Ciclismo
El Giro sin el Stelvio, sin el puerto imperial
La acumulación de nieve es brutal en el Stelvio a pocos días del paso del Giro
Embobado, así me quedó yo cuando descubrí, por la tele, la magnificencia del paso del Giro por el Stelvio por primera vez.
Fue hace 30 años, aquella famosa etapa de Aprica en la que el Stelvio se situaba al inicio del día, con Franco Vona escapado.
No sucedió nada relevante, a la vista, aunque el cansancio del Stelvio lo llevaban los favoritos del Giro con Mortirolo como siguiente coloso de la jornada.
Esta vez vemos que el monstruo quizá no se pueda ascender.
El Stelvio acumula mucha viene, tanta, que a varios días del paso del Giro se barrunta su cancelación.
Se paso o no, yo quería traeros una historia…
Hace unos años pude asistir a una interesantísima charla que presentaba un libro sobre la bicicleta desde el punto de vista de los ingenieros de puertos y caminos.
La edición del mismo, más de 300 páginas en encuadernado de tapa blanda, ancho lomo americano y paginado de perfecta calidad del mismo corrió a cargo de varios miembros del Colegio barcelonés de tal insigne profesión bajo el yugo de la pasión de la bicicleta.
Entre otros temas de extraordinaria profundidad, fui al de los puertos de montaña.
Entendía que como ingenieros de puertos tenían algo que decir.
Y lo hicieron: Dedicaron un capítulo que llevaba por nombre «¿Por qué los puertos suelen tener un 7% de desnivel medio?»..
Hay una explicación: su fecha de construcción.
Los puertos modernos contemplan ese desnivel, los anteriores no suelen respetarlo.
Actualmente tenemos puertos que siguen el mismo trazado original: Aubisque, Tourmalet, Izoard, La Madeleine, Pailères,… todos sobrepasan el siete por ciento, pues en su caso fueron trazados en el siglo XIX.
A finales del mentado siglo, ya se empezaba a hablar de racionalizar los porcentajes.
En el artículo titulado “Determinación de la pendiente máxima que conviene para salvar grandes alturas en las carreteras” la Revista de Obras Públicas iluminaba sobre la cuestión.
Se atisbaban puertos con tramos del ocho por cierto separados por breves “descansillos”.
Las carretas tiradas por mulas y los incipientes coches necesitaban estas facilidades si no querían despeñarse cuesta abajo y marcha atrás.
En estos parámetros se ubican Hautacam, Luz Ardiden, Plateau de Beille,…
Y sí, ell Passo dello Stelvio se instala entre los primeros.
Su construcción es una obra de ingeniería formulada hace poco menos de doscientos años.
Urgía conectar el Imperio Austrohúngaro con la Lombardía.
La fábrica, ideada por Carlos Donegani, despierta tantos halagos como su dureza e innegable atractivo paisajístico y legendario, estas rampas las doblegó Fausto Coppi.
Sus 48 curvas de herradura por el eterno valle aupadas sobre sillerías de mampostería causan furor entre los fotógrafos.
Su trazado unía las ciudades de Bormio y Pratto Stevio, o lo que es lo mismo la Lombardía y el Trentino por cuestas cuyo desnivel supera los 1800 metros.
Hoy esa conexión se hace por modernos túneles y el puerto ha quedado como un gran parte temático natural y al aire libre de la épica ciclista y humana, pues por aquí se vieron enormes combates de la primera Guerra Mundial, esa que dicen enterró los grandes imperios, pero a la que sobrevivió el Stelvio.
Para este artículo he necesitado la ayuda del libro “La ingeniería en la bicicleta” de Fundación Esteyco y especialmente el capítulo firmado por un loco de la bicicleta, Oriol.
Imagen tomada de http://www.vacanzattivajournal.com/
Ciclismo
Qué ciclista es Thibaut Nys
Poco a poco Thibaut Nys se acerca a la leyenda de su padre Sven
Cualquiera que visite el centro Sven Nys, en Baal, Bélgica, se dará cuenta de la importancia de Thibaut en la vida del gran campeón.
Figura legendaria, estadísticamente imbatible en muchos frentes, Sven Nys es hoy uno de los VIP´s más VIP de los circuitos de ciclocross.
Su figura se cotiza en charlas y presentaciones, en sesiones de coaching y entre los actores de la industria ciclista.
Tiene motivos para sonreír Sven Nys porque su hijo Thibaut está contribuyendo con lo suyo a la grandeza del apellido.
No está al nivel de los dos cocos, Van der Poel y Van Aert, pero démosle tiempo y veremos dónde se ubica, mientras tanto su nombre luce más allá de las campas de Copa del Mundo y Superprestigios de ciclocross.
En un balance de la campaña de carretera en 2024, seguramente no meteríamos a Thibaut Nys en términos absolutos, pero si fijáramos la vista entre los outsiders, ojo el ciclista del Trek no estuviera en el top 3.
Concluyó la campaña road con nueve victorias, sumadas a partir de mayo, cuando Romandía, porque a él le trazan temporadas de 4-5 meses por el momento.
Thibaut Nys dio el campanazo ganando una de las llegadas en alto de Romandía sobreviviendo a una fuga y al arreón final del pelotón.
Aquella victoria fue mano de santo y la sumó a otras que llegaron después, y ojo que en el World Tour, sacando de sí uno de los grandes llegadores del momento.
Sumó etapas en Polonia y Suiza, y ganó el Tour de Hungría ante carreteros como Buchmann y Poels.
Ahora se centra en ciclocross, pero ojo atención a la primavera que viene ante la sensación de que este chaval, que debe respirar ciclismo las 24 horas de día, crece muy deprisa.
Poco a poco engrandece su leyenda como no hiciera su padre, con victorias puntuales en ciclocross y siendo uno de los grandes finalizadores del World Tour.
Entretanto, cuando le miréis estas Navidades en las grandes carreras de ciclocross buscadle con el maillot de campeón europeo que logró por delante de Felipe Orts y tras una polémica en la selección belga por llevarle antes que a otros que parecían, eso, parecían más en forma.
Imagen: TW Rémy Marty
Ciclismo
La imagen del año son los «solos» de Pogacar
La cantidad de victorias en solitario de Tadej Pogacar en 2024 excede todo lo visto hasta ahora
El momento que ilustra este post es el de la partida de Tadej Pogacar en la Strade Bianche, quedaban más de ochenta kilómetros para meta, en la salida había marcado su ataque y así lo ejecutó.
Se abría ese día de marzo un capítulo histórico para el ciclismo que hemos visto, se abría la colección de solos más importante de la historia, equiparándose a los mejores delanteros que logran rematar a puerta vacía porque han dejado el resto atrás o los set ganados con un rosco del rival.
En los prolegómenos de la Strade Bianche, primera carrera del esloveno esta temporada, ya sonaba cierto temor a que Pogacar podía causar estragos de lejos en el sterrato toscano, pero no quizá a ese nivel.
Desprovisto de rivales a su primer ataque, tras un cambio de ritmo brutal de sus chicos del UAE, firmó la primera de las 24 victorias que habrían de venir.
Lo que le siguió lo conocemos, pero sigue abrumando por la cantidad y calidad de esos triunfos, rubricados casi siempre de la misma manera, sin compañía, en comunión con el público y dando la sensación de ganar sin sufrir.
Tras la Strade, vino la Volta, ampliando el cupo en las cimas y en especial en la etapa del Berguedà, en la que se fue en el puerto anterior a meta para llegar arriba de Queralt con su sola compañía.
En la Lieja-Bastogne-Lieja, recupero el cetro poniendo, como había hecho Evenepoel en años anteriores, La Redoute en el foco, a unos 40 kilómetros de meta.
Empezábamos a familiarizarnos con imágenes ya conocidas, él parte y los rivales bajaban los brazos por detrás.
Así, más o menos, ganaría medio año después el Giro de Lombardía, yéndose sin remisión a casi 50 kilómetros de meta.
Dos semanas antes había firmado su obra magna, el Mundial, anticipando los seguros movimientos de sus rivales, no dejó opción a más de 100 kilómetros de meta y manteniendo menos de un minuto durante gran parte de recorrido hasta la misma línea en el centro de Zúrich.
La seis etapas que ganó tanto en Giro como el Tour completan el pastel.
Sus escapadas aquí no tuvieron el radio de las grandes clásicas, aunque ojo lo que hizo en el doble paso del Monte Grappa del Giro, pero las culminaba vestido de rosa o de amarillo, alimentando más aún la fotografía.
Lo que Pogacar ha logrado ha sido tan único, que todo lo que se mire a través de su lupa en el futuro quedará empequeñecido
Ciclismo
Alicante, una tierra y mil desafíos para el ciclista
Navegamos al corazón ciclista de Alicante, un lugar para todos los perfiles
La tradición ciclista de Alicante no viene de hace poco. Sus raíces se remontan muy atrás, convirtiendo la Costa Blanca en el kilómetro cero de gran parte de los mejores ciclistas del mundo y con ellos no pocos aficionados.
Pero ¿Qué propicia este perfecto maridaje?
Sin duda que la ubicación y con ésta, el clima, que tiene mucho que ver. La provincia se mira al Mediterráneo con todas las bonanzas que ello implica, con un tiempo que invita a salir en bicicleta gran parte del año en días largos, azules y luminosos.
Tras esa fachada marítima, se esconden paisajes de sorpresas y maravillas ciclistas sin orden ni aviso, carreteras perfectas la ciclar y ciclar por kilómetros sondeando la ruta que las estrellas escogen para entrenar en los meses de pretemporada.
A su materia prima, el territorio, se le une un legado turístico pionero, con destinos mundialmente famosos que garantizan la mejor infraestructura para acoger al ciclista con una red de alojamientos muy experimentados en el trato con el ciclista que no para de crecer e incluso locales customizados, para los ciclistas se sientan como en casa incluso en la parada de sus salidas en bicicleta.
Una tierra que se deja querer por la bicicleta
Aquí todos los ciclistas son bienvenidos, en rutas que abren el abanico a cualquier nivel de usuario y modalidad. Rutas de MTB, carretera/road o gravel, es independiente, el territorio es amable, lleno de alternativas, sorpresas pero ante todo de variedad, desde la costa y las rutas paralelas al mar, a un interior lleno de matices, que exige voluntad para ser descubierto.
Así las cosas, lo vemos casi cada año con el paso de la Vuelta Ciclista a España, asidua a Alicante desde siempre. Quedarse con la Vuelta sería, por eso, una parte de la foto, pues en este paisaje se desarrollan multitud de eventos de alcance mundial que hablan de la afinidad del ciclista por Alicante.
En esa lista anotamos la Costa Blanca Bike Race, competición internacional de Mountain Bike, La Volta a la Comunitat Valenciana, La Volta a la Marina, La Vuelta a Alicante, el Torneo Interclubs de Mountain Bike, Gran Fondo Aitana Tour, Campeonato del Mundo de Ciclocross que ha elegido Benidorm durante dos años consecutivos, Shimano International Super Cup Massi, Copa de España de BMX……
No son pocas, y hay alguna más, por ejemplo en la incipiente modalidad de gravel con la Iron Gravel Busot. A todo ello le sumamos las imágenes que nos dejan los mejores equipos del mundo en su pretemporada estableciendo su sede de trabajo de noviembre a casi febrero en municipios como Altea o Calpe.
Lugares que apelan al ciclista
Cada modalidad tiene sus símbolos en la Costa Blanca. Para los amantes del ciclismo road están Coll de Rates, Alto de Aitana, Sella, Relleu, Port de Tudons, La Carrasqueta, Alto de Confrides, lugares donde no es difícil coincidir con algún pro de Centroeuropa.
Para los amantes del MTB pensamos en Parcent, Benissa, Vall del Pop, Sierra de Bernia, Sierra del Maigmó y Morro de Toix y no perderse las pistas de gravel por Busot, Via Verde de Agost, ruta circular Elda-Petrer, Via Verde de Alcoy, Parque Natural de la Font Roja y La Nucia-Coll de Rates.
El ciclismo está repartido, está por doquier y en Costa Blanca-Alicante, el ciclista lo apreciará nada más ponga un pie en el territorio.
+ GUIA CICLISMO EN COSTA BLANCA
CX
Koppenbergcross: Fuera los impresentables del ciclismo
A Eli Iserbyt le arrojaron cerveza a la cara en pleno Koppenbergcross
Aunque hayan pasado unos días, el Koppenbergcross es cada uno de noviembre, no quería dejarlo pasar.
El viernes pasado, en la celebración de una de las citas más simbólicas del calendario de ciclocross, Eli Iserbyt recibió un «vasazo» de cerveza en su cara.
Así fue y así lo explicó el corredor y actuó la organización, que identificó al tipo, fue a buscarle y conducido al cuartelillo.
Que le den por donde la espalda pierde su honorable nombre, que lo identifiquen bien y no vuelva.
Los comportamientos temerarios en ciclismo por parte del público conllevan un peligro brutal para el artista y el público.
Es como cuando un anormal le tiró patatas a Pogacar y Vingegaard en el Tour, a esta gente cabría darles caza y hacer correr su foto por doquier.
El ciclocross es una modalidad proclive a estas estupideces.
Mathieu Van der Poel fue objetivo de algún escupitajo de algún gilipollas, Van der Poel se cabreó y respondió y se le criticó por ello y en la retina tenemos memorables enganchadas de estrellas como Wellens o Groenendaal ante comportamientos infames de algún miembro del público.
Como digo, es habitual que esto suceda en el ciclocross, una modalidad muy de andar por casa en todos los sentidos, con el público calentito de alcohol en más de una ocasión y los ciclistas pasando muy cerca.
Lograrán, a este paso, que las carreras se diseñen para la televisión con cada vez menos espacio para el público local, que acostumbra a hacer el día alrededor de una carrera de éstas y aprovechar para ver a amigos y familiares en medio del cambio en un ambiente de fiesta.
Una pena que sucedan estas cosas, que un templo como es el Koppenbergcross, sitio tan reverenciado, no sólo en ciclocross, se enturbié por esta gentuza.
Yo he visto un ciclocross en Bélgica y es un espectáculo, algo para ver una vez en la vida y recordarlo.
Hace falta ser imbécil para gastar tu mañana festiva en estas cosas.
Imagen: Eli Iserbyt Fan Club
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