Primoz Roglic
Primoz Roglic no puede olvidarse del Tour
Si Roglic quiere optar al Tour quizá no tenga sitio en Jumbo Visma
La historia recordará a Primoz Roglic como uno de los grandes de su tiempo, pero también del resto de tiempos, incluso sin haber puesto su nombre en el palmarés del Tour.
En la vida hay puntos de inflexión y la historia de Roglic con el Tour en el Jumbo Visma creo que cambió para siempre aquel día que él y Vingegaard llegaron solos a la cima final del Dauphiné del año pasado.
Durante toda aquella ascensión, la sensación de poder y control del danés, añadido a su segundo puesto de un año antes, quedaron patentes, a la vista de todos, incluido del esloveno.
Dudo mucho que Roglic hubiera mejorado al Vingegaard del año pasado en el Tour, incluso sin caídas.
El danés se ha hecho con el mando del mejor equipo en la mejor carrera, y desplazarle no va a ser sencillo e incluso Roglic lo sabe y lo admite en esta entrevista.
Si no le dan lo que él necesita para asaltar esas victorias que le quedan por lograr -el Tour dicho en plata- tendrá que buscar otras opciones.
Descartado en la general, el año pasado, no dudó en decantar la carrera hacia su compañero en la memorable etapa del Granon, siendo pieza clave de un engranaje Jumbo que funcionó como un reloj suizo.
Roglic le hizo el trabajo a Jonas, una vez pero no veo que se lo vaya a repetir,
No en el caso que se siga viendo competitivo y con hambre y este tío tiene mucho hambre.
Roglic ha desconectado a fondo del Giro -no contempló ni Suiza, donde tiene opción de un bonito récord- y piensa directamente en la Vuelta, ni siquiera los mundiales de Glasgow entran en su plan.
Con tres Vueltas, el Giro un reguero de triunfos importantes, un oro olímpico entre otros, Roglic no se olvida del Tour, cosa que a mí, personalmente, me sorprende positivamente.
Su tren creo que pasó aquella tarde hace tres años en La Planche des Belles Filles.
Desde entonces Pogacar ha crecido y Vingegaard es el único que le sigue la estela, en circunstancias normales no veo a Roglic entre ambos, pero ojo, que Primoz sabe bien una cosa, que en el ciclismo hay subidas y bajadas, caídas y recuperaciones y sabe que, estando ahí, quizá hasta puede rascar algo cuando menos se lo imagina.
No son pocos los que han logrado su mejor éxito a una edad por la que la gente no jugaría sus dineros por ello.
Eso sí, en caso que Roglic quiera el maillot jaume en París, no le veo haciéndolo en Jumbo.
Primoz Roglic
Top2023 Primoz Roglic es el conseguidor
La temporada de Roglic vuelve a rozar el excelente
Nn ns engañemos, Primoz Roglic, esloveno, querido a más no poder por la afición, para firmar la nota máxima necesita el Tour, la general del Tour.
Él lo sabe, nosotros lo intuimos, en la lista de eslovenos queridos en el mundo no creo que haya más queridos que él.
Quizá el portero del Atletico o Pogacar, poco más.
El año que viene Primoz Roglic irá a por el Tour, la injusticia histórica que se perpetró en La Planche des Belles Filles hace poco más de tres años.
Mientras él va haciendo, que no es poco.
Roglic lleva en el listado de los mejores del año en este mal anillado cuaderno hace cinco temporadas, no es baladí.
Su forma de hacer es como la de un rodillo, gana hasta cuando parece que no le pone interés.
Como en la Tirreno-Adriático que firma a base de pancartazos, para alimentar su inmerecida leyenda.
En Italia consiguió duplicar, pero luego en la Volta en la que nos deleita con Remco, que si ataco, que si te sigo, que si paro, se quedó a una puñetera general de tener todas las grandes de de una semana en su palmarés.
Sólo le falta Suiza, y al parecer será su preludio de su Tour el año que viene.
Si lo logra, en eso, se diferenciará con Tony Rominger.
Porque hasta la fecha sigue los pasos y los quehaceres del helvético, incluso hasta en el Giro, una carrera que en 2023 no ha sido la más bonita, pero que fue ganada de la forma más in extremis posible.
La pena fue que se lo hizo al mismo Geraint, a las puertas del final en Roma, pero esa cronoescalada tenía tanta miga que sólo Roglic pudo desentrañarla.
Cierto es que hubo emoción hasta el final, pero qué emoción, verle sobrepasado por la avería casi al final, y sobreponerse con la adrenalina rebosando para hacerse con un rosa que era inapelable.
En la Vuelta, ya sabemos, se impuso la lógica de equipo, que no sé si la real de carrera.
Que Roglic respetara el liderato de Sepp Kuss fue de justicia en la intrahistoria del Jumbo, aunque no sé si en la propia de la carrera.
El año que viene más, y sin necesidad de responder ante nadie, Roglic volará solo ¿volverá a este listado de tops del año?
Primoz Roglic
Roglic a Bora, lo deportivo y lo económico
Buenas perspectivas con la llegada de Roglic al Bora
La noticia que no es noticia, pues ya no era ni rumor, saltó a 24 horas de Lombardía: Roglic se va a Bora.
Movimiento audaz y ambicioso por todas las partes, movimiento con cierto halo romántico, Roglic no llega a Bora con una mano delante y otra detrás, pero está claro que su salto obedece a un objetivo deportivo y también económico, como bien me han indicado.
Aun así pasará a cobrar cerca del doble de lo que venía cobrando en Jumbo. Renuncia a estructura y potencial de bloque pero ha firmado un contratazo y el equipo es bastante sólido para auparle a su objetivo del Tour.
— Rubén ᅠ (@rubmonhor_85) October 6, 2023
Salir de Jumbo, de este Jumbo, hay que te tenerlos gordos, pero para retos el esloveno y su ambición infinita.
Cuando hace unas semanas dije que Roglic debía dejar Jumbo, recuerdo gente poniendo en valor la temporada del ciclista, dando a entender que Giro y Vuelta eran objetivos gordos e interesantes, pero cuando ya has ganado sendas carreras, y otras muchas, sólo te mueve la más importante, sólo el Tour de Francia.
Y éste es el principal motivo que empuja al que podemos considerar fichaje de la década, de lo que llevamos de década, uno de los miembros del big6, a ver qué sucede con Evenepoel, cambia de aires.
Cualquier opción que hubiera escogido Roglic habría sido aplaudida, pero la de Bora me parece acertada no, lo siguiente.
A diferencia de Movistar, con muchas carencias en la estructura, e Ineos, con una desinversión notoria, Bora es la ambición hecha equipo, un bloque está creciendo de forma continuada desde que virara sus objetivos a las vueltas pequeñas y grandes, desprendiéndose de Peter Sagan.
El ocho de Jumbo para el Tour lo sabemos de memoria, pero ojo entre lo que tienen que escoger los alemanes: Buchmann, Schachmann, Dani Martínez, Higuita, Uijtdebroeks, Vlasov, Kämna y Hindley.
Eso sólo de inicio, pues tienen una columna vertebral potente.
Está claro que habrá objetivos para todos, pero Roglic tomará la delantera en el Tour en lo que significa una descarga importante para corredores muy buenos pero que no parecen al nivel de los grandes nombres.
Tanto Hindley como Vlasov no son bazas para porfiar por la carrera más importante, mientras que el joven belga tiene tiempo para crecer.
Pero no sólo importa Bora por los activos y nombres que le pongan a Roglic, está también la mentalidad, un equipo que juega al ataque, que innova cuando muchos dicen que los grandes no dejan margen de movimiento.
Recordad la jornada en la que Hindley gana y se pone de amarillo este Tour, o el año pasado en Turín, en la mejor jornada del Giro 22.
Bora es ambición, es calidad y tiene fondo de armario, pero si su maillot es top, sólo le faltaba Roglic.
Imagen: UNIPUBLIC / SPRINT CYCLING AGENCY
Primoz Roglic
Roglic ha empezado a ganar el Tour
Con la salida del Jumbo, el Tour gana a Roglic como favorito
Incluso antes de el tema de la fusión de escuadras, incluso antes de la Vuelta a España y su desenlace, tomando que Roglic estaba comprometido con Jumbo hasta dentro de dos años, tenía claro que cualquier ambición del esloveno en el Tour estaba por salir del Jumbo.
Las cosas en tres años han dado un giro copernicano que poco a poco han arrinconado las opciones del ciclista en la carrera que sin duda falta en ese palmarés.
Bueno, el Tour y un mundial serían las dos grandes piezas que echamos de menos en el palmarés de Roglic.
Porque el resto ya lo tiene, y algunas cosas de forma holgada, incluso hasta oro olímpico y monumento.
Llevaba tiempo comentando que Primoz Roglic debía dejar el Jumbo si quería finalmente cobrarse la deuda que el Tour tiene con él.
El crecimiento de Jonas Vingegaard ha sido tan monstruoso que este año ni siquiera ha necesitado de Primoz para ganar el Tour por aplastamiento.
La inclusión del Giro y Vuelta en el plan de Roglic ha facilitado las cosas en Jumbo de cara al Tour, pero estaba claro que Francia es su asignatura pendiente.
Y aquí no valen lideratos compartidos ni otras mandangas, si hay dos ciclistas que no pueden coliderar en el pelotón son los dos mejores del Tour 2021, 2022 y 2023
La confirmación de Roglic sobre su salida del equipo me ha gustado porque pone sobre el tapete otro favorito al Tour, de hecho lanza al ciclista que está ahora más cerca de Vingegaard y Pogacar en el Tour.
Sé que hay un salto entre los dos favoritos y Roglic pero yo a éste nunca lo descartaría para nada, sobretodo si centra su tiro en julio.
Roglic saber perfectamente lo que tiene que mover y sacrificar para estar cerca de ambos, es un gran estratega y del marcaje entre los dos cocos puede surgir su baza.
Fue clave en el primer Tour de Vingegaard y ahora puede jugar su opción sabedor que la vida le ha tratado mal en muchos frentes pero que siempre ha tenido segundas oportunidades que ha sabido aprovechar.
Mirad Dauphiné y París-Niza dos carreras francesas que, como el Tour, tenía en la mano, las perdió pero volvió para llevárselas a casa.
Roglic sabe que una buena parte de su éxito es resistir y estar siempre, presto y delante, por eso si no desiste, no lo descartéis ni para el Tour, una carrera que ha acabado, os recuerdo, en la vitrina de ciclistas com Carlos Sastre, Cadel Evans y Geraint Thomas cuando todo indicaba que nunca lo iban a ganar.
Primoz Roglic
El Giro della Emilia se ha convertido en el Tour de otoño
Que Roglic cope los titulares del Giro de Emilia explica la dimensión que tiene la carrera
Dijo Roglic tras ganar el Giro della Emilia que le gusta el sitio, la subida a San Luca, un emplazamiento singular que se le da muy bien al esloveno
El escenario es precioso, único, desde la misma raíz de la ciudad de Bolonia, desde esa vía que nos recuerda a Zaragoza con el paso por el arco del Meloncelo, arranca el tramo definitivo del Giro de la Emilia con el pórtico renacentista trepando al margen.
Aquí, una carrera que no es World Tour, vienen los mejores del mundo a medirse en una prueba que es un emblema de la resistencia de las organizaciones que no están en el máximo circuito.
El nivel de la participación de Emilia este año supera a un importante número de carreras del World Tour
Cierto es que no es la carrera más espectacular, un esquema previsible como la Flecha Valona antes de Lieja, pero ofrece un desenlace que te altera.
Un final que, se venía cocinando durante el tramo definitivo, que era perfecto para Primoz Roglic el día que decidió ser protagonista antes, durante y después del Giro della Emilia.
¿Es el último triunfo de Roglic en el Jumbo?
Veremos.
Pero mientras no imaginamos la vida fuera del equipo de su vida, caigamos en la propia carrera y su desarrollo, muy familiar a lo que ha sido el año.
UAE controlando y bloqueando, con el mismo Adam Yates a los mandos, Pogacar sacando los petardos en la subida final y un Jumbo, en este caso Roglic, rebañando el triunfo
Bien por Pogacar y los suyos, son valientes, proponen y arriesgan, pero este Roglic está de dulce, no hizo falta nada más que el ataque definitivo y final para inscribir por tercera vez su nombre en la coronilla de San Luca, el mismo sitio en el que empezó liderando el Giro 2019.
Con Roglic y Pogacar, estuvieron un Carapaz que ha hecho los deberes para Lombardía y un Enric Mas que estuvo sin más, pero sin opción real a disputarle nada a los eslovenos.
Ahora el otoño italiano mira a Bérgamo y la quinto monumento, Roglic está a punto, Pogacar, también, pena que no acabe en el precioso circuito de Como por eso de la alternancia
Imagen: UNIPUBLIC / SPRINT CYCLING AGENCY
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