Ciclismo
París-Roubaix: Colbrelli es perro muy viejo
El manejo de Colbrelli en su primera París-Roubaix es para sentar cátedra
La París-Roubaix volvió a tener barro, 19 años después de Johan Museeuw, y Sonny Colbrelli destrozó las teorías, alienado los astros, sacando petróleo a un estado de forma único, no sé si volverá a gozarlo, y rematando como los grandes.
Había algo que marcaba a Colbrelli desde el inicio de la carrera, todos sabíamos que había que contar con él, pues venía en racha, quizá algo asqueado del desenlace del mundial, pero sabedor que su primera París-Roubaix podía ser la que abriera su cuenta en el infierno.
¿Qué decir de su triunfo?
Poco o nada que objetar, el italiano es un corredor que está de dulce desde el Tour, ganó en Benelux, luego el Europeo y en este grand slam sólo le quedaba Roubaix como posible guinda.
Colbrelli corría hoy su primera París-Roubaix, como sus rivales Mathieu Van der Poel y Florian Vermeersch, sacando los colores a quienes pensamos que Roubaix es sólo para gente muy experimentada.
El italiano no sólo se ciñó a lo que esperábamos, a lo que nos tenía acostumbrados.
Colbrelli respondió a casi todos los ataques y castigos de Van der Poel, manteniendo la distancia, recortando a la salida de las curvas, sabedor del poder de su rival pero consciente cómo encajarlo.
Y así fue haciendo, aprovechando cada circunstancia a su favor, el desespero de Van der Poel por cazar y en especial cuando la desgracia sobrevoló la cabalgada sensacional de Gianni Moscon, el italiano mejor posicionado para suceder a Andrea Tafi antes del Carrefour.
Colbrelli veía la alineación de los astros a su favor, Roubaix en su radar
Pero ojo que no era sencillo, las cosas nunca soń fáciles para el más rápido, sobre el papel, en estas carreras.
Tras dar cuenta de Moscon en el Carrefour de l´ Arbre, tras amenazar a VDP con que Haussler venía por detrás, no dejó que el Vermeersch se le fuera cerca del velódromo y consiguió mantener su favoritismo en un desenlace en el que, como bien sabéis, no siempre gana el mejor sobre el papel.
La París-Roubaix de otoño ha sido, como se esperaba, la carrera de la vuelta a la lluvia, una cesta de sorpresas y caídas, de resbalones traicioneros donde nada fue lo que podíamos prever.
Al derrumbe de Wout Van Aert, muy en forma desde hace mucho tiempo, se le unió la carrera loca y descomunal de Van del Poel y la escapada imperial de Gianni Moscon, un ciclista que merece una Roubaix y que casi la logra el día que corría su último infierno con Ineos.
En fin, que ganó Sonny Colbrelli, que fue el mejor y lo mereció, estos italianos siempre tienen a alguien para disputar o ganar algo importante, siempre tienen alguien para volver a reinar en la ParÍs-Roubaix.
Imagen: ASO
Ciclismo
Cruz Stema: Portabicicletas de plataforma para bola de remolque
El nuevo portabicicletas de Cruz ofrece tres modelos
Cruz lanza su primer portabicicletas de plataforma para bola de remolque CRUZ Stema, diseñado y fabricado completamente en España. Se trata de un portabicicletas de plataforma para bola de remolque funcional que cuenta con columnas para la fijación de bicicletas móviles para un mejor ajuste a los diferentes cuadros y tallas de bicicletas.
En su diseño ha primado la facilidad de uso y es por ello que las columnas para fijación de bicicletas se pliegan para facilitar la carga y descarga de las bicicletas y reducir, además, el tamaño del producto al almacenarlo. Las bicicletas se fijan al portabicicletas mediante correas textiles con protección para evitar la posibilidad de dañar componentes como el cuadro o las llantas de las bicicletas.
El portabicicletas CRUZ Stema es abatible manualmente para facilitar el acceso al maletero incluso cuando las bicicletas están siendo transportadas y tiene, además, una innovadora posición de no uso en la que el portabicicletas se puede plegar, reduciéndose así el espacio que ocupa en la parte trasera del vehículo. De esta forma facilita las maniobras y el aparcamiento del vehículo con el portabicicletas instalado.
CRUZ Stema cuenta con un sistema de fijación de fácil acoplamiento a la mayoría de bolas de remolque y sus pilotos tienen un diseño atractivo con todas las funcionalidades gracias a su conector de 13 pines. Tan importante es la experiencia y facilidad de uso como la seguridad, por ello, el nuevo portabicicletas para bola de remolque CRUZ Stema tiene disponible, opcionalmente, un sistema antirrobo de fácil montaje que dificulta la manipulación y sustracción tanto del producto como de las bicicletas transportadas.
CRUZ Stema estará disponible a la venta partir del próximo día 23 de abril de 2024 y desde un precio venta al público recomendado de 299,95 € (IVA incluido).
Estará disponible en tres modelos, para dos, tres y cuatro bicicletas, y tiene versiones adaptadas a las necesidades y requerimientos de los diferentes mercados. En esta primera fase del lanzamiento aparecen las versiones para Europa y Reino Unido.
El nuevo portabicicletas CRUZ Stema supone una gran apuesta de la marca CRUZ por el diseño y la fabricación de estos productos en España, y se trata del inicio, ya que la marca está trabajando en otros más de diez nuevos productos de la categoría portabicicletas que verán la luz a lo largo de 2024 y 2025.
Ciclismo
Ciclista: El casco, siempre el casco
El casco está hecho para un sólo uso del ciclista, pero decisivo para salvar una vida
Aunque hoy lo tengamos como normalizado, el casco con el ciclista en competición no era la imagen cuando empecé a ver ciclismo.
Entonces, finales de los ochenta, los ciclistas corrían con esas gorras por las que matamos en cada salida, o en cada web, viserillas ciclistas, pequeñas, elegantes que nos llevan a esos tiempos.
Con los años, el ciclismo tuvo varios sustos y trágicos desenlaces por la ausencia del casco en las competiciones.
La gota que colmó el vaso fue aquella caída trágica de Andrei Kivilev en la París-Niza de 2003.
A partir de entonces el casco empezó a ganar enteros en la escena ciclista, dándose incluso desarrollos curiosos como en 2004, creo recordar, cuando en una etapa de montaña del Tour los corredores debían llevarlo toda la carrera salvo en la subida final.
Aún recuerdo a Jan Ullrich persiguiendo a Basso y Armstrong en Plateau de Beille con los surcos del casco recién sacado en el cabello.
El casco sólo tiene un uso, uno hábil para el que está hecho.
Un impacto y listo.
Hace dos semanas exactas, en una salida en bicicleta por Italia, una compañera tuvo una caída tonta pero peligrosísima, accionó en la bajada a no mucha velocidad el freno equivocado y salió volando.
Cuando la retiraron del asfalto, le vimos el casco, lo tenía rajado por detrás.
Terrible.
El casco le acaba de salvar de una buena avería a Chris Harper… Casco siempre!!! #TotA pic.twitter.com/tmPv4pzv2F
— Null (@Errigx) April 18, 2024
Le había salvado la vida, como ayer a Chris Harper en esta caída en el Tour de los Alpes.
No quiero imaginar qué hubiera pasado si el ciclista no hubiera llevado casco, terrible el golpe que se da contra la base de la farola.
El casco siempre, a donde vayáis, aunque sea para el pan, para un paseo sin mas, el mal paso siempre aguarda al ciclista.
En esta eliminatoria no siempre hay partido de vuelta.
Imagen: A.S.O./Billy Ceusters
Ciclismo
Flecha Valona: Cuando el frío rompe al ciclista
El frío de esta Flecha Valona es de los que se recordará por muchos años
Las caras, los gestos, la cantidad de ropa, incluso en la subida final,… todo en esta Flecha Valona de ganador inesperado transmitía un frío infernal.
La guinda del pastel fue la secuencia de Mattias Skjelmose llevado en volandas por sus auxiliares al coche…
Des Conditions météorologiques dantesques.
Abandon du Leader de la @LidlTrek
M.Skeljmose 🇩🇰. pic.twitter.com/9T2LR8YeL9— William LALA 💜 (@willoo31) April 17, 2024
La imagen es tristísima pero lleva a preguntarnos por la previsión de ropa que hizo el ciclista, porque otros, ni siquiera en los momentos más determinantes, se quitaron la ropa de abrigo, cuando lo normal es que las prendas vuelen una vez se acerca el tramo final de carrera.
La Flecha Valona de 2024 ha sido un ejercicio infernal de eso que cada cierto tiempo sucede en las Árdenas, terreno abonado a jornadas de frío extremo de forma aleatoria.
Correr con mucho frío es un horror, te haces torpe total, no frenas buen, no cambias bien, la sensación te envuelve y te neutraliza.
No quiero pensar qué eran estas jornadas aquellos años en los que las prendas lejos de ser técnicas se convertían en plomos heladores una vez se empapaban.
Esta Flecha Valona entra directamente a un listado de frío en el que podía estar perfectamente aquella que ganó Michele Bartoli en 1999…
Etapa del Monte Bondone en Giro 1956…
…una inmensa tormenta de nieve dificultó la marcha hacia la montaña vecina de Trento. En estas que un ángel luxemburgués surgió de aquel infierno helado.
Su nombre Charly Gaul, y su objetivo mantener la cadencia con el único propósito de no quedar congelado. Llegó solo y al poco, una vez cruzada la meta, desfalleció.
Lieja-Bastogne-Lieja de 1980…
…el gran día de Hinault en la Doyenne fue apocalíptico. Ganó en medio de pasillos de nieve por las Árdenas.
El tejó sacó una minutada a uno de los 21 ciclistas que concluyeron la clásica después de partir más de 170.
Etapa del Gavia del Giro de 1988…
…la jornada siempre recordada cuando de ambos conceptos hablamos. Una dantesca nevada cayó sobre el pelotón el día que este coloso dolomítico alcanzó el estatus legendario.
Breukink granó una etapa que aupó a Hampsten, pertrechado en gafas de esquiador, al liderato rosa.
Tour de Flandes de 1985…
….un Eric Vanderearden irreconocible pasaba revista ante la TV flamenca después de ganar una edición heladora.
Le acompañaronn en el podio Phil Anderson y Hennie Kuiper en la más terrible Ronde de los tiempos modernos.
Etapa de Les Arcs del Tour de 1996…
….el Tour por su condición de veraniego rara vez vive en medio ambientes gélidos.
La etapa que vio el crash de Indurain fue un terrible escenario de frío y lluvia a mediados de julio que derivó en la suspensión del ascenso al Galibier por nieve al día siguiente.
Vuelta a Valencia de 2005…
…tras la suspensión de una etapa por la nieve, el pelotón se enfiló en una jornada dantesca donde llegan muchos fuera de control.
Flecha demuestró que navegar en tan hostil ambiente le resultó sencillo en un día en el que muchos ciclistas casi dejan el oficio.
Imagen:
A.S.O./Gaëtan Flamme
Ciclismo
Stephen Williams en una Flecha Valona de supervivencia
Pocas veces he visto tanto sufrimiento en un ganador como Stephen Williams en esta Flecha Valona
No sé cómo nos sentará en unos años cuando miremos el palmarés de la Flecha Valona y veamos el nombre de Stephen Williams.
Y no es por que el galés sea un ciclista desconocido, ganador hace unos meses en el Tour Down Under, pero sí por no contar en los pronósticos previos.
Aunque para ser sinceros, los pronósticos previos de esta Flecha Valona incluían tantos nombres, que el de Stephen Williams tenía que entrar sí o sí.
Decíamos ayer que la carrera valona es una de las más previsibles del año, que no recordábamos una fuga triunfal desde aquella de Igor Astaloa, hace más de viente años
La carrera nos ha contrariado el vaticinio, la carrera y el clima, qué frío, qué lluvia, qué horror de condiciones para cambiarlo todo de raíz.
Hemos asistido posiblemente a la competición más atípica del calendario 2024 del World Tour y una de las más raras de los últimos tiempos.
La descarga de lluvia y posterior frío helador han hecho maravillas en el pelotón, dando pábulo a alternativas muy poco contempladas.
Con los UAE KO, con los Ineos fuera, con equipos como el Intermaché abandonando a bloque, la carrera ha sido un ejercicio de supervivencia en el que han emergido equipos como el Uno X, que hoy parecía el Visma en Tirreno.
Sobre el ganador, Stephen Willians ha firmado una carrera increíble, desde ya el anterior paso por Huy, que hizo destacado y con el convencimiento de que su ataque final, a poco mas de 250 metros de meta, le iba a valer una Flecha Valona.
Un triunfo épico e insólito, el primero de un británico aquí, como el de Tom Pidcock en la Amstel.
Un triunfo que le aúpa muy alto a un coste extremo: ganó con varias capas, cosa que contradice los manuales del rendimiento, y con una cara que era la viva expresión del dolor.
Como aquella Flecha que ganó Bartoli, días antes que Vandenbroucke le diera bien en La Redoute, esta carrera si se disputa en condiciones extremas destroza el guión.
Me quedo con la imagen final de Maxim Van Gils sin poder disimular la tiritona en el podio como reflejo de esos días que marcan.
El domingo Lieja-Bastogne-Lieja con la casi seguridad de lluvia y temperatura por debajo de los diez grados.
Imagen: A.S.O./Gaëtan Flamme
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JESÚS EGUIZÁBAL
3 de octubre, 2021 En 19:45
Excelente Colbrelli, ya mostró piernas siendo 2º y 3º en etapas montañosas en el Tour sin ser escalador, y zorrería ganando el europeo como lo ganó. A Mathieu , siendo un ciclista monumental lo que le pasa es que gasta demasiado, pero no sabe correr de otra forma, y esto no es CX, así que al final le falta rush. A Wout el favoritismo no le va bien, y menos si se tiene que enfrentar a su gran rival desde niños. Vermeersch ya le tenía en la onda en alguna carrera haciendo 4º y 5º en carreras menores pero ya demostrando. Es una carrera que influye mucho la suerte, yo quería, por romanticismo que ganase Yves Lampaert y llevarse la vaca de su tío, y depues de caídas y demás hizo quinto, no está mal, aunque esperaba que lograse su sueño. También esperaba a otros pero el infortunio en ésta carrera juega un papel preponderante, si no que se lo pregunten a Moscón, que menuda bici mas botona le dan de repuesto, mal por los técnicos de Ineos, aun pinchando con una bici adecuada podía haber ganado. Llevamos un año mágico y que siga. Me encantan tus análisis, también en Ciclo 21. Un saludo grande de un veterano de esto.
Balmoral
5 de octubre, 2021 En 15:37
Pues si, Colbrelli lleva en estado de gracia ganando 5/6 meses a sus 31 años sin haber ganado antes nada…., como Caruso vaya. Ummmm, estos del Baherim son magos, no obstante Colbrelli dijo que entrenó su fuerza mental para ganar. Ya…
VDP tiene las mejores piernas y la peor cabeza. Como bien dice Eguizábal, gasta demasiado y sin reservar, se vacía, le chupan hasta la sangre y lo rematan al sprint.