Remco Evenepoel
Remco Evenepoel en el Giro: La presión se la puso él
Publicado
1 año atrásen
Por
Iban Vega

Cuando Remco Evenepoel vino al Giro, él fue quien se puso en el foco
Existe estos días una corriente de opinión alrededor de las expectativas que había generado Remco Evenepoel en este Giro de Italia.
Visto ahora podemos decir que la lógica, eso que no abunda en la proporción que nos gustaría, ha hecho su trabajo con un chaval que viene para comerse el trozo gordo de la tarta, pero piano piano…
El Giro de 2021 quizá pase a la historia por el de Bernal, pero también por ser el primero que vio a Evenepoel en la salida de una grande, por si el chico llega a lo que se espera de él.
Lo cierto es que, en esta carrera de «big things» que vivimos, Evenepoel ocupa una plaza destacada, pero no al nivel de otro Pogacar, mucho más discreto, o el mismo Bernal, quien hace tres años ya maravillara en el Tour y otras carreras.
El belga está un peldaño por debajo de ambos, por mucho que se espere de él.
Sea como fuere, la lógica ha hecho su parte, cuando dijimos que no era creíble pensar que Evenepoel podía estar delante en el Giro.
Cuando hablamos de estar delante y Evenepoel no nos referimos a brillar, señalamos la completa posibilidad que el belga estuviera disputando, a estas alturas, la general a Bernal.
Pero ¿quién ha metido esta presión a Evenepoel en el Giro?
A mi entender él mismo, no quizá de forma directa en este Giro, admitió que lo suyo era ir «partido a partido», pero sí aduciendo que «si tomaba la salida era por que estaba bien».
Si Evenepoel dice que está bien antes del Giro, pues había que contar con él.
De cualquiera de las maneras, al chaval se le entienden ciertas palabras, incluso bravuconadas, pero estos gestos, estas declaraciones tienen un reverso de la moneda y no era otro que la exigencia del respetable sobre su éxito en Italia.
Es increíble pero es así, Remco Evenepoel fue el primero en ponerse presión cara al Giro, postulándose como candidato en su primera grande de siempre y en la primera competición en casi nueve meses.
El corredor propone y el respetable, dispone, y por eso muchos esperaban y exigían que Remco, llegados, a este punto estuviera ahí delante.
De hecho Deceuninck, que ahora también quita toda la presión del mundo sobre su estrella, situó a Joao Almeida por debajo del belga, haciéndole esperar, por ejemplo, el día del sterrato.
Si Remco venía a ver qué pasaba, ¿por qué Almeida se ha puesto a su servicio?
Dice el portugués que «mejor callar tras lo de la etapa del sterrato», y ahora entendemos ciertas cosas.
Lo que parecía un rollo del nuevo manager del luso en «chez Lefevere» ha podido degenerar en una imposición en toda regla y el motivo de salida de Almeida, quien en Cortina d´ Ampezzo estuvo entre los mejores.
El líder que no es líder, por que viene a aprender, pero que necesita a su mejor gregario para acabar más allá de los veinte minutos.
No hay por dónde cogerlo.
Que un chico prodigioso como Remco Evenepoel tome la salida en el Giro, tan joven, tanto tiempo después de competir, era la noticia, si ellos se encargaron de prender cierta ilusión, pues no saben disimular una legítima y constante ambición, es sólo cosa suya.
Si el aficionado medio se hizo ilusiones con Evenepoel en Italia fue por que el corredor puso de su parte para que así fuera.
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19 de junio, 2022Por
Iban Vega

Es muy pronto para decir que Evenepoel no va a ganar una grande
Remco Evenepoel entra y sale de la actualidad al ritmo que compite o no.
Vamos camino de los tres años de aquel tortazo que le dio al ciclismo en Donosti y la vida del pequeño Remco ha sido una montaña rusa de sensaciones y opiniones, no siempre de la mano, no siempre alineadas, pero sí al unísono.
Desde entonces, a Remco le hemos visto de «nuevo Merckx» a otro buen ciclista, pasando por todos los escalones de cariño y apuestas posibles.
En todo caso, una cosa es cierta, como dice Alix, lo que hizo Remco en San Sebastián, un joven, tan joven, a esa edad, ganar a esa gente y ese nivel de carrera, sólo lo hizo Remco.
Cada carrera en la que Evenepoel toma parte es una lotería de pronósticos y opiniones que no deja indiferencia.
A mí personalmente, nunca me han gustado esos modos altaneros, quizá por clásico, por pensar que las cosas tiene una forma de hacerse y hay jerarquías.
Sin embargo, ello no quita, que no admita que es un ciclista especial, incluso cuando no gana vueltas por etapas.
Porque es la pregunta del millón que surge y vuelve a las pantallas cada vez que el belga se inscribe en una carrera.
¿Es Remco Evenepoel un ciclista de vueltas por etapas?
Yo creo que si no lo es, podrá serlo, a veces se nos olvida que sigue siendo un crío y que su tiempo en este deporte no es excesivo.
Es decir, margen tiene, todo el que él y los que le rodean quieran darse.
A la vista está que una vuelta World Tour no es una de las que ya tiene en el palmarés.
Cierto es que ganó Polonia por aplastamiento en 2020, pero desde entonces encadena sonoras derrotas en cada WT en la que se implica: desde Tirreno, en la que quiso jugar de tú a tú a Pogacar, a Suiza, pasando por Itzulia.
Una de las dudas que tuvimos los días de miel y laurel para Remco residía en saber cómo se tomaría las derrotas.
Este año le están viniendo unas cuantas, y el tío, sí, las va encajando con un estoicismo que no le saca de las quinielas.
Las etapas de cierta dureza se le hacen bola, pierde opciones de la general pero acto seguido demuestra poder de reacción, como la fantástica etapa que se casca en Arrate, que posiblemente no fuera la mejor planteada tácticamente, pero le valió el halago del personal.
Y a los pocos días fue rey de Lieja.
En Suiza, no estuvo delante en las etapas duras, incluso con la criba del Covid, no ha sido ni top ten, pero se ha llevado una crono a la «buchaca» que engorda un palmarés que va tomando piezas desde la Volta a Valencia.
Evenepoel no ha ganado Suiza, como ganó Noruega, ni Tirreno, como hizo en Valencia, pero sigue haciendo cosas interesantes, es un ciclista que apetece ver y quiere seguir creciendo.
Porque sigue habiendo material bueno en esas piernas y porque aún puede progresar, yo no diría muy alto que Evenepoel no va a ganar una gran vuelta o incluso otra del World Tour, sigue siendo un libro en blanco, y sorpresas, el ciclista que algunos dicen ver gordito, seguro que alguna nos depara.
Remco Evenepoel
Al ciclismo le interesa un Remco motivado
Publicado
2 meses atrásen
26 de abril, 2022Por
Iban Vega

La mejor versión de Remco Evenepoel es bien para el ciclismo
Todos situaríamos a Remco Evenepoel entre las maravillas que el ciclismo actual nos está descubriendo.
Sí, lo sabemos, hemos sido ácidos con él, le hemos atizado bien por sacarse el polvillo del hombro en una celebración, por su altanería en las declaraciones, por una soberbia fuera de toda duda y a veces ilógica.
Pero este niñato, es nuestro niñato, y cuando Remco se pone manos a la obra es bueno para el ciclismo y por ende para quienes amamos este deporte.
No sabemos cuál será su palmarés cuando cuelgue la bici -me da que éste no dura muchos años-, no creo que gane los cinco monumentos, lo de las grandes vueltas está por ver, sí sé que no será el nuevo Merckx… aunque ¿presidente?
The people have spoken: Remco president! #LBL pic.twitter.com/PQiIz5TYQu
— Mihai Simion (@faustocoppi60) April 25, 2022
En todo caso, Remco Evenepoel es un lujo, algo que cabría inventar si no lo tuviéramos aquí
Su trayectoria meteórica, truncada esa tarde en el descenso de Sormano, le ha puesto pruebas ya duras en el camino.
Cuando explotó tan joven, que si Klasikoa, que si Algarve y Burgos, que si Polonia…, preguntamos cómo gestionaría los malos momentos, pues si algo acostumbra a cumplir el ciclismo es ese dicho que no todo el monte es orégano.
Me pasa el amigo Albert Rivera el enlace de la entrevista de Remco Evenepoel tras ganar la Lieja-Bastogne-Lieja en la que admite malos momentos en la recuperación de la caída de Lombardía.
Llegó a reconocer ganas de llorar sin más, una sensación que me resulta familiar y que explica uno de los males más comunes de nuestro tiempo, la depresión, una especie de radioactividad que pudre todo lo que toca, sin importar dónde vidas o a qué te dediques.
Remco, desde muy joven, futbolista primero, ciclista ahora, se acostumbró a ganar, a tocar pelo con facilidad, pero la vida no se lo pone sencillo a nadie.
Y cuando vinculas tu felicidad a los resultados, corres ese riesgo.
En todo caso, en Itzulia advertimos que nos gustaba lo que veíamos en Remco Evenepoel, que nos gustaba ese ciclismo de hormiguita, de dar siempre la cara, de no perder el norte de una carrera que le puso al límite.
Perdió hasta el podio, pero alabamos su actitud y su trabajo, remar y remar, incluso cuando nada invitaba a que podía ganar.
También nos gustó su pluriactividad en la Flecha Brabanzona, dejando de lado los toques a compañeros y continuos aspavientos, todo eso forma parte del personaje que se ha construido.
Por eso, cuando ganó de forma abrumadora la Lieja, cuando se sacó a relucir la mejor versión de Remco, el ciclismo no puede menos que felicitarse y saborear las paladas de un ciclista que ha venido para dar qué hablar.
Y eso es bueno, eso nos interesa a todos…
Imagen: A.S.O./Gautier Demouveaux
Remco Evenepoel
Remco Evenepoel se hace mayor en Lieja
Publicado
2 meses atrásen
24 de abril, 2022Por
Iban Vega

La brutal victoria de Evenepoel en Lieja sí que es un salto adelante
Lo que Remco Evenepoel ha firmado en Lieja son palabras mayores, un paso adelante sin solución, entrar en un estadio del que era ajeno, logrando una victoria de esas que sólo se pueden calificar de históricas.
Aunque como en todo buen relato aquí hay una presentación, nudo y desenlace.
Porque la previa de esta Lieja-Bastogne-Lieja no había resultado sencilla para Remco y su equipo.
Empezando por lo segundo, a nadie se le escapaba la desastrosa primavera de los chicos de Patrick Lefevere, no sólo ajenos al triunfo, también fuera de los grandes podios.
Para Evenepoel, la carrera que empezaba y llegaba a Lieja se significaba como una reválida en una campaña con tantas subidas y bajadas, entradas y salidas de escena, que sólo una mente joven e inquieta como la suya, era capaz de gestionar.
Tras la lucha hasta el día final en la Itzulia, el Remco en «modo clásica» se activó en una surrealista Flecha Brabanzona, en la que quiso tomar todos los tiros de cámara, los buenos y los malos, los que le describían como un ciclista único y al mismo tiempo, como un tipo altanero e incluso hasta soberbio con el resto del pelotón.
Pero todo eso fue pasado, un camino que rompió en la decana para dejar huella en la historia.
El ataque que propició en La Redoute es leyenda del más viejo de los monumentos ciclistas
Salvada la horrible caída que acabó, entre otros, con su compi Alaphilippe, Remco hizo un solo ataque, el bueno, el definitivo.
Saltó delante de todos, saltó y abrió hueco con una contundencia tal, que todo lo que vino detrás nos dejó con ganas de aplaudir hasta quedar sin manos, una trepada monumental, digna del triunfo que iba camino de conseguir, sin mirar atrás, sin concesiones, haciendo bueno todo esto que contaban de él.
Porque la Lieja-Bastogne-Lieja no es una semiclásica, con todos los respetos, es una carrera que te mete directo y por la puerta grande en lo mejor de la historia de este deporte, es suceder entre otros a los dos eslovenos, Roglic y Pogacar y es, de paso, dejar atrás el mal rendimiento que siempre emergía en Remco cuando disputaba una World Tour.
Aquí dio el golpe delante de los Bahrain, delante de Mas y Valverde, de los Ineos, de los Bora con Higuita y Vlasov, de todos y cada uno de los favoritos que seguían en concurso, en una actuación que sí, ahora sí, está al nivel de las expectativas que había generado.
Una victoria que entronca directamente con el Remco anterior a la caída de Lombardía, la del ciclista de San Sebastián o Polonia, las mejores pruebas en las que había dejado el sello.
Al margen de su altanería y soberbia, al margen de las niñatadas, Remco ha dado qué hablar por su forma de competir y admirable capacidad para rematar.
Y lo logra, tras probar todos los sabores del ciclismo, tras el dolor de una caída y su recuperación, tras sortear las criticas de los aficionados y la presión de los patrocinadores, tras, en definitiva, crecer y pasar por todos los estadios de un deporte que si una cosa tiene es que es largo y eterno, tanto, que tienes tiempo para pasar por todos los escenarios.
Hoy todos hablan del triunfo de un joven de 22 años en un podio complemente belga, ya nadie recuerda Merckx, ni le compara, porque Remco escribe su historia en primera persona, sin esperar referencias.
Bravo Remco, bien Evenepoel, esta vez sí, diste que hablar sólo por lo deportivo, ganar en Lieja y hacerlo así está al nivel de muy poquitos.
Imagen: A.S.O. / G.Demouveaux
Remco Evenepoel
Remco Evenepoel ya no es el «nuevo Merckx»
Publicado
3 meses atrásen
14 de marzo, 2022Por
Iban Vega

Remco Evenepoel puede ser un excelente ciclista, pero de ahí a ser el «nuevo Merckx»…
No creo que sorprenda a nadie si decimos que en este mal anillado cuaderno nunca hemos sido los mejores fans de Remco Evenepoel, ni ahora ni cuando le llamaban el «nuevo Merckx».
Y eso no quita ápice para decir y seguir manteniendo que estamos ante un corredorazo, no sé si de época, pero sí un ciclista mayúsculo, que seguro generará mil titulares en el futuro y todas esas cosas.
Su momento álgido, podríamos decir que los veranos de 2019 y 2020, hasta la caída en Lombardía, lo recuerdo por una exageración brutal de las cualidades de un ciclista superlativo, pero tremendamente joven, con muchísimas cosas por demostrar.
Se le llegó a llamar «the new Merckx», cosa que cabreó, con razón al propio Remco Evenepoel
Fue una euforia alimentada desde todos los sectores, la gente que se flipa con cosas así, un chaval muy joven que llega y besa el santo, la prensa que necesita llenar portadas –¿un ciclista belga en la portada del Marca? lo vimos, sí– y el propio corredor que nadaba confortable en las aguas del halago.
Nosotros, en este mal anillado cuaderno, quisimos ser cautos, más que nada porque la edad, esa cosa que te cae sin remedio, nos hace ser prudentes y dijimos que piano, piano,… que por el camino surgen rivales, vienen malos momentos y suceden cosas como la horrible caída que le pasó en Lombardía.
Vamos camino de los dos años y podemos decir que el Remco «post Lombardía» no ha vuelto a ser el de antes y con ello me refiero al de San Sebastián 2019 o Polonia 2020.
Lo que acabamos de ver en Tirreno es el estado de la nación ciclista, hay un rey, un dominador absoluto, llamado Tadej Pogacar, luego Roglic, creo que más lejos que el año pasado, y al final un grupo variopinto de ciclistas en el que entra y sale gente -tipo Mikel Landa-.
Diría, y no creo equivocarme, que Remco no está ni en ese grupo, no come en la mesa de los Carapaz, Vingegaard, Enric Mas y cia.
Eso creo que lo vemos todos.
En un momento determinado buscó las vueltas a Pogacar, pero incluso hasta sin el error en la señalización en ese descenso no le hubiera podido inquietar.
Remco abordó esta Tirreno con un claro ejercicio de realidad, admitiendo que, incluso habiéndole ganado en la crono, batir a Pogacar iba a ser harto difícil meterle mano.
En el Monte Carpegna vimos algo que ya el año pasado apreciamos, por ejemplo, cuando las cosas se pusieron serias en Lombardia, cuando las cosas se ponen serias en una World Tour, Remco se descuelga.
Y ahí tenemos su palmarés, salvo Polonia 2020 y Klasikoa 2019, el resto carreras interesantes, muy respetables, pero otra liga, otra realidad.
Creo que Remco Evenepoel puede ser un excelente ciclista, ganarse buen bien la vida en este negocio, pero de ahí a ser el «nuevo Merckx» hay 50.000 escalas de grises.
Imagen: FB de Tirreno


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