Ciclismo
La suerte de los campeones es una herencia reservada a unos pocos
En la llamada suerte de los campeones hilvanamos nombres como Indurain y Vingegaard
El ganador del Tour de 2022 y el de hace treinta años, una historia breve pero instructiva sobre lo que se llama la suerte de los campeones, un ingrediente en el que nadie repara a priori, pero que resulta imprecindible para el éxito de cualquier empresa.
¿Quién decide la suerte de los campeones?
Una pregunta corta y sencilla, pero sin respuesta, y es que cuando miramos atrás vemos que todos los grandes nombres, que las mejores victorias, que los instantes más gloriosos llegan tras una avalancha inhumana de trabajo, planificación y desvelo, pero que nada de eso sería posible sin algo tan evanescente como la suerte.
La historia está llena de grandes ciclistas que, llegado el momento de explotar, por una cosa u otra, no han podido dar la medida de lo esperado, porque ese concepto tan intangible no ha hecho acto de presencia.
Y así la leyenda se escribe con personalidades que han dejado huella por la salvar lo insalvable en una competición, dígase Tour de Francia, en la que me parece casi milagroso pasar sin rasguño alguno.
Jonas Vingegaard este año ha echado mano de los mejores resortes de la suerte un par de veces, al menos
La primera en la caótica jornada del adoquín, en la que sin duda este factor juega un papel relevante.
Vingegaard pudo tenerlo casi todo perdido por momentos, con Roglic caído, el equipo disperso y él con problemas en la bicicleta mientras Pogacar abría gas con Stuyven.
Pero las cosas se alienaron para que el tren Van Aert barriera desde atrás y dejara las cosas casi como al inicio de la jornada.
Luego está la salvada que realiza en el descenso hacia la base de Hautacam.
Él salva los muebles ante el acoso de Pogacar, el esloveno se va directamente al suelo y, aunque continúe, me parece que ahí acabó su lucha por el Tour.
Como digo en la historia hay momentos así a puñados y siempre el campeón sale indemne.
La icónica caída de Joseba Beloki en el descenso hacia Gap, mientras Armstrong hace campo a través para enganchar la carretera de bajada, es posiblemente el recuerdo del que todos echemos mano.
Sin embargo, a mí me impresionó la forma en la que Miguel Indurain encadenó cinco Tours no sin percances, pero sí con la suficientemente efectividad para minimizarlos.
Al margen de aquel descenso del Ventoux, hubo un día en el Tour de 1993 que fue ilustrativo de lo que decimos.
En la jornada con final en Évreux, norte de Francia, se produjo una caída a mitad de etapa.
Aitor Garmendia, entonces en Banesto, se rompió el escafoides y para casa, mientras que Pruden Indurain sufrió un doloroso esguince en la mano que casi le costaría la descalificación pocos días después en la crono de Lac de Madine.
Indurain, como nadie, supo minimizar los riesgos y aún así tuvo sustos gordos.
Él sí que fue un maestro en esto de la suerte de los campeones.
Imagen: Charly López
Ciclismo
«El día menos pensado» a más ciclismo ¿menos éxito?
La cuarta entrega de «El día menos pensado» sigue con el tono sincero pero adolece de morbo
No todo el monte es orégano y no todas las temporadas pueden ofrecer el cabreo de Marc Soler, la espantada de Miguel Ángel López o el celebérrimo día de La Covatilla para poner a rebosar el vaso del morbo de «El día menos pensado».
Lo que curiosamente mejor le va al equipo, una dosis de tranquilidad, aunque con matices, peor le resulta a un producto que espero siga por muchos años, al menos para el goce del aficionado al ciclismo.
La cuarta temporada de «El día menos pensado» es mucho más ciclista, más deportiva, sin entrar tanto en lo personal y sí en la ruta, cosa que a mí me gusta, pero que no sé si fuera del núcleo duro de aficionados atraerá tanto, más en un entorno en el que los «insides» están a la orden del día.
Hay aspectos que me siguen gustando, como el hecho de ser una producción enlatada y filtrada pero también sincera.
Esa sinceridad, que fue clave en anteriores temporada al punto de destapar ciertas vergüenzas, es la clave sobre la que pivota todo, pero la fuerza narrativa que le da un hecho sonado como los que relatamos en la primera línea es difícil de mantener sin estos hechos.
Como hemos escrito en anteriores piezas, la cosa se vertebra en tres nombres, las referencias deportivas del equipo, el gran año de Van Vleuten, la despedida de Valverde y la recuperación de Enric quien si nos permitís la gracieta barata, va de menos a más.
Luego alrededor baila el resto de personajes.
Chente es estrella, pero menos, Lastras aparece poco, Patxi Vila no luce tanto -me consta que en el equipo ya no dirige como el año pasado- y gana enteros Iván Velasco.
También tiene cierto foco el doctor Ibarguren, figura controvertida, cuyos principales roles consisten en curar a Gregor Mühlberger e ir de copiloto con Chente.
Si un elemento podía generar morbo fue el tema de los puntos, al extremo de tener cuotas muy importantes durante el serial, casi siempre con hilo conductor de Eusebio Unzúe haciendo continuamente la cuenta de la vieja, valorando cualquier puesto que contribuyera a la salvación
En varias intervenciones la palabra «pánico» es pronunciada.
Sé que entre tanta horas de imágenes, hay que priorizar y ello conlleva ciertos «sacrificios».
Me apena ver tan poco a Alex Aranburu e Iván García Cortina, requeridos para sumar puntos en el calendario alternativo, también me deja un sabor extraño haber centrado toda la vertiente femenina en Van Vleuten, con las chicas ahí, como testimoniales en la fiesta de despedida de Valverde.
Son cosas que pasan y poco se puede hacer, hay que meter tijera y priorizar, en todo caso buena nota, otra vez, a un producto que ha sabido llegar en el momento exacto, cuando la pandemia, y ser pionero en dar un poco de luz sobre un deporte que mucha gente no es consciente de lo que mueve e implica.
Imagen: Unipublic / Sprint Cycling Agency
Ciclismo
Flandrien, una palabra con más de un siglo de vida
Flandrien es aquel que no lucha contra la adversidad, la va buscando
Viajando a la raíz de una palabra tan ciclismo como Flandrien… un termino que hoy es un desafío y un hotel en Flandes.
Hace cien años por ese mundo pululaban personas increíbles.
El periodista que firmaba como Joan Seguidor, por ejemplo, la original, la auténtica, y no quien tomó prestado este pseudónimo.
Lo que ahora acertamos a llamar emprendedores, entonces eran locos, descerebrados, auténticos insensatos a juicio de la la sociedad, que emprendieron, sí emprendieron, proyectos que llegaron a marcar vidas y destinos de generaciones enteras.
Nuestro hombre de hoy se llama Carolus Ludovicus Steyaert, si bien muchos lo conoceréis por su nombre de periodista, Karel Van Wijnendele
Este personaje acuñó, al calor de su cocreacion, el Tour de Flandes, la palabra que cada primavera vemos en miles y mires de crónicas, tweets y post.
Definió el concepto de “Flandrien” ese que por ejemplo es Peter Van Petegem, pero no Tom Boonen, pues si el primero es de Flandes Flandes, del puro centro, vamos, el otro es de Bramante en el límite con Amberes, algo así como ser de Baracaldo y llamarse bilbaíno.
Para Van Wijnendele el «Flandrien» no era duro, era acero puro, un auténtico junco que no se doblaba por nada en el mundo y mucho menos por esos recorridos en forma de círculos que un día trazó con su compañero del alma, Leon Van Den Haute, para dar forma al dibujo del primer Tour de Flandes de la historia, el que se celebró el 25 de mayo de hace 101 años con salida a las seis y cuarto de la mañana y Paul Deman ganador.
Pero si para el padre de la criatura, Van Wijnendele, un «Flandrien» debe tener “unos cojones que no le caben en la entrepierna”, para Walter Godefroot, del mismo Gante, el tipo de «Flandrien» es aquel que nunca se conforma y siempre se rebela por estar dominado, si no es por un valón, por un holandés y sino por un alemán.
Sea como fuere el venerado personaje de Van Wijnendele tiene sus claros y oscuros.
Los primeros hacen referencia a su tremenda facilidad para encadenar palabras con una pluma en la mano y su innegable favor a la historia del ciclismo belga, siendo incluso seleccionador nacional para el Tour.
Fue tanta su influencia que la “Grande Boucle” pasó por su jardín en 1951
Sin embargo en sus memorias no quedan claras sus avenencias con el régimen nazi.
Si bien finalizada la Segunda Guerra Mundial recibió una carta de agradecimiento del general aliado Montgomery por su contribución a la causa, las diferencias entre valones y flamencos que los nazis propiciaron en provecho propio no fueron mal vistas por este personaje que si de una cosa se le pudo acusar fue de ser flamenco de arriba abajo, de fuera adentro.
Un «Flandrien» hasta entraña.
Ciclismo
Inside Volta: «Pensaba que nos matábamos»
En este inside Volta va también de coches y gigantes sobre la ruta
Caja Rural nos ha abierto las puertas de su casa y Guillem se ha montado en su coche para vivir el World Tour desde dentro, un inside Volta en el que disfrutamos tanto como nos plegamos ante giros, volantazos y trazadas propias de un rally.
Rubén Martínez, técnico del equipo verde, nos guía por la vida de un director en una etapa de una carrera del máximo nivel, la Volta, cuyo director, Rubén Peris, nos explica en su totalidad y desde dentro, tanto lo que nos gustó como lo que no nos gustó de la carrera catalana.
También vamos al repaso de una actualidad que además de este Inside de la Volta pasa por lo que sucede en Bélgica y esa troupe de bestias dado un espectáculo supremo como el que vimos en Harelbeke, una de esas carreras que escriben la historia.
Además de la Volta y lo que sucede en las clásicas, calentamos las sillas ante lo que se nos viene, el Tour de Flandes, un monumento cuyo museo conocemos, y la Itzulia, donde Dani Martínez defiende trono.
Breve sumario
- Charla con Rubén Martínez desde el mismo coche del Caja Rural en la Volta a Catalunya
- Rubén Peris, presidente de la Volta, atiende nuestras dudas sobre la carrera
- ¿Es tan odioso como parece Remco? un repaso a las curiosas respuestas de nuestro tweet
- Balance de Harelbeke, Wevelgem y Volta con la mirada ya en Flandes e Itzulia, estamos a finales de mes de marzo, y el ciclismo encadena carreras y emociones
Ciclismo
Shimano te invita al #SuperCyclingSunday
Celebra la llegada de la primavera con el #SuperCyclingSunday de Shimano
Los días son más largos, hay más horas de sol, el frío empieza a desaparecer de nuestras carreteras y las bicicletas florecen de nuevo (aunque sabemos que muchos habéis seguido siendo fieles estos meses).
Para celebrar que las clásicas están en pleno apogeo y animar a todos los que decidieron ivernar a recuperar el hábito de dar pedales, Shimano celebra durante estas semanas el #SuperCyclingSunday. Estamos aquí para hacer de tu domingo un superdomingo ciclista, y vamos a premiarte por ello. Únete a nuestro club en Strava, sal a pedalear el domingo y consigue grandes recompensas.
Queremos que todos los ciclistas disfruten de los domingos de primavera, uniéndose a un desafío en Strava y aprovechen el día para ver alguna de las Clásicas de Primavera. El premio son inscripciones para un viaje ciclista todo incluido a L´Etape Du Tour 2023 para el ganador y 3 amigos.
Como requisito sólo hay que unirse al Club Shimano en Strava, realizar una ruta en domingo hasta el 30 de Abril y añadir #SuperCyclingSunday en el título de la actividad.
Además, debes introducir tus datos en esta landing y confirmar tu inscripción por email.
¿Te animas a disfrutar del #SuperCyclingSunday con Shimano?
Únete al #SuperCyclingSunday
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