Ciclismo
Tour Flandes: Mathieu Van der Poel es la máquina perfecta
Ahora mismo Van der Poel va camino el mejor de siempre en el Tour de Flandes
Era el gran favorito del Tour de Flandes, nos imaginábamos cómo lo iban a hacer, y Mathieu Van der Poel lo hizo.
Una carrera, un monumento, dos semanas y un día después de San Remo, daba igual la circunstancia, el momento y el percance, todo se alinea en favor del neerlandés.
Mathieu Van der Poel acaba De Ronde 2024 con la mejor diferencia de siempre, igualando a los mejores de la historia, firmando el quinto podio consecutivo y dando igual la situación que se plantee.
Cuando a unos 100 kms de meta, la carrera empezó a atravesar diferentes fases, nunca, nunca, nunca, se vio en pánico al hombre del arcoíris.
Mads Pedersen abrió gas, los Visma entraron en juego,… gente de variado pelaje buscando coger metros, pero el dorsal uno, en ausencia de Pogacar, sin entrar en pánico.
Le acompañaban dos circunstancias, por un lado su estado de forma y conocimiento de la carrera, por el otro, el equipo, que esta vez estuvo a nivel del capo.
Y así, las cosas, no podían tener otro final.
Un par de acelerones previos en el segundo paso por el Oude Kwaremont, mano a mano con Lazkano, más el truco del Koppenberg, le resultó suficiente para acabar con la carrera.
Qué imagen la de García Cortina, pie a tierra, en medio del Koppenberg
A más de 40 de meta, ya sabíamos que el Tour de Flandes tenía un ganador llamado Mathieu Van del Poel, ganador por tercer año, en ediciones alternas, con sendos segundos puestos por medio.
Yo he visto a Museeuw, también a Cancellara y Boonen, incluso a Sagan, pero nadie ha domado esta carrera como el vigente campeón del mundo, los ha igualado y seguramente superará en los años que vienen.
No hacía falta ser un genio para saber que Mathieu iba a ser un capo en esta carrera, pero esto es otra cosa, es dominar una de las mejores carreras del mundo como si fuera el patio de su casa.
Y eso, aunque nos parezca fácil en la tele, es una monstruosidad.
Imagen: @RondeVlandeeren
Ciclismo
La imagen del año son los «solos» de Pogacar
La cantidad de victorias en solitario de Tadej Pogacar en 2024 excede todo lo visto hasta ahora
El momento que ilustra este post es el de la partida de Tadej Pogacar en la Strade Bianche, quedaban más de ochenta kilómetros para meta, en la salida había marcado su ataque y así lo ejecutó.
Se abría ese día de marzo un capítulo histórico para el ciclismo que hemos visto, se abría la colección de solos más importante de la historia, equiparándose a los mejores delanteros que logran rematar a puerta vacía porque han dejado el resto atrás o los set ganados con un rosco del rival.
En los prolegómenos de la Strade Bianche, primera carrera del esloveno esta temporada, ya sonaba cierto temor a que Pogacar podía causar estragos de lejos en el sterrato toscano, pero no quizá a ese nivel.
Desprovisto de rivales a su primer ataque, tras un cambio de ritmo brutal de sus chicos del UAE, firmó la primera de las 24 victorias que habrían de venir.
Lo que le siguió lo conocemos, pero sigue abrumando por la cantidad y calidad de esos triunfos, rubricados casi siempre de la misma manera, sin compañía, en comunión con el público y dando la sensación de ganar sin sufrir.
Tras la Strade, vino la Volta, ampliando el cupo en las cimas y en especial en la etapa del Berguedà, en la que se fue en el puerto anterior a meta para llegar arriba de Queralt con su sola compañía.
En la Lieja-Bastogne-Lieja, recupero el cetro poniendo, como había hecho Evenepoel en años anteriores, La Redoute en el foco, a unos 40 kilómetros de meta.
Empezábamos a familiarizarnos con imágenes ya conocidas, él parte y los rivales bajaban los brazos por detrás.
Así, más o menos, ganaría medio año después el Giro de Lombardía, yéndose sin remisión a casi 50 kilómetros de meta.
Dos semanas antes había firmado su obra magna, el Mundial, anticipando los seguros movimientos de sus rivales, no dejó opción a más de 100 kilómetros de meta y manteniendo menos de un minuto durante gran parte de recorrido hasta la misma línea en el centro de Zúrich.
La seis etapas que ganó tanto en Giro como el Tour completan el pastel.
Sus escapadas aquí no tuvieron el radio de las grandes clásicas, aunque ojo lo que hizo en el doble paso del Monte Grappa del Giro, pero las culminaba vestido de rosa o de amarillo, alimentando más aún la fotografía.
Lo que Pogacar ha logrado ha sido tan único, que todo lo que se mire a través de su lupa en el futuro quedará empequeñecido
Ciclismo
Alicante, una tierra y mil desafíos para el ciclista
Navegamos al corazón ciclista de Alicante, un lugar para todos los perfiles
La tradición ciclista de Alicante no viene de hace poco. Sus raíces se remontan muy atrás, convirtiendo la Costa Blanca en el kilómetro cero de gran parte de los mejores ciclistas del mundo y con ellos no pocos aficionados.
Pero ¿Qué propicia este perfecto maridaje?
Sin duda que la ubicación y con ésta, el clima, que tiene mucho que ver. La provincia se mira al Mediterráneo con todas las bonanzas que ello implica, con un tiempo que invita a salir en bicicleta gran parte del año en días largos, azules y luminosos.
Tras esa fachada marítima, se esconden paisajes de sorpresas y maravillas ciclistas sin orden ni aviso, carreteras perfectas la ciclar y ciclar por kilómetros sondeando la ruta que las estrellas escogen para entrenar en los meses de pretemporada.
A su materia prima, el territorio, se le une un legado turístico pionero, con destinos mundialmente famosos que garantizan la mejor infraestructura para acoger al ciclista con una red de alojamientos muy experimentados en el trato con el ciclista que no para de crecer e incluso locales customizados, para los ciclistas se sientan como en casa incluso en la parada de sus salidas en bicicleta.
Una tierra que se deja querer por la bicicleta
Aquí todos los ciclistas son bienvenidos, en rutas que abren el abanico a cualquier nivel de usuario y modalidad. Rutas de MTB, carretera/road o gravel, es independiente, el territorio es amable, lleno de alternativas, sorpresas pero ante todo de variedad, desde la costa y las rutas paralelas al mar, a un interior lleno de matices, que exige voluntad para ser descubierto.
Así las cosas, lo vemos casi cada año con el paso de la Vuelta Ciclista a España, asidua a Alicante desde siempre. Quedarse con la Vuelta sería, por eso, una parte de la foto, pues en este paisaje se desarrollan multitud de eventos de alcance mundial que hablan de la afinidad del ciclista por Alicante.
En esa lista anotamos la Costa Blanca Bike Race, competición internacional de Mountain Bike, La Volta a la Comunitat Valenciana, La Volta a la Marina, La Vuelta a Alicante, el Torneo Interclubs de Mountain Bike, Gran Fondo Aitana Tour, Campeonato del Mundo de Ciclocross que ha elegido Benidorm durante dos años consecutivos, Shimano International Super Cup Massi, Copa de España de BMX……
No son pocas, y hay alguna más, por ejemplo en la incipiente modalidad de gravel con la Iron Gravel Busot. A todo ello le sumamos las imágenes que nos dejan los mejores equipos del mundo en su pretemporada estableciendo su sede de trabajo de noviembre a casi febrero en municipios como Altea o Calpe.
Lugares que apelan al ciclista
Cada modalidad tiene sus símbolos en la Costa Blanca. Para los amantes del ciclismo road están Coll de Rates, Alto de Aitana, Sella, Relleu, Port de Tudons, La Carrasqueta, Alto de Confrides, lugares donde no es difícil coincidir con algún pro de Centroeuropa.
Para los amantes del MTB pensamos en Parcent, Benissa, Vall del Pop, Sierra de Bernia, Sierra del Maigmó y Morro de Toix y no perderse las pistas de gravel por Busot, Via Verde de Agost, ruta circular Elda-Petrer, Via Verde de Alcoy, Parque Natural de la Font Roja y La Nucia-Coll de Rates.
El ciclismo está repartido, está por doquier y en Costa Blanca-Alicante, el ciclista lo apreciará nada más ponga un pie en el territorio.
+ GUIA CICLISMO EN COSTA BLANCA
CX
Koppenbergcross: Fuera los impresentables del ciclismo
A Eli Iserbyt le arrojaron cerveza a la cara en pleno Koppenbergcross
Aunque hayan pasado unos días, el Koppenbergcross es cada uno de noviembre, no quería dejarlo pasar.
El viernes pasado, en la celebración de una de las citas más simbólicas del calendario de ciclocross, Eli Iserbyt recibió un «vasazo» de cerveza en su cara.
Así fue y así lo explicó el corredor y actuó la organización, que identificó al tipo, fue a buscarle y conducido al cuartelillo.
Que le den por donde la espalda pierde su honorable nombre, que lo identifiquen bien y no vuelva.
Los comportamientos temerarios en ciclismo por parte del público conllevan un peligro brutal para el artista y el público.
Es como cuando un anormal le tiró patatas a Pogacar y Vingegaard en el Tour, a esta gente cabría darles caza y hacer correr su foto por doquier.
El ciclocross es una modalidad proclive a estas estupideces.
Mathieu Van der Poel fue objetivo de algún escupitajo de algún gilipollas, Van der Poel se cabreó y respondió y se le criticó por ello y en la retina tenemos memorables enganchadas de estrellas como Wellens o Groenendaal ante comportamientos infames de algún miembro del público.
Como digo, es habitual que esto suceda en el ciclocross, una modalidad muy de andar por casa en todos los sentidos, con el público calentito de alcohol en más de una ocasión y los ciclistas pasando muy cerca.
Lograrán, a este paso, que las carreras se diseñen para la televisión con cada vez menos espacio para el público local, que acostumbra a hacer el día alrededor de una carrera de éstas y aprovechar para ver a amigos y familiares en medio del cambio en un ambiente de fiesta.
Una pena que sucedan estas cosas, que un templo como es el Koppenbergcross, sitio tan reverenciado, no sólo en ciclocross, se enturbié por esta gentuza.
Yo he visto un ciclocross en Bélgica y es un espectáculo, algo para ver una vez en la vida y recordarlo.
Hace falta ser imbécil para gastar tu mañana festiva en estas cosas.
Imagen: Eli Iserbyt Fan Club
Ciclismo
Ciclocross: Los saltos de Felipe Orts no encuentran techo
Más que la plata es la actitud dominadora lo que marca el europeo de Felipe Orts
Pontevedra ha sido el sitio del cambio, del paso diferente, de la iniciativa y el día de Felipe Orts.
Como nos contó hace unos días, desde que supo que la ciudad gallega iba a ser sede del Campeonato de Europa, Felipe Orts marcó en rojo el día y lugar en su calendario de forma.
Queda mucho para el mundial, pero finales de octubre e inicios de noviembre ha dado con su primer pico de forma con el añadido que correr a sabiendas de la tragedia que sucede cerca de su casa no debe ser bada fácil.
Para Felipe Orts, la carrera de ayer es otro muro derribado en su progreso en una modalidad en la que tener un español en la élite era algo impensable hace tan solo unos años.
El ciclocross vive un buen momento a este lado de los Pirineos desde inicios de siglo, una creciente afición, campas competitivas y ciclistas que están ahí, pero en la esfera nacional, sin embargo lo de Felipe Orts es otra cosa, es un salto que espero no se ciña en su persona.
Un ciclista de La Vila Joiosa, en el corazón de la Costa Blanca, emerge, lidera en España y se va a Bélgica a crecer con los especialistas de la modalidad.
Desde aquella plata sub 23 en el mundial de Luxemburgo, cada año ha sido mejor que el anterior para Felipe, cosa que no es nada sencilla, pero lo consigue ¿cómo? viéndolo ahora y siendo ventajistas ha sido marcándose pasos lógicos y objetivos realistas, no ha querido estirar el brazo más que la manga, y el resultado está ahí.
Desde la mentada plata, se situó a cola de los mejores, les persiguió vueltas y vueltas hasta que un día firmó un top ten en competiciones del máximo nivel, luego vino el top 5, también su propia estructura con sus patrocinadores e incluso algún podio.
Este año fue tomó la decisión de irse a Bélgica, a una estructura belga y la mejora se ve ya, no sólo se cuelga la medalla de plata en el Campeonato de Europa de Pontevedra, lo hace tras una carrera brillante, entre las estrellas belgas, proponiendo y tomando riesgos hasta quedarse solo con Thibaut Nys.
Este paso adelante, hecho en las circunstancias morales más tristes, no es un logro cualquiera, es la confirmación que la determinación de aquel chaval de la Costa Blanca iba en serio y tenía fundamento.
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