Ma resulta curioso leer el nombre de Rafa Nadal en la defensa de Nairo
En este nuestro querido ciclismo, es remover un poco el agua de la sensibilidad y surgen siempre los mismos patrones: lloriqueos, acusaciones vagas y victimismo: para muestra lo sucedido a partir de un post sobre Nairo.
Cuando el miércoles hablé del positivo por tramadol de Nairo, lo hice con el convencimiento no de generar morbo -una web como ésta no sigue creciendo durante 11 años, sólo vendiendo mierda- y sí de apuntar sobre el grave error que cometió el ciclista colombiano.
De hecho, el error es tan grave que, aunque no incurra en sanción, ni siquiera ha tenido ánimo para tomar la salida en la Vuelta.
Eso sí, el equipo admite que la decisión ha sido consensuada.
Cuando pasan estas cosas todos sabemos muy bien el orden de los sucesos.
En todo caso, el mal está hecho y el primer perjudicado es el ciclista, Nairo, que se olvida de disputar una carrera que tiene en su palmarés y para la que le veía entre los mejores.
Dicho esto, es tremenda la reacción de la mal llamada «familia ciclista», reacción airada, insultos, amenazas y el victimismo de manual.
Señoras, señores, que si alguien da positivo es porque algo mal ha hecho, y no se trata de matar al que aplica la norma ni al mensajero.
No hay conspiraciones, y si las hubiera, sería un placer conocer qué saben todos aquellos que dicen que van a por Nairo y no por el de al lado, mil veces más mamado.
Luego están las comparaciones entre deportes, en algunos comentarios que me han hecho me han hablado del pie dormido de Rafa Nadal en Roland Garros.
Que si a él le dejan, que si a Nairo no… es que no hablamos de lo mismo, el primero es tenista, el otro es ciclista, la norma nada tiene que ver en uno y otro deporte.
Si el ciclismo se ha dotado de normas tan estrictas, que la gente se pregunte el motivo y lo mal que se ha hecho.
Además, si Nadal va con analgésicos y le falla el pie, el que cae es él, si un ciclista ha tomado tramadol y le fallan los reflejos, pueden preparar una buena escabechina a su alrededor.
Ya sabemos que en todos los sitios se cuecen habas, pero también sabemos que no sabemos nada, y hablar por hablar, decir que otros deportes son lo peor, que el ciclismo es el perseguido y toda esa mandanga es tristísimo y cerrar los ojos ante la realidad de este deporte.
Las cosas están, parecen, mejor, pero yo creo que seguimos lejos del escenario ideal.
En esta historia y la forma de lanzar mi opinión no hay más ánimo que lamentar la noticia y demostrar que me sabe fatal que la baja en la Vuelta de un corredor que de una u otra manera se había reinventado para objetivos sobre el papel más pequeños, pero igual de elogiables.
Ojalá, Nairo saliera limpio de este entuerto, pero no lo veo, estas cosas, una vez arrancan, no salen bien y me cuesta creer que con él fuera diferente.