Ciclistas
El injusto estigma que arrastran Oscar Sevilla y Paco Mancebo
Siempre que se habla de Oscar Sevilla y Paco Mancebo hay recuerdos a su pasado
El fin de semana de Campeonatos de España son un poco como esos anuncios de turrón, pues algunos, como en Navidad, vuelven a casa, algunos tipo, por ejemplo, Oscar Sevilla y Paco Mancebo.
Para ponernos en situación, todos les conocen, pero quizá no todos sepan de la trascendencia de estos dos nombres, pues como vemos en el tweet de más abajo, cuando Javier Romo no habían nacido cuando Mancebo hacía sus primeros pinitos.
Oscar Sevilla y Paco Mancebo eran todo en el ciclismo español hace sólo veinte años.
En los tiempos de plomo de Lance Amstrong, años tachados en los libros, pero no en nuestra memoria, en estos tiempos, Oscar Sevilla y Paco Mancebo fueron maillot blanco en el Tour, prometían mucho, crecían en las estructuras más poderosas… hasta que la Operación Puerto se lo llevó todo por delante.
Sin una sentencia firme, sin algo que pendiera sobre su cabeza, casi todo se redujo a listados e interpretaciones sobre los apodos el galeno canario, quedaron fuera del gran circuito.
El peaje que pagaron fue el ciclismo de serie B, compitiendo allí donde pudieron y les dejaron, sin opción de poder volver al patio grande.
Eso en mi pueblo se llama ser cabeza de turco, mientras los inútiles que gestionaron aquel desaguisado de investigación, que acabó con sus grandes acusados de rositas, siguieron con sus vidas como si nada.
Pero la pena no fue sólo para ese momento, la pena fue arrastrar con ellos un estigma que mucho tiempo después sigue vigente.
Chicos! Vale ya! Y si en vez de restar entre todos tratamos de sumar? Creo que todo esto no beneficia a nadie
— Aleix Serra (@chiodi17) June 20, 2021
Que bien trata la edad a algunos. Debe ser que el aire colombiano tiene propiedades rejuvenecedoras. Que alegría encontrar a @oscarsevilla76 en casa! #CECostaBlanca21 pic.twitter.com/xfB1ruwjOd
— Nicolás Van Looy (@nico_vanlooy) June 19, 2021
Tanto tiempo después, pasados quince años del estallido de la Operación Puerto y sus consecuencias, las redes les siguen recordando quiénes son y de dónde vienen, de forma constante, sin respiro y machacona.
Ya sabemos lo que fueron y lo que son.
Es tan sencillo como negarse a competir en una prueba donde ellos concurran o denunciarlos más allá de las redes y el pataleo de sofá.
Nosotros, estos años, hemos tenido cierto contacto con ambos.
Paco Mancebo dejó escritas unas palabras hace unos años, cuando competía en Dubai:
Aquí me encuentro muy a gusto y me veo compitiendo hasta dentro de mucho, incluso hasta los 45 o así, otra cosa es que luego tenga equipo en condiciones y merezca la pena, pero a nivel físico y mental llego hasta ahí por lo menos.
Mis años en las grandes carreras quedan lejos y claro que echo de menos la sensación de estar disputando una gran vuelta con los mejores, pero la vida son etapas y sé que ahora no podría estar en esa situación. Con todo sólo puedo decir que estoy tan contento haciendo otro tipo de carreras.
La diferencia de exigencia respecto al World Tour es importante. En las carreras WT hay un nivel mental que no suele haber en las demás carreras, allí van siempre los mejores y con ganas de hacerlo bien y donde cada puesto se disputa. En el calendario normal, siempre hay menos tensión, menos equipos, un poco (o mucho) menos nivel. Para mí lo peor del ciclismo de competición esta en el estrés.
Con Oscar Sevilla también pudimos hablar varias veces hace unos años, por unas cuestiones de patrocinio y material.
Es un albaceteño con acento colombiano, siempre dispuesto y solícito, es feliz en Colombia, donde está instalado a todos los niveles, alrededor suyo funciona el Medellín y, sinceramente, no nos pareció se metiera con nadie.
En Colombia hay de todo, gente que lo ha asimilado y otros que lo odian abiertamente por su pasado y por, a su juicio, joderle oportunidades a los jóvenes, sinceramente la edad no debería ser un factor para que alguien esté o no ahí.
Para algo existe la meritocracia.
Dicho todo esto, estoy con Aleix en el comentario en el que pide calma, tranquilidad, que ya está bien, sobre todo lo que generó su comentario sobre Paco Mancebo.
Esta gente no ha matado a nadie, su caso nadó y nada en un limbo que ellos no crearon, podemos tener o no la impresión que hicieron trampas, hablando con unos y otros no creo que hicieran cosas muy diferentes a la mayoría, pero eso no les expone al linchamiento constante por parte del respetable.
Llevan en el ciclismo en tantas circunstancias, tanto tiempo que negar su pasión por este deporte es absurdo
Como decimos, ya sabemos que han competido en carreras a las que han ido otros que habrían podido ganar o no sin ellos, pero ya está, ya pasaron, y nadie obliga a nadie a competir si crees que al lado tuyo va un tío «mamado».
En definitiva, que en el ciclismo hay siempre mucho «papista»,
Romain Bardet
Lieja: Romain Bardet sobrevive a los tiempos y los monstruos
La segunda plaza en Lieja nos recuerda el excelente ciclista que es Romain Bardet
En este mal anillado cuaderno cada éxito o buen resultado, como la plaza de plata en la Lieja, de Romain Bardet, se celebra.
Siempre.
Ayer, mientras Pogacar, muy cansado en meta, celebraba los primeros instantes de su segundo victoria en la decana, la televisión pinchó un momento a Romain Bardet, quien miró a la cámara, sonrió y agitó el puño derecho, creo.
Fue un gesto natural, sin aspavientos ni nada similar, estaba celebrando una segunda plaza, pero que segunda plaza
Co esa segunda plaza, el primero de los «humanos» podríamos decir, Romain Bardet recordaba en Lieja que su ciclismo de sentimiento y sensaciones sigue vivo y vigente, no sin dificultades, pero vivo al fin
Era un nuevo top ten para Romain Bardet en la capital valona.
Como es de esperar sus mejores resultados clasicómanos se producen en Lieja y Lombardia, pero en especial en la primera, en la que Romain Bardet ya ha sido dos veces podio.
No ha ganado nunca un monumento, pero ha estado ahí, no lejos de los mejores.
Pero si hasta fue subcampeón en el mundial que corona a Alejandro Valverde.
Porque Romain Bardet lleva años en el negocio, hace diez fue cuando explotó en el Tour, el de Nibali, y toda Francia se emocionó con lo que podría llegar hacer.
Pisó dos veces el podio, pero nunca hizo de menos el resto del calendario, ni siquiera en sus años de prime con la Grand Boucle, y así ha granjeado un palmarés pequeño, sólo 10 victorias, pero muy potente en calidad y aprecio de la gente, pues se le quiere, esa es la verdad.
Cuando el año pasado Remco Evenepoel el ganó la etapa de Pirineos en la Vuelta, todos asintieron ante la entrega y honestidad de este ciclista que admite que las cosas han cambiado mucho para su gusto, pero que tuvo arrestos para salir del grupo que Pogacar acababa de destrozar y firmar una posición de plata que tiene un mérito brutal.
Cuando tengáis dudas de a dónde va este deporte, cuando veais cosas que no os emocionan, hay tirar de los clásicos, tirad de Romain Bardet.
Imagen: A.S.O./Gaëtan Flamme
Ciclistas
Lieja: ¿Qué es Tadej Pogacar?
El dominio de Pogacar en Lieja le sitúa como uno de los mejores clasicómanos de siempre
Cruza la meta solo, tras una cabalgada de 30,40, 50 u 80 kilómetros ¿qué más da? Lo de Lieja es otra muesca en la cuenta de Tadej Pogacar.
Sin Evenepoel, sin Roglic, la gran rivalidad se enfocaba esta vez con Mathieu Van der Poel, pero, ahora mismo, al neerlandés le falta un hervor en estas carreras.
Y ojo que, con este razonamiento, no le descarto para las futuras ediciones de la decana ni de Lombardía, los dos monumentos que faltan en su cuenta
Este domingo Tadej Pogacar ha sumado en Lieja su victoria nº 70.
Tiene 25 años y su palmarés habla por él.
Es un bagaje en el que no caben medianías, un recorrido que para muchos arrancó en la Vuelta que acaba en el podio, para otros, el Tour que le remonta a Roglic, y quizá, para unos pocos, en aquel Algarve que gana recién accedido al profesionalismo.
Si miramos su lista de éxitos, el desconcierto nos invade.
¿Qué es Tadej Pogacar?
¿Un clasicómano con proyección en vueltas? o ¿Un vueltómano que gana clásicas?
Yo no lo sabría decir, es las dos cosas al mismo tiempo, el ciclista total, el especialista en todo, un sueño ciclista y estadístico hecho realidad.
Con su segunda victoria en Lieja, Pogacar pone otra pieza en su recorrido hacia la leyenda.
Sus victorias combinan belleza, riesgo y efectividad a partes iguales, pero todas barnizadas de emoción y empatía, pero con esta lista de victorias yo ya empiezo a pensar que éste es un clasicómano que ha hecho fortuna en la vueltas por etapas.
Tadej Pogacar ha igualado a Mathieu Van der Poel en el top de los monumentos.
Con lo complicado que resulta ganar uno, ambos acumulan seis, en un tiempo en el que cada victoria en estas carreras se cotiza carísima.
Sólo recordar cuántos ganó, por ejemplo, Peter Sagan.
Imagen: A.S.O./Gaëtan Flamme
Ciclistas
La última marcianada de Van der Poel podría estar en Lieja
No descarto que Van der Poel gane un día en Lieja, pero este domingo lo veo imposible
Es obvio, y a las experiencias ultimas me remito, que cualquier quiniela de Lieja tiene mucho de Pogacar, algo de Van de Poel y un poco del resto.
El ciclismo se ha convertido en esto, en un raro equilibrio roto y condicionado por si uno, dos o tres de los Big 6 toma parte, y no lo digo yo, lo admiten abiertamente ciclistas experimentados y con años en el negocio, tipo a algunos que han pasado por el podcast, desde Luisle a Ion Izagirre, pasando por Verona y Andrei Amador, sin olvidar las sensaciones que Purito nos transmitió el año pasado, en vísperas del Tour de Francia.
La Lieja-Bastonge-Lieja de 2024 pinta a duelo en la cumbre entre los dos mejores ciclistas del año y yo diría que de los últimos años.
Ahora bien, a nadie se le escapa que la balanza en este pronóstico está escorada hacia Tadej Pogacar.
Mano a mano, la Lieja-Bastogne-Lieja ofrece la dureza suficiente y encadenada como para que el esloveno gane con cierta holgura, e incluso trate de empequeñecer las dos últimas exhibiciones que Remco Evenepoel ha logrado en este escenario.
Sin embargo, con Mathieu Van der Poel siempre nos queda el «y si…» y Lieja no escapa de esta lógica.
El neerlandés ha engrosado su saco de esos monumentos que mejor domina a la espera de mirar a los dos que seguro un día va a querer tentar.
Esto de Lieja es una primera aproximación para Mathieu Van der Poel, quien por otro lado conoce la carrera y ya la ha finalizado no lejos del podio.
Lejos de contentarse con el botín obtenido en las piedras, afina la puntería hacia la primera de las dos clásicas que le faltan para ser pedazo gordo de la historia, habiendo logrado los cinco monumentos.
El campeón del mundo puede moldear y acoplar su camino hacia Lieja y Lombardía, claro que sí, es más seguro que lo hará, pues en su ADN, además de un poderío brutal figura esa querencia por la historia del ciclismo.
No creo, repito, no creo que pueda contrarrestar un Pogacar desmelenado, pero ojo lo que va aprendiendo y la aproximación que hace para el futuro.
El domingo hizo un «entreno» de calidad en la Amstel, carrera menos dura, pero que ya ha ganado, y su punto de forma, lo vimos en Roubaix, es yo creo el mejor de siempre.
Se espera frío y lluvia en Lieja, no sé yo si al final del día veremos el arcoíris en la capital valona.
Ciclistas
Juanpe López, el ciclista que te pone nervioso
Esto de Juanpe López es un paso de gigante, no sólo es una etapa, es todo un Tour de los Alpes
Juanpe López es un ciclista especial, por decirlo de alguna manera.
No me lo toméis a mal, es cercano, sensible y transparente, tanto que a veces poner hasta nervioso.
Pero ello no le quita un ápice de atractivo y alegría a lo que ha conseguido esta semana, ganar una etapa, su primer triunfo, y la general del Tour de los Alpes, lo que era el Giro del Trentino, o lo que es lo mismo, un anticipo de lo que espera en el Giro de Italia.
Juanpe López ha abierto la cuenta en la semana del frío y el mal tiempo en media Europa.
El mismo día que el pelotón tiritaba en la Flecha Valona, él encontró el éxito en la nevera que era el Tour de los Alpes con un ataque de media distancia y la certeza de que si apretaba hasta el final incluso la general podía estar en su radar.
No se equivocó.
Por el camino al triunfo le tocó lidiar con Bardet, O´Connor, Tiberi, Poels y cia en una etapa, la de ayer, en la que le pusieron al límite en más de una ocasión poniendo de relieve una de sus grandes virtudes, llevar el sufrimiento hasta un poco más allá.
Como cuando fue líder del Giro, es increíble lo que se agarra a la carrera, de una manera incondicional como a pocos se les ve.
Nuevo en estas lides sacó otra de sus características, los nervios.
Vivir al lado de Juanpe López tiene pinta de ser emocionante, tomándose las cosas como demuestra tomárselas.
Todo esto lo deduzco por su forma de actuar en muchos pasajes de la carrera, un poco a medias entre Evenepoel, Alaphilippe y el gran Thomas Voeckler.
Qué manera de gesticular, que forma de engancharse con todos y cada uno de los integrantes de cada corte que se ha ido formado.
Según piensa, se mueve y actúa, nada más comanda los grupos, pide el relevo, nada más pierde alguna plaza, deja recados por el camino.
Soy yo o Juanpe es muy "turras" con tantos gestos??? #TotA
— JoanSeguidor (@JoanSeguidor) April 18, 2024
Ya sé que no nos hemos visto en esas circunstancias, que no somos ciclistas profesionales, pero a veces resulta hasta un poco excesivo.
Pero, como os decía al principio, no me lo toméis a mal, esto es un gran paso, un salto de calidad, no es ganar una etapa, es una general y eso, en este ciclismo, tiene mucho valor.
Ahora, el Giro.
Imagen: Lidl Trek
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