Ciclistas
Los frenos de disco y Orwain Doull
En Abu Dhabi tiene lugar uno de esos bolos multimillonarios que los jeques sostienen para su mejor gloria y mayor reflejo en los gustos occidentales, gustos que ahora incluyen la bicicleta y su glamour centenario. Hace unos días fue Omán, antes Dubai. Abu Dhabi tiene la singularidad de reunir una pléyade ingente de estrellas: Nairo, Contador, trabajando para Mollema, Nibali y otros, entre ellos velocistas de todo tipo y tamaño, incluido el pequeñín Caleb Ewan, que necesita foguearse con los grandes nombres.
La carrera pasaría sin más historia, si no es por un nuevo episodio en este despropósito que es la introducción de los frenos de disco en el pelotón profesional, sobre lo que tanto se está escribiendo y opinando. El primer mantra habla de que el ciclismo es involución, que no quiere cambios, que le cuesta la novedad y aunque es cierto, a medias, no cabe duda que este freno implica muchas cosas, y a veces no es la reticencia ancestral a los cambios y sí la forma de introducirlos.
El freno de disco es el ariete del poder de las marcas de bicicletas en el ciclismo profesional. Están obsesionados con meterlo, como sea, pagando, me consta, ingentes sumas y sin procurar guardar las formas. El Quick Step es el banco de pruebas, Tom Boonen se retrató sonriente con esos frenos, Marcel Kittel salió en el emirato con él en la primera etapa y tras el accidente de Orwain Doull lo retiró en la segunda, “por respeto a mis compañeros” dijo.
Lo siento pero como diría el portugués “eso es teatro del bueno”. La imparable presión de las marcas parece inalterable. Porque no es sólo el proveedor de el Quick Step, Specialized, también son otras, que juegan, que mueven sus hilos en la UCI. Orbea también habló no hace mucho de su conveniencia. Nuestro amigo Sergio Palomar los defendió aquí mismo hace poco, Roski Bike, otrora Jordi Berenguer, también los aupó. Sin embargo no convencen, Contador, Froome y otros los denigran. ¿En qué quedamos? El año pasado entraron y salieron. Ahora vuelven a entrar…
Lo curioso del tema es que el accidente en cuestión y el corte de Orwain Doull no son achacables al 100% al disco. Ese corte alimenta las sospechas sobre los discos, pero también puede ser por el pie de la vallas, todo ocurre tan rápido que poner la mano en el fuego te acaba quemando. Es decir un sin Dios.
Y aprovechando eso que dicen del Pisuerga, ponemos sobre la mesa el nombre de Orwain Doull y quién es este ciclista que promete mucho no, muchísimo. Es el producto 100% Sky, fue campeón olimpico con la cuarteta británica que dobló el récord del mundo en Río y este es su primer año en el equipo que viste de negro, tras hacerse en los hornos del Team Wiggins. En el Tour Down Under se fue para casa para que le extirparan el apéndice y ha perdido siete kilos de peso, ahí va también masa muscular.
Los aires de Doull no son bajos y antes de que la música empezara a sonar ya dijo que quería ir al Tour de Flandes en un equipo donde la plaza en estas carreras esta carísima. Doull ha saltado a los titulares por un tema colateral, pero no creo que sea la última vez que oigamos sobre él. Anotad ese nombre y las miguitas que dejaron Geraint, Kennaugh y Wiggo.
Imagen tomada de @SophieSmith86
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Ciclistas
Tirreno-Adriático: Juan Ayuso en hora y forma
Juan Ayuso puede añadir la Tirreno-Adriático a un inicio de 2025 inmejorable
No ganó de forma aplastante, quizá acostumbrados a ver exhibiciones brutales vestidas de UAE, pero la temporada de Juan Ayuso, hasta esta Tirreno-Adriático, está siendo de 10.
Los rivales los conocíamos, estaban marcados, incluso un Filippo Ganna, y eran buenos, Tom Pidcock, hiperactivo, Jai Hindley y el propio Mikel Landa.
Ninguno se lo puso fácil.
Pero Juan Ayuso, marcado desde la salida, vivo y con todas las opciones de cara a esta etapa reina, cumplió el pronóstico.
La etapa había arrancado muy movida, con Mathieu van der Poel atacando desde el kilómetro 0, lo que prometía emoción.
Después de un ritmo frenético, finalmente se escaparon ocho corredores: Gianni Vermeersch, Benjamin Thomas, Samuele Battistella, Jasper Stuyven, Chris Hamilton, Magnus Cort Nielsen, Andrea Vendrame y Andrea Pietrobon.
El pelotón no dejó que la fuga se distanciara demasiado, con equipos como Bahrain y UAE interesados en la etapa, ya que era la única montaña del Tirreno-Adriático.
La diferencia comenzó a reducirse en la subida final, donde primero Bahrain y luego UAE, excelso Del Todo, como el año pasado en esta misma carera, pusieron presión a Filippo Ganna.
Vendrame, que ya había ganado una etapa en esta carrera, se lanzó en solitario con 5 kilómetros para la meta. En esa misma subida, Ganna fue descolgado del grupo por Isaac del Toro, quien, como decimos, impuso un ritmo muy duro.
Poco después, Ayuso atacó y, tras él, se unieron Pidcock y Hindley.
Mikel Landa logró conectar con ellos, pero Ayuso no dejó de atacar. En los últimos 3 kilómetros, el español lanzó varios ataques hasta dejar atrás a sus rivales.
Fue una gran demostración de madurez de Ayuso, quien, pese a la presión y las expectativas sobre sus hombros, controló la situación y ganó con autoridad.
Pidcock fue segundo y Hindley tercero, y no se lo pusieron fácil.
Imagen: FB TirrenoAdriatico
Ciclismo
La caída y abandono de Vingegaard son una muy mala noticia
Ciclistas
La seguridad le quita el sueño a Vingegaard
La caída de Itzulia ha disparado los temores de Vingegaard sobre la seguridad
Para Jonas Vingegaard el accidente de la pasada Itzulia puede ser un antes y un después, lo admitió en su día y ahora lo refleja cada vez que habla de seguridad en el ciclismo.
Ciclistas
Jasper Philipsen va para MVP
Hay pocos ciclistas más valiosos que Jasper Philipsen
Podríamos decir que Jasper Philipsen aún no está en la mesa de los grandes, pero sin duda es uno de los ciclistas que más se acerca a reclamar su lugar.
Hoy en día, Philipsen es uno de los corredores más valiosos del pelotón, no solo porque tiene el nivel para competir y no desentonar al lado de ciclistas como Mathieu van der Poel, sino también porque ha demostrado ser capaz de asumir el mando en momentos cruciales y decidir las carreras a su favor cuando la situación lo requiere.
En las últimas temporadas, el belga ha dejado huella, especialmente con sus victorias en el Tour de Francia y en la Milano-San Remo.
Además, sus dos segundos puestos en el París-Roubaix resaltan la consistencia y el nivel de sus actuaciones.
Es impresionante la cantidad de victorias que ha logrado, muchas de ellas de gran calidad.
Su capacidad para adaptarse y brillar en diferentes escenarios lo ha consolidado como uno de los referentes del pelotón.
Es cierto que a veces se le ha señalado por su actitud algo «mafiosa», como aquella vez en el Tour de Francia, cuando mostró una ambición y control casi abusivos dentro del pelotón. Sin embargo, no se puede negar que Philipsen ha evolucionado hasta convertirse en un ciclista indispensable en la actualidad, un verdadero diferenciador en la carretera.
Su presencia, por ejemplo, ha elevado el nivel de su equipo, Alpecin, y le ha dado a la formación una dimensión competitiva que rivaliza con los grandes equipos.
Mientras que a Van der Poel no se le conoce tanto por sacrificarse por un compañero, Philipsen ha demostrado ser un corredor por quien Mathieu pone el equipo por delante cuando es necesario.
Además de su talento, Philipsen destaca por el buen ambiente que transmite en el pelotón, manteniendo una buena relación con otras grandes estrellas, como Tadej Pogacar y Michael Matthews.
A pesar de sus momentos de tensión, su carácter competitivo y su espíritu de equipo han sido clave para consolidarlo como uno de los ciclistas más completos.
En cuanto a su evolución como sprinter, Philipsen ha dejado atrás las críticas que alguna vez recibió, como cuando nuestro querido Adrián García lo apodaba «Jasper Disaster».
Hoy es uno de los sprinters más letales, habiendo superado las 50 victorias, muchas de ellas de gran nivel, como las nueve etapas del Tour de Francia y varias etapas en la Vuelta a España. Además, su victoria en Kuurne-Bruxelles-Kuurne este año ha sido una clara señal de su potencial, demostrando a Visma que en Alpecin tienen un rival formidable.
No solo es un hombre de victorias en el sprint, sino también un corredor versátil.
La victoria en el Gran Premio de Escalda de hace dos años, donde brilló rodando de manera sublime sobre los adoquines, lo consolidó como un gran especialista en terrenos difíciles, donde se mostró eficiente y competitivo, conectando con otros velocistas belgas que también dominaban las piedras.
Hoy, la presencia de Philipsen es uno de los principales alicientes para poner en aprietos a Pogacar en la Milan-San Remo.
Como es bien sabido, si Van der Poel no logra romper la carrera, Philipsen será uno de los hombres clave.
Este 2025 ya ha comenzado a demostrar cómo puede hacerle daño al mejor ciclista del mundo, reafirmando que está preparado para luchar por los títulos más prestigiosos.
Imagen: A.S.O.
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