Primoz Roglic
¿Por que Roglic es un tío tan admirable?
La temporada de Roglic es igual de sólida que su personalidad
En un corto espacio de tiempo, el Jumbo Visma ha puesto dos noticias importantes sobre la mesa: el nuevo maillot para el año que viene y la renovación de Primoz Roglic.
En el vídeo de este tweet Roglic repasa lo que han sido sus años en el equipo neerlandés.
More jerseys to come, more beautiful moments to follow? #PRIMOZ2025 pic.twitter.com/0tyIwNtSy3
— Team Jumbo-Visma cycling (@JumboVismaRoad) December 22, 2021
Recuerda aquella crono que gana el día que le conocimos en el Giro 16, tras casi dejar a Dumoulin sin fiesta inicial en sus Países Bajos.
La cabalgada del Galibier al año siguiente, dejó sentado al mismo Contador, el salto a la disputa de una general en 2018, cuando estuvo a punto de rebañarle el podio del Tour a Froome.
Luego el Giro y la primera Vuelta, antes de un año tan complicado como el pasado, en el que se rehizo de su golpe en el Tour ganando Lieja & Vuelta.
Un poco como este año, aunando oro olímpico y Vuelta tras retirarse del Tour.
Qué ciclista es Primoz Roglic, un lujo que apreciamos en vivo y directo, uno de los responsables del salto de calidad que este deporte ha sufrido en tiempo récord, uno de los culpables que nos sentemos a ver una carrera con la casi certeza que no nos invadirá la modorra de la siesta que años atrás era moneda de cambio.
Con Roglic, todo el ciclismo merece la pena, y con él la generación que le rodea, mucho más joven, pero ávida de los mismos objetivos que el exsaltador de esquí.
Pero a Roglic le adornan otras virtudes
En el vídeo hay un momento que habla de las caídas y los malos momentos en ciclismo.
Es estoicismo puro, las caídas, los momentos flojos son parte del juego, de la vida y en especial de un deporte como el ciclismo, en el que admite estar en el filo de todos los peligros.
Lo acepta, le da la justa importancia, es un ave fénix en completa reconstrucción, se ha levantado las mismas veces que se ha caído, con o sin heridas, morales o físicas, más o menos tocado.
Primoz Roglic es el valor más seguro del ciclismo mundial.
Pero no sólo eso, en un momento en el que a los deportistas hay que ponerlos en contadas ocasiones como ejemplo de algo -pues en ellos se impone un deber, ganar y hacer rentable lo que saben hacer bien-, Roglic es un ejemplo de dureza mental como pocas veces hemos apreciado en este deporte.
Desde que vistiera su primer maillot de líder en una grande, Giro 2019, su vida es una montaña rusa, él mismo lo admite en ese vídeo, en el que encajar golpes es tan importante como el mejor entrenamiento.
Roglic encapsula cada instante, sea bueno o malo, lo desconecta de la realidad, extrae lo mejor de él y pasa a otra cosa, como si su histórico fuera un libro de páginas en blanco.
Sólo así se explica que haya ganando tanto, después de tantas desgracias y caídas: Su cuerpo debe ser un mapa de cicatrices que marca el camino hacia el tesoro entre tanto amargo recuerdo eternizado en su piel.
Su ejemplo es bueno para todos, cualquiera que le siga, se dedique a lo que se dedique, pero también entre sus compañeros.
Tom Dumoulin ya ha admitido haber encontrado en Roglic un ejemplo en el que mirarse para seguir
Por eso más allá del palmarés que Roglic ha granjeado este año, más allá de sus trepadas hacia Arrate y Lagos, de su crono dorada en Tokio, queríamos marcar a fuego este carácter que es oro en los tiempos que corren, tan llenos de incertidumbre y frustración.
Roglic es un tipo más que admirable.
Imagen: Jumbo Visma
Primoz Roglic
Roglic & Evenepoel, el Giro de Catalunya
El duelo Roglic & Evenepoel es el anticipo del Giro de Italia
La cosas de la vida, la Volta 2023, que con tanto detalle os hemos descrito, se supone este año un anticipo del Giro con Primoz Roglic y Remco Evenepoel en la salida.
A unas seis semanas de la primera grande, y en medio del subidón de la primavera, nos vemos con un entremés de mayo en pleno marzo en una carrera que, por otro lado, ofrece un diseño muy mejorable.
Pero están aquí, con cuentas pendientes y sabedores que los focos van a estar en ellos.
La última vez que Roglic y Evenepoel me midieron fue en septiembre, en el drama que le tocó vivir a Roglic en aquella llegada en llano en la que estaba ejecutando un ataque de esos que duelen, pues no se esperan, pero reporta un golpe moral y unos segundillos.
Roglic acabó por los suelos, destrozado -cuántas quemazones le hemos visto ya- y la sensación que su duelo con Evenepoel dejó hojas en blanco.
Medio año después, vuelven a cruzarse en la Volta, como grandes favoritos en un listado con nombres interesantes -ojalá veamos a un Bernal de regreso- pero ninguno a su nivel.
Sobre esta semana que empieza, creo que el reto para Evenepoel es cojonudo.
Corre un tipo de carrera que sin venirle mal, tampoco es su terreno idóneo, le quitan las cronos, como en casi todos los sitios, y le encadenan a tres llegadas en alto, ante un rival directo en unas semanas.
Ya sabemos que viene de dar grandes números en Tenerife, pero las sensaciones que ofrece el campeón del mundo en carrera son de debilidad cuando le ponen en aprietos para arriba.
Lo vimos en el UAE Tour con Adam Yates, cuando el británico le dejó en el tramo final.
Cierto es que Evenepoel gestionó bien la renta, pero Roglic y otros saben que el belga que resulta tan intratable en ciertos terrenos, ofrece debilidades en las llegadas en alto.
No sé hasta qué punto Roglic vendrá a disputar la general.
Tras hacerse con la de la Tirreno transmitiendo la sensación de que pasaba por ahí, ahora tiene opción de sumarle una Volta a su listado de vueltas por etapas que reluce en su estantería.
Ojo que el amigo viene con Dauphiné, París-Niza, Tirreno, Itzulia y Romandía, en una colección que no muchos han juntado estos años, de Valverde a Froome, pasando por Nairo, Richie Porte y el mismo Pogacar.
La Volta en este caso vendría a engrosar el caché, pero especialmente daría señas de lo que puede pasar en el Giro, ahí donde Roglic y Evenepoel se han citado para seguir lo que dejaron pendiente en la Vuelta.
Primoz Roglic
Tirreno-Adriático: Roglic me gusta hasta «pancartero»
Las victorias de pancarta de Roglic en Tirreno suman como las heroicas
Sí ya sé, los éxitos de Primoz Roglic, entre vallas y bajo la pancarta de meta de la Tirreno-Adriático, han vuelvo sobre la figura de aquel ciclista matador que firmó una buena parte de sus victorias en el tramo final de las carreras.
Y es cierto, el esloveno logró muchos triunfos así, muchos de esos más de 65 que adornan uno de los mejores palmarés que pululan ahora mismo por el pelotón.
Pero no le va a hacer ascos, el amigo Primoz, a una facultad que no todos tienen, capaz de aguantar escondido toda una jornada, para asomar al final, muy al final, lo justo para ganar la etapa.
Admito que pensé, desde un inicio, que Roglic no venía a por esta Tirreno, no al menos en la medida que podía ir años atrás a por la París-Niza o el Dauphiné.
Era su primera carrera desde que le vimos hecho un Cristo en aquella llegada de la Vuelta, justo antes de retirarse.
Una pretemporada condicionada por una operación y la incertidumbre del debut en una carrera de este nivel.
Incluso, cuando ganó el primer día serio de la carrera, pensé que era fruto de ese «savoir faire» en llegadas que pican, como otras veces le habíamos visto.
Pero no, amigas y amigos, este tipo es un rodillo, un killer «made in Slovenia» que no perdona ni cuando justo rompe a sudar.
¿Se han alienado los astros para su más que segura segunda Tirreno? es posible, el viento de la jornada reina ha jugado a su favor, pero es que esta gente, como Roglic digo, no triunfan fruto de la casualidad, en ellos reside un don, el del acierto, pero también la capacidad de esconder la cabeza, mezclarse en el grupo, aguantar lo que ellos saben aguantar y sacar el genio al final.
No ha derrotado a unos cualquiera Primoz Roglic en la carrera de los dos mares, pero está claro que, de inicio, ya sabíamos que estaban en otro nivel, en caso que la forma del esloveno estuviera más que aceptable.
Primoz Roglic, dije el otro día, es como esos delanteros a los que les favorecen los rebotes, pero claro, para que te vengan de cara, hay que estar y éste siempre está.
No acabo de ver a Roglic ganando esta Tirreno, creo gana por la inercia y clase que atesora, pero hoy he visto esa Lieja que gana tras perder el Tour, esa Itzulia tras caerse en París-Niza y esa Vuelta que domina tras abandonar el Tour.https://t.co/TLBDnI7lib pic.twitter.com/LLQbyp3sqV
— JoanSeguidor (@JoanSeguidor) March 9, 2023
Se va a llevar una Tirreno-Adriático rara, sin jornadas para enmarcar, como en otras ediciones, pero eso la estadística no lo contempla.
Esta sabe de números y registros y Roglic pone por segunda vez el huevo en la Tirreno, esta vez sin haber competido y ganando tres etapas, las tres de pancartazo, sí, pero es que la situación así lo requería.
Una cosa tengo cada vez más clara, más viendo la París-Niza, cuánto va a echar de menos Vingegaard a Roglic en el Tour
Imagen: FB Tirreno Adriatico
Primoz Roglic
Tirreno-Adriático: Primoz Roglic siempre se levanta
La victoria de Roglic en Tirreno recuerda que el esloveno siempre vuelve
Nos explicaba el amigo de Eurosport Adrián García en la presentación de la Vuelta a España, los sentimientos que le despierta Primoz Roglic y lo poco objetivo que es a veces con él, en un recuerdo que me ha venido a la mente con la etapa que ha ganado en la Tirreno-Adriático.
El esloveno es eso, deporte, espíritu y todo lo bueno que el ciclismo representa.
Pero no sólo eso, es ambición y entereza a partes iguales.
Porque sólo así entendemos la victoria que Roglic ha firmado en la primera llegada en alto de la Tirreno-Adriático.
No es la primera vez que Roglic en un estado de forma que ofrece dudas acaba llevándose el éxito.
Por ejemplo en la Vuelta del año pasado, cuando ganó la primera jornada en España en un final muy similar a éste de Italia.
Es un ciclista con muchos registros, pero en llegadas aquí nunca perdona, ni siquiera cuando llega tras una etapa en la que ha circulado tranquilamente en la panza del grupo, como desentendiéndose de la carrera, incluso cuando Alaphilippe probó suerte de lejos.
Cada victoria que Roglic celebra tras no verle desde su última caída, es una victoria del ciclismo.
No puede ser entendido de otra manera, es el espíritu y esencia de lo que es la propia vida, levantarse tantas veces como te caigas, aunque a veces, como bien vemos, te haces mucho daño.
No acabo de ver a Roglic ganando esta Tirreno, me parece que gana por la inercia y clase que atesora, pero hoy he visto esa Lieja que gana tras perder el Tour, esa Itzulia que consigue tras caerse en París-Niza y esa Vuelta que se lleva tras abandonar el Tour.
Eso es Roglic, y aquí sí que tomo un deportista profesional como ejemplo para las cosas importantes de la vida.
Imagen: @Jumbovismaroad
Primoz Roglic
A la Tirreno-Adriático, sólo le faltaba Roglic
La semana se plantea aún mejor con la imagen de Roglic en la Tirreno-Adriático
Creo no decir una tontería si admito que pensaba que Enric Mas podía ganar perfectamente esta Tirreno-Adriático, lo tenía en mente hace días y ahora con Primoz Roglic la historia puede cambiar.
La entrada del esloveno en la carrera de los dos mares es lo poco que nos faltaba para cuadrar el círculo en lo que creo va ser una primera semana de marzo memorable de ciclismo.
Ya no debutará en la Volta.
Al duelo al sol que esperamos en París-Niza entre los dos mejores del Tour, se le suma de forma simultánea una partida a varias bandas en la primera vuelta del calendario italiano.
Roglic ya sabe lo que significa ganar la Tirreno-Adriático, es el de la foto del artículo, un ciclista muy diferente al de hoy.
Entonces no había ganado ni siquiera una grande, iba camino de llegar pasado de forma al Giro y luego, en septiembre, hacerse con su primera Vuelta a España.
Hoy el esloveno es uno de los mejores ciclistas del mundo con más de 60 triunfos y una relación de resultados brutal
Pero sigo creyendo que Enric Mas tiene una opción de romper un techo de cristal que le vendría muy bien a esa cabecita a veces dubitativa.
Sé que la Tirreno-Adriático arranca con una crono y que ahí gente como Van Aert, ojo a éste para la general, y el mismo Roglic le pueden hacer pupa, pero hay terreno para buscar la sorpresa e incluso una llegada en alto en la que Enric me parece de los más fuertes ahora mismo, más en ausencia de Tadej Pogacar.
Lo veo mejor incluso ante un especialista en esta carrera como Mikel Landa, tercero en las dos últimas ediciones.
La Tirreno será sin duda un carrerón con opciones para todos, abre con la crono del Lido di Camaiore, y se mete en la médula de la bota itálica con dos jornadas tipo mundial y a aquella de domingo en la que Van der Poel firmó antología frente al mismo Pogacar más una llegada en alto.
Hay recorrido, en Italia siempre suele haberlo, y hay nombres, no tan relucientes como los dos de París-Niza, pero que pintan bien: Vlasov, Geraint, Adam Yates y Hindley, el ganador de gran vuelta del año pasado que aún no se ha estrenado éste.
Imagen: FB Tirreno Adriatico
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