Ciclismo
Las diferencias más increíbles del Tour
Este Tour, como los dos anteriores, abre una diferencias abismales entre los 2 mejores y el resto
En la segunda jornada de descanso del Tour, aún vibra la resaca en nuestra percepción y le damos vueltas a la hoja de ruta poniendo la lupa en las diferencias que se marcaron en la etapa de ayer y las que se siguen abriendo en la general de la Grande Boucle.
Entre otras cosas, esta generación, en especial Pogacar y Vingegaard en el Tour, nos ha habituado a abrir unos huecos impropios en carreras de profesionales, y no lo digo en tono peyorativo, y sí impresionado por lo que estamos viendo.
Es una escabechina tal, cada día que se juegan entre ellos la etapa, y por ende la general, que el resto queda a una eternidad.
Otra de las cosas es lo que caro, carísimo, que está el éxito de la fuga en jornadas que los dos capos quieren jugarse los cuartos.
Las cuatro etapas de montaña que hemos tenido en este Tour han presenciado el fracaso de fugas porque Visma y sobretodo UAE no han querido darles rienda.
Si Pogacar ha ganado en Valloire, Pla d´Adet y Plateau de Beille, Vingegaard hizo lo mismo en Le Lioran.
No se ha dejado margen a nadie, ni siquiera ayer con una escapada formada con ciclistas como Enric Mas, Richard Carapaz y Jay Hindley.
Pero volviendo a las diferencias que se marcan en este Tour, retomo el comentario de Saúl y la famosa etapa de Miguel Indurain en La Plagne, con una salvedad, en este caso los dos mejores no persiguieron a nadie, como el navarro a Zulle, ese día, estos van abriendo carrera.
Vingegaard se mantiene en el minuto, Evenepoel se va a casi los tres y los demás, algunos firmando una gran subida como Mikel Landa, quedan a cuatro o más minutos.
El décimo de la etapa fue Felix Gall ¡a casi seis minutos!.
Claro que estos huecos tienen su traslado a la general, una clasificación que sería perfectamente la de final de Tonr con Vingegaard a unos tres minutos, Remco a cinco y Almeida ya marca el límite de los once.
Hablamos del cuarto clasificado.
Tenemos al luso haciendo un Tour soberbio, a Mikel Landa rindiendo a satisfacción, a Carlos Rodríguez persiguiendo, y están a una eternidad de los dos mejores, con Remco Evenepoel en medio de la nada.
El Tour viene siendo así desde hace dos años, recordar las distancias tras la jornada de Hautacam, similares a las de ayer, pero a favor de Vingegaard, con el cuarto clasificado de la general a once minutos.
Aquello fue en la última gran etapa de montaña, ahora nos quedan todos los Alpes y la crono de Niza.
Esto se nos va de las manos, el ciclismo de estos dos está en la luna y otros no han partido de la tierra, lo que refleje la general ya en Niza puede ser inédito.
Imagen: A.S.O./Charly Lopez
Ciclismo
Milán-San Remo: Van der Poel nos ganó la carrera del siglo
La segunda Milán-San Remo de Van der Poel llega en una carrera histórica
Se sabía de antemano que esta Milán-San Remo iba a romper los moldes, el guion escrito, las previsiones, como esa que recordábamos esta mañana de Gino Bartali. Una carrera para marcar un antes y un después, con Mathieu Van der Poel en lo más alto.
Ha sido emocionante, más que nunca.
San Remo siempre nos ofrece los 15 minutos del año, pero esta vez la emoción se alargó sobre el terreno.
La Cipressa, la subida que todos marcaban como clave para Pogacar fue precisamente eso: la rampa de lanzamiento, casi nueve minutos para una acción que antes se consideraba suicida, pero no para estos corredores.
Porque si en algún momento hemos visto un abismo entre unos pocos y el resto, ha sido hoy.
Una Milán-San Remo entre Pogacar, Van der Poel y Ganna, y luego, el resto.
Un hueco que se hizo insalvable ya en la Cipressa, con tres nombres marcados: el podio claro, y los perseguidores que nunca estuvieron a la vista.
Pogacar lo ha hecho todo bien: ha armado la estrategia adecuada, ha utilizado a Wellens y Narváez en la Cipressa, ha intentado desgastar a Van der Poel hasta la saciedad y ha atacado 1000 veces, pero la Milán-San Remo sigue resistiéndosele.
Creo que no soy el único que quiere verle ganar esta carrera algún año, pero claro, cuanto más tarde, más alimenta nuestra expectativa.
Así que, si aún no lo ha logrado, lo más probable es que tenga que redoblar la apuesta para el próximo año.
San Remo no es una obsesión para Pogacar, nos dijo Matxin, y le creo, con todo lo que ha ganado. Pero que aún le quede pendiente es una bendición para los aficionados y todas las cábalas en las que nos perdemos.
Hoy hemos visto algo importante, clave, diría yo.
Cuando Tadej Pogacar tiene rivales a la altura, como Mathieu Van der Poel, surgen carreras como ésta.
Por eso, aquí, en este mal anillado cuaderno, aplaudimos a personajes como Jonas Vingegaard o el mismo neerlandés, porque nos dan eso: días para el recuerdo.
La segunda Milán-San Remo que gana Van der Poel es histórica, por la pasión que nos ha brindado, por seguir subiendo en la lista de monumentos, pero sobre todo, por haber sublimado una carrera que es un carrerón, muy especial, sin duda la más increíble cuando todo se desata, como fue el caso.
Ciclismo
Roglic o Ayuso ¿Seguirá la Volta a Catalunya siendo eslovena?
El primer favorito de la Volta es Roglic, pero Juan Ayuso llega de dulce
La Volta Ciclista a Catalunya 2025, a empezar el lunes en Sant Feliu de Guíxols, celebrará su 104ª edición con una participación en la que destaca un ganador de la carrera como Primoz Roglic.
El esloveno va al frente de un pelotón de 168 ciclistas compartiendo cartel con Juan Ayuso, Adam Yates, Egan Bernal, Richard Carapaz, Mikel Landa, Enric Mas, y Nairo Quintana.
Ahí van un par de ganadores de esta carrera entre los 24 equipos para siete etapas, tres de ellas con final en La Molina, Montserrat y Queralt.
Hablamos de jornadas clave, con las novedades de la vuelta a la cima de Montserrat, treinta años después de ganar Laurent Jalabert, y la maravilla del Berguedà, una etapa sin duda diferencial.
Ciclismo
Milán-San Remo 1950, la última de una época
Bartali ganó la Milán-San Remo de 1950 que marcó un antes y un después en la historia de la ciudad de la Liguria
El 18 de marzo de 1950, Gino Bartali ganó por última vez la famosa Milán-San Remo, sin saber que esa victoria marcaría el final de una era.
San Remo, conocida por ser la ciudad de los ciclistas, había sido durante años el epicentro del ciclismo en Italia, con la Milán-San Remo como su gran evento anual.
Sin embargo, a pesar de contar con muchas otras festividades como la de la gastronomía o el pescado frito, ninguna alcanzaba la popularidad o permanencia de la famosa carrera ciclista.
En esos años, la Milán-San Remo era la segunda carrera más importante en Italia, solo superada por el Giro de Italia, y atraía miles de turistas, especialmente de la clase alta del norte de Italia, quienes disfrutaban del buen clima y la pesca fresca en la ciudad.
San Remo se había hecho un nombre como centro turístico, pero además de la carrera, la ciudad buscaba nuevas maneras de atraer visitantes durante todo el año.
Así nació la idea de organizar un festival de música, el cual debutó el 29 de enero de 1951.
Aunque en un principio se pensó que el festival sería un fracaso, lo cierto es que fue el inicio de una nueva era para la ciudad.
El ciclismo ya no era el único atractivo de San Remo .
Desde entonces, la ciudad se convirtió también en la capital de la canción italiana, y muchos ciclistas, como el francés Louison Bobet en 1951, llegaron a San Remo también como parte de esa nueva identidad musical.
El Festival de San Remo, con su creciente popularidad, terminó por consolidarse, convirtiéndose en un evento que perdura hasta hoy.
Ciclismo
Mattias Skjelmose, es el casco estúpido
La importancia del casco fue clave para Mattias Skjelmose
El otro día dábamos cuenta de la horrible caída de Mattias Skjelmose en la París-Niza y de lo incierto de este deporte.
Ahora leemos que el del Lidl-Trek ha vuelto a entrenar en rodillo solo tres días después de sufrir una caída grave en París-Niza.
Afortunadamente, logró evitar lesiones graves, y su plan de campamento de altitud y su calendario de carreras para la primavera no se vieron afectados.
Skjelmose se cayó duramente sobre su lado derecho durante la séptima etapa, recortada por el tiempo, de la París-Niza, después de chocar con un bordillo bajo en medio de la carretera.
Terminó tirado en el asfalto mojado, con mucho dolor, y tuvo que abandonar cuando ya parecía estar cerca de un podio, tras haber comenzado el penúltimo día en la tercera posición de la clasificación general.
Aunque parecía que se había lesionado la cadera, la rodilla o el codo, las actualizaciones de Lidl-Trek y las declaraciones de Skjelmose después de su visita al hospital descartaron lesiones graves.
Al final, solo necesitó algunos puntos de sutura en el brazo y una revisión de su espalda.
Después de que especialistas en Andorra revisaran su espalda, Skjelmose fue autorizado a reanudar el entrenamiento.
A pesar de los impactos visibles en su cadera, rodilla y codo, destacó la importancia de su casco en evitar una lesión más grave, ya que su cabeza también golpeó el suelo durante la caída.
‘Gracias a que hoy se pone más énfasis en la seguridad, el casco realmente me salvó de un trauma cerebral serio‘, comentó.
Dedicado a aquellos que publican vídeos quitándole valor al casco.
Ahora, Skjelmose se centra en recuperar su mejor forma para el verano, con la mirada puesta en liderar el Lidl-Trek en el Tour de Francia y en las clásicas de las Ardenas.
Planea regresar a las carreras en el País Vasco el 7 de abril y nosotros que lo celebramos.
Imagen: A.S.O.
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