Remco Evenepoel
Vuelta 2022: Remco Evenepoel nos ha tapado la boca
La Vuelta que ha visto triunfar a Remco Evenepoel es un punto de inflexión
Qué llorera pilló Remco Evenepoel en la cima de Navacerrada, lágrimas por el éxito logrado, por el estrés soportado, el esfuerzo y la presión, pero también, por las facturas que se cobra ganando esta Vuelta.
Llora como el crío que es Remco, un crío que ha ganado #LaVuelta22 con una solvencia que yo nunca habría imaginado, no tan pronto y tras no pocos reveses en el camino.
Chapeau el belga, ha firmado un triunfo excepcional— JoanSeguidor (@JoanSeguidor) September 10, 2022
Yo, sinceramente, no veía a Remco ganar una gran vuelta, no al menos tan rápido, por eso el Evenepoel que sale de esta carrera es un ciclista diametralmente diferente, un punto de inflexión que, sabiendo cómo se las gasta, no tengo ni idea qué será lo siguiente.
Dije tras su triunfo en la Klasikoa que Remco podía ser lo que quisiera en ciclismo, que los límites se los ponía él, pero sobretodo que la etiqueta de leyenda no pasaba sólo por ganar grandes vueltas, a la vista del potencial que el belga manejaba en cualquier carrera en la que tomaba parte.
Eso fue sobre el papel, lo que no contaba es que le diera la vuelta a todo esto tan deprisa.
El trabajo que se desprende de lo que hemos visto de Remco Evenepoel en la Vuelta 2022 es inimaginable para cualquiera de nosotros.
Su manía, su celo, su profesionalidad, todo, ha despertado hasta el comentario de Lefevere, el boss acostumbrado a barrer en clásicas que ya tiene s ganador de vuelta por etapas.
Un ganador además que devuelve Bélgica al palmarés de las tres semanas, algo que no sucedía desde el Giro de 1978 con Johan De Muynck, siendo Freddy Maertens en ganar la Vuelta hace ¡45 años!.
Mirad la estadística y veréis la importancia del cambio de ciclo que supone este éxito de Remco.
Girando sobre el corredor y su victoria, volvemos sobre eso, sobre el trabajo que hay detrás.
Recordad a Remco durante el año, tortazos de toda dimensión y procedencia en cada vuelta en la que ha tomado parte, no ha perdido pocas generales, desde Valencia a Suiza, pasando por el retrato que le hizo Pogacar, a él y otros, en la Tirreno.
Pero Remco no ha desesperado.
Dije en la Itzulia que si una cosa tenía el crío eran unos cojones enormes, por plantear una carrera así con la máxima de morir matando y dando la cara hasta el final.
Su etapa final de Arrate fue un ejemplo de perder con dignidad y de pie, la primera piedra del monumento que estaba construyendo con vistas a esta Vuelta.
Se dice muchas veces eso de no extender cheques que tu cuerpo no pueda sostener.
La boca de Remco es grande, es displicente y soberbio, a veces desquicia y se desquicia, pero ou mama, qué forma tiene de trabajar en enfocar los objetivos, eso es oro, algo a la mano de muy pocos, como bien vimos en esta Vuelta.
Fue el primero en atizar, echando mano del libro de estilo de otros grandes, abriendo hueco rápido y luego, gestionando las rentas y encajando lo malos momentos.
Remco ha hecho todo eso, abrió brecha entre Pico Jano, Praeres y la crono y luego a vivir de la renta acumulada, pero no dilapidando lo ganado y sí siendo cabal y frío, una máquina de escribir historia con letras mayúsculas.
Todo con una dirección excelente desde el coche, con más de una escena que seguro no hemos visto, pero en la que seguro en la que le habrán pegado más de un grito bien alto y claro.
Ahora a pensar en el futuro, Remco ha derribado un muro enorme, tremendo, una vuelta de tres semanas, con lo que ello conlleva.
A éste habrá que tenerlo en cuenta para siempre y para todo.
Imange: Unipublic/ Charly López
Remco Evenepoel
Keys2024 Remco Evenepoel ante el Tour
Llegó el momento de ver a Evenepoel en el Tour de Francia
No es usual ver un debut como el de Remco Evenepoel en el Tour de Francia.
No estamos habituados a presenciar un ciclista tentar la mejor carrera del mundo unos cuantos años después de su debut en pros y tras haber ganando no pocas carreras, entre otras una Vuelta, un mundial y un par de Liejas.
Con esta peculiaridad se ha retrasado la primera participación de Remco Evenepoel en el Tour de Francia, una forma de romper el hielo tan medida y contemporizada.
Y así estamos todos, pendientes de ver al niño maravilla en la mejor carrera del mundo, en su quinta grande, tras sendos abandonos en dos Giros y dos Vueltas concluidas, una de ellas con la consabida victoria.
¿Expectativas?
Muy difícil de calibrar.
Así como con otros teníamos más claro qué podía suceder, en el caso de Remco Evenepoel, el Tour aparece como esa carrera en la que, a priori, sólo tiene cosas a ganar, pues él mismo y los suyo seguro que rebajarán el hype.
Y deberán hacerlo, porque a priori no le veo ni candidato al podio.
Digo a priori, consciente que no estamos ante un ciclista normal, ni mucho menos, estamos ante uno de los mejores que he visto nunca, sin duda, y cuyo techo nadie puede situar.
Que un día Remco opte al Tour es posible, que sea en 2024 lo veo más complicado.
En su fuero caben dos opciones.
Sacrificarse por la general, cosa que no acabo de verle, o pasar directamente a la acción si le sobreviene un mal día y buscar etapas, presencia y todas esas cosas que nos dio en la Vuelta a España y que tan buen sabor de boca nos dejó.
Remco Evenepoel
Top23 Remco Evenepoel, always welcome
Con el fiasco del Giro, el año quedó desordenadamente perfecto para Evenepoel
Remco Evenepoel, 23 años y 50 victorias en el ciclismo profesional, una estadística casi redonda que retrata a un fenómeno sobre ruedas, del ciclismo, en su faceta de anotador y klller en la carretera, pero que no proyecta la enorme presencia física y espiritual que el corredor despliega sobre este deporte.
Pogacar y Remco, destacados
Le seguirían Roglic, Kuss y Geraint
VdP y WVA son terribles en carretera pero sin esa chispa fuera de ella— JoanSeguidor (@JoanSeguidor) November 23, 2023
En un ranking de carisma, de presencia, de enormidad ciclista dentro y fuera de la carretera, creo que la lista tendría a Evenepoel siempre muy arriba.
Un peso específico que se gana en competición, pero también fuera de ella, con un carácter que abruma y destacada sobre un pelotón que en ocasiones se deja llevar mucho por lo que llamaríamos «el molde».
Remco Evenepoel sabe perfectamente que el carisma viene de serie, él lo tuvo siempre, pero que si lo mezclas con la grandeza de los números, entonces ya tienes la cuadratura del círculo.
Dijo una vez Lefevere que el trabajo que hace su pupilo belga es tan bestia, tan minucioso, que a veces hasta le da pena.
Lo dijo él, Patrick, espero que no ebrio, sobre uno de sus muchachos, él, que casi siempre es el más crítico de la clase.
Puedo imaginar el camino que Remco Evenepoel recorrió para preparar el Giro de Italia, fue tan brutal que el año que viene posiblemente no lo repita.
Por eso, cuando abandonó la carrera, la versión oficial hablar de Covid, las otras simplemente divagan, me imagino la decepción.
Evenepoel centró su año en la grande italiana y con ella en la cuneta, la temporada quedó huérfana, una temporada que ya traía toda una Lieja-Bastogne-Lieja a las espaldas.
Quizá por eso, vimos al corredor que luego vino, el ciclista que arremetió de salida contra la Vuelta a España en todos los sentidos, en el crítico con la crono inicial y la caída en la meta de Andorra y en el competitivo con tres victorias e infinitas escapadas hasta el mismo día de Madrid, condicionando a los velocistas y sus equipos en el último metro.
El Remco desencadenado es el que queremos, más allá de la solidez de una general de gran vuelta y esas cosas, que yo creo que un día sacará adelante, un ciclista indescifrable, sorprendente que sólo debes querer ver correr, por mucho que a veces no sea capaz de contener, admitámoslo, el niñato que lleva dentro.
Remco Evenepoel
Remco Evenepoel en la Vuelta: Ésta es la historia que gusta leer
La reacción de Evenepoel en la Vuelta es de las que pasan a la historia
Ayer a estas horas Remco Evenepoel veía la Vuelta a España volar de formar inapelable, a una minutada de los mejores, los tres Jumbo y cia.
Ahora, hace un ratillo, acaba de cruzar la meta de Belagua primero y solo, tras un día entero de escapada llena de rabia y calidad a partes iguales.
Acompañado en gran medida por Romain Bardet, y solo al final, Remco Evenepoel deja sello en la Vuelta que va a significar la cesión de la corona que conquistó hace un año.
Sin más noticias en el grupo de los aspirantes a la general, más allá de los ataques de Ayuso en Larrau, Remco Evenepoel ha vuelto a la escena de la Vuelta en primera persona.
Después de 24 horas que entiendo no habrán sido sencillas.
Él, que todo lo vive como si no fuera a vivir mañana, como diría Leiva, ha debido masticar con amargura el trompazo del Tourmalet, bueno mejor dicho del Aubisque, pues ya en el primer puerto importante quedó fuera de la ecuación.
Cuando Remco cayó, la Vuelta se quedó huérfana en buena medida: los Jumbo habían eliminado el principal escollo ya no sólo para ganar la Vuelta, también para copar el podio.
Desde entonces, he leído de todo, desde que las grandes vueltas no son lo suyo, pasando por su desconexión en la carrera, a que no puede con la gran montaña.
Todo eso puede o no ser cierto, el tiempo dirá, lo que es seguro es que Remco Evenepoel ha cuajado la reacción que se espera de un ciclista de época, de leyenda, de esos que quedarán en la historia como los firmantes de las grandes gestas.
Metido en la escapada del día, fue desgajando el grupo hasta quedarse solo antes de Larrau con Bardet y dar cuenta del francés en el final.
Lo dejó por pura potencia, por pura entrega y motor.
Las capacidades de Remco Evenepoel son tan grandes, tan indescifrables, que quitarle de cualquier quiniela, es una temeridad.
Su forma de ganar el día después de su gran explosión debería convencernos que este ciclista es capaz de lo que se proponga, que no se deja ir nunca, que todo lo quiere y que seguro volverá a estar en la lucha de una grande.
Y si todo lo que decimos va sobre Evenepoel es por que entre los de la general parece haberse impuesto una tregua que podríamos llamar la «Pax del Jumbo», a quien sinceramente no veo en problema alguno ya no sólo para ganar la Vuelta, también para colapsar el cajón en Madrid.
Imagen: Cxcling
Remco Evenepoel
Vuelta: El cabreo de Remco tiene razón… a medias
Las condiciones de la CRE de la Vuelta no sólo fueron malas para Remco Evenepoel
Que Barcelona y ciclismo no es un maridaje sencillo, lo sabemos hace tiempo, que la crono por equipos de la Vuelta iba a ser peligrosa, estaba claro, pero sinceramente, las quejas de Remco Evenepoel, aunque justificadas, no las comparto al 100%.
Hubo un momento de la tarde del sábado en BCN, cuando aún no había arrancado, que el cielo se oscureció a tal velocidad que me hizo presagiar esta circunstancia.
No es la primera vez que el horario pilla al organizado en un renuncio, la más célebre aquella vez en el Tour de 1995 cuando Boardman acabó estrellado y Jacky Durand ganó la crono.
De aquello han pasado casi treinta años.
En el desastre de crono por equipos de Barcelona jugó la casi total seguridad que esta ciudad nunca llueve en agosto y que el sol aguanta hasta pasadas las ocho.
En una semana con temperaturas récord en la ciudad, la Vuelta se la jugó como otras tantas veces.
Decir que el horario es erróneo es admitirlo de todas las veces que las cosas salieron bien.
Recuerdo cronos vespertinas rozando la noche y con ella el prime time, en el sur, en Pamplona, incluso en aquellas salinas.
En Barcelona anochece, por eso algo antes que en esos sitios.
Contra la lluvia y contra las condiciones de oscuridad poco se podía hacer y era un riesgo que todos aceptaron de inicio.
Mover el horario en una gran ciudad es una utopía y cancelar, no contar los tiempos, como se insinuó en Eurosport, tampoco tenía lugar
Hasta aquí Remco Evenepoel creo que no tiene razón.
Ésta le asiste en el tema de la luz y es que en un día en el que se tienen en cuenta tantas cosas, un mejor alumbrado público para los ciclistas habría sido deseable.
Las condiciones de correr a ciegas por esas avenidas, con giros de noventa grados, debió ser muy incómoda.
Ahí Remco tiene razón, pero el circuito, oh sorpresa, pasó todos los controles previos y las peores hipótesis en su ejecución.
La ciudad de Barcelona propone, la Vuelta dispone y alguien del entorno del ciclismo le da el OK, entiendo que poniéndose en los peores escenarios.
Me habría gustado saber si Remco su hubiera quejado del arranque de esta Vuelta de haber sido el primer líder, más que nada por que uno de los ciclistas más proclives a quejarse de estas situaciones es Enric Mas, pero éste casi gana la etapa con su equipo y no ha dicho mi mú.
Imagen: Guillem Riera
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