Ciclismo de carretera
Los cinco grandes momentos de la primavera ciclista
Publicado
3 meses atrásen
Por
Iban Vega

Del descenso de Mohoric al ataque de Remco, lo mejor de nuestra primavera ciclista
Cuando rueda el Tour de Romandía, cierto bajón recorre el cuerpo, y no por la carrera suiza en sí, pues resulta siempre atractiva y da cosas que contar, además este año la visten nuestros amigos de Gobik, y sí porque significa el final de la primavera ciclista, iniciándose el tránsito hacia las grandes vueltas con el Giro.
Sin embargo nos queda el consuelo de quedarnos con algunos de los momentos que ha marcado el tramo más tremendo de la campaña, la primavera ciclista, ese bloque de carreras que se corren sin partido de vuelta -si me permitís en símil futbolístico- en parajes que parecieron creados para acoger y crear ciclismo.
Así las cosas ahí vamos con los cinco grandes momentos de la primavera ciclista…
El descenso del Poggio por parte de Mohoric
Más allá de la tija telescópica aplicada a una bicicleta de carretera, todos sabíamos que el descenso del Poggio de Matej Mohoric iba a ser memorable.
Lo que no teníamos por la mano es que iba a serlo tanto.
La bajada de Mohoric en el Poggio, la forma en la que sobrepasa a Pogacar y lo retira de la primera plaza, ante los riesgos que estaba asumiendo, y mantener la apuesta hasta el final, fue una de las brutalidades de la primavera ciclista.
Viendo lo que se estaba jugando, la adrenalina que se derrochó esa tarde no sólo corrió por parte del esloveno.
El Paterberg entre VDP y Pogacar
En el ruidoso debut de Tadej Pogacar en Flandes, el tramo final del Paterberg estuvo por delante de todos los momentos que nos ofreció la carrera.
Sucedió en el último paso, Pogacar había atacado en cada muro del tramo final y no hizo excepción con el Paterberg, su última carta.
Un cambio de trayectoria de Mathieu Van der Poel estuvo cerca de significar la tragedia de perder la rueda del esloveno.
No sucedió por muy poco y ahí se sentenció la suerte del doble ganador del Tour.
Biniam Girmay, el esperado ganador «inesperado»
Esta Gante-Wevelgem escribió historia gruesa del ciclismo cuando Biniam Girmay se coronó en el corte final de una carrera, otra edición más, memorable.
El del Wanty se marcó una competición que culminó una progresión tan eficaz como inesperada en un subcampeón del mundo sub 23 saliente, como si llevara toda la vida compitiendo entre colinas, adoquines y las interminables rectas flamencas.
Valverde sólo encuentra amor en Huy
Aunque Dylan Teuns figure en el palmarés de esta Flecha Valona, a nadie se le escapa que Alejandro Valverde quedará en la memoria.
Cuando el murciano se puso a la par en la recta definitiva del muro de capillas que hay a la salida de Huy, la emoción recorrió como un calambre las casas de miles de aficionados.
A Valverde le faltó muy poco para hacer historia definitiva y absoluta de este deporte: ganar una gran clásica en vísperas de cumplir 42 años.
Evenepoel le devuelve grandeza a la Redoute
Si los ataques de Pogacar dejaron corazones rotos en Flandes, el de Remco Evenepoel en la Lieja-Bastogne-Lieja, porque fue sólo uno, fue la guinda de la primavera.
Su forma de ganar la decana, con riesgos que hacía mucho que no disfrutábamos, nos devolvió a ediciones de esta carrera que hacía mucho tiempo que no disfrutábamos.
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Ciclismo de carretera
DT Swiss en el Tour de Francia
Publicado
2 semanas atrásen
22 de julio, 2022Por
Iban Vega

La variedad de superficies del Tour de Francia saca lo mejor de cada modelo de DT Swiss
El Tour de Francia, el gran escaparate, es a su vez también el sitio donde poner la máxima exigencia sobre el material y entre otras piezas, obre las ruedas, el calzado de los campeones, el punto de contacto con el suelo, o los suelos. Nosotros hemos tomado el pulso a lo que DT Swiss tiene por la mejor carrera del mundo.
Hay dos formaciones que corren con material DT Swiss en el Tour de Francia
El Lotto Soudal es sin duda una de las estructuras con más solera del pelotón.
En este Tour trajo lo mejorcito de la casa con un desafortunado Caleb Ewan al frente que no gana para caídas.
Entre sus ocho ciclistas, un Philippe Gilbert que en la etapa que pasó por Bélgica navegó entre multitudes.
El B&B es un modesto equipo francés que hace de esta carrera el epicentro de su calendario con continua presencia en escapadas y diferentes cortes.
Las ruedas DT Swsiss en este Tour de Francia
La rueda es clave en un recorrido con tantos matices, en un ciclismo que potencia la variedad en superficies como elemento diferencial entre ciclistas, hemos tenido tierra, adoquín y, por supuesto, asfalto, mucho asfalto pero no todo igual, desde las perfectas carreteras danesas a las rugosas y rotas rutas de los Alpes y Pirineos, en escenarios tan dulces para la vista como peligrosos para el ciclista, pues alternan tramos castigados por el tiempo, con otros renovados y zonas de sombra y humedad.
En este cambiante escenario, DT Swiss ha abierto todo el abanico para rendir a satisfacción en cada terreno, un abanico que incluye las tres grandes familias: Aero, Performance y Endurance.
El modelo más común es la ARC1100, una llanta aero que suele ir con 50 mms de perfil, ideal para un manejo suave y rodar potente en todo tipo de terreno.
Notar, por eso, que los perfiles pueden variar hasta en tres opciones, siempre con freno de disco, con anchos 50, 62 y 80 e incluso lenticular, para cronos y triatlón
Lo más común, por eso, es la llanta en 50, con acento en la aerodinámica en todos sus elementos.
Lleva radios planos exclusivos para esta rueda, excelentemente encajados en un buje Dicut, mucho más ligero y concebido para que la rueda responda con todo tipo de viento.
Al margen del rendimiento, se busca control sobre la rueda en cualquier situación, entre racheado o no.
De neumático suelen llevar un 25, el ancho ideal para esta rueda.


Philippe Gilbert en el Tour de Francia.
Imagen: FB Lotto Soudal Cycling Team
Para las etapas de montaña los equipos tiran de un clásico en DT Swiss, la PCR1400 en 35 mms
Si en las primeras, la clave es la aerodinámica, aquí el peso está arriba de todas las prioridades, pues son más estrechas y con menos perfil, en otras palabras, al utilizar menos material es más ligera.
Es la rueda escaladora de la marca, un modelo que viene de lejos pero cuyas prestaciones la hacer ser utilizada aún hoy.
Se suele montan con neumáticos que van de 23 a 25.
Las ECR1100 podríamos decir que son la joya de la corona pues su rango de uso es muy amplio
Al pertenecer a la familia endurance, las vimos especialmente en la etapa de adoquines, pero se pueden sacar en muchas circunstancias, pues su ancho interior permite montajes de neumáticos que van de 25 a 32 pasando por 28.
Podemos asegurar que es apta para gravel.
Se trata de una rueda muy moderna, con perfiles de 35 y 45, según se quiera, concebida para para rodar muchos kilómetros y por su buena absorción, siendo más ligera, incluso, que la propia escaladora por los materiales y buje utilizados.
Además al tener canal más ancho propicia más seguridad sobre la bicicleta y tracción en las curvas.
Imagen: A.S.O./Aurélien Vialatte
Ciclismo de carretera
La bicicleta es obligada compañera para entender Flandes
Publicado
3 semanas atrásen
20 de julio, 2022Por
Iban Vega

Con la bicicleta podremos ir a las raíces de lo que hoy es y significa Flandes
No es utópico decir que el sol se sale y se pone en Flandes con la bicicleta.
No es utópico decirlo, tampoco pensarlo, porque una vez pisas esa tierra bendecida por la bicicleta, te vas con esa impresión.
Flandes se relaciona con algunos elementos turísticos muy establecidos, una merecida fama de arte y monumentalidad, una gastronomía basada en un líquido dorado llamado cerveza, en todas sus gradaciones, un molusco famoso en los bulevares bruselenses y fuentes de chocolate…
Elementos de la mesa que hablan de la importancia de esta tierra en el mundo, de la cantidad de parajes que pisaron los flamencos y lo mucho y bueno que se trajeron por donde viajaron.
Hay formas de conocer esta cuña de terreno en la vieja Europa, pero sobre una bicicleta, Flandes se desnuda, se abre en canal, en todos sus aspectos y matices, una manera de conocer el terreno mejor que ninguna otra.
La bicicleta por Flandes viaja por las raíces de campiñas eternas, salpicadas de violentas pero pequeñas colinas, llenas de historias, ciclistas y no, caminos estrechos y granjas, muchas granjas.
Porque Flandes es, como dijimos, rural, surge del campo y del cariño por esas enormes campas que tanto y tantos han visto pasar.
Alforjas y bicicletas por Flandes
Sobre el mapa, ese rectángulo se llena de líneas de colores que no dejan sitio por pisar.
Son las nueve rutas icónicas en bicicleta que nos proponen por Flandes, desde las playas del Mar del Norte a la frontera con Países Bajos y Alemania.
Hay rutas geográficas, como la de la costa, de ríos, tipo Escalda y Mosa, también históricas, por la memoria de la Gran Guerra, e industriales, por la antigua ruta ferroviaria del carbón, hasta la de colinas, llenas de iconos del Tour de Flandes, y ciudades del arte junto a dos vueltas la del cinturón verde de Bruselas y la que dibuja el contorno de todo Flandes.
El buen ciclista que quiere conocer Flandes tiene que tener varias cosas por seguras, que las rutas van a estar perfectamente señaladas, que el tráfico será tranquilo y respetuoso, que las subidas no van a ser largas aunque algunas sí que empinadas y que en cada esquina tendrá ganas de apearse de la bicicleta y ver qué se cuece en el lugar.
Nosotros conocimos de primera mano dos rutas.
En la primera, bien remojados por una pertinaz pero agradable lluvia de junio, algunas de las colinas del Tour de Flandes las pudimos probar con alforjas.
Camino de Geraardsbergen, una ciudad que nos recibe entre canales, la ruta es un continuo subir y bajar que acaba en la Grand Place de la ciudad.
Allí, entre terrazas recogidas y gente disfrutando del domingo, apreciamos ese monumento tan belga que no es exclusivo de Bruselas, el Manneken Pis al pie de un ayuntamiento que merece un momento.
Es el kilómetro cero de la subida a la capilla, el Kapelmuur, un sitio que, como Nueva York, nos sabemos de carrerilla por verlo cada año en televisión.
Una tertulia ciclista nos anima en la entrada de la capilla, unos van de excursión, como nosotros, otro viene de Amberes y le pilla el sitio camino de Roubaix, le esperan más de 150 kilómetros bajo una cortinilla de agua estival.


Kappelmuur, un sitio que todo amante de la bicicleta debería conocer
Sin tregua, hacemos el tramo final y antiguo de De Ronde, pues la ruta conduce hasta el vientre del Bosberg, el último gran filtro de Flandes durante tanto tiempo, hoy sugerente, con lluvia densa y niebla baja, un sitio que invita a aislarse del mundo.
El camino de la ruta de las colinas debe ser escogido con cuidado, no todo el mundo puede encajar con alforjas sobre la bicicleta, el desnivel al final del día habla de la dureza acumulada.
En todo caso, que nuestro mapa siguiera camino a oriente, por entre urbanizaciones, pueblos dispersos y limpios campos de trigo y lúpulo pasando por fortalezas, instalaciones de la misma OTAN, tan en boga hoy y prados salpicados de vacas paciendo con placidez
Una advertencia, no es extraño cruzarse con una carrera, sea pro, sea amateur o sea una kermesse, las misas del ciclismo flamenco.
La gran vuelta a Bruselas
En el anillo verde de Bruselas, la variedad de paisajes es brutal.


Ciertos emblemas asoman por la ruta verde de Bruselas
Pasamos de grandes páramos mecidos al viento, a la intimidad de caminos vecinales adoquinados y los alrededores del mismo aeropuerto, sin obviar los vestigios de un pasado industrial muy potente.
Es el corazón de Europa y de la cerveza, pues en el camino varias fábricas toman la cuneta, mientras ciclistas de todas las edades, sin importar si llueve o no, pululan por cada curva.
Fueron dos días, pero podían haber sido muchos más, sin duda, un reto de disfrutar y aprender, en un territorio en el que la bicicleta es algo así como una «vaca sagrada».
Irse allí, sin más información que el GPS cargado y la mirada afilada para los carteles es más que suficiente para sacarle todo el rédito a una excursión perfecta para disfrutar en bicicleta.
Ciclismo de carretera
Continental Ciclobrava 2022, el tarro de las esencias ciclistas de Girona
Publicado
3 semanas atrásen
15 de julio, 2022Por
Iban Vega

La Continental Ciclobrava 2022 vuelve a abrir en canal un territorio 100 x 100 ciclista
El 25 de septiembre los tramos entre Girona capital, por norte y sur, y la costa estarán minados de ciclistas con la Continental Ciclobrava en su edición de 2022, uno de los clásicos del calendario cicloturista, enmarcado en la feria de la Sea Otter Europe.
Los tres recorridos…
Para la versión corta existe la Ciclobrava 70, una salida de 70 kilómetros con tres altos en el camino con Santa Pellaia, Madremanya y la traca final en Montjuïc, antes de entrar en la ciudad y descender hasta el recinto de la Sea Otter Europe.
Son 800 metros de desnivel de esencia «gironina» con paso por el precioso pueblo de Monells.
En el formato medio está la Ciclobrava 100, que le suma un cuarto puerto.
Es un 100 x 1000, es decir 100 kilómetros y 1000 metros entre cuatro puertos, Romanyà,, La Ganga, Madremanya y Montjuic.
En el tope de gama la Ciclobrava 140.
Son 140 kilómetros y 1750 metros que llevan al pelotón hasta la costa por Sant Grau d´ Ardenya, para tomar dirección norte hacia Sant Feliu de Guíxols, y entrar de nuevo al interior superando Romanyà, la Ganga y Montjuic.
Lugares para no perderse
En paraje lleno de matices y variantes, la cantidad de sitios que merecen un vistazo no es pequeña.
Sin embargo hemos hecho una pequeña selección.
Sant Grau d´ Ardenya es una amable subida que llevará a ciclistas de la versión larga hasta la costa.
Coronar el alto significa dejar atrás un cerrado bosque y abrir la mirada sobre el azul Mediterráneo.
Común a todos los itinerarios, Monells surge tras preciosas y reviradas carreteritas por la plana del Empordà.
Monells es arquitectura medieval hasta los días de hoy muy acostumbrada al ambiente ciclista y cosmopolita que define la tierra de Girona.
«Al llegar a Monells, veremos el conjunto formado por plazas y calles, que ejemplifica la evolución de la arquitectura con el paso de los siglos. Del románico, se conservan partes de las murallas y torres que rodeaban el pueblo. Del gótico, la Plaça de l’Oli, y algunos ventanales«
Antes de llegar a la ciudad Montjuic es el epílogo ilustrado para la Continental Ciclobrava 2022 suponiendo la última dificultad de la prueba, con alto en un castillo del siglo XVII que descubre el primer skyline medieval de Girona.
El domingo 25 de septiembre, a las 7.45 horas de la mañana, tenéis una cita bajo el arco de la Continental Ciclobrava 2022.
Para estar al corriente en Instagram
Ciclismo de carretera
Tour 2022: Siempre a favor del pavés, pero con medida
Publicado
1 mes atrásen
7 de julio, 2022Por
Iban Vega

Las etapas del pavés meten una presión brutal en la primera semana del Tour
No es habitual tener una etapa de pavés en el Tour de Francia.
Desde que tengo memoria, la primera fue en 2010, y creo que no me equivoco que para la anterior habría que remontarse al Tour de 1983 con aquella etapa en la que Angel Arroyo sacó nota sobre el pavés y terminó por los suelos en el velódromo de Roubaix.
En 2010 fue la primera que recuerdo y a partir de ese momento, hemos vivido la de 2014, 2018 y la de ayer.
Una cosa tiene en común estas jornadas, hay alguien que si no pierde el Tour, queda muy cerca de hacerlo.
En la etapa de este miércoles, Primoz Roglic fue la víctima más evidente, si el esloveno gana el Tour habrá realizado una más que interesante remontada.
En todo caso, más allá de lo puntualmente deportivo, sí que quiero pararme en el debate: Pavés en el Tour ¿sí o no?
Yo siempre digo que sí, aunque con un matiz
Ponerla cada año es una obligación que el ciclismo no debe imponerse, las cosas así, especiales, resultan atractivas cuando son cada cierto tiempo, ponerlas cada año le quitaría esa magia de nervios, incertidumbre y tensión que siempre las rodean.
Además, que poner una brutalidad así anualmente, por muy lejos que esté de la dureza de Roubaix, significaría un injusto condicionante para quien no domina la disciplina.
Si queremos pavés en el Tour porque permite abrir el abanico de aspirantes, si lo ponemos todos los años, ya estaríamos decantando la balanza.
En todo caso, el ciclismo actual tiene una cosa muy asentada que perjudican, precisamente, a las grandes vueltas.
Cada vez quedan menos terrenos que hagan daño, pero daño de verdad, y rompan una igualdad que es bonita aunque al mismo tiempo lastra el espectáculo.
El pavés en el Tour, como el sterrato en el Giro, es un día que saca lo mejor de cada colectivo que compite en el Tour, es una piedra en el zapato de los favoritos, que en su amplia mayoría salen de la zona de confort para optar a la victoria.
Además, un día así quita caretas retrata a cada uno como es.
Si Pogacar es «Juan sin miedo» y entra a saco en cada tramo, otros prefieren meterse en el grupo, pasar desapercibidos y ver la tormenta pasar, eso si no les llega una caída o pinchazo.
Y es que el factor incertidumbre en estos días es impagable, con un goteo de informaciones por Radio Tour que te tiene casi más pendiente que lo que ves en la tele, pues aquí es imposible verlo todo.
En fin, que pavés sí, siempre pero con control, lo bueno gusta, lo mucho empacha.


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