Ciclismo
Tour 2022: El oportuno cambio de chip del Jumbo Visma
Ahora mismo el Tour 2022 sólo lo puede perder el Jumbo Visma
Decía el jueves Antonio Alix, a posteriori de la llegada a Alpe d´Huez, que el Jumbo Visma de este Tour 2022 entraba directo entre los mejores equipos de la historia, que no habíamos visto el Molteni de Merckx, pero sí el US Postal o el Team Sky y que lo situaba en ese nivel.
Yo no me atrevo a ponerle en un sitio en la historia, no obstante, lo sabíamos de inicio, el ocho del Jumbo en el Tour 2022 era una alienación para saberse de memoria: Jonas Vingegaard, Primoz Roglic, Wout Van Aert, Sepp Kuss, Steven Kruijswijk, Christope Laporte, Tiesj Benoot y Nathan Van Hooydonck.
Es un ocho que podríamos equiparar a otras grandes alineaciones de la historia pero muy complicado decir si era mejor, igual o peor.
Aquí sin embargo a lo que vengo es a la obligación, bien aceptada, que ha tenido el Jumbo de hacer algo para lo que no están precisamente diseñados estos equipos, que no es otra cosa que para atacar y sembrar el caos.
Cierto es que los amarillos habían demostrado este año, en más de una ocasión, que venían a cortar el bacalao con golpes en la mesa que quedan en la memoria, tipo jornada primera de la Paris-Niza o el doblete de Harelbeke.
Incluso en la llegada de Calais, con el Tour ya en Francia, dieron un recitar colectivo lanzando a Van Aert de amarillo.
Todo eso está muy bien, todo eso nos gustó mucho en su momento, pero la que el equipo arma desde el kilómetro cero de la etapa del Granon es otra cosa, es hacer historia grande, entrar en ella, ser partícipe de la leyenda del ciclismo.
Cuando decimos que el miércoles nos devolvieron el ciclismo no nos referíamos a otra cosa que a volver a sentir cosas, cosquilleos que sólo se dan en grandes días, jornadas contadas con los dedos de la mano.
En el primer ataque de Van Aert, acompañado de Van der Poel, camino del Granon, ya iba carga de profundidad, nada ocurrió porque sí, al fin vimos una superestructura atacar, atacar de verdad.
Estaban obligados, eso es cierto, por un ciclista que consideramos de época, para derrocar a Tadej Pogacar no quedaba otra que minarle de lejos y entre varios.
El baile, y no el que les vimos hacer en el «juego de las bicicletas» camino de Arenberg, fue perfecto, el desarrollo y desenlace los buscados.
No hubo azar, hubo un gran equipo reunido por un objetivo, estados de forma brutales y concentración colectiva.
Vingegaard puso la guinda, sacando un ataque en medio de la agonía de los líderes, sabiendo leer la debilidad de Pogacar, un corredor tan atractivo como previsible.
Pero tras el danés cada uno hizo lo suyo, hasta en minar la moral del esloveno en el Galibier estuvieron perfectos, cuando le obligaron a sacar ese carácter inquieto porque le rodeaban Kuss, Roglic, Kruijswijk y Roglic.
Antes los dos capos se habían turnado en los ataques, después en la cima del Galibier, Wout Van Aert tenía una bici aero preparada para rodar mejor hacia el pie de Granon.
Van Aert escapado era otro puñal en la moral de Pogacar, pues era consciente que cualquier metro que le diera a Roglic o Vingegaard en el Galibier podía acabar en desastre al final.
Eso fue el Jumbo el miércoles y son varios de los que vieron cómo Roglic perdió el Tour a 24 horas de París por hacer el canelo durante toda la carrera, provocando un control tan brutal que medio pelotón los aborreció.
Ahora el escenario les es más favorable, la ventaja sobre Pogacar es interesante pero ojo, tienen delante al mejor de su generación y eso obliga a que no crean que esto ya es un paseo hasta París.
Ese error ya lo cometieron.
Imagen: A.S.O./Charly Lopez
Ciclismo
Estrenamos podcast con el ciclista más peleón, Sergio Higuita
Sergio Higuita nos acompaña en la primera entrega de El Velódromo, el nuevo podcast de JoanSeguidor
Teníamos una sorpresa bien guardada y es esta nueva versión de El Velódromo, el nuevo podcast de JoanSeguidor en un estreno en el que hemos invitado a Sergio Higuita, un ciclista que está de celebración, hace un año que ganó la Volta a Catalunya.
Nuestro compañero Guillem Riera conduce esta nueva temporada de podcast en JoanSeguidor, repasando una charla que hemos tenido con Sergio Higuita velando armas para nueva temporada, hablando en un entorno relajado de cómo le supo ganar la Volta, sus inicios en ciclismo con una bicicleta de BMX, el salto a Europa, su casa de la Fundación Euskadi, la victoria de etapa en la Vuelta 2019…
No os perdáis cuando Sergio habla de las broncas que le caían en las escapadas que reventaba a ataques.
Además se incorpora nuestra «Pelotona», Paula, una ciclista advenediza pero con buenas e interesantes cosas qe contarnos suyas y de las chicas que van en bicicleta.
Aquí nos cuenta su primera vez en bicicleta y esas cosillas que siempre ocurren en los estrenos.
Tras repasar qué nos dice la gente sobre nuestro tweet de la semana, en este caso sobre Wout Van Aert, hemos recordado un poco qué sucede en las carreras y hablamos de lo que nos visto en Milán-SanRemo y Volta a Catalunya.
Ciclismo
Ciclismo y maquinitas, diez años después seguimos en lo mismo
A veces nos rodeamos de tantas maquinitas, que omitimos la esencia del ciclismo
Recuerdo que hace diez años por estas fechas Libros de Ruta empezaba su andadura con un libro muy celebrado, el del Team Sky, en el que se daba cuenta de la entrada del equipo británico en el ciclismo.
Un libro que detalla la revolución que supuso su irrupción en este deporte de centenarias competiciones y arraigadas costumbres.
Es curioso cómo hablan de los marginal gains tan de moda desde entonces, de los rodillos al final de las etapas, de maquinitas y como todo eso era muy nuevo para el ciclismo
Un libreto de estilo que tuvo contestación de inmediato y no de gente cualquiera.
Ahí estaban algunos como Vincenzo Nibali o Paolo Bettini, ya retirado, hablando del ciclismo de sensaciones de toda la vida, de la intuición en carrera y esas cosas con las crecimos algunos, entre otros Luisle, que ve un deporte completamente diferente al que él practicaba hace quince años.
La foto que ilustra este artículo es de la primera llegada en alto de la Volta a Catalunya, una instantánea que Ciccone deberá guardarse en la salida de su casa por el valor de un triunfo ante dos cocos del nivel de Primoz Roglic y Remco Evenepoel.
La imagen del tweet por eso da la medida…
El que gana renuncia a la precisión de parar el Garmin en el momento M https://t.co/hFzZGRCbtG
— JoanSeguidor (@JoanSeguidor) March 22, 2023
Mientras el italiano celebra el triunfo, Roglic y Evenepoel paran su Garmin nada más cruzar la meta.
Me dicen, no lo sabía, que luego de la meta se pueden recortar esos segundos de lapso con el mismo computador, pero ajenos a esa posibilidad, ambos corredores paran el aparatito.
El ciclismo de maquinitas en su máxima expresión, como cuando vemos cunetas en las que casi nadie mira la carrera con sus ojos y sí a través del móvil.
Yo no veo mal que esto suceda, cada uno es muy libre de hacerlo, pero sí me refresca la forma en la que crecí en el ciclismo, más real, más sensorial, alejada de maquinitas y otras historias.
No es ni mejor ni peor, pero sí que me sugiere una cosa, entre tanto número, vatio, carbohidrato y demás creo que nos perdemos buena parte del placer de la bicicleta y el ciclismo.
Y no lo puedo decir por Roglic y Remco, ellos son pros y lo que digan esos Garmins va a misa, lo digo por mucha gente que veo que, sin comerlo ni beberlo, fía demasiadas cosas a la tecnología, cuando la experiencia de ir en bicicleta es una, personal e intransferible.
Imagen: Guillem Riera
Ciclismo
Para mí siempre será Harelbeke
Conocí este carrerón como Harelbeke y lo siento por Saxo Bank, pero seguirá siendo Harelbeke
Ya sé que sonara a historia de abuelo cebolleta, pero hay cosas que cuesta aceptar, incluso con el paso de los años y siempre tan necesaria entrada de patrocinadores como el caso de uno conocido, Saxo Bank, en el E3 de Harelbeke de toda la vida.
Corre por las redes el nombre con el mecenas, obviando que la carrera es ahí, en Harelbeke, una pequeña localidad cerca de Francia, por donde también pasa la Kuurne-Bruselas-Kuurne, que para mí es la apertura de la parte guapa de las clásicas flamencas, con todo lo que nos queda por delante, desde la Gante-Wevelgem, el domingo y por otra parte de la región, al Tour de Flandes, en una semana.
Por suerte el ciclismo mantiene en gran medida casi todos los nombres de las carreras que le han traído hasta el presente.
Quizá algún cambio, como el notorio de la Het Nieuwsbald, la Het Volk de toda la vida, pero no muchos más.
Pero en este caso me gusta el nombre del pueblo que acoge la carrera, más allá que el de la carretera alrededor de la cual se desarrolla.
Harelbeke es como esos impronunciables pueblos del ciclocross en invierno, como Oudenaarde, Brujas, Gante o Wevelgem, por mucho que la carrera salga y llegue a Ypres.
Sólo verlo escrito eriza el bello, por ser una de las grandes previas de De Ronde, que no tiene el peso específico de Wevelgem, pero que deja hojas brutales de ciclismo por estos parajes que tan bien conocemos.
Y por mucho que en las carpas y espacios VIP de la carrera importen un pimiento, recorre o roza todos nuestros iconos de Flandes, si bien el Kapelmuur no lo sube, pero sí pasa por Geraardsbergen, cosa que no hace De Ronde en la actualidad.
Ciclismo
La Volta sin Fontpineda, una cancelación que da mala espina
Que la Volta quite Fontpineda en la sexta etapa sin mayor explicación…
Ayer, tras el final de etapa de Sabadell, la Volta sacaba este tweet sobre la no subida de Fontpineda mañana sábado…
ℹ️ Per motius de seguretat, s'ha acordat un canvi en el recorregut de l'etapa 6 de #VoltaCatalunya102, eliminant el pas per l'Alt de Fontpineda. Aquest és el nou rutòmetre oficial.
🚴♂️Cambio en el recorrido de la etapa 6 / Change in the route of stage 6
👇https://t.co/AlCpSARzpj pic.twitter.com/soqAKReJ1X
— Volta a Catalunya (@VoltaCatalunya) March 23, 2023
Quienes vivimos en el Baix Llobregat, sabemos que, por desgracia, no hay lluvia ni fenómeno meteorológico peligroso a la vista.
Como aficionados al ciclismo, sabemos que el repecho de Fontopineda era uno de los atractivos de la penúltima etapa de la Volta 2023, una subidita para hacer limpia antes de encarar la llegada Molins de Rei.
Era de hecho, lo más nuevo, junto a Mont Caro, respecto a ediciones anteriores, cuyo recorrido la Volta tiene escrito en piedra.
Pues bien, la organización ha decidido sacar la subida de Fontpineda, arguyendo «motivos» de seguridad, cuestión tan amplia como ambigua, abriendo la puerta a mil interpretaciones.
Como digo no se prevé mal tiempo, y el recorrido era por todos conocido desde hace semanas ¿qué ha sucedido?
Pues eso nos preguntamos muchos, temiéndonos que los mentores de la carrera hayan tenido que sucumbir a recomendaciones de terceros, es decir los equipos, como otras veces ya hemos visto que ha sucedido.
Ojo que esto es importante, no voy a decir que grave, pues al final el organizador -como en las invitaciones de la Vuelta- hace y deshace a su conveniencia, pero sí que es notorio que al aficionado se le prive de un final de etapa que pintaba interesante, más en una carrera cuyo patrón es un corsé férreo y casi inamovible.
Volvemos a eso que muchas veces hemos hablado de la épica que tiene este deporte y el riesgo que nunca va a poder esquivar, porque al desarrollarse en el territorio va a estar expuesto como ningún otro.
Hace unas semanas hablamos con Peio Ruiz Cabestany y nuestro querido Sergio Román Martín, a quien deseo la mejor recuperación del mundo, sobre la épica en el ciclismo a raíz de lo sucedido en O Gran Camiño y si la decisión de cancelar la primera etapa había sido de organizador o equipos.
Pues bien, aquí sospecho que tenemos otro caso similar.
Sé que ningún organizador quiere que un ciclista acabe en el hospital y el buen aficionado al ciclismo nunca desea un circo peligroso para los ciclistas, pero cuando las decisiones se toman así, de esta manera, uno no piensa bien.
Imagen: Guillem Riera
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Galego mindoniense
16 de julio, 2022 En 4:06
El mejor de la historia del ciclismo es el Astana del Tour 2009. Alberto Contador dijo que nunca tuvo en su carrera deportiva un equipo como los del Sky en el Tour, pero lo cierto es que eso es mentira si miramos la alineación de su escuadra aquel año (lástima que ese equipo no era para él).