Noticias de ciclismo
Mikel Landa también existe
Publicado
3 años atrásen
Por
Iban Vega

Ajeno al mundanal ruido Mikel Landa construye su forma para el Giro de Italia
Desde 2015, cuando aquel corredor celeste aguantaba, y ganaba, entre los mejores del Giro de Italia, todos esperamos algo más de Mikel Landa.
¿El qué?
Pues depende, porque haciendo un ejercicio de objetividad, ganar un Tour, quizá sea excesivo, incluso una grande, aunque quizá no ser decisivo, pisar podios, estar donde se le supone.
Mikel Landa hace limpio en la Itzulia,
empieza su cuenta atrás para la carrera que vemos mejor para sus posibilidades: el Giro.
Tras su caída y recuperación hace unos días volvió en la Coppi Bartali y con victoria.
Como aquella vez que reaparición en Itzulia, tras estar out en el Sky, y a las primeras de cambio: victoria.
En esta Itzulia, Mikel Landa está a poco menos de un minuto de mejores, quienes por cierto, Schachman y Alaphilippe, van como tiros.
Es complicado pensar que gane, por forma, por recorrido y por desarrollo de carrera.
Sin embargo, en cómo siga afinando las piernas reside el éxito oculto de la prueba.
Paris-Roubaix, la carrera por excelencia del comienzo de temporada del ciclismo internacional. Lugar donde se encuentran los grandes ciclistas para luchar por una etapa que siempre promete épica y nobleza ciclista. En nuestra web, hemos preparado para la ocasión un especial donde hablamos de la carrera más famosa de páve y adoquinado. te dejamos el enlace para que podáis saber un poco más de esta «marcha» que empieza en París y acaba en el famoso velódromo de Roubaix. La París-Roubaix
Y es que Mikel Landa está ahí, en edad de merecer.
La nueva Berria eléctrica te regala sensaciones muy reales
Más allá de la carrera de su casa, le contemplan casi treinta primaveras y las estadísticas hablan de plenitud física.
En el Giro, que habrá tiempo de hablar de él, concluyen no pocas estrellas y a Mikel Landa le dejan en esa segunda línea que siempre le ha resultado.
Porque las mejores actuaciones de Landa le han llegado a contrapié o cuando el foco no ha estado en él.
El año pasado en Movistar nada le resultó, por caídas, y porque creemos que, en igualdad de condiciones había unos cuantos más fuertes.
Pero si miramos más atrás recordaremos la segunda campaña en el Team Sky, año 2017, cuando, eliminado del Giro, estuvo delante para ganar etapa y llevarse el maillot azul.
Lo mismo que pasaría semanas después en el Tour, cuarto, a un soplido de Romain Bardet, tras un trabajito fino para Chris Froome.
Son asideros para pensar que Mikel Landa puede volver a brillar al nivel que se le prevé desde hace tiempo.
Y en todos ellos, llegaba tranquilo, sin ruido, lejos de los focos.
Incluso evoluciona sin declaraciones que llamen la atención, cosa que en su caso no es sencillo.
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En esta campaña, ha estado ausente por la caída en Mallorca y posterior lesión.
Ha trabajado en la sombra, mientras Valverde y Nairo han tenido el peso de un equipo, el Movistar, que no va sobrado de triunfos.
No creemos, repetimos, que Mikel Landa gane la Itzulia, pero es momento de verle entre gente muy en forma.
No le quedará tanto para el Giro, las Árdenas, donde estará al servicio de Valverde y poco más.
Si estar ajeno al ruido, beneficia a Landa, lo veremos muy pronto.
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Ciclismo antiguo
Tour 1992, eso ya no volverá
Publicado
4 días atrásen
22 de junio, 2022Por
Iban Vega

Por muchos motivos el Tour 1992 es irrepetible
El otro día me invitaron al ejercicio «friki» que el amigo Miguel González propone cada semana con su Pedal Vintage para hablar del Tour 1992.
La efeméride, ojo que pesa, cumple treinta añazos, treinta primaveras de nuestra vida que delata un poco la edad que tenemos cada uno.
Lo cierto es que sumergirse en un podcast tan metódico y concienzudo tiene ventajas intangibles, como el echar mano de los recuerdos que te quedan y de los que ya habías pasado página.
De aquel Tour guardo grandes instantes, como todos los que lo vivieron de mi generación o anteriores, pero hablar con Miguel tiene un plus de memoria que te hace entrar en trance.
Recordar y contar lo que tenemos sobre el Tour 1992 es un viaje a un ciclismo del que nunca quisimos salir.
Me pilló con la edad de mi hijo ahora mismo, con los mismos sueños y anhelos, con pensamientos tan alejados de lo que en realidad pasaba que hoy cuesta casi admitirlo.
Pero fue el primer ciclismo de los muchos que pululamos por las redes, el ciclismo de unos corredores que no pensaban en mañana, si podían competir con todo hoy, de unos ciclistas que afrontaban unas salvajadas de etapas que hoy no entrarían en el molde.
En la charla, con Miguel ya hablamos del prólogo de San Sebastián y cómo el dorsal 1, Miguel Indurain sale con todos los cohetes para ser el primer líder delante de su afición.
No contentos con eso, los grandes nombres ya se pusieron delante en el primer puerto de entidad, el Marie Blanque que no vio la QH este sábado, para empezar a marcar paquete.
Aquella carrera fue, podríamos decir, deforme, pues partía con varios condicionantes, la salida de San Sebastián diezmaba los Pirineos y se tenía que rendir visita a varios países europeos por el trabado de Maastricht.
Que la montaña estuviera concentrada no quitó que hubiera gresca casi a diario, un dato que refleja la cantidad de sprints masivos que se vieron.
Especial fue aquella etapa de Bruselas, bajo el diluvió, con el Kapelmuur y Chiapucci y Lemond poniendo las cosas muy tensas.
Fue un Tour de quiero y no puedo para muchos, pues lo que sucedió en Luxemburgo trascendió la historia: una crono, más de 60 kilómetros, tres ciclistas doblados y la seguridad de que mientras Indurain fuera de la partida y estuviera bien, el Tour no iba a ser para otro.
Para quienes dicen que una crono hace un daño terrible a una grande, la reacción monumental de Claudio Chiapucci en Sestriere, si no la etapa de nuestras vidas, en el top 3 de siempre.
Ese día Indurain sentenció el Tour, entre la nebulosa de una pájara final y la caída total de la oposición de Gianni Bugno.
Días así, de 60 kilómetros contra el reloj, de 250 kilómetros por la montaña, competidos como si no hubiera un mañana… eso era otro ciclismo.
Y ojo que no quiero decir que ese ciclismo fuera mejor, tampoco peor, era diferente, al que estaba acostumbrado entonces y sí, lo extraño.
El Tour que empieza en unos días casi no ofrece etapas que podamos imaginarlos llegando de uno en uno, al mismo tiempo empieza a anunciar superequipos que no dejarán nada al azar y el control numérico se impondrá.
Espero equivocarme, mientras seguiré recordando aquellas carreras que nos tuvieron seis horas delante de la televisión.
Imagen: Diario Vasco
Noticias de ciclismo
Pirinexus Challenge: la cara más amable y menos conocida de los Pirineos
Publicado
2 semanas atrásen
15 de junio, 2022Por
Iban Vega

Larga distancia, paisaje y ciclismo íntimo esperan en la Pirinexus Challenge
Hace diez años un reto se propuso un reto en la Unión Europea, su nombre fue Pirinexus y no era otra cosa que una ruta ideada desde el consorcio de Vies Verdes de Girona uniendo varios puntos a un lado y otro de los Pirineos.
Con un fondo comunitario dedicado a su creación, la ruta pasó del papel al territorio.
Se señalaron rutas, curvas, en medio de la nada, entre bosques, los contrafuertes de la montaña, un círculo en el mapa que creció y se hizo mayor con lo más importante, el beneplácito de los ciclistas.
La Pirinexus, como su nombre indica, unía lugares, puntos más allá de la frontera, el Vallespir con otros de Girona, ese sitio que alguien cinceló para que los ciclistas se explayaran.
Y para ello se dispuso de una ruta de 350 kilómetros por carreteras secundarias que invitaban a aquello que un día idearon los randonneurs, esos magos de la larga distancia, que encontraban el placer en el pedalear sin prisa, pero por horas y horas, por medio mundo.
En las entrañas de la Pirinexus
Jordi Cantal fue el ideador de todo esto.
Un día tomó un mapa, recorrió con su dedo el contorno de los Pirineos, pensó en lo que sería la Pirinexus y se propuso recorrerla en 24 horas, o menos.
“Me salieron veinte horas, al final. Me fui al Patronat de Vies Verdes para presentar un proyecto de reto, una challenge que se hiciera de un tirón pero en un marco horario: de sol a sol».
Así nació la Pirinexus Challenge, un libro de hojas blancas para el gravel tranquilo, que busca respirar en parajes únicos, íntimos, en terreno fronterizo.
En 2015 se celebró la primera edición, con doce equipos, pues se realizó a relevos.
Con el tiempo entró en el programa de la Sea Otter Europe, formando parte ahora mismo de su programa deportivo.
Este año será el 24 de septiembre.
Se trata de una propuesta diferente, porque es el ciclismo de larga distancia, el alejado de toda prisa y que respira en una cita de frenética actividad.
Un reto non stop que prevé reunir ciclistas con todo tipo de pretensiones: acabar, explorar límites y buscar la compañía del sol
Por delante una propuesta redondeada en 335 kilómetros, que se inicia de madrugada con tiempo para finalizarla hasta la media noche.
Un reto cambiante, con tierra y asfalto que propone diversión, variedad y ciclismo en esencia.
El lado menos conocido de los Pirineos
En el mapa sería el tramo más a la derecha, en la realidad son los Pirineos menos conocidos, aquellos que pierden altura porque el Mediterráneo les reclama.
La Challenge Pirinexus no pretende el Tourmalet, ni el Aubisque, pero el límite del horizonte dibuja el perfil mismo del placer.
Su desnivel, unos 3500 metros en 335 kilómetros, habla del placer de rodar y rodar.
Los tres grandes escenarios
Si la ruta ofrece sorpresas, ya vendrán, pero a priori la Pirinexus esconde algunos tesoros que pueden ser dibujados.
Uno es la bajada del Coll d´ Ares hacia el Vallespir, ya en Francia: “es asfalto rugoso, típico, los paisajes llenan la mirada”.
Otro el Coll de Panissar, que marca el regreso a Girona, cerca de Le Perthus, con L´ Empordá ahí abajo.
El último la leyenda e historia de Empúries y el eterno legado griego que nos ha dejado.
Mejoras en el recorrido
Para quienes tengan referencias de experiencias pasadas, hay que anotar algunas mejoras en el recorrido que evidencian la apuesta del territorio por esta fórmula.
Así las cosas, en el tramo de Sant Joan de les Abadesses a Ripoll se ha propuesto una vía completamente nueva que incluso incorpora algún puente.
También señalar que en Platja d´ Aro se han mejorado los carriles bici de forma paralela a la carretera.
Recordemos que este año la ruta será en sentido de las agujas del reloj…
Noticias de ciclismo
Un libro en homenaje de las bicicletas
Publicado
4 semanas atrásen
31 de mayo, 2022Por
Iban Vega

El libro pone en valor las bicicletas, el medio de transporte más utilizado
La editorial Takatuka ha publicado esta primavera «Bicicletas», un libro que pone de relieve la importancia de este medio de transporte y de práctica deportiva.
Escrito por Fleur Daugey e ilustrado por Karine Maincent, es un homenaje al vehículo más ecológico y sostenible, que revolucionó la historia de la humanidad.
Un libro ideal para los amantes de las bicicletas y el deporte
Con un lenguaje sencillo, fácil de leer y comprender, el pequeño lector conocerá la historia de la bicicleta y su evolución, desde el velocípedo hasta la BTT. Un gran invento del que cada año se fabrican 140 millones en todo el mundo, el triple que de coches. Gracias a él, muchos de nosotros podemos desplazarnos de una manera rápida y fácil para ir a trabajar, para hacer deporte o simplemente para pasarlo bien.
En este álbum ilustrado viajaremos a través de la historia y cultura de diferentes países para conocer la importancia y diferentes utilidades de este medio de transporte extraordinario.
Así conoceremos a Karl Drais von Sauerbronn, el inventor del velocípedo en 1817, antecesor de la bicicleta, o a Pierre Michaux quien en 1861 inventó los pedales para poner en ellos los pies y transmitir la fuerza de las piernas a la rueda.
Además, sabremos cómo la bicicleta ayudó a la liberación de las mujeres, hizo la revolución en China y sustituyó a los coches durante la Segunda Guerra Mundial, cuando había escasez de combustible. Y analizaremos los elementos que lo hacen un vehículo único e indispensable.
El libro también le dedica un espacio a las competiciones ciclistas como las carreras o las grandes vueltas que se celebran en diferentes países y que cada vez tienen más seguidores, sin olvidar las malas prácticas, como el dopaje, o las modernizaciones técnicas que ha ido adoptando la bicicleta.
Acompañado de atractivas ilustraciones coloridas, el texto nos invita a reflexionar sobre cómo la bicicleta puede formar parte de la solución para desplazarse y divertirse en el mundo sin perjudicar el medio ambiente.
Sobre su autora y su ilustradora
Fleur Daugey se formó en Piscología y Etología e inició su carrera trabajando en numerosas ONGs de protección de la naturaleza, antes de volcarse en la escritura y el periodismo.
Redactora durante tres años de la revista La Salamandre, trabaja actualmente como periodista independiente y autora para diferentes revistas y editoriales.
Karine Maincent es una diseñadora e ilustradora francesa, licenciada en la Ecole Supérieure d’Art et de Design d’Amiens.
En 2007 se fue a trabajar como diseñadora gráfica para el Instituto Francés en Cotonou, en Benin.
A su vuelta fundó en 2009 el estudio Tokpa, que le permite partirse el tiempo entre la dirección artística, la ilustración, la realización de reportajes ilustrados y la animación de talleres infantiles.
Noticias de ciclismo
El Giro 2022 toca el cielo en el Pordoi
Publicado
4 semanas atrásen
28 de mayo, 2022Por
Iban Vega

El Pordoi es la Cima Coppi de este Giro de Italia
Antes de la Marmolada, el Giro pasará por el Pordoi con la seguridad que está en su punto más alto.
Hubo por estos pagos una etapa mítica hace casi treinta años. Corrían en aquel pelotón nombres que suenan a gloria en tiempos en los que los héroes corren escondidos.
Fue una jornada de esas que deja la memoria marcada a una generacion, porque la generosidad en la carretera se cobra el recuerdo, el cariño de quien ama este deporte, lo que significa e implica.
Y la historia la escribieron con mayúsculas dos gigantes como Claudio Chiapucci y Miguel Indurain, bajo la pertinaz lluvia de los Dolomitas, en el enjambre de puertos del lugar, de subidas inhumanas, aquellos días ocultas y escondidas en la niebla que agarraba con obsesión la piedra del paisaje.
Pero ese día Miguel Induriain, generoso habitualmente, hizo un gesto que dejó huella, quiso pasar primero por el Pordoi, esa edición la “cima Coppi” de la carrera.
Quizá supiera el navarro de la vinculación de esa subida con el gran Fausto, quizá supiera de las estelas que adornan la subida en recuerdo del irrepetible ciclista que marcó los tiempos tan hondamente que todos en su país o en cualquier rincón del universo ciclístico le recuerdan como el grandísimo que fue.
En la cima del Pordoi, Jordi Escrihuela nos dijo que hay una bicicleta de Gilberto Simoni, que también hay un monumento a Fausto Coppi, el corredor que un día voló sobre las 33 curvas del puerto, que puso el Pordoi en el mapa.
“Fíjense en Fausto Coppi ¿escala? No, no escala. Corre, sencillamente, como si la mesa fuese llana como una mesa de billar. Desde lejos se diría que ha salido a dar un alegre paseo. Desde lejos, porque desde cerca se ve como se le enflaquece el rostro y se le contrae el labio superior, lo que le confiere una singular expresión de ratón apresado en una trampa”
Dino Buzzati, el cronista del “Corriere della Sera”, estaba ahí, en el Giro de 1949, viendo a Coppi volar, distanciar al resto, perpetuar el Pordoi. El narrador de la escena deportiva en la Italia que recuperaba el resuello tras la Segunda Guerra Mundial, plasmó ese Giro que marcó la línea entre Bartali y Coppi.
Dicen que hay cimas más duras, más altas, si se nos permite, hasta más fuertes, en los alrededores, pero el Pordoi es la esencia de los Dolomitas.
Cercado por el Sella, la Marmolada, aquí se tienen las mejores vistas, incluso de los puertos suizos cuando el verano cae sobre las cumbres que rebosan nieves perennes.
El sitio vivió otras batallas, como en el Grappa, osarios recuerdan soldados que se dejaron el aliento en las guerras mundiales.
Sin embargo el lugar está prendado de Coppi y su figura, quizá por eso Franco Chioccioli, el corredor que más se le asemejó sentenció un Giro, el de hace 25 años, ante el desespero de Marino Lejarrera.
No es el más, duro, como dijimos pero su sucesión de curvas, rítmicas, casi sinfónicas le confieren carácter musical, primero entre pinos, luego con la singular flor de edelweis como testigo.
Arriba está cima, esta vez la «cima Coppi».


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