Opinión ciclista
La letra pequeña del «aterrizaje ciclista» de Fernando Alonso
En situaciones excepcionales nos agarramos a noticias excepcionales e inverosímiles y la situación del ciclismo español es, sigue siendo, de auténtica excepción. A quienes no se imaginaban un World Tour con solo un equipo español –un servidor se había hecho a la idea-, les ha llegado una noticia de esas que se marcan a fuego. Este dos de septiembre, el día de regreso para muchos de sus vacaciones, un soplo de aire fresco ha entrado en el ciclismo español, al parecer hay acuerdo para que Fernando Alonso, no sabemos si en rol de prescriptor o dueño, entre a formar parte de la estructura de Euskaltel.
Siempre he pensado que en ciclismo somos muy tiquismiquis y que muchas veces cuando vemos a alguien ajeno y mediático metido en nuestro tinglado nos medio horrorizamos. Recuerdo aquí en Barcelona, el año que el Fútbol Club Barcelona entró en el mundo del ciclismo. Fruto de esa entrada, la tradicional clásica reivindicando la seguridad del ciclista, la Barcelona-Sitges, emplazó su salida desde el Camp Nou, el feudo de los culés. Incluso hoy sigue saliendo desde allí. Encabezó la primera edición que partió desde el estadio, el entonces presidente Joan Laporta, aquello valió a la prueba una portada en casi todos los diarios al día siguiente, eso sí con el mandatario luciendo una escandalosa barriga bajo su maillot blaugrana. Hubo controversia, y se puede interpretar de oportunista en ese momento, de hecho lo fue, pero sin embargo una prueba que ponía en solfa la seguridad del ciclista estaba en portadas y eso, en clave resultadista, fue bueno.
Por eso valoramos positivamente, de inicio, el acceso de Fernando Alonso al circo de lo ciclista. Por eso y porque además el piloto de Fórmula uno ha ido dejando píldoras y fotografías de su buen punto físico gracias a la bicicleta y de su afinidad con este deporte dada su relación con estrellas del mismo, la más obvia la de Samuel Sánchez, y el seguimiento que hace de la temporada. Le recuerdo en la salida del Tour de 2009 con Alberto Contador y en el podio del Giro del año siguiente acompañando a la maglia ros David Arroyo. Su llegada es buena, y corrobora lo que ayer mismo comentábamos sobre la cantidad de buenos ciclistas que se pueden perder en España si no hay pasta que entre.
Sin embargo la euforia del momento no nos eclipsa interrogantes sobre cómo se ha gestado esta negociación y cuál es el futuro que le aguarda a la estructura. Por ejemplo nos asalta la duda sobre esta forma de hacer tan propia del ciclismo moderno en España donde todo se cierra en el descuento. El año pasado el organizador de la Vuelta al País Vasco dijo que no habría carrera y al final se salvó. Antes del Tour Perico confirmó que no lo comentaría y al final lo hizo. En los prolegómenos se anunció el final de Euskaltel y la carta de libertad a sus ciclistas y al final se salva la estructura. Es todo como muy caótico, muy a golpe de riñón. Como si ese ciclismo de raza, de rompe y rasga, de furia que siempre marcó lo español, se trasladara ahora a la gestión.
Luego está el baile de comunicados y rumores. Ayer se hablaba de que Sadadell-Atlántico podría salvar Euskaltel, curiosamente hablamos de la estructura que ya salvó Vuelta al País Vasco y Clásica de San Sebastián. Luego está lo que diga Miguel Madariaga y en qué papel quede la Fundación Euskadi. Todo en definitiva transmite caos, luchas intestinas y nada claro para el aficionado que es quien al final responde. Por otro lado, en honor a la verdad, esto siempre ha sido así.
Paralelamente estamos asentándonos en una curiosa cultura del mecenazgo. La llamaría incluso “cultura del mecenazgo 2.0”. Hemos pasado de entender que el dinero público se acabó a engendrar estructuras que se deciden por los personalismos. No olvidemos que el Team Movistar, que ahora es un tiro de marketing, surgió por el convencimiento y afición al ciclismo de una persona, Luis Abril, quien por cierto ya no está en la empresa. Ahora el proyecto de Euskaltel se mantiene por la persona de Fernando Alonso. ¿Dónde han quedado los valores que el ciclismo pone encima de la mesa para convencer a un departamento de marketing? Al final todo parece hecho por llamadas, gestiones subalternas y simpatías. Todo muy español en definitiva.
Veremos qué suerte corre el proyecto, qué patrocinios lo apuntalan, qué futuro se le da a los chavales de Fundación Euskadi, qué ubicación se escoge para el equipo y tantas y tantas incógnitas que ahora mismo la euforia del anuncio no nos deja ver.
Opinión ciclista
Grandes vueltas: ¿Quién es el mejor de la historia?
También en grandes vueltas, nadie se puede medir a Eddy Merckx
Las grandes vueltas son al ciclismo lo que los contrafuertes a una catedral.
Podrán gustar más o menos que las grandes clásicas, ciclismo de un sorbo, cargado como un buen café, pero en las tres semanas de un Tour o Giro o Vuelta salen a flote las miserias y excelencias de los ciclistas.
Nosotros somos más de clásicas, ciertamente, pero el fuego lento también le sienta bien a este deporte.
Hemos visto este listado, este top ten en Facebook y no nos hemos podido resistir a opinar, un poquito sólo, sobre los grandes de siempre en esta historia de tres semanas y mil aventuras.
Y vemos que el primero, como en casi todo, porque superarle se antoja imposible en un largo tiempo es Eddy Merckx, el corredor que resume su carrera diciendo que lo ganó todo, todo lo importante, salvo la París-Tours.
Eddy Merckx instauró una especie de yugo sobre el ciclismo que conoció que no tuvo muchos más nombres salvo el suyo desde finales de los sesenta a mediatos de los setenta.
El control de Merckx fue tal que en esa lista sólo sale un contemporáneo suyo, el escurridizo Felice Gimondi, protagonista en aquella jornada de Pra-Loup que cantó el ocaso del belga.
Gimondi fue, como Alberto Contador, un ciclista que explotó pronto.
Pero se le cruzó Merckx, como a otros tantos.
A Alberto Contador se le cruzó Chris Froome, a quien pudo ganar netamente una vez, en la Vuelta del 2014.
Alberto Contador en este listado podría haber estado más arriba.
Pero…
Sin embargo, no se puede obviar ese legado de siete grandes vueltas, siendo además uno de los pocos con las tres.
La lista también contempla a Miguel Indurain: si esto fuera un medallero olímpico, el Tour sería la medalla de oro y eso le pone a la estela de los más grandes.
Es curioso porque el desempate de Merckx e Hinault lo provoca la Vuelta que el belga ganó.
El tejón sigue siendo, más de treinta años después, el último campeón de la vieja escuela, aunque Tadej Pogacar se ha empeñado en seguirle, con cantidad y calidad de éxitos.
Ambos son ciclistas que atacan de amarillo, rosa o lo que fuera, que amasan triunfos de etapa, que abren distancias de diez minutos sobre los rivales.
Miguel Indurain fue otra cosa, como Jacques Anquetil, un poder contenido, medido en la habilidad contra el reloj.
Luego están los italianos, auténticos pioneros.
Belle époque, inaugurada por Alfredo Binda, ciclista que recibía primas por no tomar parte en las carreras y abrir el pronóstico.
Fausto Coppi y Gino Bartali, cuya rivalidad despierta aún emociones.
¿El mejor de la historia?
Cada uno tuvo lo suyo: su tiempo, sus rivales, sus recorridos.
Medirlos en igualdad es imposible.
Si por algo hemos de fiarnos, más allá de los sentimientos que despertaron esos triunfos, es de la estadística.
Y ésta es inapelable: Eddy Merckx
Opinión ciclista
Tour: Estas etapas matan el ciclismo
La primera de las etapas en Francia ha sido un lastre para el Tour
En un ciclismo, en una sociedad de paciencia menguante, como leo a Ander Izagirre, etapas como la primera del Tour en Francia son un tiro en el pie de este deporte.
Llego ahora a casa y leo que os estáis aburrrrriendo con la etapa tostón del Tour. Aquí tenéis algunas decisiones brutas y cómicas que tomaban los organizadores de Giro, Tour y Vuelta contra el aburrrrrimiento. pic.twitter.com/HDRvFMGrRr
— Ander Izagirre (@anderiza) July 4, 2023
No hablamos del deportista, ni de su necesidad de tomarse un respiro en una jornada que conecta la salida vasca con los Pirineos, que puede ser tomada con más o menos calma, hablamos de imagen, de la percepción, de la sensación que, o eres un enfermo de esto, o es imposible tragarse semejante bodrio.
¿Lo mejor?
La retransmisión, como casi siempre, aunque para conocer las Landas, quizá mejor los documentales de La 2.
La imagen de recreo y asueto generalizados esta jornada de julio fue el mejor tarjetón de invitación a la siesta.
Ya veis, el mito de la siesta y el ciclismo, con la voz de Perico o Javier Ares de fondo, en el calor de julio, las jornadas intensivas en el trabajo.
El ciclismo no puede permitirse etapas así, el Tour, tampoco.
Es la etapa cuatro del Tour de Francia 2023, no estamos en ruta hacia los Campos Elíseos, de homenaje al ganador, ni tampoco en el día después de una gran batalla.
Las fuerzas están frescas y las etapas buscan ganadores y protagonistas en su desarrollo.
El hecho que lamentaba Antonio Alix, sobre los belgas atacando al unísono, como en una broma pactada con la moto de Philippe Gilbert, define un paisaje triste, indigno de la mejor carrera del mundo.
El comentario de Contador, sobre cómo suben los clicks de su marca de bicicletas cada vez que uno de los suyos va en fuga debería ser de conocimiento generalizado en el pelotón, a sabiendas que hay mucha gente mirándoles, pero también equipos de marketing calculando cada segundo que su marca tiene exposición en la televisión.
Jasper Philipsen repitió triunfo en una de las peores etapas que recuerdo del Tour, y eso que hay unas cuantas, pues fumadas suceden cada año, puntuales a la cita.
El ciclismo no se puede permitir días así, los ciclistas por intocables que crean, tampoco.
Seguro que vendrán grandes días de ciclismo, pero si a la larga estos trayectos decantan la balanza sucederá que igual no habrá dinero para todos.
Imagen: A.S.O./Charly Lopez
Noticias de ciclismo
Qué poco sabemos sobre el Tramadol
Ahora mismo sólo el ciclismo ha prohibido el Tramadol
Cierto es que no es dopaje, no al menos sobre el papel y en la norma, pero a mí que me lo expliquen ¿qué cojones pasa con el tramadol?
En otras palabras, no se puede dejar de golpe https://t.co/34sQQ5uT7n
— JoanSeguidor (@JoanSeguidor) December 10, 2022
Su nombre corre por los mentideros hace tiempo, no da beneficio alguno en el rendimiento, sobre el papel, pero pitar con esto, o similar, te puede valer la ruina.
En ciclismo ya está prohibido, en otros deportes habrá que esperar, como si se necesitara un tiempo de transición para dejarlo estar.
La sensación, si no fuera porque la hemos visto mil veces en el deporte, sería fea, extraña, casi nauseabunda.
La cosa es sencilla, es matar la sensibilidad del deportista para que éste se centre en el rendimiento sin que nada moleste, si quiera eso tan humano que es el dolor por el esfuerzo fuera norma que esta gente practica.
Ver su gestión denota que hay que poner tanta gente, tan diversa, de acuerdo que parece hasta siniestro que a nadie se le hubiera ocurrido antes.
Otra muesca más en quienes dicen mirar por la salud del deportista
Pillaron en Catar, en puertas del mundial de fútbol a un tipo con 2000 pastillas de Tramadol, como aquel auxiliar de Festina cargado de mierda que cazaron en la frontera entre Bélgica y Francia camino de la salida del Tour en Dublín.
No sé si adujo «consumo privado» en su defensa.
En aquel caso, ya sabemos lo que pasó, en este caso es un argumento más para quienes abogan por el tramadol fuera del deporte, no sólo del ciclismo.
Como me decían en twitter este finde ¿qué no sabrá la WADA sobre el tramadol para hacer esto?
Y lo más tétrico: ¿Qué se habría evitado de haberle puesto coto antes?
El Tramadol no es dopaje, insisten, y escribo constantemente aquí, pero todo lo que toca lo pudre y estigmatiza.
Se utilizó como arma arrojadiza para los irresponsables que iban a saco en algunas llegadas, sin miedo ni complejos, y ahora pesa como una losa sobre una de las grandes estrellas del pelotón, el amigo Nairo, que sigue sin equipo, oficialmente reconocido a puertas de Navidad.
Lo lamentable de todo esto es que, como muchas veces digo, es que estamos ante la punta del iceberg… ¿cuánta parte del cuento nos estamos perdiendo?
Opinión ciclista
Luis Enrique y la mal llamada prensa deportiva
Lo que está sucediendo con Luis Enrique es el termómetro de la prensa que se llama deportiva
Este es un tema que cuando empecé este mal anillado cuaderno solía tratar, pero con el tiempo dejé de lado, por ser imposible sacar nada bueno. Hablo de eso que llaman prensa deportiva.
Admito que me gusta el mundial de fútbol, me gusta mucho, desde siempre, su historia, las leyendas, las sedes… es una mística que sólo los Juegos Olímpicos y ciertas carreras ciclistas, diferentes cada año, según resulten, pueden igualar.
Antes del evento en Qatar, ya sabíamos que el ambiente alrededor de la selección española iba a estar condicionado por la figura del seleccionador, un gran aficionado al ciclismo además, Luis Enrique.
Pues bien, no ha hecho más que empezar el evento y tenemos llamas en las redes contra Paco González, en representación de la camarilla, por su diatriba ante el seleccionador.
Al margen que me parezca que tenga o no razón, el fútbol es algo tan apasionante como espectáculo colectivo, que esto, para mí es una menudencia, lo que me alucina es el ensañamiento gratuito contra una persona que podrá caerte mejor o peor pero que si está será por haber demostrado méritos suficientes para ejercer.
Es la bronca política, el negarle toda cualidad al adversario, llevada a la prensa que se dice deportiva.
Para la gente del ciclismo, la verdad, lo que tenga que decir esta gente poco o nada nos va a sorprender.
Con los años nos han regalado análisis sesudos como aquel que decía que el ciclismo es un deporte fácil porque van sentados o los mismos que medían la salud del ciclismo español por la cantidad de corredores que iban al Tour.
No entremos en cuando hablaban de dopaje.
Ahora, parece que a muchos se les ha caído la careta de esta camarilla.
España, lo siento, no tiene prensa deportiva, tiene una banda de malos actores, aireando lo peor de algo tan hermoso como el fútbol, para sacarse el sueldo a final de mes.
Lo triste es cuando se acuerdan de otros deportes, tipo ciclismo, y sale a flote toda su desconexión con la realidad del deporte.
A mí personalmente Luis Enrique me cae bien, sé que no es políticamente correcto pero al menos lo ves venir.
Y como repiten muchos, por cualquier cosa, hay que bancarle: que en sus famosos streams diga que está pendiente de la campaña de ciclocross me parece genial.
Tenemos aquí un buen embajador, un ciclista de papear kilómetros y sacarle todo el partido a la flaca.
Sólo por eso, y por destapar el disparate que algunos ejercen cada día en nombre de la prensa deportiva, le tenemos que querer.
Nosotros somos modestos, hablamos de nuestro deporte, nos equivocamos mil veces, pero somos directos y transparentes en nuestra opinión, pero sobretodo hablamos de algo que nos apasiona y lo hacemos con cariño infinito.
-
Ciclismo6 días atrás
Una curiosa forma de narrar la temporada de Juan Ayuso
-
Ciclismo4 días atrás
5 imprescindibles para La Vuelta
-
Ciclismo3 días atrás
Qué tarde la de Aprica, qué día el de Pantani e Indurain
-
Ciclismo antiguo1 semana atrás
1 maillot y 1 ciclista: Gianni Bugno como campeón de Italia
-
Ciclismo antiguo1 semana atrás
Entre Heras y el Chava…
-
Ciclismo4 días atrás
Red Bull-Bora se hace sitio en la mesa de los grandes
-
Podcast5 días atrás
Peter Sagan & Daniel Oss, el Tour en Barcelona y una historia de toxicidad en redes
-
Primoz Roglic3 días atrás
Top 24 Primož Roglič siempre está
Carolina
2 de septiembre, 2013 En 15:39
Si todo llega a buen «puerto» fantástico . Lo hace Alonso una persona «mediatica» del deporte, mejor todavia. Ya va siendo hora que el CICLISMO se alimente de buenas noticias.