Ciclismo antiguo
Nunca el mundial ha sido tan cruel como Criquielion
El Mundial de Renaix pero condenó a Claude Criquielion
No he hablado mucho en este mal anillado cuaderno de Claude Criquielion, uno de los primeros apellidos que me suenan a infancia ciclista, ni siquiera había recordado ese mundial que un día perdió ante los suyos, en los confines de Flandes, en el límite con Valonia, en las calles que le vieron crecer.
Pero así fue, Claude perdió la opción de renovar el irisado de la forma más cruel y truculenta que uno puede imaginar.
Renaix es el nombre que suele salir en el palmarés de los mundiales, aunque si digo Ronse, quizá os suene más, un sitio frecuentado por clásicas y algún ciclocross.
Pero en los años ochenta, el francés se imponía al flamenco, crecimos hablando del Grammont y no el Kapelmuur.
Al sur de Oudenaarde, como digo Ronse es punto de paso de no pocas carreras de la primavera flamenca, siendo presente del ciclismo, pero también pasado con historias potentes.
A la que protagonizaría el personaje de este artículo, cabría añadirle el polémico sprint mundialista que habían disputado muchos años antes Beheyt y Van Looy, con triunfo para el primero.
Aquello había sido 25 años antes de esta historia que nos lleva al año 1988, el mismo del Tour de Perico, de la etapa del Gavia en el Giro.
Aquella carrera era el típico mundial celebrado en Bélgica, con una expectación fuera de norma y una emoción que iba a más con el paso de cada giro.
En el penúltimo, el pelotón había dado cuenta del ataque de Laurent Fignon, quien no contento con el destrozo hecho, buscó la aventura de nuevo en la vuelta final, hasta que una rampa en el pie le dio la señal de que el físico no le daba para más.
No era el caso de Claude Criquielion.
Motivado por correr en casa, Criqui atizó fuego en la última vuelta, sacando de rueda a todos en el Kruisberg, con excepción hecha de un joven llamado Maurizio Fondriest, italiano de 23 años llamado a cosas grandes, como habríamos de ver.
Por cierto, que ver al trentino hoy en día es un espectáculo, Maurizio creo que está más flaco ahora que en su época de ciclista activo.
Criqui, campeón años antes en Barcelona, volaba hacia meta con el italiano al son de los «Claudy, Claudy» que chillaban los suyos desde la cuneta.
El ritmo era fuerte, pero no suficiente como para evitar que Steve Bauer, líder aquel año en el Tour justo antes del asalto de Perico, les diera caza a medio kilómetro de meta.
El canadiense se fue cerrando de cara a meta, delante del trío, yéndose hacia su derecha para dejar un pequeño pasillo por el que Criqui quiso pasar sin que hubiera espacio físico.
El belga hacía el afilador, se iba al suelo, Bauer se descentraba y Fondriest tomaba el mando para celebrar su título de campeón.
La desgracia de Criquielion, cruzando a pie la meta de aquel mundial, fue legendaria, formando parte de uno de los episodios más recordados de la historia de la carrera más bonita del año.
Ciclismo antiguo
Indurain: Amor por los Pirineos
Podemos decir que lo mejor de Indurain empezó y acabó en los Pirineos
Ya lo sabéis, Miguel Indurain es un navarro de Villaba, un pueblo cercano a Pamplona, situado en el Camino de Santiago, con los Pirineos a unos 40 kilómetros, por lo que no es raro que desde pequeño pudiera disfrutar de esos paisajes montañosos.
A solo un paso de su casa, tenía lugares como Roncesvalles y otras zonas para entrenar.
Cuando Miguel empezaba a formarse como ciclista, recorría rutas como Larrau, Ochagavía y Valcarlos.
Y esos Pirineos tan cercanos fueron clave para su desarrollo y también lo trataron muy bien. Desde sus primeras victorias en carreras como Cauterets y Luz Ardiden, quedó claro que iba en serio y que su objetivo era el Tour.
Ya en 1991, Miguel tuvo su primer gran golpe en el Tour, aunque las cosas no estaban siendo fáciles para los ciclistas españoles en general, ni para su equipo Banesto en particular, en especial por la etapa de Jaca.
Pero la gran jugada vino al día siguiente, en la etapa de Jaca a Val Louron, cuando Miguel aprovechó una jornada épica en los Pirineos para dejar huella.
En el Tourmalet, a mitad de etapa, se fue para adelante con el italiano Claudio Chiapucci, y al final, subió al podio con el maillot amarillo por primera vez.
Los Pirineos siempre fueron su terreno.
En Cauterets logró su primer triunfo en el Tour y en Luz Ardiden se perfiló como el ciclista imparable que llegó a ser, incluso dejando atrás a figuras como Greg Lemond.
Ya antes, en el Tour del Porvenir, se mostró como un gran talento en las montañas, que siempre fueron su zona de gloria y sufrimiento.
Y aunque en 1996 sufrió un golpe durísimo en Hautacam, cuando se despidió de su sexto Tour, Miguel siempre encontró más alegrías que decepciones en los Pirineos.
Esos mismos Pirineos que le dieron tanto y lo vieron brillar, también fueron testigos de sus inicios, pero su historia sigue siendo una de las más grandes del ciclismo.
Ciclismo antiguo
100 años de Bernardo Ruiz
Bernardo Ruiz fue el primer español en pisar el podio del Tour
Cuando Bernardo Ruiz nació, ayer hace 100 años, España en pleno periodo de la dictadura conducida por Miguel Primo de Rivera en conexión directa con el el rey Alfonso XIII, el último monarca antes de la irrupción de la segunda república.
En Orihuela, Bernardo Ruiz daba sus primeros pasos, los de un un pionero que abrió el camino para el ciclismo español en competiciones internacionales, primer podio en el Tour, en un contexto muy diferente al actual, puesto que en su época el ciclismo en España estaba en la prehistoria.
Desde joven, Ruiz demostró su talento.
Empezó a ganar competiciones importantes como la Vuelta a España en 1948 y la Volta a Catalunya en 1945, con 20 años. También ganó varias veces el Campeonato de España y la Vuelta a Valencia.
Pero lo más destacado de su carrera fue su participación en el Tour de Francia, el gran escaparate y restablecido tras el parón por la Segunda Guerra Mundial.
En 1951, Bernardo destacó en el Tour al ganar dos etapas y quedar en noveno lugar en la clasificación general, lo cual fue un gran logro para un ciclista español en esa época.
Al año siguiente, en 1952, logró el tercer puesto en la clasificación general del Tour, convirtiéndose en el primer español en subir al podio, fue el primero de una lista larga y fecunda en nombres que vienen hasta hace bien poco.
Este logro fue muy importante para el ciclismo español, que en ese entonces no tenía mucho reconocimiento internacional.
Además, Bernardo siempre destacó la figura de Fausto Coppi, el ciclista italiano que para él fue el mejor de todos, por su talento y versatilidad tanto en carretera como en pista.
Después de catorce años de carrera, Bernardo Ruiz decidió retirarse en 1958.
Su legado en el ciclismo español es enorme, pues fue el primero en lograr un podio en el Tour y abrió las puertas para que otros ciclistas españoles pudieran destacar en el ámbito internacional.
Por todo, Bernardo Ruiz fue un ciclista clave en la historia del ciclismo español, especialmente por su papel en el Tour de Francia, y su legado sigue muy vigente desde la expo que se le ha dedicado en su Orihuela natal.
Imagen: Córdoba Hoy
Ciclismo antiguo
DEP Emile Idée, el ganador de etapa del Tour de más edad
Fallecido a los 104 años, Emile Idée se hizo ciclista en plena Segunda Guerra Mundial
No hace mucho Federico Martín Bahamontes nos dejaba a los 95 años para dejar de ser el ganador de Tour vivo más viejo.
Estos días leemos que se ha ido Emile Idée, un exciclista francés de 104 años que con su etapa en el Tour de Francia a finales de la década de los 40, suponía el vínculo vivo más longevo con aquellos años de postguerra.
Como decimos, Emile Idée era el ciclista más veterano en ganar una etapa del Tour de Francia, y nos dejó a los 104 años en su casa, cerca de París.
Fue una figura destacada del ciclismo francés en los años 40, a pesar de que su carrera se vio interrumpida por la Segunda Guerra Mundial.
Idée se convirtió en profesional en 1942 -en plena Segunda Guerra Mundial y los nazis ocupando Francia- y destacó como especialista en contrarreloj.
Ganó varios Campeonatos Nacionales y el desaparecido GP Nations, considerado en su época como el título no oficial de contrarreloj mundial.
Durante su carrera de 12 años, corrió para equipos como Alcyon-Dunlop, La Perle–Hutchinson y Peugeot-Dunlop. Además, compartió pelotón con leyendas francesas como Louison Bobet y corredores internacionales como Fausto Coppi y Briek Schotte.
Incluso quedó segundo en la París-Roubaix de 1948, detrás del belga Rik van Steenbergen.
Uno de sus mayores logros fue ganar cinco veces el Critérium Nacional, una de las carreras por etapas más prestigiosas de Francia. También fue el ciclista más longevo de la primera edición del Tour de Francia tras la guerra, en 1947.
El momento cumbre de su carrera llegó en 1949, cuando ganó la etapa 13 del Tour de Francia en un sprint final en Nimes. En una entrevista, Idée recordó haber intimidado a un rival italiano durante esa escapada, diciéndole: «Si intentas atacar, te doy una buena paliza«.
Aunque no se sabe si el italiano le tomó en serio, Idée demostró ser el más rápido y se llevó su única victoria en el Tour.
Se retiró en 1952 y luego abrió varias tiendas de bicicletas, viviendo el resto de su vida en Melun, cerca de París.
Emile Idée será recordado no solo como un gran ciclista, sino como un testimonio viviente de una era crucial del ciclismo.
Imagen: Journal L´Union
Ciclismo antiguo
DEP Pascal Hervé
Para mí, Pascal Hervé fue uno de los mejores ciclistas que sucumbieron en el derrumbe del equipo Festina
Imagen: Ciclismo a fondo
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Galego mindoniense
7 de agosto, 2023 En 16:30
El Mundial será la carrera de ruta de 1 día más bonita e importante del año, pero ya si hablamos en general; existen unas que se llaman 3 Grandes por algo.