Mikel landa
¿Cuándo nació el «Landismo»?
El «Landismo» surgió en la semana final del Giro 2017
Un día definimos el «Landismo» como una actitud, una forma de mirar con arrogancia el futuro desde la seguridad y la autoestima.
Sobre esa premisa se explica el resto, pero sobre todo sobre el carisma de un corredor que no deja indiferencia por donde pasa y compite, un corredor que posiblemente no gane una grande nunca, y no por que no tuviera mimbres, y sí por que se rodea de un ciclismo que no espera a nadie, donde los que llegan aprietan más que nunca.
"Recuerdo unas palabras de Landa en Burgos: Los que llevamos un tiempo en esto o ganamos ya o los que viene por detrás no nos van a dejar ni las migas" @BorjaCuadradohttps://t.co/umNKUJ4hcj#PodcastJS pic.twitter.com/t0WPRRr0wG
— JoanSeguidor (@JoanSeguidor) December 28, 2020
Sin embargo, que Mikel Landa gane o no, no le quita ápice de atractivo al «Landismo» ni sus fundamentos.
«Landismo» es eso, carisma, áurea, cosas que no se negocian ni caen del cielo, se nace con ellas y se llevan en la mochila para siempre.
Y así con los treinta ya en la espalda, Landa sigue siendo la «eterna promesa» con la legión de fans y haters más desproporcionada que conocemos a tenor de los resultados del protagonista.
Pero ¿cuándo nació el «Landismo»?
Yo pondría una fecha, unos días de mayo de 2017, iba Mikel Landa de co-capitán del Team Sky para el Giro con Geraint Thomas, hasta que ambos acabaron en el suelo, atropellados, en la base del Blockhaus, por una motocicleta.
Ese día se postuló Nairo y emergió Dumoulin, segundo y primero al final, mientras que Landa entraba en el bucle que alimentaba el sentimiento de «tragedia» sobre el que siempre se ha asentado el «Landismo».
Su última semana de aquel Giro fue tremenda, siempre escapado, de azul como mejor escapado, ganando una etapa, creo que coronando primero el Stelvio.
Casi nada.
Pero el premio gordo, el premio grande ya no estaba en su mano.
Al poco se quedaría a puertas del podio del Tour, después de ser la mano derecha de Froome.
Es el sino del «Landismo», condenado a renunciar a lo más grande por que la vida, azarosa ella, le niega la mayor.
Como cuando admitía en la cena de celebración del Giro de Carapaz que estaba viendo el tiempo pasar sin llevarse el gato al agua.
Aunque una cosa os digo, si Mikel Landa un día diera la campanada, los cimientos del «Landismo» se volverían de barro.
Mikel landa
Vuelta España: ¿La última opción de Mikel Landa?
Esta Vuelta nos recuerda que Mikel Landa es la opción que siempre vuelve
En la imagen, vemos a Mikel Landa, ya de Soudal, pero lejos en el tiempo de la Vuelta a España.
Está en la Volta stá en la jornada final, en Barcelona, feliz y sonriente tras haber sido el último reducto de la resistencia ante el ciclón Pogacar.
Landa, el gran escudero de Remco Evenepoel, corriendo ante uno de sus grandes rivales.
La Volta fue una carrera que podemos tomar para medir el año del alavés.
A ver, no nos hagamos trampas, ha sido una temporada muy de su corte, pero que está saliendo perfecta.
No ha movido el casillero de victorias de donde estaba, pero eso no le hace falta a Mikel Lada para dar gasolina a sus seguidores, para prender la llama de la fe entre sus adeptos, que ya no le descartan para la Vuelta.
Yo, sinceramente, no le veo ganando, deberían darse varias carambolas, la primera y más importante que complete la carrera sin incidente alguno, pero también que dé el paso adelante ante rivales que no serán top, pero que de media acostumbran a ganarle.
La Vuelta presenta un recorrido bueno para Mikel Landa.
No es su grande favorita en resultados, ha estado en el podio del Giro y muy cerca del mismo en el Tour, pero en la Vuelta, salvo aquella etapa de Andorra y el ser decisivo en la victoria de Fabio Aru, hace nueve años, poco o nada le ha sonreído la carrera a Mikel Landa.
Cuando comenté que su salto a Soudal le ha venido al pelo, incluso le ha sentado bien hasta en los tiempos.
Ha tenido su cuota de protagonismo al margen de Remco y cuando le ha necesito, le ha tenido cerca, como en el Tour, pero tampoco necesitando un trabajo muy exigente para el alavés.
Ahora en la Vuelta, Mikel Landa lidera el Soudal con la misma ilusión de siempre, en una llama de pasión que uno no se explica pero que existe.
Landa no es favorito, pero motiva como nadie a la parroquia, quienes esperan, en cierta medida, que un día u otro pinche, tenga un percance o le dejen cortado.
Es cierto que Landa no ha perdido muchas carreras por circunstancias ajenas, pero nadie como él para trasladar la sensación de peligro y de que te puede pasar algo que arruine un buen momento.
La Vuelta 2025 es buena para Landa, incluso con crono final, ahora que se alineen los astros como cada vez que ha concurrido con la presión justa.
Imagen: Volta Catalunya
Mikel landa
Volta: La enésima reinvención de Mikel Landa funciona
Una segunda plaza en la Volta es un resultado mayúsculo para Mikel Landa
Esto no es un alegato de Landismo, ni agitar el eterno fantasma de que Mikel Landa un día ganará una gran vuelta, esto es el retrato de una segunda plaza en toda una Volta a Catalunya, que cabe valorar como merece.
Porque la semana que finalizó ayer ha sido el referendo de que el tema de Landa, lo que implica y mueve, lo que genera, sigue tan vigente como años atrás, si no más, y lo sigue porque detrás de esta prestación hay trabajo, fe, sacrificio y sobretodo una capacidad para reinventarse brutal.
Sí, lo sé, voy a recordar aquel post en el que dijimos que el vasco en Soudal podía volver a brillar de la forma menos esperada.
La historia nos dice que Landa cuando tiene un gran líder a su lado, como se suelta, se quita presión y rinde como ha rendido en esta Volta.
Ha sido el primero de los humanos, a una interesante minutada de Pogacar, per es que ha competido contra gente muy buena que lleva semanas sonando, dígase Egan Bernal, Alexander Vlasov, Lenny Martinez, Sepp Kuss, Cian Uijtdebroeks, Enric Mas… y los ha superado desde minuto uno.
Lo ha hecho además siendo proactivo.
Si en Vallter 2000 fue un sálvese quien pueda, en Port Ainé alteró el ritmo del grupo a sabiendas que Pogacar podía rematarle, como bien hizo, y sentenció una segunda plaza que le deja muy bien parado.
Por un lado, porque sigue demostrándose que está competitivo, que está entre los mejores del mundo y que cuando Remco no esté, tiene cartas de jugar,
Por el otro, la corriente que le venera permanece on fire, no sé cuántas veces habrá escrito «Landismo» el comunity manager del Soudal durante la semana.
Con todo, la Volta es un premio tan inesperado como dulce para Mikel Landa, quien casi diez años después de explotar en aquel Giro de Contador y Aru, se reinventa para seguir dando qué hablar, cosa nada sencilla, con los cambios que este deporte ha experimentado esta década.
Hay que valorar las cosas cuando vienen, y este es un resultado dulce que conviene saborear.
Imagen: Volta a Catalunya
Mikel landa
Pues Landa se ve para ganar una gran vuelta
La llama de Mikel Landa en una gran vuelta parece aún viva
«Stil alive» aún posible, Mikel Landa no descarta estar en una la lucha de una gran vuelta.
Es sueño, es legítimo, aunque no creo que realista.
🇪🇸 Mikel Landa
🗣️ "Supporting the team will be the main focus, whether it's for Remco or someone else. Besides that I can set my own goals in certain races. I'll target GC at La Vuelta. It's still my dream to win a Grand Tour."
(Sporza)#LaVuelta24 pic.twitter.com/7ZTXT6Ozm2
— Domestique (@Domestique___) January 15, 2024
El razonamiento que hace por eso me parece correcto, se hace mayor, pasan los años, las oportunidades y por medio entra gente nueva, una ley de vida que admite y asimila, pero recuerda, y en eso estoy de acuerdo, que a veces las cosas suceden cuando menos te lo puedes esperar.
Incluso hablando de las opciones de Primoz Roglic en el Tour, lo habíamos barruntado.
Algunos ganadores del Tour fueron completamente inesperados y a destiempo.
Esa sensación la tuve con Carlos Sastre y Cadel Evans, que se llevaron el premio de una gran vuelta cuando menos se pudo esperar y en medio de una generación que parecía se iba a comer el mundo, como fue el antagonismo Contador vs Andy Schleck, que parecía se iba a alargar en el tiempo, pero duró más bien poco.
Las rendijas por las que Landa puede ganar una gran vuelta, pero el escenario que plantea lo hemos visto otras veces en ciclismo, favoritos que se caen del cartel, que no vienen, que dan un mal paso, una caída….
Lo que sí es cierto es que la cosa ya no depende tanto de él como podríamos haber esperado hace unos años cuando lo tuvo en la mano.
La Vuelta a España 2024 podría ser una de las sus últimas opciones de ganar una grande, aunque si va Vingegaard a poco que mantenga la forma del año pasado, poco veo que pueda hacer.
A Landa por eso le tiene que valer de motivación el buen rendimiento que tuvo en la edición del año pasado, cuando fue el que más cerca quedó de los Jumbo del podio.
Si en Soudal le contagian un poco de ese gen ganador, igual hasta tenemos epílogo feliz del Landismo.
Imagen: @Domestique
Mikel landa
Mikel Landa: Tres momentos que dieron para soñar
Mikel Landa ya sopla 34 velas en la tarta y sigue pareciendo joven
Me enteré esta mañana del cumple de Mikel Landa por la felicitación de su en breve exequipo.
Señorío https://t.co/bjZNNxzqKR
— JoanSeguidor (@JoanSeguidor) December 13, 2023
Una felicitación del Bahrain para su 34 cumpleaños, siendo el equipo en el que creo que mejor ha estado el vasco.
De hecho ha aguantado aquí cuatro años, el doble que en sus anteriores equipos: Astana, Sky y Movistar.
Sin haber sido malo, podio en el Giro 2022 y cerca de pisarlo en el Tour 2020, el periplo de Mikel Landa en el equipo de capital árabe no ha tenido el brillo de anteriores etapas, en parte, quizá, por la irrupción de la hornada que ahora mismo está a los mandos de este deporte.
Y es que si miramos atrás, tenemos tres instantes top que nos hicieron pensar que Mikel Landa podía acabar una grande en su palmarés.
Fueron tres carreras en las que Mikel inflamó como pocos el suflé de la ilusión del aficionado medio que le veía como el relevo ciclistas que estaban ya de salida, Alberto Contador en especial.
Vamos con esas tres carreras:
Giro 2015, entre Aru y Contador
Sin duda el gran salto, ya desde el inicio se le vio con los mejores y principalmente con Fabio Aru y Alberto Contador.
Aquel Mikel Landa sacaba y remataba los córners, estaba con ellos y daba la sensación de poder irse solo cuando quisiera.
Su estado fue tan sublime que hasta afiló su faceta ganadora, logró un par de etapas.
Claro que entonces prendió ese principio del «landismo» y la «injusticia» que siempre le perseguiría, en especial el día que le mandaron parar en el Finestre en favor de Aru.
Giro 2017, una semana de escándalo
Tras salir de forma abrupta en 2016, después de su mejor crono, fue al Giro 2017 como colíder con Geratit Thomas.
La mala fortuna se cruzó esta vez en forma de moto que les tiró a él y al galés en la base del Blockhaus para dejarlos fuera de la general.
Ello sin embargo tuvo efectos milagrosos sobre su última semana en esa carrera, siempre escapado, ganando una etapa y llevando la maglia azurra hasta Milán.
Tour 2017, Mikel Landa, de gregario, casi en el podio
La forma que Mikel Landa trajo de aquel Giro se perpetuó durante todo ese verano.
Fue al Tour para ser el gregario de lujo de Chris Froome, en su cuarto triunfo, pero ello no le impidió darnos escenas dantescas, como aquella de Peyragudes tirando del grupo, aguantando los ataques a Froome y llegando por delante del inglés.
Caminaba tanto Landa esos días que lanzó en persona el ataque para la mejor etapa de aquella edición, camino de Foix y en compañía de Contador en una escapada que el mismo Sky no quiso apoyar cuando mandó parar a Kwiatkowski.
El epílogo quedó en la memoria, sólo un segundo le privó de estar en el podio, los mismos que salvaron a Romain Bardet del talento del vasco.
Emergió esos días otro hipe con Mikel, el #FreeLanda que le acabaría llevando al famoso Movistar de la tricefalía donde ya nunca le volví a volar tan alto.
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