Noticias de ciclismo
Ciclismo: ¿Cómo Yorkshire se ha convertido en el centro del mundo?
Publicado
3 años atrásen
Por
Iban Vega

Yorkshire es el ombligo del mundo ciclista por méritos propios
Permitidnos un par de copia & pega sobre el Tour Yorkshire que empieza este jueves…
Nos llamó mucho la atención cómo estaban engalanados todos los pueblos a nuestro paso, todas las carpas con sponsors, comida, actividades para niños y familias… y presentación de equipos digna de Tour en todas la etapas.
Por otro lado nos chocó que nadie pedía, en muchos sitios, más que pedir, te lo exigen, ni bidones ni gorras, como mucho alguna foto o una firma, se limitan a llenar las cunetas, animar y grabar.
No sé de dónde viene esta fiebre inglesa por el ciclismo, supongo que es como un acontecimiento social, un día de fiesta para pasar en familia en la naturaleza… se veían muchísima autocaravanas, muchas familias con la nevera, sillas…todo listo para un buen picnic!
Desde luego, la zona puede seguir acogiendo ciclismo: ya lo demostró cuando pasó el Tour y lo sigue demostrando año a año en el Tour of Yorkshire.
Por lo que sé es una zona dónde mucha gente anda en bici.
Esto nos lo explica Eduard Prades, segundo el año pasado, entonces en el Murias, hoy en Movistar.
Mirando atrás, al 2013, tras la noticia de que Yorkshire acogería la salida del Tour de Francia de 2014, recuerdo a mis colegas preguntarme dónde estaba Yorkshire: “Nunca he escuchado este nombre ¿está cerca de Leeds?” me decían.
Dos años después, tras la conclusión de la segunda edición del Tour de Yorkshire, cualquier persona que tenga algo de interés en lo que pasa en el planeta ciclista sabe dónde está Yorkshire y cómo ha irrumpido en el mundo ciclista.
Así rubricaba el inicio de un artículo publicado en este mal anillado cuaderno, Peter Coussins, preguntado sobre Yorkshire.
Sea como fuere, en menos de diez años, qué digo diez, quizá en media década, Yorkshire, ese rincón, es lado de la geografía de la gran isla del Reino Unido, se ha metido en el imaginario mundial del ciclismo.
Y lo ha hecho de abajo arriba, de la gente hacia los dirigentes, de una inusitada pasión por el ciclismo, trasmitida de padres a hijos hacia el profesional medio que corre esta carrera y alucina con lo que ve a su alrededor.
Becoming British road race champion and darling of Yorkshire would change some people – not @SwiftConnor!
He's the same down-to-earth guy who loves to get out on his bike ????
Massive thanks to @letouryorkshire, @HarewoodHouse, @Wdalecreamery, @BlackSheepBeer & @YorkshireTea! pic.twitter.com/PtKeeZyZo7
— MadisonGenesis (@MadisonGenesis) April 30, 2019
Recuerdo los tiempos, no tan lejanos, unos diez años, tal vez, en los que David Millar nos explicaba en una entrevista que el ciclismo de carretera no era bienvenido en las islas.
Esos años en los que el conductor medio apreciaba estorbos en esos ciclistas que iban por la carretera ocupando su carril.
«La pista gusta más con ese aspecto de modernidad y tecnología que transmite» venía a decirnos.
Hoy, en 2019 el Tour de Yorkshire es el escenario de la nueva imagen del Team Sky, en lo sucesivo Team Ineos, aunque tenemos por seguro que la coletilla de Sky les acompañará hasta el fin de los tiempos.
Una presentación que viene apadrinada por Chris Froome en persona, quien debuta en la carrera, una carrera que ha nacido de la nada y no ha necesitado de su gran estrella para ser la envidia de medio planeta ciclista.
Porque si en el Tour Colombia nos alucinamos del gentío, aquí la concurrencia no le irá a la zaga.
Hoy el Tour de Yorkshire es el escenario para dar salida al nuevo ciclo del mejor equipo del mundo, el ganador de ocho grandes en los últimos diez años, el equipo que vino para darle un meneo al ciclismo que sin duda se lo ha dado, y a conciencia.
Una conciencia que no se adormece ante lo que acontece en el mundo.
La Cerdanya es un paraíso que quiere ciclistas
Porque entre ese gentío habrá quien le recuerde al Team Ineos la basura sobre la que asienta parte de su poderío económico.
Sobre ética, patrocinios y esas cosas, también se hablará y se verá en Yorkshire, estos días.
En #Doncaster, salida de la 1a etapa del @letouryorkshire, los grupos antifracking ya están listos. Sin duda será una constante en toda la carrera. pic.twitter.com/PJiLWFJd1E
— VOLATA (@ccvolata) May 2, 2019
Una escena que pone de relieve ese blanqueo que algunas marcas buscan en el ciclismo y sus valores, tan malos no deben ser estos cuando acuden a él, talonario en mano.
Sea como fuere, si ver gente en la cuneta gusta al espectador ciclista, aquí se va a poner las botas.
Es una de las pocas carreras en el que el ganador no es lo relevante a ojos del televidente, y sí el espectáculo coral que rodea la carrera.
En Yorkshire además el año es especial, porque en cuatro meses y pico volverán a tener ciclismo, el mundial, un mundial que puede ser el acabose.
Esta gente lo ha hecho muy bien, ellos han puesto el dedo del ciclismo en el mapa y han sacado de cero un destino que compite con los grandes de siempre, con Euskadi, con Flandes, con Lombardía…
Y eso tiene mucho mérito.
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Opinión ciclista
Girona Gravel Ride: En busca de ese punto épico
Publicado
6 horas atrásen
28 de junio, 2022Por
Iban Vega

En 78 kilómetros, la Girona Gravel Ride rodea Les Gavarres
El gravel pretende el ciclismo democrático, en el que todos tengan su terreno, su opción, la Girona Gravel Ride es el guiño de la Sea Otter Europe a ese ciclista que sale sin mirar el reloj porque la vista se pierde en el paisaje.
Por eso Girona Gravel Ride plasma en un recorrido de 78 kilómetros, en forma circular, con salida y llegada en la Sea Otter Europe, combinando todos los elementos del gravel: leyenda y suciedad, con dureza contenida, belleza en el paisaje y un punto de exploración.
Son 78 kilómetros y poco más de 770 metros de desnivel
No se buscan machadas, ni héroes, se requieren exploradores, con ganas de ver y experimentar un ciclismo que no es una moda, es una forma de entender la vida.
Girona Gravel Ride, las raíces
La vinculación de Girona con el ciclismo es un binomio que viene de largo.
Jordi Cantal, inventor también de la Pirinexus, entabló en su día amistad con los no pocos ciclistas profesionales que se instalan en Girona.
Algunos como David Millar, excéntrico, un historia en sí misma, y Michael Barry le preguntaban por algo diferente…
«Me pedían ir por pistas en pretemporada, no necesariamente por sendas de mountain bike y sí por lugares singulares que les evadiese de tanta carretera» rememora Jordi.
Han pasado más diez años de aquellas salidas de amigos, por medio de sitios inexplorados por muchos y hoy esas pistas son el «sofrito» de la prueba gravel de la Sea Otter Europe.
Girona Gravel Ride, el recorrido
Son 78 kilómetros para «disfrutar del gravel, con dificultad contenida y dos tramos tan solo de cierta dificultad técnica. Son sólo dos porque el objetivo es abrir el abanico a la mayor cantidad de gente que quiera disfrutar de una matinal de ciclismo tranquilo alejado del asfalto«.
La salida se toma mirando al Pirineo, desde el recinto de la Sea Otter Europe, dirección norte.
Son kilómetros llanos, en el sentido del río Ter, pistas cómodas y anchas.
La pista sigue su curso hasta que se gira a la derecha, en sentido a Les Gavarres, tras bordear el bello pueblo de Monells, un precioso conjunto medieval.
La primera subida se sitúa en la zona de Montnegre y luego dirección a Sant Miquel, un pequeño castillo que oteaba los valles hace varios siglos, aunque sin llegar al mismo.
Lo cierto es que el asfalto también aparece en alguna zona, hay algo más de veinte kilómetros, pero son tramos tranquilos, con el objetivo de enlazar sectores de tierra.
También se pasa cerca de otro punto emblemático entre los ciclistas del lugar, Els Angels.
El camino aquí ya es de vuelta, y por el Valle de Sant Daniel, siguiendo el río Galligants, el ciclista estará de nuevo en el recinto de la Sea Otter.


Entrada de nuevo a Girona
Se prevé que los corredores más veloces acaben la ruta en unas tres horas, y los que quieran paladear mejor cada recodo en cuatro o cuatro y media.
El gravel gana terreno «hace unos dos años que suena, a raíz de la Strade Bianche y mira qué recorrido a realizado. El sterrato, la tierra, tiene atractivo, es épico y hasta cierto punto heroico. A la gente le gusta» nos confiesa Jordi.
«Soy cada vez más amante del ciclismo clásico frente al carbono» añade.
Y concluye «que haya un poco de suciedad siempre está bien«.
La Girona Gravel Ride os ofrece ese punto épico en vuestra vida ciclista.
Ciclismo antiguo
Tour 1992, eso ya no volverá
Publicado
7 días atrásen
22 de junio, 2022Por
Iban Vega

Por muchos motivos el Tour 1992 es irrepetible
El otro día me invitaron al ejercicio «friki» que el amigo Miguel González propone cada semana con su Pedal Vintage para hablar del Tour 1992.
La efeméride, ojo que pesa, cumple treinta añazos, treinta primaveras de nuestra vida que delata un poco la edad que tenemos cada uno.
Lo cierto es que sumergirse en un podcast tan metódico y concienzudo tiene ventajas intangibles, como el echar mano de los recuerdos que te quedan y de los que ya habías pasado página.
De aquel Tour guardo grandes instantes, como todos los que lo vivieron de mi generación o anteriores, pero hablar con Miguel tiene un plus de memoria que te hace entrar en trance.
Recordar y contar lo que tenemos sobre el Tour 1992 es un viaje a un ciclismo del que nunca quisimos salir.
Me pilló con la edad de mi hijo ahora mismo, con los mismos sueños y anhelos, con pensamientos tan alejados de lo que en realidad pasaba que hoy cuesta casi admitirlo.
Pero fue el primer ciclismo de los muchos que pululamos por las redes, el ciclismo de unos corredores que no pensaban en mañana, si podían competir con todo hoy, de unos ciclistas que afrontaban unas salvajadas de etapas que hoy no entrarían en el molde.
En la charla, con Miguel ya hablamos del prólogo de San Sebastián y cómo el dorsal 1, Miguel Indurain sale con todos los cohetes para ser el primer líder delante de su afición.
No contentos con eso, los grandes nombres ya se pusieron delante en el primer puerto de entidad, el Marie Blanque que no vio la QH este sábado, para empezar a marcar paquete.
Aquella carrera fue, podríamos decir, deforme, pues partía con varios condicionantes, la salida de San Sebastián diezmaba los Pirineos y se tenía que rendir visita a varios países europeos por el trabado de Maastricht.
Que la montaña estuviera concentrada no quitó que hubiera gresca casi a diario, un dato que refleja la cantidad de sprints masivos que se vieron.
Especial fue aquella etapa de Bruselas, bajo el diluvió, con el Kapelmuur y Chiapucci y Lemond poniendo las cosas muy tensas.
Fue un Tour de quiero y no puedo para muchos, pues lo que sucedió en Luxemburgo trascendió la historia: una crono, más de 60 kilómetros, tres ciclistas doblados y la seguridad de que mientras Indurain fuera de la partida y estuviera bien, el Tour no iba a ser para otro.
Para quienes dicen que una crono hace un daño terrible a una grande, la reacción monumental de Claudio Chiapucci en Sestriere, si no la etapa de nuestras vidas, en el top 3 de siempre.
Ese día Indurain sentenció el Tour, entre la nebulosa de una pájara final y la caída total de la oposición de Gianni Bugno.
Días así, de 60 kilómetros contra el reloj, de 250 kilómetros por la montaña, competidos como si no hubiera un mañana… eso era otro ciclismo.
Y ojo que no quiero decir que ese ciclismo fuera mejor, tampoco peor, era diferente, al que estaba acostumbrado entonces y sí, lo extraño.
El Tour que empieza en unos días casi no ofrece etapas que podamos imaginarlos llegando de uno en uno, al mismo tiempo empieza a anunciar superequipos que no dejarán nada al azar y el control numérico se impondrá.
Espero equivocarme, mientras seguiré recordando aquellas carreras que nos tuvieron seis horas delante de la televisión.
Imagen: Diario Vasco
Noticias de ciclismo
Pirinexus Challenge: la cara más amable y menos conocida de los Pirineos
Publicado
2 semanas atrásen
15 de junio, 2022Por
Iban Vega

Larga distancia, paisaje y ciclismo íntimo esperan en la Pirinexus Challenge
Hace diez años un reto se propuso un reto en la Unión Europea, su nombre fue Pirinexus y no era otra cosa que una ruta ideada desde el consorcio de Vies Verdes de Girona uniendo varios puntos a un lado y otro de los Pirineos.
Con un fondo comunitario dedicado a su creación, la ruta pasó del papel al territorio.
Se señalaron rutas, curvas, en medio de la nada, entre bosques, los contrafuertes de la montaña, un círculo en el mapa que creció y se hizo mayor con lo más importante, el beneplácito de los ciclistas.
La Pirinexus, como su nombre indica, unía lugares, puntos más allá de la frontera, el Vallespir con otros de Girona, ese sitio que alguien cinceló para que los ciclistas se explayaran.
Y para ello se dispuso de una ruta de 350 kilómetros por carreteras secundarias que invitaban a aquello que un día idearon los randonneurs, esos magos de la larga distancia, que encontraban el placer en el pedalear sin prisa, pero por horas y horas, por medio mundo.
En las entrañas de la Pirinexus
Jordi Cantal fue el ideador de todo esto.
Un día tomó un mapa, recorrió con su dedo el contorno de los Pirineos, pensó en lo que sería la Pirinexus y se propuso recorrerla en 24 horas, o menos.
“Me salieron veinte horas, al final. Me fui al Patronat de Vies Verdes para presentar un proyecto de reto, una challenge que se hiciera de un tirón pero en un marco horario: de sol a sol».
Así nació la Pirinexus Challenge, un libro de hojas blancas para el gravel tranquilo, que busca respirar en parajes únicos, íntimos, en terreno fronterizo.
En 2015 se celebró la primera edición, con doce equipos, pues se realizó a relevos.
Con el tiempo entró en el programa de la Sea Otter Europe, formando parte ahora mismo de su programa deportivo.
Este año será el 24 de septiembre.
Se trata de una propuesta diferente, porque es el ciclismo de larga distancia, el alejado de toda prisa y que respira en una cita de frenética actividad.
Un reto non stop que prevé reunir ciclistas con todo tipo de pretensiones: acabar, explorar límites y buscar la compañía del sol
Por delante una propuesta redondeada en 335 kilómetros, que se inicia de madrugada con tiempo para finalizarla hasta la media noche.
Un reto cambiante, con tierra y asfalto que propone diversión, variedad y ciclismo en esencia.
El lado menos conocido de los Pirineos
En el mapa sería el tramo más a la derecha, en la realidad son los Pirineos menos conocidos, aquellos que pierden altura porque el Mediterráneo les reclama.
La Challenge Pirinexus no pretende el Tourmalet, ni el Aubisque, pero el límite del horizonte dibuja el perfil mismo del placer.
Su desnivel, unos 3500 metros en 335 kilómetros, habla del placer de rodar y rodar.
Los tres grandes escenarios
Si la ruta ofrece sorpresas, ya vendrán, pero a priori la Pirinexus esconde algunos tesoros que pueden ser dibujados.
Uno es la bajada del Coll d´ Ares hacia el Vallespir, ya en Francia: “es asfalto rugoso, típico, los paisajes llenan la mirada”.
Otro el Coll de Panissar, que marca el regreso a Girona, cerca de Le Perthus, con L´ Empordá ahí abajo.
El último la leyenda e historia de Empúries y el eterno legado griego que nos ha dejado.
Mejoras en el recorrido
Para quienes tengan referencias de experiencias pasadas, hay que anotar algunas mejoras en el recorrido que evidencian la apuesta del territorio por esta fórmula.
Así las cosas, en el tramo de Sant Joan de les Abadesses a Ripoll se ha propuesto una vía completamente nueva que incluso incorpora algún puente.
También señalar que en Platja d´ Aro se han mejorado los carriles bici de forma paralela a la carretera.
Recordemos que este año la ruta será en sentido de las agujas del reloj…
Noticias de ciclismo
Un libro en homenaje de las bicicletas
Publicado
4 semanas atrásen
31 de mayo, 2022Por
Iban Vega

El libro pone en valor las bicicletas, el medio de transporte más utilizado
La editorial Takatuka ha publicado esta primavera «Bicicletas», un libro que pone de relieve la importancia de este medio de transporte y de práctica deportiva.
Escrito por Fleur Daugey e ilustrado por Karine Maincent, es un homenaje al vehículo más ecológico y sostenible, que revolucionó la historia de la humanidad.
Un libro ideal para los amantes de las bicicletas y el deporte
Con un lenguaje sencillo, fácil de leer y comprender, el pequeño lector conocerá la historia de la bicicleta y su evolución, desde el velocípedo hasta la BTT. Un gran invento del que cada año se fabrican 140 millones en todo el mundo, el triple que de coches. Gracias a él, muchos de nosotros podemos desplazarnos de una manera rápida y fácil para ir a trabajar, para hacer deporte o simplemente para pasarlo bien.
En este álbum ilustrado viajaremos a través de la historia y cultura de diferentes países para conocer la importancia y diferentes utilidades de este medio de transporte extraordinario.
Así conoceremos a Karl Drais von Sauerbronn, el inventor del velocípedo en 1817, antecesor de la bicicleta, o a Pierre Michaux quien en 1861 inventó los pedales para poner en ellos los pies y transmitir la fuerza de las piernas a la rueda.
Además, sabremos cómo la bicicleta ayudó a la liberación de las mujeres, hizo la revolución en China y sustituyó a los coches durante la Segunda Guerra Mundial, cuando había escasez de combustible. Y analizaremos los elementos que lo hacen un vehículo único e indispensable.
El libro también le dedica un espacio a las competiciones ciclistas como las carreras o las grandes vueltas que se celebran en diferentes países y que cada vez tienen más seguidores, sin olvidar las malas prácticas, como el dopaje, o las modernizaciones técnicas que ha ido adoptando la bicicleta.
Acompañado de atractivas ilustraciones coloridas, el texto nos invita a reflexionar sobre cómo la bicicleta puede formar parte de la solución para desplazarse y divertirse en el mundo sin perjudicar el medio ambiente.
Sobre su autora y su ilustradora
Fleur Daugey se formó en Piscología y Etología e inició su carrera trabajando en numerosas ONGs de protección de la naturaleza, antes de volcarse en la escritura y el periodismo.
Redactora durante tres años de la revista La Salamandre, trabaja actualmente como periodista independiente y autora para diferentes revistas y editoriales.
Karine Maincent es una diseñadora e ilustradora francesa, licenciada en la Ecole Supérieure d’Art et de Design d’Amiens.
En 2007 se fue a trabajar como diseñadora gráfica para el Instituto Francés en Cotonou, en Benin.
A su vuelta fundó en 2009 el estudio Tokpa, que le permite partirse el tiempo entre la dirección artística, la ilustración, la realización de reportajes ilustrados y la animación de talleres infantiles.


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Una pena, por eso, que la gente del lugar no se enterara por la escasa promoción que dicen se ha hecho
https://joanseguidor.com/mallorca-campeonatos-espana-ciclismo/
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