Mikel Nieve
Nadie habla de la mala Vuelta de Mikel Landa
La Vuelta de Mikel Landa ni se cuestiona ni se critica
Esta mañana, esta misma, alguien neófito en este deporte, pero que lo sigue desde cierta distancia me preguntaba por el Landismo, su contenido, el objetivo y esas cosas que no se explican viendo, por ejemplo, el rendimiento que Mikel Landa tuvo en la Vuelta que acabó hace casi una semana.
Sinceramente, no hubo respuesta clara, no la había, sigue sin haberla.
Nosotros definimos Landismo como una actitud ante la vida, la forma de mirar con arrogancia el futuro y pensar que, siempre, alguna cosa, te puede acabar jodiendo la fiesta.
Es como agarrarse a lo que en deporte llamamos «victoria moral»
Me decía mi interlocutor que si no había ganado mucho, cómo se podía hablar tanto de él.
Había poso de razón, y un servidor se encogía de brazos.
Son estas cosas que, a personas con cierta edad nos sobrepasa, aunque como dije una vez con Valverde hace tiempo, el carisma ni se compra ni se vende, simplemente se tiene.
Mikel Landa es eso, carisma, puro y duro, habrá vendido motos, le habrá ido mejor o peor, pero el carisma no se negocia.
La Vuelta a España de Mikel Landa es otra pieza en el puzle de esta religión ciclista surgida espontáneamente.
Pero esta vez hubo una diferencia con otras veces.
Llegó admitiendo que se borraba para la general, que llegaba justo, que no se esperasen grandes cosas, es decir, a diferencia de otras veces, expectativas cero.
Lo cumplió a rajatabla, no apareció en la quiniela de la general, pilló alguna fuga en la que nunca estuvo competitivo, y acabó inédito en la general,
Ha completado tres semanas de competición por España sin más, pero lo increíble es que la parroquia que le procesa esa fe no le cuestiona, no le menciona, nada, lo da por descontado.
Mikel tiene bula ante los suyos, se le perdona que, desde el Giro que acabara tercero, no se le haya visto más que lo justo.
Hay que ser muy capo para lograr este nivel de aceptación por parte del respetable.
A mí personalmente me parece inconcebible que un profesional pueda desconectarse de esta manera en un ciclismo en el que las estrellas suelen estar prestas de inicio a fin de temporada.
Hace unos años que tuve claro que Mikel no iba a ganar la grande que tanto ha querido durante un tiempo, su tren pasó, no sé si cuando el Sky o incluso en Astana, pero ello no quita que estemos ante un corredor soberbio, por eso esperar cositas de él, como Rigo Urán, como Esteban Chaves o su mismo compi Luisle, sería lo mínimo que se podría esperar de él.
Imagen: Unipublic / Charly López
Mikel landa
Mikel Landa habría sido un ciclista brillantísimo en otro tiempo
Con cronos maratonianas, Mikel Landa podría haber sido un ciclista de culto
Muchas veces me he preguntado, estos últimos años, qué habría pasado con un ciclista tipo Mikel Landa o Nairo Quintana en aquellos tiempos en los que la suma de las cronos del Tour superaba 100 kilómetros.
Es obvio que esperar, en el corto plazo, que vuelvan aquellas cronos a las grandes vueltas es mucho esperar, pero entre aquello y la actualidad hay matices.
En todo caso, sí que es cierto, que ciertos corredores de la actualidad se han beneficiado de esta tendencia de una manera más que evidente.
Entre otros, como dije, Mikel Landa.
Esta misma semana, en la rueda de prensa previa a la vuelta al cole del Bahrain, Mikel, junto a Pello Bilbao, ya han dicho que el Tour de Francia entra en la lista de prioridades de 2023.
La casi total ausencia de kilómetros contra el reloj de la carrera francesa juega a favor de obra frente a la elección por el Giro de Italia.
Mikel Landa sigue en las mismas que cuando fue podio en el Giro de 2015, centrando su suerte en generales y buenos puestos al final de las tres semanas.
En su relación de deseos para el año nuevo pide, por eso, otra cosa: «Volver a ganar«.
Y ahí es donde yo quiero entrar.
¿Qué tipo de ciclista habría sido Mikel Landa de no haberse centrando en generales?
En caso que las cronos fueran las de hace 20 ó 30 años, habría sido complicado verle disputar una plaza en la general, pero ello nos hubiera descubierto otro perfil de ciclista.
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Yo me voy al Landa que acaba de fichar por el Team Sky y gana una etapa de la Itzulia o al mismo que debuta en Movistar alzando los brazos en Tirreno.
Un corredor con una clase brutal sobre la bicicleta, que por postura y movimiento en la misma, asombra por la facilidad que transmite y la solvencia con la que ejecuta el objetivo.
Sin esa obsesión por el puesto en la general, Mikel Landa podría haber sido un ciclista brillantísimo, aún más, si cabe.
En el ciclismo actual, salvo que seas Pogacar o Vingegaard, es muy complicado centrarse en la lucha por el podio en una grande sin renunciar a todo lo demás.
Así lo vemos en cada grande que disfrutamos, así nos lo dijo en su día Pello Bilbao: «Hay que ser muy muy muy bueno para ir a por etapas y al mismo tiempo disputar la general«.
Landa fue tercero en el Giro 22 y cuarto en el Tour 20 después de tres semanas midiendo cada esfuerzo, sin pensar en el día ni en el objetivo puntual, al tiempo que gratificante, de la etapa.
¿Cuántos ataques agarrado de abajo nos hemos perdido por seguir centrado en generales?
Todo parece indicar que seguirá en las mismas el año que viene, aunque espero que esa tarde de Lombardía que tan buen recuerdo le trae, juegue su papel y se líe la manta a la cabeza.
No son muchos los ciclistas que aúnan carisma y clase como él, twitter ciclismo acabaría en brasas…
Mikel Nieve
Mikel Nieve, uno de los MVP de la década
En Lombardía, Mikel Nieve también pone pie a tierra
El cuadro de la clásica de las hojas muertas de 2022 se pintó de nostalgia, por los años que dejan atrás dos monstruos como Valverde y Nibali, si bien, no sería completo si omitiera otros hechos relevantes que, en silencio, van a ocurrir, hechos como la retirada de Mikel Nieve, en todo un monumento.
Una retirada con caída y amarga, para nada merecida, pero esto es ciclismo… hasta el último día.
El otro día argumentaba, en la distinción entre Van Aert y Evenepoel, qué entendía por el acrónimo MVP.
Y lo expresé en términos de valor, pero no sólo valor por victorias, que también, y sí por lo que aporta y suma al colectivo al que pertenece y al deporte que se debe.
Al margen del palmarés, que luego hablaré de él, Mikel Nieve ha sido el perfecto ejemplo de profesional que ha sabido honrar su oficio.
Su forma de ser, callado y trabajador, concuerda mucho con el perfil que buscamos y queremos en ciclismo: una hormiguita que, al margen de las circunstancias, siempre suma porque siempre está, nunca falla.
Sólo anunciar su retirada vimos qué reacciones se produjeron.
Las de casa las damos por descontadas, la de su gente, la del Caja Rural que ha sido su hogar al principio y final de sus mejores años.
Otra cosa son las de fuera, las de muy lejos, por ejemplo las de la actual estructura del Ineos, Team Sky cuando se debió a ellos, que no dudaron en expresar gratitud por lo mucho que el navarro dejó en esa enorme estructura.
Chris Froome, tipo agradecido donde los haya, también le dedicó un recuerdo de lo mucho que le debe: Mikel Nieve fue clave varias veces para el inglés, pero en especial la Vuelta de 2017.
En la familia del Green Edge, australianos, también valoraron su aportación.
Los otros hablaron por Mikel, él sólo anunció su retirada y ese valor que antes comentábamos se reconoció solo, como por acto reflejo.
Mikel Nieve, sin embargo, siempre se guardó alguna bala para sí mismo, cosa que, con la exigencia que tuvo que gestionar, no fue sencillo.
Detrás deja trece años de ciclismo en los que ha corrido -según el PCS- 22 grandes y 14 monumentos, entre Lieja y Lombardía, los de su perfil.
La estadística nos da otro dato jugoso: cinco triunfos, pero qué triunfos, tres etapas en el Giro, una en la Vuelta y otra en el Dauphiné.
Hasta el palmarés habla de su esencia efectiva y valiosa.
Lo que la estadística no muestra es que entre esas tres etapas del Giro sucede una que tantísimo tiempo después seguimos teniendo muy presente por la dureza que implicó.
Hablamos, sí, de aquella del Giro de 2011 con final en Gardeccia tras encadenar Giau y Marmolada, una animalada de casi 7000 metros y 230 kilómetros, el día después del Zoncolan, donde había ganado Igor Antón.
Como le dije a Mikel el día que le tuvimos en el Podcast, una etapa de esas que le definen como corredor «diésel y de fondo» como él mismo se pinta.
«Hay recuerdos que, pasado tanto tiempo, se te van, pero es una de las etapas más duras que he hecho nunca, eso sin duda. Sí que recuerdo llegar vacío que notar mucha fatiga en el cuerpo incluso pasaros dos o tres días»
Guardad días como esos, cuando decimos que el ciclismo es un deporte de fondo y sacrificio los días que veamos kilometrajes infames, porque aquí somos del ciclismo que representaba Mikel Nieve.
Mikel Nieve
Mikel Nieve: «Me ha lucido ser un buen gregario»
Así cuenta Mikel Nieve más de doce años de ciclismo al máximo nivel
Tranquilo, introvertido y realista, todo lo que respiramos de Mikel Nieve cuando le vemos competir, lo transmite en cada palabra.
Profesional desde hace más de doce años, Mikel Nieve es uno de los ciclistas españoles más apreciados, con un listado de grandes trabajos en favor del líderes como Chris Froome y Simon Yates.
Su motor, sin embargo, le ha dado para ser clave en la victoria de terceros y granjearse un pequeño pero selecto palmarés en el que todos recordamos, un escalón por encima, aquella increíble etapa del Giro 2011 en Gardeccia tras casi siete horas y media de recorrido, 230 kilómetros y miles de metros de desnivel salvados.
Aquel día Mikel Nieve dio la medida de lo que es, ciclismo de calidad, reposado en el tiempo y hecho a fuego muy lento
De todas esa experiencias, de esas imágenes de dolor inmenso y sufrimiento llevado al extremo pueden saber en primera persona los chavales del Caja Rural, en lo que para Mikel es la vuelta a casa, a los orígenes, allí donde partió una de las trayectorias más valiosas y admirables de cuantas hemos tenido la suerte de ver estos años.
Todo esto lo tratamos en esta charla días antes de saber que Caja Rural no iba a estar en la Vuelta a España.
Este podcast cuenta con el patrocinio de Tuvalum.com.
Ciclistas
Mikel Nieve es el mejor gregario del mundo
Entre los mejores gregarios, Mikel Nieve queda como el más grande
En unos días que Miguel Indurain nos ocupa más líneas de lo que podíamos prever, otro navarro nos viene al pelo: Mikel Nieve.
Con la temporada saltada por los aires, con mil conjeturas sobre cómo, cuándo y dónde habrá ciclismo, a saber qué es del bueno de Mikel, sin embargo esta encuesta entre los lectores de Cyclingnews nos ha traído su valiosa figura al recuerdo
Los lectores del medio de cabecera han situado a Mikel Nieve como el mejor gregario del mundo, que no es poca cosa.
Nieve se ha impuesto en un listado escogido a dedo, entiendo, aunque muy acertado.
Ahí estaban Tony Martin, el «treno» alemán para tragar kilómetros, Daniel Oss, clave en grandes victorias de grandes corredores, Tim De Clerq, a su espalda se cobija medio pelotón y elegido el mejor entre los pros, Andrey Amador, incondicionalidad que Ineos ha querido para sí, Adam Hansen, el trotamundos, y Stephen Küng, el suizo que le sacó los colores a Pinot en París-Niza, el recuerdo más cercano, hace un mes ya, de ciclismo en directo.
Michael Morkov, el danés que abre en canal los sprints y se posicionaba claramente para la americana olímpica, fue segundo.
Pero Mikel Nieve los ha ganado a todos.
Nieve, lo dijimos hace un tiempo, es oro, caviar sobre ruedas, un tipo que ha cultivado un palmarés curioso (etapas en Vuelta y Giro) mientras ha tenido tiempo de trabajar para terceros.
El Tour de 2013 fue el punto de inflexión, cuando sonó para Contador y Tinkoff pero acabó en el Team Sky de Froome.
El inglés ya puede besar por donde pasa el navarro, entre sus servicios, puertos y puertos delante en el Tour, especialmente 2016 y 2017, y aquella subida a Machucos de la Vuelta del 17, un rampote en el que las ratas abandonaron el barco al menor atisbo de fragilidad de Froome.
En el Mitchelton, los Yates disfrutan de la sapiencia de un corredor que pudo haber visto como Simon se coronaba en el Giro, hace dos años, pero que al día siguiente del hundimiento abrió la caja de las esencias para ganar la etapa.
Dijo Froome: «No hay palabras para describir lo mucho que voy a extrañar a Mikel»
Lo podemos entender, su figura la extrañamos nosotros también, como el ciclismo que el coronavirus nos ha negado, seguramente esta semana Nieve habría tenido su cuota en la Itzulia, espero que, cuando vuelva, cuando vuelvan, quedemos resarcidos.
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Pedro
17 de septiembre, 2022 En 16:15
Qué vergüenza me daría haber escrito este «artículo». Sería incapaz de mirar a mi familia a los ojos después de tanta tontería publicada
Iban Vega
19 de septiembre, 2022 En 12:39
hay cosas peores, busca que las encuentras
Jon
21 de septiembre, 2022 En 1:15
No se qué decirte,solo animarte a que sigas intentándolo,el artículo es cuestionable y criticable.animo