Ciclistas
Luis León Sánchez en su pacto con el diablo
Algo pasa con Luis León Sánchez que la clase no entiende de edades
Mirar atrás en la vida de Luis León Sánchez es un traveling por los últimos veinte años de ciclismo en este lado de los Pirineos.
Aquella generación dorada del ciclismo murciano, que estos días siempre se acuerda de la pérdida de Mariano Rojas, de inicios de los 2000 sigue vigente en 2019.
Y sigue tras pasar por mil historias, mil estados, salir ilesa de situaciones en las que otros perecieron.
¿Por qué ellos y no otros?
Son estas cosas que en ciclismo siempre pasan en una pregunta que ya nos hicimos la semana pasada con Juanjo Cobo.
Sea como fuere, que tanto tiempo después aquel crío que recuerdo dominar la Copa de España juvenil en Terrassa, hace 18 años, siga delante delata un pacto con el diablo, ni más ni menos.
Un pacto con el diablo que se dibuja en la pose perfecta, cuando el gigantón se pone a volar
Stage winner @LLEONSANCHEZ on his way to the TdS press conference;
@AstanaTeam pic.twitter.com/z8XRqvJ1v4— Tour de Suisse (@tds) June 16, 2019
Luisle añadió una etapa en Suiza a un palmarés que arranca desde hace quince años.
Un palmarés que tiene etapas en el Tour, cuatro, más las clásicas de San Sebastián y esa París-Niza memorable que le ganó a Contador.
Luisle no es un ciclista cualquiera
Su figura impone, en el trabajo propio o ajeno, el inicio de año de Astana tiene que ver con él, y la omnipresencia que logra en competición.
Luisle ¿Pudo haber aspirado a más?
Posiblemente sí, pero en su haber quedan muchas muescas en el camino.
Unas muescas que no desbaratan la sensación de que su talento pudo haber dado más, pero cada uno es como es, cada ciclista es hijo de su padre y madre, traza su camino y lo que sale va con el para siempre.
El rendimiento de los españoles de Astana, salvo Omar Fraile inédito en los podios esta campaña, va a por la nota más alta.
Sabemos de dónde viene y por dónde ha pasado Luisle.
Que ha estado vinculado a mil historias, que pasó por el desierto del entonces Team Blanco, hoy Jumbo Visma, que ha tenido la suerte que otros no tuvieron… todo eso que siempre sale a relucir cuando se opina de un corredor que ha pasado por mil pasajes, como el murciano.
Pero no admitir esa clase imperedecedera, ese hambre intermitente que cuando aparece es insaciable, y que tanto tiempo después sigue imponiendo, sería hacerle un cuadro incompleto a uno de los corredores con más talento de la historia deciente del ciclismo español.
Primoz Roglic
¿Roglic fuera del Jumbo? perfectamente factible
Ya hace tiempo que Primoz Roglic suena para salir del Jumbo
Mientras se confirma si Jumbo se fusiona con Soudal, y el nivel de inmersión de Amazon como patrocinador, ambas cosas parece que no son sólo rumores, me fijo mucho en las cosas que se cuentan sobre Primoz Roglic y su futuro inmediato al parecer fuera de su equipo.
Sí lo sé, en los márgenes del Jumbo hace frío, como bien se ha dicho de otros ciclistas cuando han dejado estructuras poderosas, pero no es menos cierto que para Roglic el corral se hace pequeño.
Cuando hace unas semanas comentamos la posibilidad de su marcha del Jumbo, muchos nos pusieron al corriente de la gran campaña del esloveno, con Tirreno, Volta, Giro, Burgos y podio en la Vuelta.
Incluso con contrato hasta 2025, creo que el tiempo de Roglic en Jumbo debería tocar a su fin si quiere seguir optando a las grandes victoriashttps://t.co/khBpQEBKUP pic.twitter.com/2O4gHiqrJK
— JoanSeguidor (@JoanSeguidor) September 16, 2023
Eso es cierto y tan real como el hecho que Roglic lo tiene ganado casi todo en el radar de sus posibilidades y cuando digo casi todo ya sabéis a qué ausencia me refiero.
Ahora mismo para que Roglic opte al Tour de Francia es casi imposible que lo haga en el equipo en el que ha crecido y explotado como estrella ciclista.
Con todos los meneos que hay alrededor del equipo, esa fusión, ese copatrocinio, ojo que al bloque le quedaría una sobrepoblación de estrellas que si ya sólo estos años no ha sido sencilla, imaginaros con Remco y cia.
La posibilidad de fusión ha ido acompañada por noticias sobre Roglic y su posible paso a Ineos o Movistar.
Ambas opciones tendrían sentido, aunque es obvio que ninguna ofrece lo que el Jumbo,
En la balanza Ineos ahora tiene más caché que Movistar, pero no creáis que los ingleses andan descapitalizando de talento el equipo, quizá por que la química tiene que atender muchos frentes entre fútbol y vela, sin ir más lejos en el puerto de BCN ya tienen sus instalaciones para la Copa América a la vista de todos.
No me parecería mala la opción de un tipo experimentado y fiable como el esloveno al lado de Carlos Rodríguez, quien podría tener otras miras y pensar en el Tour cuando se vea más hecho, a sabiendas del nivel que se manejan hoy los mejores del mundo.
Movistar por su parte tiene congelada la batería de anuncio de fichajes, no se cuenta nada en el equipo telefónico que sabe que gente del valor de Jorgenson o Verona se van y que duda si extender algo más la trayectoria de Rojas y Erviti, dos históricos de la estructura.
En todo caso, Movistar debería hacer acopio de varios nombres para que Roglic tuviera una guardia al nivel de sus opciones en el Tour, la joya que le falta a ese palmarés tan bestial.
Una joya que no por más brillo, le va a ser fácil lograr con Vingegaard y Pogacar en un nivel superlativo y subiendo.
Ciclistas
Cavendish no podía dejar el ciclismo así
Adicto al ciclismo y al triunfo, Cavendish alarga un año más
La imagen no es de este año, es de uno de los años felices de Mark Cavendish en ciclismo, uno de esos en los que amasaba uno de esos brutales botines en el Tour, ganando y ganando etapas hasta empatarse con Eddy Merckx en lo más alto de la historia.
Una historia que sí, es muy diferente en ambos casos, el belga era total, el inglés un anotador de sprints, cosa que no es para tomarse en broma, pero que implica una dificultad muy diferente al gran Eddy.
Pero numéricamente, está ahí, a un paso.
Y el caramelo es goloso, es entrar en lo más alto del ciclismo y su historia, es escribir tu nombre en los cenotafios más prestigiosos, quedarse solo en la cubre, algo tan grande que, a la vista está, no quiere dejar escapar.
Más cuando en el último Tour, se fue justo después de quedar segundo tras Phlipsen en la meca de Burdeos, la meca de los velocistas, allí donde los mejores de la velocidad, y él, han ganado alguna vez.
Mark Cavendish anunció durante el Giro, antes de ganar su etapa en Roma, que dejaba el ciclismo a final de campaña, esa decisión tiene marcha atrás, conectando con esos ciclistas que tantas veces recularon una vez anunciado su retiro.
Recuerdo a su compi de americana, Brad Wiggins en ese plano.
Si han habido años en los que se le ha visto lejos de los mejores, lo cierto es que el meneo que está sufriendo la velocidad mundial le ha dado otra oportunidad.
Caleb Ewan no se encuentra, Fabio Jakobsen no termina de explotar, lo mismo que Sam Bennett… sólo los Alpecin rinden a satisfacción, pero incluso los registros tan abiertos de Jasper Philipsen le pueden hacer albergar ciertas esperanzas de volver a ganar una etapa en el Tour.
Si lo pensamos bien, si vemos lo que sucedió en el pasado Tour, no lo tiene tan complicado y claro, dejarlo ahora, así, sentado en medio de una carretera francesa por caída, pues no procede.
Pues hablamos de un «adicto al ciclismo», un «yonki del triunfo», que seguro no llenaría con la familia los huecos que le dejase la competición.
Cuando anunció su retirada, pensé, lo juro, en esta posibilidad, sobretodo si se quedaba cerca de ganar una etapa en el Tour.
Además, el que viene es año olímpico, y quién sabe si hasta se anima en los velódromos, igual que quien será su lanzador, de nuevo, el danés Michael Morkov, favorito a colgarse el oro en madison.
En todo caso, repito lo que he dicho otras veces, los récords están para batirlos y el de Merckx me gustaría que cayera en sus manos, por muy mal que caiga en ciertas esferas.
Es un ciclista histórico, nadie se lo puede negar y le da un motivo más a Astana para seguir adelante, porque los celestes la verdad es que llevan unos años de auténtica lástima.
Wout Van Aert
Demasiadas medallas de plata para Wout Van Aert
El Europeo le deja otra plata a Van Aert, y van trece
Sí, lo sabéis, si ahora me pidieran una mano por alguien en el pelotón la pondría por Wout Van Aert, para mí el ciclista más valioso de la actualidad, un portento omnipresente, con un bagaje que no discutiremos ahora, pero con un gran qué en esa relación especial que ha construido con la medalla de plata, hasta trece, excesivas en su balance frente al oro en un balance en el que su némesis, el amigo Mathieu le ha sabido doblegar.
Trece medallas de plata, así nos lo confirman, contando Juegos Olímpicos, Mundiales, Europeos y Campeonatos belgas que, en ciertos momentos, como en ciclocross, son como mundiales encubiertos.
Ayer cuando le vi que no llegaba a tiempo para superar a Laporte en el final, cuando la medalla de plata colgaba del cuello del Van Aert pensé en esa cifra, y con ella en la mano, me pregunto cuál fue el oro que más me dolió que perdiera el belga.
Y en esa tesitura me acuerdo de la carrera de fondo olímpica de Tokio, cuando estaba sublime de forma, recién llegado del Tour, tres etapas ganadas, cada una totalmente diferente, y vio como el hábil Carapaz le levantó el título olímpico.
Fue esa mañana de sábado, a primera hora, un esquema que se nos ha hecho favorito.
Van Aert es el más fuerte de la concurrencia, rodó como nunca y perdió como siempre, pues cada vez que comparece en este plan, sucede lo mismo, alguien es más listo, se anticipa, y luego todos le miran a él para que emprenda la caza que, lógicamente, no llega a buen puerto.
Dice Van Aert que claro que piensa en la cantidad de medallas de plata que tiene en casa, que lo tiene presente, por mucho que en carrera no le venga a la mente.
Pero le condicionan, le tienen que perturbar, a cualquier crack en lo suyo tiene que pesar verse en el día de la marmota
A mí me pasaría.
Le hemos visto a la derecha del ganador, cuando el podio ha estado bien dispuesto, en muchas ocasiones y no cuento Roubaix y Flandes, otras que son de su perfil.
El tema de disputarlo todo, de ser bueno en casi cualquier terreno es lo que tiene, un coste en plazas de honor equiparable a las que lograba, por ejemplo, Alejandro Valverde.
Por eso molesta, por eso sabe mal, ver tanto talento vestido en plata, cuando debería tocar el dorado.
Ojalá Wout le dé la vuelta a la situación, que aprenda de los Carapaz en su día, o Laporte ayer mismo, ciclistas que no le son superiores, pero que son hábiles, se mueven bien y tienen instinto.
Imagen: FB UEC
Ciclistas
Juan Ayuso necesita un año entero y limpio
No pisar el podio de la Vuelta no es una mala noticia para Juan Ayuso
Volver al podio de Madrid para recoger el maillot blanco de mejor joven era un objetivo que Juan Ayuso veía más o menos factible.
De hecho creo que, salvo Remco Evenepoel, era el gran favorito a vestir una prenda que en el ciclismo actual no tiene el valor de hace no tanto tiempo, cuando los jóvenes llevaban una programación más calmada y su progresión se fijaba más a largo plazo.
Si los cambios que ha vivido el ciclismo se podrían resumir en esa prenda y su valor.
Para Juan Ayuso el objetivo era volver al podio de Madrid, un año después de estar en él, tras debutar en una gran vuelta.
Conociendo su ambición y sabedor de lo claras que tiene las cosas, me cuesta creer que el ciclista esté contento con esa cuarta plaza, más cuando tampoco estuvo nunca en disposición de ganar una etapa, otro objetivo que se marcó a fuego.
Lo dijo varias veces, incluso dando a entender que podía sacrificar la plaza en la general por levantar los brazos en meta.
No le fue posible…
Y es aquí donde quiero ir con Juan Ayuso, que ha demostrado que incluso en este ciclismo de prodigios las cosas no son sencillas para los jóvenes, que esto no es llegar y besar el santo, más bien todo lo contrario.
Los que llegan tan rápido a la elite no siempre lo tienen tan sencillo y Juan lo ha demostrado en la Vuelta.
Ha estado delante siempre, la ambición la tenía, el equipo no tanto –la forma de hacer de Almeida es muy difícil de entender– y la forma era la mejor en sus circunstancias, pero ahora mismo el Jumbo está en otro nivel, incluso para los todopoderosos del UAE.
Juan Ayuso nunca amenazó el podio de los neerlandeses y acabó entre el cansancio extremo de Enric Mas y el hastío final de Mikel Landa ante tal dominio.
A ello se le añade ese catarro que mencionó en alguna ocasión y la sensación que no ha hecho limpio de aquella lesión de principios de año.
La suma de todo ha pesado en un ciclista cuyo techo creo que sigue estando lejos, a pesar de algunos comentarios, pues tiene 21 años y en lo poco que ha podido competir ya ha logrado cuatro victorias y de ellas, tres en el World Tour.
Imagen: UNIPUBLIC / SPRINT CYCLING AGENCY
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