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Primoz Roglic es el primo que siempre sale perfecto en la foto
Primoz Roglic tiene la costumbre de estar siempre delante
Ya tenemos el ciclismo en directo de vuelta, viene desde Eslovenia, y lo que es una batalla doméstica se ha convertido de dominio internacional: el duelo entre Primoz Roglic y Tadeg Pogacar.
El buen momento del ciclismo esloveno se ve en ese podio que completa Mohoric, tres corredores en el cajón, los tres del World Tour, corredores top, ahí hay presente y futuro, pero también pasado, bagaje que queda en el recuerdo y en el palmarés.
Por que los tres ya llevan tralla en el cuerpo, sin importar edad ni tiempo en el ciclismo.
Primoz Roglic por ejemplo, es como ese primo que sale perfecto en las fotos, y no sólo eso, es que siempre sale
Y así el martillo del Jumbo, que cada día que pasa nos recuerda a la contundencia de un tal Tony Rominger, vestirá las galas eslovenas en su asalto al Tour.
Por que decidme, ¿en cuántas de las carreras en las que toma parte Roglic pasa como si tal cosa?
La sucesión de victorias por donde pasa es una constante en Roglic, una circunstancia que, si no siempre se salda con el primero puesto, siempre andará cerca del mismo.
Y eso es una realidad complicada de encontrar en el ciclismo que mide esfuerzos, si nos apuráis Nairo y Bernal, el año pasado, se pondrían a ese nivel.
De esta guisa, dejó sentado a todo un Pogacar en esa subida final, con un cambio de ritmo de esos que no es tan sencillo verle ejecutar.
Dice Roglic que no está en su mejor estado de forma.
Ganó el campeonato doméstico con unos números dentro de lo normal para esta gente.
Para el Tour de Francia que debería haber empezado este sábado lo hará dentro de dos meses, hay dos meses de larga espera, pero que Roglic no olvide que salir siempre en la foto, guapo y cuadrado, tiene costes.
El año pasado llegó tan bien, tan fuerte al Giro que acabó arrastrando ese trasero por una semana final en la que Landa casi le saca del podio.
Empezó la campaña ganando UAE Tour, le sumó Tirreno y arrasó Romandía…
¿Resultado?
El Giro se le hizo eterno y tuvo que esperar, como Simon Yates, a la reválida de la Vuelta.
Roglic ya sabe que será campeón de ley para el Tour, a la espera de ver qué otros nacionales se acaban celebrando, eso ya lo lleva, medir esa forma es ahora su reto.
Imagen: Jumbo Visma
Ciclismo de carretera
3 opciones para descubrir la propuesta ciclista de Cambrils
La profundidad ciclista de Cambrils marida con todos los terrenos
El marco ciclista de Cambrils, en medio de la Costa Daurada, una marca turística que también incluye las montañas del interior, es un cuadro perfecto para el aficionado a la bicicleta.
Enclavada en una zona con una gran tradición turística, pionera podíamos decir, la oferta del lugar marida perfectamente con quien quiera pasar unos días de asueto, tranquilos y relajados en rutas sencillas, medias o complicadas, a su elección, a lomos de la bicicleta.
Hablamos con Juan Sánchez, mecánico de bicicletas que gestiona desde Rodabike el turoperador Cycling Holidays, trayendo a Cambrils ciclistas alemanes, canadienses, ingleses y también del resto de España desde hace dos años.
«Son carreteras variadas y tranquilas, con tráfico reducido en muchas de ellas, buen clima casi todo el año y una población con servicios de primera» comenta Juan sobre Cambrils y su entorno.
Aquí tenemos variedad, con el Baix y Alt Camp como enclaves más cercanos, la dureza y singularidad del Priorat y Montsant, tierras consagradas al vino pero de paisajes muy cuidados, y no lejos el Delta de l´ Ebre, un privilegio entre arrozales para rodar sin más pretensión que disfrutar de la ruta.
«Si quieres desniveles hay que ir hacia el interior -precisa-, en la costa las rutas son suaves y poco exigentes, aunque eso también depende de la velocidad a la que quieras ir. Tenemos carreteras infinitas«.
Cambrils, ciudad ciclista y de turismo
Eso, como decimos en un entorno de gran tradición turística, con una planta hotelera de todos los tipos, adaptada al ciclista, pero también al acompañante que pueda viajar con él, con establecimientos que llevan ya tiempo trabajando un perfil muy apetecible, pues el ciclista acostumbra a ser un cliente muy respetuoso con el entorno, que quiere disfrutar del lugar y asegura un buen nivel de gasto.
La gastronomía del lugar es perfecta para quien quiera sacarle rendimiento a la bicicleta, son abundantes los frutos secos, pero también para quien pretenda cerrar la jornada con una rica cena basada en pescados y vinos de la zona.
Tres salidas recomendadas…
Para gustos, colores, y Juan nos da tres rutas que hablan de la profundidad ciclista de la zona.
Si salimos de Cambrils al sur, paralelos a la costa, por la antigua N340, donde el tráfico es menor, podemos tener una primer experiencia ciclista de unos 70 kilómetros de ida y vuelta hasta El Perelló.
Ruta suave, con el mar apareciendo y desapareciendo de nuestra mirada, que si alargamos un poco más puede llevarnos hacia L´ Ampolla, puerta del Delta de l´ Ebre.
A nivel medio, tenemos una salida de unos 90 kilómetros dirección Montroig para llegar a Colldejou, seguir por Torre de Fontaubella y vuelta por Pradell de Teixeta.
Aquí ya hay más desnivel, unos 800 metros y el paisaje es un anticipo de lo que hay al otro lado de la faja de montañas que se aprecia de Cambrils.
Eso es el Priorat, por donde trazamos la tercera ruta, pasando por el pantano de Riudecanyes y subida hacia Duesaigües antes de entrar en Priorat y bajar a Porrera.
El paisaje cambia, es de interior, la línea de costa queda oculta ante la primera línea de montaña, aquí las opciones son varias, se puede ir hacia Mussara o al Col d´ Alforja para completar unos 125 kilómetros y un desnivel que se va a los 1500 metros, cosa más seria.
Son sólo tres propuestas, pero sobre un mapa que ofrece todas las combinaciones que se necesiten, no en vano aquí hizo su stage hace unos años el Bahrain con Vincenzo Nibali dando fe de las bondades del lugar.
Ciclismo antiguo
1994: La Flecha Valona que cambió el ciclismo
Nada fue igual tras la Flecha Valona de 1994 y los azules haciendo pleno
La primera parte de los noventa se tiene como la época más oscura de la historia del ciclismo y muchos toman la Flecha Valona de 1994 como el cénit.
No son pocos los testimonios que hablan de un ciclismo psicodélico, de corredores que no corrían, volaban, de cosas raras, de podencos hechos caballos de carreras,…
Testimonios no faltan.
Dos son elocuentes. Greg Lemond justifica parte de su declive por las dos velocidades de aquel ciclismo, un salto de rendimiento que apuntaba una sustancia cuyas siglas eran EPO. David Millar habla en su libro de sus primeras carreras como algo inalcanzable, no había ni roto a sudar que el pelotón ya les había dejado de rueda.
#DiaD 20 de abril de 1994
En el año 94, la Vuelta a España seguía disputándose en abril.
En la antesala de la misma estaba el tríptico de las Ardenas, pero en orden diferente al actual. Una semana después de Roubaix, se corría la Lieja, luego la Flecha Valona y finalmente la Amstel, posteriormente vendría la Vuelta que en esa ocasión dominaría a placer Tony Rominger.
La Flecha Valona se presentaba como la reválida para Eugeny Berzin. El ruso de rubia cabellera había ganado en Lieja días antes y era la punta de lanza del potente Gewiss. Por nombres el equipo celeste copaba las apuestas, sin embargo, los italianos no querían ganar, querían sencillamente coparlo todo.
En el llano que precedía el muro de Huy, Berzin, que iba insultantemente fácil, tomaba unos metros sin que nadie osara seguirle, salvo sus dos compañeros Moreno Argentin y Giorgio Furlan. En la cima de Huy Argentin culminaba la masacre, siendo primero por delante de sus dos colegas.
“Ellos ruedan y nosotros nos quedamos. Hacen que ir en bici parezca sencillo, no necesitan ni preparar estrategia alguna” dijo Gérard Rué, el gregario de Miguel Indurain, preso de la incredulidad.
Los peores temores que circulaban por el pelotón se hacían realidad y las sospechas no tardaron en plasmarse cuando al día siguiente en una conversación entre Michele Ferrari y varios periodistas, en una pedanía de Lieja, el galeno afirmaba sin pudor:
“Si yo soy ciclista y sé que hay una sustancia que mejora el rendimiento y otros la usan, yo también la utilizaría. La EPO no es mala, sólo lo es si abusas de ella, como si te atiborras de zumo de naranja”.
En efecto, el ciclismo de dos velocidades ya era un secreto publicado y público, la caja de pandora se había abierto, estallaría en pocos años…
Imagen: Cronoescalada
Ciclismo antiguo
Luxemburgo vs Bergerac ¿Cuál fue la mejor contrarreloj de Miguel Indurain?
No volveremos a ver nada igual a lo de Miguel Indurain en Luxemburgo
En la recurrente figura de Miguel Indurain centro el tiro en dos cronos, las más emblemáticas, la más poderosas e irrepetibles. sus dos contrarrelojes más célebres: Luxemburgo y Bergerac.
Esto no es una comparativa científica ni estadística, es subjetivo, completamente ajeno a la estadística.
Cuando hablamos con Carlos de Andrés en la parte dura del confinamiento, que no paraba de reponer ciclismo en Teledeporte, le preguntamos…
Alguna otra que te toque la fibra…
«Me hacía mucha ilusión recuperar la crono de Luxemburgo de Miguel Indurain»
Indurain ¿Luxembugo o Bergerac? creo que veis por dónde van los tiros
Hasta dobló a Lance Armstrong, una escena que con los años ganaría valor y morbo.
Vistas las dos, qué días aquellos, Luxemburgo es el día D en la carrera de Miguel Indurain, más allá de las diferencias, que fueron más grandes en Bergerac, enviando a dos minutos Rominger y a más de cuatro al resto.
Y es que Luxemburgo fue el inicio, el primer golpe, todos le esperaban pero quizá nadie en ese tono, desmontando los argumentos de rivales que le habían puesto en aprietos días anteriores o que se habían centrado en el Tour.
Indurain ya portaba el uno en Luxemburgo, había ganado un Tour, otros también ganaron un Tour, pero aquello certificó la excelencia y la promesa que aquel ciclo sería largo, muy largo.
Subió el listón y lo mantendría.
Eso ocurrió en Luxemburgo… en Bergerac llovía sobre mojado y es que nos tuvo tan bien acostumbrados.
Ciclistas
Ciclistas oportunistas: la victoria no sólo es de los más fuertes
Recupero un surtido prenavideño de ciclistas oportunistas sublimes en el arte de levantar carteras
Cierto es que se trata de un refrito, pero en este periodo de balances e historias pretéritas quise recuperar este post del pluriactivo Miguel González, de hace unos años, trayendo a las primeras mesas de Navidad ese listado de ciclistas oportunistas que hicieron de lo ajeno una obra de arte de ciclismo.
Habla de Rui Costa, que en la Vuelta pasada volvió a a hacer de las suyas, pero también de Moreno Argentin y uno que me gustó mucho, Pascal Richard, alumno aventajado de aquel Ariostea de Furlan, Saligari, Jaermann y el mismo Moreno.
No son los ciclistas más queridos, pero hicieron fortuna en terrenos hostiles, con público cabreado por verles triunfar, y qué cojones, se merece un rinconcito en el hall of fame de este deporte.
Porque en el ciclismo profesional a lo largo de la historia hemos tenido ciclistas modestos, gregarios, de perfil medio, oportunistas, ganadores, cracks, megacracks y a un ciclista cuyo palmarés debe ser eliminado por la aplicación de la media truncada, para así no desvirtuar la media global: Eddy Merckx.
Atendiendo a estos perfiles tenemos una distribución de Gauss.
Es decir, los valores más repetidos son los centrales (ciclista de perfil medio) y los más atípicos son los extremos (megacracks).
Esta clasificación se mantiene en el largo plazo, siempre ha habido gregarios, ganadores y megacracks en proporciones que apenas fluctúan.
Pero por otro lado nos encontramos con un tipo de corredor que es rara avis en cada generación ciclista.
Nos referimos al ciclista «asalta diligencias», carterista, butronero; en definitiva, el corredor cuyo único fin es labrarse un palmarés lo más opulento posible, sin importar los modos, el cariño de la afición ni las simpatías despertadas en el seno del pelotón.
Haciendo el símil con otro deporte (el rey cómo no) son unos corredores «bilardistas».
Pues bien, estos ciclistas se hayan en peligro de extinción.
Por mor de esta situación nuestro fabuloso reportero Félix Rodríguez de la Fuente nos ha elaborado el siguiente reportaje.
Activad la intro para entrar en calor:
Queridos amigos de «El hombre y la tierra», hoy nos vamos a adentrar en las profundas cuencas del ciclismo profesional para visualizar a un ciclista no detectable por todo ojo humano: el carterista.
En la cúspide de la cadena alimenticia tenemos una especie de silueta imponente, se desprendió de su frondoso pelaje capilar y siempre quiso volverse pájaro, concretamente un buitre leonado.
Nos referimos a Moreno Argentin
Moreno fue amamantado en la ciudad del amor pero pronto abandonó su nido para revolotear y buscar el alimento sin ayuda materna.
El ecosistema Torriani de los Giros de inicio de década ochentera le generó pingües beneficios con poco esfuerzo.
Pero el Mundial del 86 celebrado en las temibles Montañas Rocosas de Colorado deparó un punto de inflexión en este monarca de los aires.
Un pueril Argentin tuvo que aplicar la táctica Juan Palomo para poder abatir a Charly Mottet.
Demasiado riesgo pudiendo obtener el mismo resultado con la paciencia de un felino y las poco éticas técnicas de un carroñero.
Moreno a partir de ese instante no tuvo compasión con sus rivales, por dejar no dejó ni eco.
Así sucedió en las colinas de las Ardenas en primavera del 87.
El belga de frondosa ceja Criquielion y el «ultrapeligroso» irlandés Roche en un duelo a muerte propio de acceso al apareamiento aislaron al resto de la manada. Las dentelladas fueron casi letales pero su pieza no estaba todavía cobrada.
Argentin ese día más débil que sus oponentes mantuvo la sangre fría, agazapado supo esperar su momento y como en la fábula del cuervo y el queso les arrebató la victoria sirviéndose de su astucia.
Nuestro protagonista pasó a convertirse en macho alfa.
Los rivales claudicaron sumisamente por su sola presencia, hasta que se topó con una especie del nuevo continente: Lance Armstrong.
Italiano y estadounidense tuvieron un enfrentamiento en la región de Liguria.
Moreno lo intentó amedrentar con tácticas propias de la selva amazónica: llamarlo intencionadamente por el nombre de otro, concretamente Bishop, ejemplar del último eslabón de la cadena.
Lejos de agazaparse Lance mantuvo la mirada fija y marcó su territorio replicando a Argentin: su tú me llamas Bishop yo a ti Fondriest.
El combate se saldó con victoria del texano.
Humillado por la derrota Argentin no quiso acceder a las sobras, cambió de dirección su vuelo clavando el freno para así no acceder al podio y tener que visualizar la axila de Lance.
En la más alicaída soledad Moreno tuvo que abandonar su terreno para fenecer en las cenizas del 94.
Sin el rigor científico de las pruebas del ADN, entre otras detalles porque le quedaban cuatro pelos, no podemos asegurar que la descendencia de Moreno tuvo continuidad.
En cualquier caso el helvético Pascal Richard puede considerarse una evolución Darwiniana de Argentin: los descendientes sufren modificaciones y sólo los más fuertes sobreviven.
Pascal Richard perteneció a un ecosistema diferente al de su pariente lejano.
El lago Leman presenció sus primeros aleteos antes del anuncio de la estación fría y su posterior migración hacia el calor de los aposentos del vizconde de Gribaldy.
El retorno de esta ave helvética a su patria (al igual que en el caso de su primo-hermano Argentin) deparó una visita a las fronteras de la agonía y el dolor.
Pascal conquistó un Mundial de Ciclocross que aconteció en los lodazales limítrofes del Cantón de Jura.
Lejos de curtir su carácter nuestro querido Pascal Richard se volvió más gandul que el suelo
Enemistado por su propia idiosincrasia con las ocas, aplicó el teorema de oca a oca y sablazo por que me toca.
Llegamos a la paradoja de que las hembras de esta bella especie son ponedoras, pero Pascal no puso el huevo en sitio fijo ni por asomo.
Dotado genéticamente para grandes vuelos en vueltas de gran entidad aplicó la ley del mínimo esfuerzo para conformarse con presas de gama media como parciales, monumentos y combates semanales en la tierra que le vio nacer.
Uno de los dones de estas peculiares aves es su capacidad para comunicarse telepáticamente con sus antepasados y así evitar el costoso aprendizaje de tanteo y error.
Por ello en Lieja 96 el otrora depredador Armstrong pasó de cazador a cazado, el ratón que devoró el derivado lácteo en esta ocasión vio cómo se la daban con queso.
Nuestro protagonista helvético se vio inmerso en múltiples batallas, una de las más terroríficas aconteció en el 97 con el Chava Jiménez, cuando se hallaba éste en su hábitat natural de la meseta castellana.
Pascal fingió tener herida un ala para así transformar la interacción biológica de mutualismo en parasitismo.
Con la plena seguridad de que ese día la presa estaba fuera de su alcance el parasitismo pasó a amensalismo, lo que se conoce coloquialmente como joder para no obtener nada a cambio.
Fruto de esta falta de comunicación entre castellano y helvético el paquidermo Jalabert (robusto, de pisada letal y natural de la Montaña Negra sita en el departamento de Tarn) obtuvo la ansiada presa.
Hemos pasado por alto el acontecimiento que supuso el cenit deportivo de este zorro alado.
En los Juegos Olímpicos acontecidos en la cordillera sur del río Chattahoochee Pascal pudo derrotar a especies más ágiles pero de menor capacidad capacidad craneal. Rolf Sorensen, raudo y veloz en la media distancia, tuvo que inclinar la cabeza ante la autoconfianza de Richard, clave en envites de este calibre.
Saciado por esta opulenta cosecha del 96 (oro olímpico, Lieja, etapa Giro y etapa Tour) Pascal entró en fase de hibernación para abandonarla únicamente por fuerza mayor.
Como el pavo real que quiere seducir a las hembras expandiendo su plumaje y así ganarse el derecho al apareamiento Richard le dio un toque poligonero a su maillot.
Ante esta aberración la Asociación de Defensa de Derechos Animales se opuso a ello y Pascal tuvo que mudar de nuevo de piel.
Su fallecimiento se produjo por causas naturales, auspiciado por un estado de inanición fruto del tocomocho vivido en las tierras del Mar del Norte en el rebaño del Linda McCartney.
Como dijo el can perdiguero: «mantener la dieta vegetariana estaba chupado, como no nos pagaban no teníamos un duro para carne».
Las artimañas del ciclista roba carteras son memorizadas por las posibles víctimas, por ello las aves carroñeras del siglo XXI deben desplegar un novedoso abanico de tretas.
Como representante ejemplar de estas modernas aves tenemos al petrel australiano Simon Gerrans
Los ciclistas de hoy en día saben más que los roedores colorados, por ello la táctica del voy tostao queda totalmente obsoleta.
Sin rubor alguno tienen que aplicar la táctica de la trola.
Un confiado ejemplar de la comarca navarra vivió en sus carnes la fábula del escorpión y la tortuga: ¿ Por qué mientes? Por instinto.
El pobre Egoi padeció el timo de de la estampita y desde entonces el petrel es especie non grata en la zona norte de la península ibérica.
La inteligencia del petrel australiano rivalizó con la de las delfines.
Con un rango medio en la cadena alimenticia saboreó jugosos manjares como monumentos con la técnica de lapeo y único relevo en meta, en esta ocasión en las faldas de la montaña Poggio.
Así mismo, tras esconder la cabeza bajo tierra como una aterrada avestruz en las empinadas colinas de las Ardenas, logró conquistar La Decana en un combo despliegue de fuerzas/recompensa equivalente a un erizo que degusta un ñu.
En la fauna ciclista nos encontramos con seres de una complejidad para su clasificación equivalente a la del ornitorrinco.
Wladimir Belli, es mamífero o reptil, es un ejemplar semiacuático venenoso o es un jeta al que se la va la pinza
Enemigo de las interacciones biológicas.
Al simpático topo ibérico Alex Zülle le prometió un comensalismo que tornó en parasitismo.
Sus ayudas pusieron en peligro a las especies dominantes de su ecosistema: ante tu llamada de auxilio procederé a socorrerte pero dejando claro que hoy soy más poderoso que tú, para finalmente dejarte tirado como a una colilla.
A pesar de sus intentos de caza mayor tuvo que contentarse con pequeños roedores, con lo que la dieta de Wladimir no fue demasiado nutritiva. Todo un cordero vestido con piel de lobo que no pasó del rango de macho beta.
Su frustración en la convivencia con otros vertebrados amniotas le llevó a una predación hacia seres inofensivos de otro filo.
Para esto hizo uso de sus pezuñas delanteras provocando así hemorragias nasales en especies que habían trasegado ingentes dosis de néctar vinícola.
Para cerrar el programa de hoy queridos amigos… vamos a adentrarnos en el tenebroso mundo del cernícalo lusitano.
Uno de los pocos ejemplares localizados en nuestro país vecino obedece al nombre de Rui Costa
Enemigo de machos alfa y beta, aunque su mayor enemigo es que le dé el aire de cara. Consciente de su limitada resistencia nunca efectuará un esfuerzo de más, es el súmmum de aprovecharse del esfuerzo de otras especies y llegó a convertirse en rey provisional de su ecosistema fruto de un canibalismo entre sus oponentes.
Actualmente se encuentra en la región del Golfo Pérsico y pese a su belleza se desaconseja completamente su uso como mascota doméstica.
El cernícalo lusitano ni siente ni padece, llegó a emplear artimañas como grabar un anuncio fingiendo un manejo de la lengua de Shakespeare cuando su dominio no pasaba de traducir el «sí, entre entre» como «if, between between».
Y con esto queridos amigos me toca decirles nuevamente no adiós, sino hasta luego.
Creo que, en la vida nunca se puede decir adiós, pues formamos parte de un universo que se reconstruye a sí mismo.
Por Miguel González
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