Ciclistas
La duda que corroe a Tom Boonen
No lo olviden, ténganlo presente. En las semanas sucesivas verán muchas veces a Tom Boonen en sus pantallas. Sepan que cuando le vean rodar y atacar de esa forma tan característica, sacando chepa como Luis Ocaña, estarán viendo una leyenda, algo único, un auténtico mito, en su casa y fuera de ella, en el mundo.
Es obvio, lo hemos visto muchas veces, que los equipos gestionados por Patrick Lefevere tienen una carga jerárquica muy pesada, a veces tanto que su sola mención implica un lastre. En tiempos de Mapei, cuando los azules eran rodillos sobre el adoquín, siempre desde el coche se marcaban claras las instrucciones sobre el orden de entrada en meta cuando el pescado se movía entre varios de los suyos. Siempre fue así. Así sigue siendo.
En la Het Niewsblad, el Etixx- Quick Step gozó de una situación que ni soñada. Tres ciclistas en vanguardia en un corte de cuatro y un cuarto hombre en el grupo perseguidor, que es de tres. Es decir, en algún momento, por bizarro que pareciera, en el coche de Peeters, quien lleva el volante de los belgas, podrían soñar con primero, segundo, tercero y quinto, opción plausible viendo lo bien que remata Stybar y lo mal que sentencian Vanmarcke y Van Avermaet, sus compañeros de atrás.
Sin embargo ocurrió lo que ocurrió, como mil veces hemos leído y escrito. Pero leyendo entre líneas, viendo el desarrollo, queda claro que al Etixx le arrastró el plomo de la jerarquía autoinfrigida porque quisieron llevar a Boonen lo más cerca posible para que rematara casi a placer. Si alguien se tuvo que sentirse abandonado en Gante, ese fue Nicki Terpstra quien perdió una carrera sin comerlo ni beberlo por acatar las órdenes.
Terpstra fue como el Sylvain Chavanel de Flandes 2011 o el bloque del Quick Step en la última Ronde, cuando todos esperaban a Boonen y les mató Cancellara. Y si nos remontamos más atrás, Terpstra fue el Bortolami, el Taffi y otros tantos que perecieron a los designios verticales de Lefevere, el mismo que pensó que Uran no debía arriesgar por seguir a Quintana en el Stelvio.
Sin embargo para Boonen subyace una duda y saber si lo que ocurrió en el desenlace de la primera clásica es circunstancial o real. Es decir saber las causas de porque un ataque a poco de meta muera en la orilla porque un ciclista, con dos compañeros suyos a rueda. Boonen tuvo arrestos de rabia en la Kuurne, pero tras dos primaveras negras, no parece que para el siempre joven Tom, las oportunidades vayan a ser eternas.
Imagen tomada de FB de Etixx
INFO
Orbea, disponible en los portales de Hello Bici
Los tres portales de Hello Bici –Santafixie, Volavelo & Newbornriders– tienen toda la oferta de Orbea para sumar un canal más a la red de la marca vasca que este año celebra 175 años actualizando su oferta con fixies y bicicletas para niños, la premiada Grow, con un diseño especialmente reconocido. Orbea se suma a un catálogo de primera línea con Cinelli, Brooks, Deda Elementi y Aerospoke.
Richard Carapaz
Carapaz en Romandía: La insistencia tiene premio
La victoria de Carapaz en la etapa reina de Romandía pone fin a una injusta sequía
Tiempo, demasiado tiempo ha pasado desde que Richard Carapaz lograra su último triunfo antes de esta etapa en el Tour de Romandía.
Con año y pico en un equipo que se distingue por ser coral, imaginativo y proactivo, Carapaz poco le había podido ofrecer al EF hasta esta jornada.
Destellos de lo que es un gran corredor, pero gafado por caídas o enfermedad, mermado en un pelotón en el que o eres muy muy bueno, o pasas sin pena ni gloria.
Siempre he pensado que Richard Carapaz nunca ha sido el mejor en nada, unos cuantos le superan con creces, pero a su favor tiene dos cosas: olfato y ambición, que mezclados en justa medida dan como resultado el ciclista que tanto nos gusta, el de los pocos pero buenísimos triunfos.
A todo lo dicho añadidle esa pizca de valentía que a veces roza la inconsciencia de salir, por ejemplo, a por Pogacar en La Redoute a sabiendas que puedes hacerte daño.
Pero Richard Carapaz siempre lo intenta, siempre propone, como en la jornada reina del Tour de Romandía, jugando a ganar desde el primer momento.
Supo leer la necesidad de Ineos de tumbar al líder Juan Ayuso y trabajar para Carlos Rodríguez, Egan Bernal incluido.
Luego se soldó a la rueda de Carlos y atacó en el momento justo de la mejor manera que sabe hacerlo: sacando mucho de golpe y luego sufriendo hasta el final.
Aunque la justicia deportiva da y quita como le place, no me habría gustado nada que Florian Lipowitz le hubiera dado caza en la recta final.
Cuando Carapaz le vio venir redobló el esfuerzo y dio con la llave del triunfo.
Aunque ha ganado algunas cosas con el EF, nada es comparable a una victoria en el World Tour, el circuito de los mejores.
Tened por seguro que este ciclista en forma y con moral es posible que no vaya a ganar una gran vuelta, pero nos dará que hablar y será un gustazo verlo, y quién sabe, igual hasta decanta la balanza cuando menos lo imaginemos.
Imagen: FB EF Pro Cycling
Romain Bardet
Lieja: Romain Bardet sobrevive a los tiempos y los monstruos
La segunda plaza en Lieja nos recuerda el excelente ciclista que es Romain Bardet
En este mal anillado cuaderno cada éxito o buen resultado, como la plaza de plata en la Lieja, de Romain Bardet, se celebra.
Siempre.
Ayer, mientras Pogacar, muy cansado en meta, celebraba los primeros instantes de su segundo victoria en la decana, la televisión pinchó un momento a Romain Bardet, quien miró a la cámara, sonrió y agitó el puño derecho, creo.
Fue un gesto natural, sin aspavientos ni nada similar, estaba celebrando una segunda plaza, pero que segunda plaza
Co esa segunda plaza, el primero de los «humanos» podríamos decir, Romain Bardet recordaba en Lieja que su ciclismo de sentimiento y sensaciones sigue vivo y vigente, no sin dificultades, pero vivo al fin
Era un nuevo top ten para Romain Bardet en la capital valona.
Como es de esperar sus mejores resultados clasicómanos se producen en Lieja y Lombardia, pero en especial en la primera, en la que Romain Bardet ya ha sido dos veces podio.
No ha ganado nunca un monumento, pero ha estado ahí, no lejos de los mejores.
Pero si hasta fue subcampeón en el mundial que corona a Alejandro Valverde.
Porque Romain Bardet lleva años en el negocio, hace diez fue cuando explotó en el Tour, el de Nibali, y toda Francia se emocionó con lo que podría llegar hacer.
Pisó dos veces el podio, pero nunca hizo de menos el resto del calendario, ni siquiera en sus años de prime con la Grand Boucle, y así ha granjeado un palmarés pequeño, sólo 10 victorias, pero muy potente en calidad y aprecio de la gente, pues se le quiere, esa es la verdad.
Cuando el año pasado Remco Evenepoel el ganó la etapa de Pirineos en la Vuelta, todos asintieron ante la entrega y honestidad de este ciclista que admite que las cosas han cambiado mucho para su gusto, pero que tuvo arrestos para salir del grupo que Pogacar acababa de destrozar y firmar una posición de plata que tiene un mérito brutal.
Cuando tengáis dudas de a dónde va este deporte, cuando veais cosas que no os emocionan, hay tirar de los clásicos, tirad de Romain Bardet.
Imagen: A.S.O./Gaëtan Flamme
Ciclistas
Lieja: ¿Qué es Tadej Pogacar?
El dominio de Pogacar en Lieja le sitúa como uno de los mejores clasicómanos de siempre
Cruza la meta solo, tras una cabalgada de 30,40, 50 u 80 kilómetros ¿qué más da? Lo de Lieja es otra muesca en la cuenta de Tadej Pogacar.
Sin Evenepoel, sin Roglic, la gran rivalidad se enfocaba esta vez con Mathieu Van der Poel, pero, ahora mismo, al neerlandés le falta un hervor en estas carreras.
Y ojo que, con este razonamiento, no le descarto para las futuras ediciones de la decana ni de Lombardía, los dos monumentos que faltan en su cuenta
Este domingo Tadej Pogacar ha sumado en Lieja su victoria nº 70.
Tiene 25 años y su palmarés habla por él.
Es un bagaje en el que no caben medianías, un recorrido que para muchos arrancó en la Vuelta que acaba en el podio, para otros, el Tour que le remonta a Roglic, y quizá, para unos pocos, en aquel Algarve que gana recién accedido al profesionalismo.
Si miramos su lista de éxitos, el desconcierto nos invade.
¿Qué es Tadej Pogacar?
¿Un clasicómano con proyección en vueltas? o ¿Un vueltómano que gana clásicas?
Yo no lo sabría decir, es las dos cosas al mismo tiempo, el ciclista total, el especialista en todo, un sueño ciclista y estadístico hecho realidad.
Con su segunda victoria en Lieja, Pogacar pone otra pieza en su recorrido hacia la leyenda.
Sus victorias combinan belleza, riesgo y efectividad a partes iguales, pero todas barnizadas de emoción y empatía, pero con esta lista de victorias yo ya empiezo a pensar que éste es un clasicómano que ha hecho fortuna en la vueltas por etapas.
Tadej Pogacar ha igualado a Mathieu Van der Poel en el top de los monumentos.
Con lo complicado que resulta ganar uno, ambos acumulan seis, en un tiempo en el que cada victoria en estas carreras se cotiza carísima.
Sólo recordar cuántos ganó, por ejemplo, Peter Sagan.
Imagen: A.S.O./Gaëtan Flamme
Ciclistas
La última marcianada de Van der Poel podría estar en Lieja
No descarto que Van der Poel gane un día en Lieja, pero este domingo lo veo imposible
Es obvio, y a las experiencias ultimas me remito, que cualquier quiniela de Lieja tiene mucho de Pogacar, algo de Van de Poel y un poco del resto.
El ciclismo se ha convertido en esto, en un raro equilibrio roto y condicionado por si uno, dos o tres de los Big 6 toma parte, y no lo digo yo, lo admiten abiertamente ciclistas experimentados y con años en el negocio, tipo a algunos que han pasado por el podcast, desde Luisle a Ion Izagirre, pasando por Verona y Andrei Amador, sin olvidar las sensaciones que Purito nos transmitió el año pasado, en vísperas del Tour de Francia.
La Lieja-Bastonge-Lieja de 2024 pinta a duelo en la cumbre entre los dos mejores ciclistas del año y yo diría que de los últimos años.
Ahora bien, a nadie se le escapa que la balanza en este pronóstico está escorada hacia Tadej Pogacar.
Mano a mano, la Lieja-Bastogne-Lieja ofrece la dureza suficiente y encadenada como para que el esloveno gane con cierta holgura, e incluso trate de empequeñecer las dos últimas exhibiciones que Remco Evenepoel ha logrado en este escenario.
Sin embargo, con Mathieu Van der Poel siempre nos queda el «y si…» y Lieja no escapa de esta lógica.
El neerlandés ha engrosado su saco de esos monumentos que mejor domina a la espera de mirar a los dos que seguro un día va a querer tentar.
Esto de Lieja es una primera aproximación para Mathieu Van der Poel, quien por otro lado conoce la carrera y ya la ha finalizado no lejos del podio.
Lejos de contentarse con el botín obtenido en las piedras, afina la puntería hacia la primera de las dos clásicas que le faltan para ser pedazo gordo de la historia, habiendo logrado los cinco monumentos.
El campeón del mundo puede moldear y acoplar su camino hacia Lieja y Lombardía, claro que sí, es más seguro que lo hará, pues en su ADN, además de un poderío brutal figura esa querencia por la historia del ciclismo.
No creo, repito, no creo que pueda contrarrestar un Pogacar desmelenado, pero ojo lo que va aprendiendo y la aproximación que hace para el futuro.
El domingo hizo un «entreno» de calidad en la Amstel, carrera menos dura, pero que ya ha ganado, y su punto de forma, lo vimos en Roubaix, es yo creo el mejor de siempre.
Se espera frío y lluvia en Lieja, no sé yo si al final del día veremos el arcoíris en la capital valona.
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