Ciclismo
La Volta en el Berguedà, algo ha cambiado
Que la Volta vuelva al Berguedà es como salir de la zona de confort
Hace menos de ocho meses hablábamos de la Volta, el Berguedà y todo aquello que impedía que la carrera visitara una zona que se vende ciclista como pocas.
La semana pasada la Volta anunció desde Berga que volvía al Berguedà.
Plegarias escuchadas
Etapa de la @VoltaCatalunya en el Berguedà.
El recorrido lo están peinado, pero oigo descorche de 🍾 en casa de @ramacabici e @isaacvilalta, entre otros— JoanSeguidor (@JoanSeguidor) September 22, 2023
Lo hizo días después de haber atado la salida en Sant Feliu de Guíxols por unos años.
Para quienes seguimos la Volta desde bien pequeños, estos cambios saben a gloria, más cuando la carrera se había instalado en una espiral de previsibilidad que, al menos ahora, parece quererse romper.
Ojo la nota de prensa de a organización, desde 1959 que la carrera no pisaba Berga, eso son, como dicen, seis décadas después.
«“Creo que regresar a Berga y al Berguedà era un clamor después de tantos años. No solo porque los aficionados al ciclismo lo deseaban, sino porque a nivel deportivo puede ser una etapa totalmente decisiva y de un magnifico atractivo. Estoy seguro que viviremos una gran fiesta y agradezco a todas las partes implicadas el esfuerzo realizado por haberlo hecho posible”
Comentó Rubén Perís en la previa de la etapa, cuyo diseño está en fase de ejecución.
Así las cosas la noticia, además de importante, por suponer un cambio en el esquema que tan aburridos nos tenía, es simbólica por dar respuesta a lo que muchos y buenos cicloturistas que conozco llevaban tiempo pidiendo.
Y ojo que con esto no culpo a la Volta de no ir al Berguedà, pues al parecer por parte de la zona no había el interés necesario.
Así nos lo hizo saber el propio Rubén, cuando pasamos revista a la Volta justo después de finalizar este mismo año, al preguntarle por abrir horizontes más allá de la salida de Sant Feliu de Guíxols, el paso por las estaciones de FGC y el final en Montjuïc.
Entre los embajadores del Berguedà el mismo ganador de la Vuelta a España, Sepp Kuss que se vuelve loco con Pradell, Capolat, Coll de Pal y Rassos de Peguera.
Espero alguno de los Highligths esté en la Volta y veamos si lo que cuentan de ellos es verdad.
Imagen: Guillem Riera
Ciclismo
Ciclocross: Los saltos de Felipe Orts no encuentran techo
Más que la plata es la actitud dominadora lo que marca el europeo de Felipe Orts
Pontevedra ha sido el sitio del cambio, del paso diferente, de la iniciativa y el día de Felipe Orts.
Como nos contó hace unos días, desde que supo que la ciudad gallega iba a ser sede del Campeonato de Europa, Felipe Orts marcó en rojo el día y lugar en su calendario de forma.
Queda mucho para el mundial, pero finales de octubre e inicios de noviembre ha dado con su primer pico de forma con el añadido que correr a sabiendas de la tragedia que sucede cerca de su casa no debe ser bada fácil.
Para Felipe Orts, la carrera de ayer es otro muro derribado en su progreso en una modalidad en la que tener un español en la élite era algo impensable hace tan solo unos años.
El ciclocross vive un buen momento a este lado de los Pirineos desde inicios de siglo, una creciente afición, campas competitivas y ciclistas que están ahí, pero en la esfera nacional, sin embargo lo de Felipe Orts es otra cosa, es un salto que espero no se ciña en su persona.
Un ciclista de La Vila Joiosa, en el corazón de la Costa Blanca, emerge, lidera en España y se va a Bélgica a crecer con los especialistas de la modalidad.
Desde aquella plata sub 23 en el mundial de Luxemburgo, cada año ha sido mejor que el anterior para Felipe, cosa que no es nada sencilla, pero lo consigue ¿cómo? viéndolo ahora y siendo ventajistas ha sido marcándose pasos lógicos y objetivos realistas, no ha querido estirar el brazo más que la manga, y el resultado está ahí.
Desde la mentada plata, se situó a cola de los mejores, les persiguió vueltas y vueltas hasta que un día firmó un top ten en competiciones del máximo nivel, luego vino el top 5, también su propia estructura con sus patrocinadores e incluso algún podio.
Este año fue tomó la decisión de irse a Bélgica, a una estructura belga y la mejora se ve ya, no sólo se cuelga la medalla de plata en el Campeonato de Europa de Pontevedra, lo hace tras una carrera brillante, entre las estrellas belgas, proponiendo y tomando riesgos hasta quedarse solo con Thibaut Nys.
Este paso adelante, hecho en las circunstancias morales más tristes, no es un logro cualquiera, es la confirmación que la determinación de aquel chaval de la Costa Blanca iba en serio y tenía fundamento.
Ciclismo
La salida del Giro desde Albania peligra
La geopolítica incide diretamente en la grande partenza del Giro desde Albania
Pocos días después de la presentación del Tour, vendrá uno de los clásicos de otoño, la puesta de largo del siguiente recorrido del Giro de Italia que en el caso de 2025 anunció la salida desde Albania.
Ahora leemos que la presentación de esta vez se mueve de día y crecen los rumores sobre los motivos reales.
La relación ente Italia y Albania no pasa por sus mejores momentos, con la inmigración y la intención de retener migrantes venidos de África en el país balcánico mientras se estudia si Italia los acepta o no.
El pacto no ha podido llevarse a cabo en los términos Giorgia Meloni, la 1ª ministra italiana, pretendía y esa gran salida del Giro en Albania, pensada para conmemorar las relaciones de los dos países, pende de un hilo.
Sin querer profundizar mucho en otras consideraciones, la verdad es que el mero hecho de proponer a un tercer país que te retenga los migrantes mientras tu decides sobre su surte causa sudores fríos.
La alternativa de salida del Giro 2025 sería, como cuando el Covid, Sicilia y ese vergel de paisaje y ciclismo que supone la gran isla.
Veremos.
Es curiosa la tradición del Giro de Italia de llevar la salida a países con poca tradición ciclista, a esta intención de hacerla desde Albania, un estado con innegables vínculos históricos con Italia, se le suman salidas como aquella de Belfast en Irlanda del Norte y la de Budapest en Hungría.
El Giro llegó a salir de Dinamarca y Países Bajos y espero le devuelva alguna vez la visita a España pues la Vuelta 2025, como sabéis, parte desde el Piamonte, convirtiendo en Turín una de las pocas ciudades que ha tenido las tres grandes vueltas en su contorno urbano.
Ciclismo
Cuidar los símbolos como hace el Tour y los franceses
El respeto del Tour por sus símbolos habla de la cultura ciclista de Francia
Cada presentación del Tour, del Giro, también, pero en especial del Tour de Francia es exhibición de cultura, poder, atracción pero sobretodo de símbolos que hablan de una vasta cultura ciclista que se establece en el país desde el minuto uno.
La presentación es algo así como el reminder de otoño de una realidad que en julio nos abruma en base a un estado volcado en la carrera, que se cita en las cunetas, llena las metas y salidas y colapsa los recorridos.
La cultura del ciclismo en Francia es la envidia, y el Tour se sitúa en lo más alto de la montaña de símbolos.
Pero esa cúspide necesita de una base que se ensancha según bajas la mirada.
Te sacan a pasear los nombres de siempre y según avanza en la presentación de etapas te conectan con Louison Bobet, con Raymond Poulidor y te enfocan a Bernard Hinault y Bernard Thévénet en las butacas.
Con ellos entran en historias, imágenes, fotos y demás leyendas para sacar. a relucir lo mucho que ha pasado en Francia desde que se creó el Tour de Francia.
Luego empiezan con sus puertos, con la reverencia al Mont Ventoux, el Tourmalet, el Aspin, la Madeleine,… santuarios ciclistas ambicionados por ciclistas de medio mundo que tarde o temprano pasarán o repetirán en algún sitio de Francia con la bicicleta.
En su viaje seguro que encontrarán algún memorial de la Gran Guerra, pero también esculturas y placas recordando que aquí Eugène Christophe buscaba un herrero que le ayudara a reparar su horquilla rota hace más de 100 años.
Eso está en Saint Marie de Campan, mítico emplazamiento al pie del Tourmalet.
Es un ejemplo de cómo la geografía francesa se llena de guiños e historias, sencillas pero prácticas, por doquier, asentándose principalmente en los símbolos que provienen del Tour.
Luego están los pueblos que dejan imágenes para la televisión con performances que el helicóptero retrata para la posteridad, pueblos en los que los niños seguramente hayan coloreado y leído algún libro sobre el Tour de Francia.
Que la rueda no pare.
Este 2025 todo el Tour será en Francia, poniendo a una racha de salidas internacionales que han expandido y exportado la grandeza de la carrera que nos ofrece diariamente durante julio un enorme publirreportaje de Francia de varias horas.
Envidia sana, pero envida al fin, porque a este lado de los Pirineos el mimo que se pone a estas cosas es anecdótico, y cuando algo, se llame Tour o Giro, goza de una simbología potente, todos la hacen suya y la cultivan, por eso, incluso en sus años deportivos más oscuros, el ciclismo francés ha salido adelante.
Imagen: A.S.O./Charly Lopez
Ciclismo
Moments 24 El espejismo de Vingegaard en Le Lioran
Cuando Vingegaard batió a Pogacar, pensamos que había partido en el Tour
La alegría de ver que Vingegaard podía batirse, al menos, en duelo con Pogacar duró poco, pero que nos quiten lo bailado…
Esta maravilla de Tour que se nos presenta vuelve a tener la firma de Tadej Pogacar y Jonas Vingegaard, como en las tres últimas ediciones, y en especial las dos más cercanas.
Volvemos a tener servido el duelo, el mano a mano, como titulaba la portada de L´ Équipe que cuenta los días que quedan para que empiece París 2024.
Le Lioran entró en la geografía de la dualidad más tremenda que hemos visto.
Ayer titulábamos que van empate, y esa fue la sensación pero ojo con las trayectorias de esta gente y su forma de encajar los sinsabores.
A Jonas Vingegaard le queda el minuto lago que le saca Pogacar en la pugna por el Tour de Francia.
No es una diferencia imposible, pero tampoco definitiva, está en el límite de todo y por eso, yo creo, que Pogacar tomó riesgos.
Alentado por las experiencias cercanas, por dar un golpe y sentenciar casi siempre a la primavera, Pogacar quería sentenciar el Tour, no tenía otra intención y con ello al amigo Vingegaard.
Pero a diferencia del Giro, de la Lieja, de la Volta, de la Strade, delante tiene un fenómeno que mantiene con vida la carrera.
Toda esta cursiva viene de aquella tarde, caliente de la situación vista y disfrutada, en las horas posteriores a un nuevo episodio de esta rivalidad que nos está dando la vida.
Advertían muchos sobre el estado de forma errático que podía traer el danés tras una preparación complicada, pero al mismo tiempo nos agarrábamos a la idea que el duelo volviera a tener lugar.
Sin tomar partido por uno o por otro, sólo disfrutando de una rivalidad que lleva el ciclismo a la excelencia cada vez que tiene lugar.
Ese día, Vinegaard le dio a Pogacar donde más duele, dejó que se fuera solo, tomando una distancia que se clavó justo en el momento que el de Visma empezó a tirar a por él.
Le recortó y recortó hasta que le dio caza y le ganó en una llegada que Pogacar ganaría en el 99% de las ocasiones.
Sencillamente magistral, haciéndonos soñar con un duelo que duró lo que tardaron en llegar los Pirineos y con ellos el despegue final de ganador del Tour…
Imagen: A.S.O.
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