El Tom Dumoulin ciclista ya sabe lo que comporta volver al pelotón
trastazo que Tom Dumoulin retomará su carrera ciclista en la Vuelta a Suiza.
En una conversación con el piloto de bicitrial, Sergi Llongueras, campeón del mundo, nos explicó que una de las claves de su desconocida modalidad era uno mismo, que más que los obstáculos y los rivales, que siempre iban a estar ahí, la parte maleable de la ecuación era el piloto, su interior, sus pensamientos y seguridad.
Cada competición era un viaje al interior de uno mismo, un viaje que seguro habrá realizado Tom Dumoulin estos meses para saber si quiere ser ciclista.
Y la conclusión fue que sí, que vuelve.
Una noticia excelente, justo aquí recuperamos unos pensamientos que trasladábamos a nuestro mal anillado cuaderno hace unos días, viendo la moneda rodar.
No estaba en la lista del Tour, pero sí en la de posibles para Tokio y en efecto, Tom Dumoulin estará en la segunda, si todo va bien, previo debut en la Vuelta a Suiza.
Es bueno, muy bueno, en estos momentos de bajón, por el trastazo que se ha pegado Landa en el Giro, con Pinot en la cuerda floja, que un representante de esa generación que vimos nacer y crecer hasta hacerse con el control vuelva a la actividad, con todo lo que ello implica.
Esperemos que los peajes y contrapesos que arrastraron a neerlandés hace unos cuatro meses no vuelvan, nos gustan los buenos ciclistas, los que aportan clase, estilo y respeto, los que se desenvuelven en las condiciones más adversas, pero también los que se levantan y siguen.
Tom Dumoulin es ese tipo de ciclista.
El Tom Dumoulin ciclista no lo tendrá nada fácil si vuelve
Unos meses después, seguimos con todas las opciones sobre Tom Dumoulin y su futuro ciclista.
Cuando el largo neerlandés se plantó ante la pregunta de ¿qué es lo que quiero? ¿qué me hace feliz? una gota más colmó el vaso del hartazgo que muchos ciclistas dejan entrever sobre su profesión.
Es cierto que, cuando el viento sopla a favor, seguir en la cresta no es tan complicado, el problema aparece o se hace más patente, cuando la forma y los resultados pasan de largo.
Aunque de este tren ya se han apeado ciclistas que necesariamente no estaban en barrena, algunos de hecho eran interesantes promesas.
Para Tom Dumoulin el túnel empezó en aquella jornada del Giro que Richard Carapaz ganaba por delante de Caleb Ewan, lo que habla del sorprendente desarrollo de la carrera ese día.
El golpe que se lleva en la rodilla le significó mil días de recuperación, sesiones y dudas que acecharon su vuelta a lo más alto.
Hablábamos, en ese momento, del corredor que venía de hacer segundo en Giro y Tour, superado por la mejor versión de Froome y Thomas, cualquier otro escenario que no le situara entre los mejores, no se contemplaba.
El año pasado demostró que volver a este estatus no es sencillo, en una campaña en la que todos pensábamos que podía ser a baza B del Tour, el tapado de Roglic, acabó trabajando para el esloveno en un ejercicio de honestidad, la misma que le planteó seguir siendo ciclista profesional en estas circunstancias.
En cierto modo vemos en Tom Dumoulin algo similar a lo que le sucede a Thibaut Pinot, que ante la llegada de ciertos ciclistas, quieren pensar en otras cosas, pues el nivel se ha vuelto complicado.
Pero a diferente de Froome y Nibali, Dumoulin es aún joven, o relativamente joven para dar un paso de este estilo.
Hay dos hechos que hablan en sentido contrario sobre su vuelta al ciclismo: por un lado se le ha incluido en el plan de vacunación para su selección con vistas a Tokio, pero al mismo tiempo su equipo ya ha puesto a Jonas Vingegaard en el ocho del Tour.
Una y otra cosa indican que la decisión no debe ser sencilla y la complejidad del momento.
Sin Tom Dumoulin, no es la primera vez que escribimos así, el ciclismo se pierde un hors categorie sobre la bicicleta, un corredor que ha competido en las carreras más opuestas a sus características, que le hemos visto hacer eses con ese corpachón en cuestas infumables para no perder la rueda de los mejores, más livianos y hechos a un ciclismo que premia los muros imposibles.
Este es Tom Dumoulin y por eso cada poco nos acordamos de él, esperando que encuentre el camino de vuelta al ciclismo.
Ahora bien, viéndole a él, a Pinot y a otros totalmente desubicados por esta hornada de jovenzuelos, la resilencia de Alejandro Valverde alcanza cotas insuperables.