguido esta semana, ganar una etapa, su primer triunfo, y la general del Tour de los Alpes, lo que era el Giro del Trentino, o lo que es lo mismo, un anticipo de lo que espera en el Giro de Italia.
Juanpe López ha abierto la cuenta en la semana del frío y el mal tiempo en media Europa.
El mismo día que el pelotón tiritaba en la Flecha Valona, él encontró el éxito en la nevera que era el Tour de los Alpes con un ataque de media distancia y la certeza de que si apretaba hasta el final incluso la general podía estar en su radar.
No se equivocó.
Por el camino al triunfo le tocó lidiar con Bardet, O´Connor, Tiberi, Poels y cia en una etapa, la de ayer, en la que le pusieron al límite en más de una ocasión poniendo de relieve una de sus grandes virtudes, llevar el sufrimiento hasta un poco más allá.
Como cuando fue líder del Giro, es increíble lo que se agarra a la carrera, de una manera incondicional como a pocos se les ve.
Nuevo en estas lides sacó otra de sus características, los nervios.
Vivir al lado de Juanpe López tiene pinta de ser emocionante, tomándose las cosas como demuestra tomárselas.
Todo esto lo deduzco por su forma de actuar en muchos pasajes de la carrera, un poco a medias entre Evenepoel, Alaphilippe y el gran Thomas Voeckler.
Qué manera de gesticular, que forma de engancharse con todos y cada uno de los integrantes de cada corte que se ha ido formado.
Según piensa, se mueve y actúa, nada más comanda los grupos, pide el relevo, nada más pierde alguna plaza, deja recados por el camino.
Soy yo o Juanpe es muy "turras" con tantos gestos??? #TotA
— JoanSeguidor (@JoanSeguidor) April 18, 2024
Ya sé que no nos hemos visto en esas circunstancias, que no somos ciclistas profesionales, pero a veces resulta hasta un poco excesivo.
Pero, como os decía al principio, no me lo toméis a mal, esto es un gran paso, un salto de calidad, no es ganar una etapa, es una general y eso, en este ciclismo, tiene mucho valor.
Ahora, el Giro.
Imagen: Lidl Trek
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