Ciclismo de carretera
Gante-Wevelgem, la más singular de las clásicas flamencas
La fama de «clásica para sprinters» no se corresponde con la realidad de Gante -Wevelgem
Eso viene a ser la Gante-Wevelgem…
“Sin Esperanza se encuentra lo inesperado” (Heráclito de Éfeso)
“Una y a casa… para terminar siendo un noche inolvidable”. (Miguel González)
Se dice de la carrera flamenca que es teóricamente “de sprinters” pero que arroja un ratio de ediciones entretenidas por década que ya lo quisiera algún Monumento.
En Flandes el ciclismo es una religión.
A esta región le seduce el ciclismo de contacto, de ataque, del si parpadean se lo pierden
Es por ello que tienen configurado un calendario en el que el cierre de la campaña de ciclocross precede a la apertura rutera de clásicas flamencas, en concreto con la actualmente denominada Omloop Het Nieuwsblad.
A partir de aquí viene una retahíla de pruebas de un día -en un radio de acción muy acotado- que culmina con la celebración de la prueba reina: De Ronde (Tour de Flandes).
La Vuelta a Flandes es su prueba estrella pero hay una clásica que exige a sus ganadores unas aptitudes no tan esenciales en sus primas hermanas, esa es Gante-Wevelgem.
Esta carrera es tan peculiar que verdaderas leyendas del adoquín como Museeuw y Cancellara nunca la pudieron conquistar
En ella el ganador tiene el imperativo de la destreza en el adoquín -lógicamente- pero primeramente ha de pasar el más que probable filtro de los abanicos.
Una vez superado el último muro (Kemmelberg) debe afrontar una hora de esfuerzo en asfalto en la que o bien tendrá que marcar a sus rivales -en grupo reducido- o en su defecto batirse con ellos al sprint.
Si bien el viento condicionó notablemente el desarrollo del Tour de Flandes en sus primeras ediciones con el paso del tiempo su esencia pasó a ser los muros, colocación, caídas y tácticas de equipo; por tanto Gante-Wevelgem actualmente tiene un extra que no tiene De Ronde: los abanicos.
Cuatro son los muros cinco estrellas de la Bélgica flamenca, los tres primeros han tenido y tienen peso en De Ronde: Oude Kwaremont, Koppenberg y Kapelmuur.
El cuarto es el Kemmelberg, sito en el Flandes occidental y “marginado” por su lejanía en el recorrido del Monumento.
En palabras de Andrei Tchmil su bajada -por entonces adoquinada- era el punto más peligroso del ciclismo profesional de ruta.
El propio corredor nacionalizado belga lo vivió en sus carnes con un accidente grave en 2002, aunque la caída se produjo en los Tres días de La Panne.
Paradójicamente este percance supuso alargar su carrera pro ya que al no poder disputar Flandes ni Roubaix quiso despedirse unos meses más tarde en la Vuelta a Bélgica; con victoria, cómo no.
Desde 2003 Gante-Wevelgem parte de Deinze -este año arranca en Ypres– y no de Gante, pero esta circunstancia no afectó en que se siguiese rodando en los kilómetros iniciales pegados a la costa.
Como sabréis, en ciclismo pedalear junto al mar implica que la probabilidad de abanicos sea elevada. Sin tabla en mano – los belgas no son como los estadounidenses de medirlo todo- nos atrevemos a asegurar que GW es la clásica con mayor número de abanicos formados en la historia moderna del ciclismo.
Es por ello que esa fase previa a tocar el primer muro tenga más importancia que el resto de subidas si exceptuamos el juez de esta carrera: Kemmelberg.
Otras subidas como Catsberg, Monteberg o Baneberg tienen su dureza pero han jugado más el papel de anticipación -o rotura de corte consolidado- que de verdadero filtro.
El último paso por el Kemmelberg es el que configura el vagón ganador, si quedas apeado de él las opciones de victoria son mínimas, salvo que se forme un pelotón muy numeroso respecto a los fugados y termine neutralizando a éstos.
Uno de los encantos de la carrera reside en que en su palmarés figuran grandes velocistas como Abdoujaparov – el año de su victoria no se subió el Kemmelberg-, Cipollini, Bontempi, Freire, Steels y por supuesto los sprinters totales como Freddy Maertens en la edición nevada del 75.
Pero a su vez tiene ganadores de otro perfil – el guerrillero con punch- como Van Avermaet o Paolini.
También tienen sitio los gregarios de lujo como Burghardt, Peeters o Eisel.
Ni que decir tiene que Van Looy y Merckx la “coleccionaron” por partida triple y que Hinault -el adoquín no fue santo de su devoción- ganó aquí su primera gran clásica en el 77, que a su vez es la edición con mayor kilometraje (277 kms).
En el ciclismo moderno -hasta la temporada 2010- esta clásica estuvo ubicada en el miércoles que enlaza Flandes con Roubaix.
Por ello siempre tuvo ese punto de precaución por miedo a comprometer la participación en La Pascale.
Pero como la cabra tira al monte la mayoría de clasicómanos cinco estrellas eran de la partida con esa colocación en el calendario clasicómano.
El bloque de cada equipo reclutado para Flandes y Roubaix tomaba la salida en GW y a lo sumo realizaban un par de cambios para incluir sprinters con poca capacidad de pedrusqueo.
A raíz de su nueva ubicación -previa al domingo anterior a Flandes- y que con la extinción de la Copa del Mundo pasó de ser HC a World Tour ha cogido más peso todavía.
Actualmente -ignorando claro este 2020 loco- viene precedida de un Harelbeke que se disputa 48 horas antes, dejando así un fin de semana (viernes-domingo) con doble menú y variado ya que son dos clásicas con distinto desarrollo.
Como sucede en la apertura belga: OHN y Kuurne-Bruselas-Kuurne.
El único pero reside en que su hueco del calendario -entre Flandes y Roubaix- lo ha ocupado Scheldeprijs (anteriormente post Roubaix) y dado el alto riesgo de caídas en Escalda (con casos de 4 montoneras gordas en 7 ediciones) los capos pedrusqueros se borran o salen a soltar piernas y retirarse.
Mirar la tabla wikipédica para formarse una idea general de los desarrollos de GW en base a los pódiums de cada edición no conduce a nada.
Al margen que los guiones pueden variar radicalmente: desde ediciones bluff como la de 2014 -Zanatta tras el último Kemmelberg susurrando “tranquilo Peter”- y con sólo un año de margen encontrarte con la versión apocalíptica de 2015 en la que el viento nos deparó escenas del inicio de Mary Poppins, cambiando empotramientos en casas por corredores que terminaron en acequias.
Las condiciones meteorológicas son tan caprichosas en esta carrera que se ha llegado a ver en su edición del 89 a Sean Kelly totalmente de largo de la chupa de agua que se comieron los ciclistas.
El corredor irlandés ni en nochevieja se duchaba con agua caliente.
En 2013 las temperaturas fueron gélidas y presenciamos el primer gran triunfo clasicómano de Sagan
El ciclista eslovaco es el mejor corredor de la historia aquí, al margen de sus tres victorias tiene tres podiums más y en la edición de 2011 fue el más fuerte en el último Kemmelberg -auspiciado por una avería de Gilbert en la base-.
Se quedó a sólo un kilómetro de que cuajase su fuga de cuatro junto a Chavanel, Stannard y su compañero Body.
También hemos vivido en esta clásica momentos rocambolescos como el del año 85.
Vanderaerden venía de ganar en Flandes y a los tres días quiso regalarle la victoria a su compañero Phil Anderson, Panasonic tenía asegurado el 1-2 pero el belga no pudo frenar lo suficiente y entró igualmente el primero. Un Anderson que se sintió marginado y se dio el piro a TVM en busca de plenos galones. Por cierto, el gran Ángel Arroyo -sin pelos en la lengua para variar- lo calificó algo así como un hype vueltómano… y acertó de pleno.
La edición del 88 cambió de fechas y se colocó al final de la campaña primaveral, después de Lieja.
Hecho poco significativo a priori pero ese año la Decana vivió un bochorno con rotondas sin señalizar, coches mal aparcados, múltiples caídas y montoneras que propiciaron que en Gante viésemos con vendajes a la mayoría de integrantes del pelotón.
Una carrera muy entretenida en la que Kelly derrotó al sprint a Gianni Bugno.
Una de las contadísimas clásicas con resolución en grupo reducido que el italiano palmó.
Los 90 se abrieron con el mentado triunfo de Abdou en el 91 -bandazo marca de la casa incluido- y al año siguiente subió la puja agarrando del sillín a Cipollini con lo que fue descalificado.
Cipo logró así su primer entorchado, no tardaría en revalidarlo ya que en el 93 -el único año que formó sociedad con Museeuw- se impuso con facilidad al sprint, como el 95% de las veces que arrancó con la pole.
La edición del 94 fue delicatessen
Museeuw y Ballerini llegaron picadísimos de Flandes y se liaron a guantazo limpio en los dos pasos por el Kemmelberg.
Finalmente Franco se jugó la carrera al sprint con Wilfried Peeters y el italiano volvió a perder una clásica en la Photo Finish. En el recorrido afrontaron la subida a Schomminkelberg, una especie de Kwaremont asfaltado.
En 1998 el “elegido” por Mapei era Nico Mattan, se quedó junto a su compi Vandenbroucke para jugarse la carrera contra Michaelsen.
Pero el danés cerró los cortes de Nico y ante la primera réplica de Franky nada pudo hacer y VDB se anotó el triunfo.
Al final en estas carreras el factor lotería está siempre presente, el bueno de Frank vivió la otra cara de la moneda en De Ronde 99.
Un Mattan que tendría su recompensa en 2005 en lo que fue un bochorno absoluto por los rebufos de vehículos que pudo aprovechar el belga en el kilómetro final, privando así a nuestro Flecha de una más que merecida victoria.
2001 nos dejó la victoria del mejor Hincapie clasicómano de siempre
George a los cuatro días perdería Roubaix por infortunio y la tremenda superioridad numérica de Domo.
Un año más tarde tenemos otra prestación hit de otro corredor, en este caso Cipollini.
Mario superó un filtro grande del Kemmelberg y logró conectar en solitario con un corte de cuatro formado kms más tarde para batirlos al sprint. Un Cipo que no dejaría de ser noticia porque en 2003 en su afán por enganchar -tras ceder 10 segundos en el Kemmelberg- se fue al suelo.
Desesperado y con el hueco in crescendo se puso a rebufar, el jurado le dio un toque y acabó lanzándole un bidón al motorista.
Edición que fue un verdadero hype de Boonen con un sprint lamentable -caída post meta incluida-.
No pudiendo materializar la superioridad de Quick y la gran labor de desgaste de Knaven.
Ese año Andreas Klier se llevó el gato al agua, encuadrado en un Telekom en el que había más clasicómanos top -sobre todo el infravalorado Wesemann- al margen del acaparador Zabel.
Un pletórico Freire en 2007 pagó el peaje de la inferioridad numérica ante Telekom y “sólo” pudo ser tercero.
Pero en la temporada siguiente logró la victoria, convirtiéndose así en el primer corredor español en levantar los brazos en esta carrera.
Pero el que de verdad pagó peaje en 2007 fue Jimmy Casper con una caída -aterrizando literalmente con la cara- que provocó que la bajada por la vertiente adoquinada fuese sustituida por la asfalda.
2011 nos dejó la victoria “maquilladora” de un Boonen en annus horribilis -se llegó al sprint de chiripa y Tom no dio palo al agua escudado en el corte de Chavanel-.
Situación opuesta a la de 2012 ya que Tommeke se llevó de una tacada Flandes, Roubaix, E3 y Gante, dejándose por el camino únicamente su gafe Het Nieuwsblad, única clásica de adoquines que no tiene en su palmarés y por la que su equipo firmó un ridículo espantoso en lo táctico en 2015.
2016 fue una edición super estresante: abanicos de salida, cada vez más selección y un Kemmelberg final a cuchillo
Sagan y Cancellara además de buscar el vagón ganador (ellos dos, Vanmarcke y un Kuznetsov que se había anticipado) se picaron por ser el primer arriba.
Triunfo moral para Peter en la cima y a su vez se impuso en el sprint final.
De este modo pudo estrenar su casillero de victorias con su primer arcoíris.
Por desgracia en esta edición se produjo la muerte de Demoitié al ser arrollado por una moto de la organización.
En 2017 se decide meter tramos de tierra, afortunadamente no varía la esencia de la carrera -seleccionan pero los sprinters siguen teniendo opciones- y aquí el ganador fue Van Avermaet (año sideral el suyo) aprovechándose de un Sagan que absurdamente le aplicó teoría de juegos a Terpstra: no me importa quedarme sin victoria si me aseguro que tú no ganes.
Unos Sagan que fueron noticia por partida doble ya que Juraj realizó un carrerón, no sólo por su puestazo final sino porque realmente fue de los 30-40 más fuertes.
De esta manera se desprendió de su etiqueta de corredor hermanísimo mascota.
Sagan -Peter- en 2018 dejó llorando a Viviani en lo que calificó como victoria más fácil de su triplete y el año pasado tuvimos edición raruna con un abanico previo al Kemmelberg que -contra todo pronóstico- no prosperó. Van Aert nos regaló un KOM sideral en el Kemmel y Kristoff volvió a su fase comeniños en los sprints clasicómanos obteniendo así un nuevo triunfo en clásica belga.
Este año sólo el noruego y Degenkolb pueden repetir victoria debido a las ausencias del resto ganadores en activo. Por las restricciones el recorrido se ha modificado ligeramente, destaca el paso extra por el Kemmelberg, pero la esencia de la carrera no debe alterarse.
Por Miguel González
Ciclismo de carretera
El Gran Fondo Encamp Pas de la Casa abrirá la temporada de ciclismo en Andorra
La prueba de Encamp es la primera de un cargado verano de ciclismo en Andorra
El último fin de semana de mayo, de 26 al 28, abrirá el calendario de ciclismo en Andorra. Lo hará en el epicentro del País de los Pirineos, con la continuidad de la Gran Fondo Encamp Pas de la Casa, esta vez con una agenda más completa y para más públicos: La Andorra Bike Race, el sábado, y la segunda edición de la Gran Fondo Encamp Pas de la Casa, ya el domingo.
“Estamos muy contentos con las nuevas fechas a finales de mayo, en plena primavera, con el verano próximo y por tanto con horas de sol y temperaturas agradables”
Nino Marot, Conseller de Turisme i Reactivació Econòmica del Comú d´ Encamp.
Para el responsable municipal nos encontramos ante “un evento que nos sitúa en el mapa de muchos ciclistas, para que vengan y conozcan el lugar y luego, cuando vuelvan a casa hablen de él a otros ciclistas”.
Una bola de nieve que ya tiene el antecedente de la primera edición del Gran Fondo Encamp Pas de la Casa y que viene reforzada por “nuestra excelente situación. Encamp está en el corazón de Andorra, es perfecto para conocer todos los puertos que tenemos, saliendo y llegado desde aquí, en un recorrido en forma de estrella.
Prueba de esta situación son las tres versiones de la Gran Fondo Encamp Pas de la Casa que mantendrán recorrido respecto a la primera edición: la larga de 103 kilómetros y más de 3200 metros de desnivel incluyendo Beixalis, Ordino, Envalira y Cortals d´ Encamp, la media de 47 kilómetros y casi 1700 metros con Beixalis y Cortals d´Encamp y la corta de 31 kilómetros y más de 1000 metros con la subida a Cortals d´ Encamp.
Los puertos de la Gran Fondo Encamp Pas de la Casa
Así nos describe Nino Marot las subidas previstas en el entorno de Encamp.
Envalira: “Es uno de los grandes puertos de los Pirineos que nos lleva más allá de los 2400 metros. Es el más importante de la jornada y el más reconocido, pues ha visto pasar varias veces el Tour de Francia, la última hace dos años cuando Sepp Kuss ganó en Andorra. Es una subida amable para el ciclista, con un panorama despejado sobre el Circ de Pessons y Envalira y la peculiaridad que tiene carril bici”
Beixalis: “Es un primera categoría que se ha hecho un hueco en la historia reciente del Tour y la Vuelta. Aunque el día de la marcha, estará cerrado al tráfico, se trata de una ascensión muy tranquila con pendientes exigentes”.
Cortals d´ Encamp: “La llegada de la Vuelta 2019 fue un espaldarazo para el lugar, es una zona virgen e inexplorada para el ciclista”.
La vuelta de la Andorra Bike Race
Sobre retomar la Andorra Bike Race, recuerda que “tenemos hasta 13 rutas de MTB, con perfiles para todos los públicos. Desde el camí de Pardines, con un nivel apto para todos los bikers a otros tramos más complicados y técnicos como el renovado camí d´Espeluga, en la zona de Beixalis”.
En este sentido admite el privilegio de instalarse en un paraje tan propicio para el ciclismo: “La zona de Cortalls d´Encamp es un vergel de rutas y posibilidades, pero es que tenemos a tocar el dominio esquiable de Grandvalira que nos da muchas opciones”.
La inercia que coge la cita y la centralidad de Andorra para tantos ciclistas propician pronósticos optimistas: “Tenemos margen de mejora para el verano, pueden venir más ciclistas a Andorra y que vean que Encamp está en medio de todo”.
Imágenes: Guillem Riera
Ciclismo de carretera
El maillot de mejor joven de la Volta estará muy cotizado
El listado de mejor joven de la Volta incluye nombres ilustres
La empresa de comunicación visual e impresión Scrub Designs es el nuevo patrocinador del maillot del mejor joven de la Volta Ciclista a Catalunya 2023, que este año pasa a premiar al mejor ciclista de 23 años o menor participante en la prueba. La empresa catalana, además, proveerá todos los elementos gráficos de la 102ª edición de la carrera UCI WorldTour catalana.
El maillot que distinguirá el líder de la clasificación del mejor joven de la Volta a Catalunya de este 2023 estará patrocinado por Scrub Designs. La empresa catalana de comunicación visual e impresión a gran formato, con sede en Rubí, celebra su décimo cumpleaños de vida y proveerá, además, todos los elementos gráficos necesarios de esta edición de la carrera.
El maillot de mejor joven de la Volta a Catalunya, caracterizado por su color blanco con franjas naranjas, distingue durante las siete etapas de la carrera al líder de la clasificación de los jóvenes, una de las cuatro clasificaciones diarias, junto con la clasificación general, la clasificación de la montaña y la clasificación por puntos, el ganador final de las cuales es también premiado en el podio final de Barcelona.
Este año, la clasificación del mejor joven de la Volta a Catalunya pasará a premiar al primer corredor de la clasificación general nacido a partir del 1 de enero del 2000, es decir, con 23 años o menor. Un cambio que resta dos años en la edad que hasta ahora marcaba el límite de esta clasificación, teniendo en cuenta la creciente precocidad de los corredores más destacados del panorama mundial.
En los últimos años, en dos ocasiones, la clasificación del mejor joven ha sido ganada por el que ha sido también el vencedor final de la carrera, siendo el caso de los colombianos Sergio Higuita, en 2022, y Miguel Ángel López, en 2019.
Otros destacados ciclistas del panorama internacional como Joao Almeida (2021), Pierre Latour (2018), Marc Soler (2017), Hugh Carthy (2016) o Wilco Kelderman (2015) también han destacado proclamándose el mejor joven de la Volta a Catalunya en las últimas ediciones.
“El maillot del mejor joven premia a los jóvenes talentos del futuro pero que, tal y como está evolucionando el ciclismo, ya son una realidad. Scrub Designs se siente identificada con esta juventud y, además, es una empresa que nos ayudará en todo el aspecto logístico de la organización de la carrera”, explica Rubèn Peris, director general de la Volta Ciclista a Catalunya.
“Para una empresa joven como la nuestra, Scrub Designs, poder participar en la distinción de la excelencia de los corredores más jóvenes nos satisface especialmente, porque nos une a los ciclistas que se esfuerzan día detrás día en una competición de tanto alto nivel como es la Volta a Catalunya”, dice el CEO de la empresa, David Adrià.
La 102ª edición de la Volta a Catalunya se disputará entre los próximos días 20 y 26 de marzo, con salida desde Sant Feliu de Guíxols y final en Barcelona, después de siete etapas exigentes y atractivas. Una vez más, los mejores equipos y ciclistas del mundo estarán presentes rodando por las carreteras catalanas, con una participación de lujo que encabeza el campeón del mundo Remco Evenepoel.
Ciclismo de carretera
Het Nieuwsblad: El Kapelmuur está preparado
Si el ciclismo es una religión en Flandes, el Kapelmuur es su kilómetro cero de la fe
Han tocado la fibra del amante del ciclismo los de Flanders Classics hablando de religión, yéndose a Nuestra Señora del Buen Deseo, la capilla que corona el Kapelmuur, para decir que con la Het Nieuwsblad florece la primavera en Flandes, empiezan las clásicas.
Cycling is a religion. 💙 #OHN23 #FLCS pic.twitter.com/gP3PNeKBkm
— Omloop Nieuwsblad (@OmloopHNB) February 22, 2023
Caer en la cuenta de lo que significa el ciclismo en Flandes merece un viaje, y verlo con tus propios ojos, un viaje que no puede ser ajeno a la bicicleta y probar aquello que te cuentan en persona, sobre una flaca.
El ciclismo es una religión, podríamos decir que sí, hasta en los días más hostiles encuentras gente en bicicleta, sacando horas de donde sea, yendo a los sitios en ella, trazando rutas de auténtico pro, como el ciclista que vimos en la misma cima del Kapelmuur que venía de Amberes, tomaba un refrigerio en la entrada de la capilla para luego ir a Roubaix y Kortijk.
Llovía a mares, pero ahí estaba él, presentando sus respetos en la capilla y buscando un poco de paz en medio de una ruta mayúscula.
Como él cientos, miles de ciclistas se dejan ver cada año por Geraardsbergen y su famosa cuesta a la capilla.
Lo hacen para rendir culto a una subida cargada de señas ciclistas, carteles y recuerdos eternos, también de paneles e infos varias que hablan de la historia del lugar en el ciclismo.
De
La Het Nieuwsblad tuvo el acierto hace unos años de tomar el final del antiguo recorrido del Tour de Flandes para acoplarlo a su historia
El trazado que va hacia Ninove tras atravesar Geraardsbergen y el Kapelmuur incluye la recta del Bosberg, el último muro en medio de un bosque que se cierra sobre nuestras cabezas para hacer la selección final, ahí donde Van Aert dio sólo una vez, pero hizo diana, tan sólo hace un año.
Es el Opening Weekend, lo que viene ahora os lo imagináis pero no sois capaces de adivinarlo, pues los giros de guión están garantizados, el ciclismo hecho pasión en Flandes, donde la primavera empieza y alcanza todas las rutas, sean pequeñas, vecinales o agrícolas, la liturgia está en marcha.
Sentaros y disfrutar, un mes largo que arranca en el corazón de Flandes y morirá en el centro de Lieja, el ciclo más bello de la temporada echa el telón.
Cerveza, chocolate, ciclismo y fervor casi religioso.
Ciclismo de carretera
Las Shimano S-Phyre RC9T en blanco corren por las grupetas
Con las zapatillas Shimano S-Phyre RC9T pedalean valores como el ajuste, comodidad y elegancia
La clave para que gusten o no unas zapatillas reside en mil aspectos, tan opinables como personas las hayan probado, sin embargo, unos meses después de tenerlas y habiendo salido mucho con ellas, nos hemos fijado que las Shimano S-Phyre RC9T en blanco han triunfado entre muchas grupetas.
Cierto es que este par ya venía con buenos antecesores, pero la «imposición» de esa moda «full white» para calcetines y zapatillas ha propiciado que las Shimano S-Phyre RC9T blancas corran por muchos sitios.
Hasta en Flandes…
Pero no sólo nos quedamos en la estética y en «lo que se lleva», también vamos a las prestaciones y lo que da de sí un modelo que supera holgadamente los 200 euros.
Cuando las cogemos con la mano nos llama la atención el nivel de acabados, muy en consonancia con ese PVP que hemos aportado.
¿Primera impresión?
Resultan compactas, de una pieza.
Sus casi 240 gramos nos ofrecen una zapatilla estéticamente preciosa, con sus dos BOA´s, los tensores bien integrados, el microperdoforado bien repartido y ese talón en «metálico».
Aprovechad ese primer blanco, porque es mágico y con el uso, obviamente irá a menos.
Puestas notamos una perfecta sujeción del talón, bien fijo y reforzado para compensar en cierto modo que se vean bajas.
Este cruce de impresiones propicia buena fijación y sensación de libertad al mismo tiempo, en una excelente balanza de prestaciones.
Todo el sistema de fijación se integra de forma orgánica en el cuerpo de la zapatilla, al punto que toda la suela y el empeine se acaban en el mismo material, una microfibra de piel sintética que acentúa esa sensación compacta que comentábamos antes.
Las dos BOA´s además de llamativas, siempre nos gusta ir guapos, fijan en sendas partes, la baja y la media el pie, siendo la de arriba la que tira de la lengüeta más larga.
Todo eso redunda también en la envoltura del pie, en su confort y lo que es más importante, que el paso de los kilómetro no implique tensiones en el pie.
Que el talón fije y el pie se acople bien a la plantilla de alta densidad ,sobre una entresuela de fibra de carbono, son la clave para que la pedalada sea eficiente y no se pierda una pizca de energía del pie al pedal.
La ventilación es otro plus, a la microperforación que se ve a simple vista por la parte delantera, se suma otra rendija de aire en la parte del talón para llevar el pie bien aireado, incluso en los entornos más cálidas.
En salidas más largas, el pie siempre lo notamos fijado y ventilado, al mismo tiempo.
El cuidado es algo al que hay que prestarle mucha atención, si queremos que ese brillo dure lo más posible.
Evitar días de polvo y lluvia -aunque el material se limpie bien- para al final de cada salida aplicarle un poco de producto de limpieza, con suavidad, y luego aplicarle la típica grasa de zapatos que las tenga limpias, hidratadas y protegidas.
Imágenes: Guillem Riera
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