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Tour: ¿Qué no sabe hacer Wout Van Aert?
Van Aert añade una etapa del Tour en un ciclo que ha cambiado su suerte para siempre
Etapa, la segunda un año después de la primera, de Wout Van Aert en el Tour.
Con Wout Van Aert vamos con el viento de cola, a favor, con impulso, lo venimos diciendo hace tiempo, no hay cosa que no sepa hacer.
Por eso si a Van der Poel lo equiparamos con Da Vinci, Van Aert sería Miguel Angel…
Recordamos este trozo:
Wout Van Aert, lo decíamos el otro día, sería Greg Van Avermaet, trabajo, trabajo y más trabajo, incluso si nos vamos amas allá seria el Poupou de la gente -el más aplaudido el año pasado en la Grand Place de Bruselas, en el estreno del Tour-, sería Gino Bartali «ora et labora», un ciclista que viene de la raíz del pueblo, que bate todas las dificultades y obstáculos, que se cae, se descuelga, pero no se deja llevar, Roubaix del año pasado, que se estrella, se hace polvo, recoge los pedazos y vuelve, la caída del Tour del año pasado.
Es así, un campeón renacentista, que nunca descuidó su progreso en nada que tuviera que ver con la bicicleta, que no e ha hecho ascos a su ciclocross de siempre, a ser capo en sprints, a ser látigo en cronos y a erigirse en gregario de «super lujo».
Al punto que cuando él se retira hacia un lado, los Grenadiers, un tal Kwiatkowski, al aparato, no saben qué hacer.
Éste es Wout Van Aert, la navaja suiza del Jumbo Visma, un corredor que no hay nada que no sepa hacer, que si mañana se lo planteara podría estar compitiendo con garantías los 365 días del año.
¿Cuántos ciclistas hay así?
Pocos, muy pocos, podéis estar seguros, el trabajo de confinamiento que ha hecho la bala del Jumbo Visma ha sido provechoso.
Lo que a algunos les ha sentado muy mal, a Van Aert, no tanto, añade una etapa del Tour, al sprint, toma ya, a la Strade, San Remo y la jornada primera del Dauphiné.
Un mes escaso de competición y todos los registros de victoria, ah, se nos olvidaba, el Campeonato de Bélgica de contrarreloj por delante de Victor Campenaerts.
Cualquiera que aprecie el buen ciclismo, debe apreciar a Wout Van Aert, que llegó al Tour como uno de los nombres a seguir, y en dos jornadas lo ha justificado.
Y no entró en la pelea de Niza, por que Dumoulin invitaba a ser cautos en el Jumbo…
Si se le ha visto hasta subiendo bidones al gran grupo…
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Ciclismo antiguo
Miguel Indurain hizo doble fortuna en el Giro
Para Indurain el Giro fue una plaza casi perfecta
El Giro de Italia, tres corridos por Miguel Indurain: dos los saldó con victoria y el otro con una tercera plaza.
Eso en tiempos de dobletes, Giro + Tour, logros que en los últimos treinta años hemos visto sólo tres veces, a las dos que lo consiguió Indurain, añadidle el de Pantani.
En este tiempo varios corredores han atacado el doblete, en especial en años recientes, hace tres Chris Froome, ganador de Giro, pero tercero en Francia.
Nairo y Contador también anunciaron su «grand slam», pero no tuvieron suficiente.
Ahí queda el tamaño de la gesta que Miguel Indurain con ese doblete Giro-Tour en dos años consecutivos.
Sólo con esa estadística tan apabullante, uno toma conciencia de la naturalidad con la que ganaba el mejor ciclista español de la historia.
Una naturalidad, sea dicho, no exenta de sufrimiento y obstáculos.
Indurain tuvo su estreno en el Giro en 1992, llegaba como ganador del Tour y un saco de incógnitas sobre sus opciones.
Preparar su segundo asalto a la Grande Boucle era su único objetivo en Italia pero, ganó: “Llegué con la incertidumbre propia de quien llega a una carrera que no conoce. Todos me comentaban que era una carrera muy a la italiana, donde los italianos atacaban mucho. Mi idea era preparar el Tour, aunque si la carrera se ponía tiro no se podía desaprovechar. Una vez salvamos la primera parte nos dimos cuenta de que podríamos luchar por la victoria”.
Se presentó y ganó.
Se vistió de rosa en Arezzo y reforzó su liderato un día después en la crono de Sansepolcro.
Reconoce que “no fue una victoria fácil por que en definitiva no dejas de ser un rival para todos los italianos”, pese a ello reconoce haberse sentido “muy bien acogido por el público. En alguna ocasión se oía hablar de alianzas entre corredores italianos –sobretodo en su segundo Giro- pero al final cada uno fue a lo suyo”.
Recuerda haberse sentido muy impresionado por los Dolomitas: “Son realmente impactantes por la cantidad de roca que se ve en las montañas y el gran ambiente que rodea la carrera. Son puertos que no tienen nada que envidiar a los del Tour”.
Un puerto, por encima del resto, es el más duro a su entender: el Mortirolo
Pero no es el único: “El Stelvio no tiene tanto desnivel pero su longitud lo hace muy duro. La característica de las etapas de montaña del Giro es que los puertos se suceden casi sin descanso”.
Mortirolo y Stelvio son dos cimas que entraron en aquella fantástica jornada de ciclismo que fue la 15ª etapa del Giro de 1994 entre Merano y Aprica
Un día extraordinario que hizo vivir a Miguel todos los estados del ciclismo, de la euforia del Mortirolo al calvario del Valico di Santa Cristina.
Sobre aquel día ha sido peguntado mucho: “Fui muy bien, pero se me olvidó hidratarme y lo pagué caro”.
Indurain pasó de acariciar el rosa que vestía Berzin a despedirse de él en espacio de media hora, fruto de una tremenda pájara.
Sobre lo que rodea a la carrera está totalmente de acuerdo con que nos contó Marino Lejarreta: “Para Italia el Giro es una fiesta. En mi época veíamos pueblos enteros que dejaban de trabajar por ver la carrera. No obstante la gente no sólo vive el Giro, sino todo el calendario en general. Sea en el norte o sur, siempre hay mucho seguimiento”.
Ciclismo antiguo
1994: La Flecha Valona que cambió el ciclismo
Nada fue igual tras la Flecha Valona de 1994 y los azules haciendo pleno
La primera parte de los noventa se tiene como la época más oscura de la historia del ciclismo y muchos toman la Flecha Valona de 1994 como el cénit.
No son pocos los testimonios que hablan de un ciclismo psicodélico, de corredores que no corrían, volaban, de cosas raras, de podencos hechos caballos de carreras,…
Testimonios no faltan.
Dos son elocuentes. Greg Lemond justifica parte de su declive por las dos velocidades de aquel ciclismo, un salto de rendimiento que apuntaba una sustancia cuyas siglas eran EPO. David Millar habla en su libro de sus primeras carreras como algo inalcanzable, no había ni roto a sudar que el pelotón ya les había dejado de rueda.
#DiaD 20 de abril de 1994
En el año 94, la Vuelta a España seguía disputándose en abril.
En la antesala de la misma estaba el tríptico de las Ardenas, pero en orden diferente al actual. Una semana después de Roubaix, se corría la Lieja, luego la Flecha Valona y finalmente la Amstel, posteriormente vendría la Vuelta que en esa ocasión dominaría a placer Tony Rominger.
La Flecha Valona se presentaba como la reválida para Eugeny Berzin. El ruso de rubia cabellera había ganado en Lieja días antes y era la punta de lanza del potente Gewiss. Por nombres el equipo celeste copaba las apuestas, sin embargo, los italianos no querían ganar, querían sencillamente coparlo todo.
En el llano que precedía el muro de Huy, Berzin, que iba insultantemente fácil, tomaba unos metros sin que nadie osara seguirle, salvo sus dos compañeros Moreno Argentin y Giorgio Furlan. En la cima de Huy Argentin culminaba la masacre, siendo primero por delante de sus dos colegas.
“Ellos ruedan y nosotros nos quedamos. Hacen que ir en bici parezca sencillo, no necesitan ni preparar estrategia alguna” dijo Gérard Rué, el gregario de Miguel Indurain, preso de la incredulidad.
Los peores temores que circulaban por el pelotón se hacían realidad y las sospechas no tardaron en plasmarse cuando al día siguiente en una conversación entre Michele Ferrari y varios periodistas, en una pedanía de Lieja, el galeno afirmaba sin pudor:
“Si yo soy ciclista y sé que hay una sustancia que mejora el rendimiento y otros la usan, yo también la utilizaría. La EPO no es mala, sólo lo es si abusas de ella, como si te atiborras de zumo de naranja”.
En efecto, el ciclismo de dos velocidades ya era un secreto publicado y público, la caja de pandora se había abierto, estallaría en pocos años…
Imagen: Cronoescalada
Ciclismo antiguo
Luxemburgo vs Bergerac ¿Cuál fue la mejor contrarreloj de Miguel Indurain?
No volveremos a ver nada igual a lo de Miguel Indurain en Luxemburgo
En la recurrente figura de Miguel Indurain centro el tiro en dos cronos, las más emblemáticas, la más poderosas e irrepetibles. sus dos contrarrelojes más célebres: Luxemburgo y Bergerac.
Esto no es una comparativa científica ni estadística, es subjetivo, completamente ajeno a la estadística.
Cuando hablamos con Carlos de Andrés en la parte dura del confinamiento, que no paraba de reponer ciclismo en Teledeporte, le preguntamos…
Alguna otra que te toque la fibra…
«Me hacía mucha ilusión recuperar la crono de Luxemburgo de Miguel Indurain»
Indurain ¿Luxembugo o Bergerac? creo que veis por dónde van los tiros
Hasta dobló a Lance Armstrong, una escena que con los años ganaría valor y morbo.
Vistas las dos, qué días aquellos, Luxemburgo es el día D en la carrera de Miguel Indurain, más allá de las diferencias, que fueron más grandes en Bergerac, enviando a dos minutos Rominger y a más de cuatro al resto.
Y es que Luxemburgo fue el inicio, el primer golpe, todos le esperaban pero quizá nadie en ese tono, desmontando los argumentos de rivales que le habían puesto en aprietos días anteriores o que se habían centrado en el Tour.
Indurain ya portaba el uno en Luxemburgo, había ganado un Tour, otros también ganaron un Tour, pero aquello certificó la excelencia y la promesa que aquel ciclo sería largo, muy largo.
Subió el listón y lo mantendría.
Eso ocurrió en Luxemburgo… en Bergerac llovía sobre mojado y es que nos tuvo tan bien acostumbrados.
Ciclistas
Ciclistas oportunistas: la victoria no sólo es de los más fuertes
Recupero un surtido prenavideño de ciclistas oportunistas sublimes en el arte de levantar carteras
Cierto es que se trata de un refrito, pero en este periodo de balances e historias pretéritas quise recuperar este post del pluriactivo Miguel González, de hace unos años, trayendo a las primeras mesas de Navidad ese listado de ciclistas oportunistas que hicieron de lo ajeno una obra de arte de ciclismo.
Habla de Rui Costa, que en la Vuelta pasada volvió a a hacer de las suyas, pero también de Moreno Argentin y uno que me gustó mucho, Pascal Richard, alumno aventajado de aquel Ariostea de Furlan, Saligari, Jaermann y el mismo Moreno.
No son los ciclistas más queridos, pero hicieron fortuna en terrenos hostiles, con público cabreado por verles triunfar, y qué cojones, se merece un rinconcito en el hall of fame de este deporte.
Porque en el ciclismo profesional a lo largo de la historia hemos tenido ciclistas modestos, gregarios, de perfil medio, oportunistas, ganadores, cracks, megacracks y a un ciclista cuyo palmarés debe ser eliminado por la aplicación de la media truncada, para así no desvirtuar la media global: Eddy Merckx.
Atendiendo a estos perfiles tenemos una distribución de Gauss.
Es decir, los valores más repetidos son los centrales (ciclista de perfil medio) y los más atípicos son los extremos (megacracks).
Esta clasificación se mantiene en el largo plazo, siempre ha habido gregarios, ganadores y megacracks en proporciones que apenas fluctúan.
Pero por otro lado nos encontramos con un tipo de corredor que es rara avis en cada generación ciclista.
Nos referimos al ciclista «asalta diligencias», carterista, butronero; en definitiva, el corredor cuyo único fin es labrarse un palmarés lo más opulento posible, sin importar los modos, el cariño de la afición ni las simpatías despertadas en el seno del pelotón.
Haciendo el símil con otro deporte (el rey cómo no) son unos corredores «bilardistas».
Pues bien, estos ciclistas se hayan en peligro de extinción.
Por mor de esta situación nuestro fabuloso reportero Félix Rodríguez de la Fuente nos ha elaborado el siguiente reportaje.
Activad la intro para entrar en calor:
Queridos amigos de «El hombre y la tierra», hoy nos vamos a adentrar en las profundas cuencas del ciclismo profesional para visualizar a un ciclista no detectable por todo ojo humano: el carterista.
En la cúspide de la cadena alimenticia tenemos una especie de silueta imponente, se desprendió de su frondoso pelaje capilar y siempre quiso volverse pájaro, concretamente un buitre leonado.
Nos referimos a Moreno Argentin
Moreno fue amamantado en la ciudad del amor pero pronto abandonó su nido para revolotear y buscar el alimento sin ayuda materna.
El ecosistema Torriani de los Giros de inicio de década ochentera le generó pingües beneficios con poco esfuerzo.
Pero el Mundial del 86 celebrado en las temibles Montañas Rocosas de Colorado deparó un punto de inflexión en este monarca de los aires.
Un pueril Argentin tuvo que aplicar la táctica Juan Palomo para poder abatir a Charly Mottet.
Demasiado riesgo pudiendo obtener el mismo resultado con la paciencia de un felino y las poco éticas técnicas de un carroñero.
Moreno a partir de ese instante no tuvo compasión con sus rivales, por dejar no dejó ni eco.
Así sucedió en las colinas de las Ardenas en primavera del 87.
El belga de frondosa ceja Criquielion y el «ultrapeligroso» irlandés Roche en un duelo a muerte propio de acceso al apareamiento aislaron al resto de la manada. Las dentelladas fueron casi letales pero su pieza no estaba todavía cobrada.
Argentin ese día más débil que sus oponentes mantuvo la sangre fría, agazapado supo esperar su momento y como en la fábula del cuervo y el queso les arrebató la victoria sirviéndose de su astucia.
Nuestro protagonista pasó a convertirse en macho alfa.
Los rivales claudicaron sumisamente por su sola presencia, hasta que se topó con una especie del nuevo continente: Lance Armstrong.
Italiano y estadounidense tuvieron un enfrentamiento en la región de Liguria.
Moreno lo intentó amedrentar con tácticas propias de la selva amazónica: llamarlo intencionadamente por el nombre de otro, concretamente Bishop, ejemplar del último eslabón de la cadena.
Lejos de agazaparse Lance mantuvo la mirada fija y marcó su territorio replicando a Argentin: su tú me llamas Bishop yo a ti Fondriest.
El combate se saldó con victoria del texano.
Humillado por la derrota Argentin no quiso acceder a las sobras, cambió de dirección su vuelo clavando el freno para así no acceder al podio y tener que visualizar la axila de Lance.
En la más alicaída soledad Moreno tuvo que abandonar su terreno para fenecer en las cenizas del 94.
Sin el rigor científico de las pruebas del ADN, entre otras detalles porque le quedaban cuatro pelos, no podemos asegurar que la descendencia de Moreno tuvo continuidad.
En cualquier caso el helvético Pascal Richard puede considerarse una evolución Darwiniana de Argentin: los descendientes sufren modificaciones y sólo los más fuertes sobreviven.
Pascal Richard perteneció a un ecosistema diferente al de su pariente lejano.
El lago Leman presenció sus primeros aleteos antes del anuncio de la estación fría y su posterior migración hacia el calor de los aposentos del vizconde de Gribaldy.
El retorno de esta ave helvética a su patria (al igual que en el caso de su primo-hermano Argentin) deparó una visita a las fronteras de la agonía y el dolor.
Pascal conquistó un Mundial de Ciclocross que aconteció en los lodazales limítrofes del Cantón de Jura.
Lejos de curtir su carácter nuestro querido Pascal Richard se volvió más gandul que el suelo
Enemistado por su propia idiosincrasia con las ocas, aplicó el teorema de oca a oca y sablazo por que me toca.
Llegamos a la paradoja de que las hembras de esta bella especie son ponedoras, pero Pascal no puso el huevo en sitio fijo ni por asomo.
Dotado genéticamente para grandes vuelos en vueltas de gran entidad aplicó la ley del mínimo esfuerzo para conformarse con presas de gama media como parciales, monumentos y combates semanales en la tierra que le vio nacer.
Uno de los dones de estas peculiares aves es su capacidad para comunicarse telepáticamente con sus antepasados y así evitar el costoso aprendizaje de tanteo y error.
Por ello en Lieja 96 el otrora depredador Armstrong pasó de cazador a cazado, el ratón que devoró el derivado lácteo en esta ocasión vio cómo se la daban con queso.
Nuestro protagonista helvético se vio inmerso en múltiples batallas, una de las más terroríficas aconteció en el 97 con el Chava Jiménez, cuando se hallaba éste en su hábitat natural de la meseta castellana.
Pascal fingió tener herida un ala para así transformar la interacción biológica de mutualismo en parasitismo.
Con la plena seguridad de que ese día la presa estaba fuera de su alcance el parasitismo pasó a amensalismo, lo que se conoce coloquialmente como joder para no obtener nada a cambio.
Fruto de esta falta de comunicación entre castellano y helvético el paquidermo Jalabert (robusto, de pisada letal y natural de la Montaña Negra sita en el departamento de Tarn) obtuvo la ansiada presa.
Hemos pasado por alto el acontecimiento que supuso el cenit deportivo de este zorro alado.
En los Juegos Olímpicos acontecidos en la cordillera sur del río Chattahoochee Pascal pudo derrotar a especies más ágiles pero de menor capacidad capacidad craneal. Rolf Sorensen, raudo y veloz en la media distancia, tuvo que inclinar la cabeza ante la autoconfianza de Richard, clave en envites de este calibre.
Saciado por esta opulenta cosecha del 96 (oro olímpico, Lieja, etapa Giro y etapa Tour) Pascal entró en fase de hibernación para abandonarla únicamente por fuerza mayor.
Como el pavo real que quiere seducir a las hembras expandiendo su plumaje y así ganarse el derecho al apareamiento Richard le dio un toque poligonero a su maillot.
Ante esta aberración la Asociación de Defensa de Derechos Animales se opuso a ello y Pascal tuvo que mudar de nuevo de piel.
Su fallecimiento se produjo por causas naturales, auspiciado por un estado de inanición fruto del tocomocho vivido en las tierras del Mar del Norte en el rebaño del Linda McCartney.
Como dijo el can perdiguero: «mantener la dieta vegetariana estaba chupado, como no nos pagaban no teníamos un duro para carne».
Las artimañas del ciclista roba carteras son memorizadas por las posibles víctimas, por ello las aves carroñeras del siglo XXI deben desplegar un novedoso abanico de tretas.
Como representante ejemplar de estas modernas aves tenemos al petrel australiano Simon Gerrans
Los ciclistas de hoy en día saben más que los roedores colorados, por ello la táctica del voy tostao queda totalmente obsoleta.
Sin rubor alguno tienen que aplicar la táctica de la trola.
Un confiado ejemplar de la comarca navarra vivió en sus carnes la fábula del escorpión y la tortuga: ¿ Por qué mientes? Por instinto.
El pobre Egoi padeció el timo de de la estampita y desde entonces el petrel es especie non grata en la zona norte de la península ibérica.
La inteligencia del petrel australiano rivalizó con la de las delfines.
Con un rango medio en la cadena alimenticia saboreó jugosos manjares como monumentos con la técnica de lapeo y único relevo en meta, en esta ocasión en las faldas de la montaña Poggio.
Así mismo, tras esconder la cabeza bajo tierra como una aterrada avestruz en las empinadas colinas de las Ardenas, logró conquistar La Decana en un combo despliegue de fuerzas/recompensa equivalente a un erizo que degusta un ñu.
En la fauna ciclista nos encontramos con seres de una complejidad para su clasificación equivalente a la del ornitorrinco.
Wladimir Belli, es mamífero o reptil, es un ejemplar semiacuático venenoso o es un jeta al que se la va la pinza
Enemigo de las interacciones biológicas.
Al simpático topo ibérico Alex Zülle le prometió un comensalismo que tornó en parasitismo.
Sus ayudas pusieron en peligro a las especies dominantes de su ecosistema: ante tu llamada de auxilio procederé a socorrerte pero dejando claro que hoy soy más poderoso que tú, para finalmente dejarte tirado como a una colilla.
A pesar de sus intentos de caza mayor tuvo que contentarse con pequeños roedores, con lo que la dieta de Wladimir no fue demasiado nutritiva. Todo un cordero vestido con piel de lobo que no pasó del rango de macho beta.
Su frustración en la convivencia con otros vertebrados amniotas le llevó a una predación hacia seres inofensivos de otro filo.
Para esto hizo uso de sus pezuñas delanteras provocando así hemorragias nasales en especies que habían trasegado ingentes dosis de néctar vinícola.
Para cerrar el programa de hoy queridos amigos… vamos a adentrarnos en el tenebroso mundo del cernícalo lusitano.
Uno de los pocos ejemplares localizados en nuestro país vecino obedece al nombre de Rui Costa
Enemigo de machos alfa y beta, aunque su mayor enemigo es que le dé el aire de cara. Consciente de su limitada resistencia nunca efectuará un esfuerzo de más, es el súmmum de aprovecharse del esfuerzo de otras especies y llegó a convertirse en rey provisional de su ecosistema fruto de un canibalismo entre sus oponentes.
Actualmente se encuentra en la región del Golfo Pérsico y pese a su belleza se desaconseja completamente su uso como mascota doméstica.
El cernícalo lusitano ni siente ni padece, llegó a emplear artimañas como grabar un anuncio fingiendo un manejo de la lengua de Shakespeare cuando su dominio no pasaba de traducir el «sí, entre entre» como «if, between between».
Y con esto queridos amigos me toca decirles nuevamente no adiós, sino hasta luego.
Creo que, en la vida nunca se puede decir adiós, pues formamos parte de un universo que se reconstruye a sí mismo.
Por Miguel González
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