Nairo Quintana
La vuelta de la Vuelta de Nairo Quintana
Esta Vuelta ha recuperado la mejor versión de Nairo Quintana y lo celebramos
Nairo Quintana en la Vuelta, en el Tour, donde corra…
¿Qué sería de este mal anillado cuaderno sin Nairo Quintana?
¿Y del ciclismo y la salud de un buen debate sobre corredores, ciclistas, la vida?
La etapa más bonita de la Vuelta no ha tenido cuestarrones, ni si quiera dureza encadena, fueron 200 kilómetros por las dos Castillas.
Se dijo que el viento podía hacer pupa, como aquellas etapas de la Vuelta que pasaron por Soria o el páramo de Albacete.
Allí siempre había trisca, ahora diremos lo mismo de la carretera que lleva a Guadalajara.
Dios cómo nos gustan los abanicos, los cortes, las persecuciones…
Cuentan las crónicas, los ojos que lo vieron en directo, que el abanico que formó el corte de la Vuelta se armó en el kilómetro cuatro, eso es a más de 210 de meta, como aquella vez que Merckx pilló a Ocaña entretenido camino de Marsella.
Corte hecho y a partir de ahí a rodar por encima de cincuenta la hora…
Cuentan esas mismas crónicas que los azules de Deceuninck hicieron el corte, que Roglic no estaba donde debía estar y sí Nairo Quintana y varios Movistar.
Es lo que hay, el ciclismo es de listos, de rascar por donde menos se imagina y sacar petróleo de la adversidad.
Nairo Quintana no suele fallar en estas situaciones…
«Nos hemos sabido mover, esperamos que la salud vaya mejorando. Hemos sacado provecho en una jornada en la que podía pasar cualquier cosa. Aquí estamos nuevamente. Del catarro estoy algo mejor, pero esperemos a mañana a ver cómo voy en montaña. Una alegría poder hacer una etapa de estas, casi ‘anti-Nairo’, llana y con mucho viento, siempre con los mejores y defendiéndonos. Siempre he dicho que daría todo hasta el final. La idea era debilitar el equipo del líder con esos ataques, y adelante, llegar con la máxima ventaja posible. Estamos de nuevo en la pelea por La Roja; la salud no me ha ayudado mucho por la tos, pero seguiremos. Cuando se cansan las piernas, se pedalea con el corazón”
Eso lo firma Nairo en la web del Movistar Team.
Chapeau, grande Nairo Quintana, todo lo que hemos dicho, todo lo que podemos o no pensar de él, todo lo críticos que hemos sido: nos la envainamos.
Hoy sí.
Nairo ha sido un gigante entre los molinos de la Mancha, un corredor que sale de días pésimos, que se ha reconstruido y se ha metido en carrera cuando todos le dimos por amortizado.
Y eso es así señores, una realidad como un templo, cuando el ciclista da pedales, calla, camina y no habla, no saca el codo, va cara el viento… nada se le puede reprochar.
En la jugada de Nairo Quintana y su Movistar hubo un riesgo enorme, pero es que esto se gana con riesgo.
El mismo Nairo que un día dijimos que a rebufo de Contador y su eterna ambición se catapultó hacia la Vuelta que le ganó a Froome, ese mismo Nairo Quintana pisa ahora firme en una Vuelta que sinceramente nos reconcilia con el primer Nairo.
Y no, no nos duele admitirlo.
La carrera de Nairo, dentro del desastre táctico que es el Movistar, en esta Vuelta es una carrera al descubierto, tomando riesgo, sin mirar al lado, sin esperar que nadie le venga detrás.
El episodio de Calpe, un ejemplo, la valentía en Mas de la Costa, Javalambre, hacer esperar a Soler en Andorra.
Jugando al gato y el ratón con Valverde.
Nairo Quintana nunca le ha perdido la cara a la Vuelta, ni siquiera lavando lactato tras su desastrosa contrarreloj.
Ni siquiera cuando a la salida de La Cubilla se iba tanto que hasta Rafal Majka, un ciclista que es deprimente, le amenazaba la quinta plaza.
Nairo ha salido en esta etapa de la Vuelta con un catarro que al parecer va a menos.
En un perfil, como él mismo definió, «anti Nairo» se calló y remó.
El viento sopló para todos igual, a favor, en contra, de lado, y él calló y remó.
Si no hubiera ganado, si no hubiera dado ese salto en la general, podemos poner la mano en el fuego que hubiéramos dicho lo mismo.
Porque este deporte ya es duro y noble como para emborronarlo con medias declaraciones y vagas excusas.
Aquí se juega mucho, juegan hombres, que un día decidieron confiar su día a día al deporte más duro del mundo y salir adelante en un mundillo tremendamente competitivo.
Y hoy Nairo Quintana y Movistar, porque los celestes hoy sí lo han bordado con tres puñales en llano como Erviti, Rojas y Oliveira, han sacado la Vuelta del tedio que preveíamos para las jornadas finales.
Una Vuelta que demuestra aquello de que, en momentos de crisis, casi siempre alguien tirará por ti.
Cuánto deberá agradecer Primoz Roglic la palmadita de Emirates -entended el regalo a Pogacar en Machucos- y de Astana.
En el ciclismo del puestómetro, Miguel Angel López y los suyos prefirieron tirar a por Nairo antes que ver al líder, solo, totalmente solo, colapsar.
Son esas cosas, esos pequeños matices, que escriben la gran historia, la que hoy ha firmado Nairo Quintana, por quien sentimos la debilidad que tenemos por cualquier otro corredor, pues al final son todos unos putos héroes por recorrer una jornada así a más de cincuenta con la Vuelta casi en el tiempo de descuento y por mil cosas más.
Imagen: FB de Movistar Team
Nairo Quintana
Si Nairo vuelve, gana Nairo no Latinoamérica
El regreso de Nairo al pelotón sigue en stand by
Dice Nairo sobre su posible regreso:
«Estoy a buen nivel, sigo mejorando con la esperanza de volver a tener un dorsal en una gran carrera. El día que logre so, será una gran victoria, no sólo para mí, también para Colombia y Latinoamérica»
Yo entiendo que Nairo se debe a su público, que dice lo que éste quiere oír.
También entiendo que el corredor es «irracionalmente» querido por la afición colombiana, al punto de tener muchas veces un colombiano líder de una carrera pero estar Nairo al lado, y pasar de largo hacia éste.
Es una realidad, es tangible, Nairo cambió la suerte del ciclismo colombiano hace unos diez años por estas fechas, cuando se cargó, por ejemplo, aquel Sky comandado por Richie Porte en la Itzulia.
Pero esa realidad no me vale para lo que dice ahora el ciclista, que azuza cuando y como puede el sentimiento de la afición para hacerse fuerte.
Si él vuelve ganará él y más que nadie, pues ahora mismo le veo con pie y medio fuera del pelotón, por un hecho que además me parece lamentable, pues el tramadol nunca ha sido arma para arruinarle la carrera deportiva a alguien.
Como otras veces digo, que a Nairo le estén haciendo pasar este trago sólo puede significar que sabemos poco o nada de su realidad en el ciclismo.
Nairo merece volver, yo creo que sí, pero no por Colombia o Latam y sí por el ciclismo, pues su pecado no es para pasar por este calvario, ahora que vienen procesiones y esas cosas.
Su pena me parece injusta, a menos que, como siempre digo, sepamos muy poco de la verdad, pero si vuelve, no juguemos a los trileros, ganaría él más que cualquier otro.
Nairo Quintana
Las contradicciones de Nairo Quintana
Nairo se vende fuera con un discurso para los de casa
Me alegro mucho que Nairo Quintana no se retire, aún, del ciclismo.
Lo digo de verdad, muy en serio, creo que es un corredor que tiene buen ciclismo por ofrecer en las piernas, y que su caso, aunque positivo al fin, ha estado lleno de muchas, demasiadas, lagunas, sin embargo no me ha gustado nada su discurso televisado en directo.
Pasando del escenario de a conferencia, eso es opinable, quiero ir al fondo de la charla que Nairo Quintana le ha ofrecido a los suyos, a su país y al mundo del ciclismo que tan expectantes nos tenía.
"Soy un ciclista que sigue disponible para vestir un jersey"
Nairo Quintana NO SE RETIRA pic.twitter.com/9EVrmeDU5i
— JoanSeguidor (@JoanSeguidor) January 25, 2023
Ha sido un relato pobre, mucho, a mi entender, pobre y patriotero pero sobretodo contradictorio
Nairo tiene una atalaya para actualizar su linkedin de «ciclista en activo, gran palmarés pero sin equipo» y no se le ocurre otra cosa que lanzar una diatriba tras otra para contentar al público colombiano.
Que si la fuerza, que si es un luchador, que si los malos momentos… una sarta de obviedades en clave local para luego acabar diciendo que no volvería a correr en Colombia, como Miguel Ángel López, pues se ve con capacidad para competir entre los mejores del mundo.
La vida son actos y no palabras, y a Nairo la contradicción le ha quedado bonita.
Pero no sólo eso, busca empleo en los grandes equipos del mundo, lo dice abiertamente, en medio de un discurso completamente enfocado a contentar a los que tiene más cerca.
No creo que haya sido la mejor actuación de Nairo.
He leído algunos comentarios que estábamos ante el primer discurso del Nairo político.
Dos cosas, le falta un abismo para igualarse con Rigo, en esto es el as, y seguro que tendría recorrido, en Colombia sigue siendo Dios.
En todo caso, pase lo que pase, y a pesar del golpe de efecto seguimos donde siempre, en la casilla de salida y Nairo sigue, a día de hoy, casi mes de febrero, sin equipo para competir.
Nairo Quintana
Si Nairo deja el ciclismo, yo ya no entiendo nada
Que Nairo abandonara el ciclismo demostraría lo poco sabemos de lo que pasa
Cuando el control de Nairo pitó por tramadol tras el Tour de Francia, tuve la sensación que aquel positivo no era un positivo intrascendente por ser ajeno al dopaje, aunque nunca pude imaginar que esta historia pudiera acabar con su retirada del ciclismo.
La sucesión de hechos, desde julio hasta ahora, la tenemos clara.
Cuando saltó el positivo, todos se apresuraron a decir que nada, que no era dopaje, que una sanción menor y a seguir rodando.
Nairo se enrocó con el TAS y no sé si eso fue su perdición, aunque sí el principio del fin.
Que el corredor estuviera programado para la Vuelta y no pudiera tomar la salida me mosqueó, y desde entonces todo ha ido de mal en peor.
Se ha oído de todo, se ha escrito de todo, pero el final que barruntan para Nairo en el ciclismo es un golpe duro, otro, para la credibilidad del sistema.
Cierto es que, en 2020, el agua ya sonó alrededor del ciclista, pero de aquello poco o nada más se supo.
El positivo por tramadol ha podido ser la gota que colmó el vaso, pero han sido tantas las teorías, tantos los cazos entrando en esta sopa, que si amenazas de ASO a los equipos, que si el poder de la UCi, que si…. que no es posible sacar nada en claro.
Como otras tantas veces, el ciclismo es el peor enemigo del ciclismo, la opacidad de este caso lo demuestra y si Nairo abandona el profesionalismo, como se está dando por hecho ahora mismo, va a ser una noticia muy triste, desoncertante e injusta.
Al menos con los datos que tenemos sobre la mesa y se ha dejado saber.
Que la justicia entiende de clases y corredores es un hecho, pero en este caso se van a cargar a la leyenda más grande que ha dado el ciclismo colombiano quien ha despertado de su sueño ciclista de la forma más abrupta.
Cunde la sensación de arbitrariedad y desproporción, cunde la sensación de injusticia y cunde la sensación de que no nos enteramos de nada y que todo va al revés.
Una cosa tenía clara, a pesar de lo visto y escuchado, no veía al ciclista volviendo a Colombia a correr las carreras de casa, cuando uno ha estado con los mejores del mundo, el paso atrás que se imponía al ciclista era inaceptable para su pensamiento.
Si el miércoles se consuma la retirada del ciclismo de Nairo Quintana habremos asistido a otra de esas historias que nos reafirman en la sensación que estamos lejos de saber qué pasa realmente fuera de las carreteras.
Nairo Quintana
Nairo ¿vetado por ASO y el Tour?
Que ASO vete a Nairo me parece muy hipócrita
Ay el ciclismo, su mundillo, personajes y reglas no escritas, cada cierto tiempo, de forma recurrente, sabemos de cosas y cositas que explican una realidad mucho más triste de la que nos gustaría presenciar.
Leemos que Johan Bruyneel ha dicho en un podcast que Nairo Quintana está vetado por ASO y, por ende, por el mismo Tour de Francia.
Lo sabe a través de un equipo que, ante el sondeo de la estrella colombiana, recibió estas indicaciones de la organización más poderosa del ciclismo mundial, yo creo que incluso más que la propia UCI, que siempre irá a remolque de los franceses.
Ya sabemos que Bruyneel, desde hace mucho, poco o nada se calla o se reserva, intereses en el ciclismo sigue teniendo, pero ciertamente decir esto sin estar cargado de razón no creo que lo hiciera.
Más que nada, sabemos cómo funciona el negocio y que ASO moviera hilos en el veto a Nairo entra perfectamente en el «modus operandi» de este deporte, bueno, para ser sinceros, del deporte en general.
Quiero oír ahora a aquellos que decían eso que ya he comentado varias veces, que el positivo de tramadol de Nairo en el Tour era nada, una tontería sin importancia y que no estaba ni considerado dopaje.
Y no lo será, estrictamente hablando, pero aquí hay dos facturas, una el positivo en sí, como digo no es dopaje, y otra la imagen que se desliza del corredor, no deja de ser un positivo.
La imagen de Nairo queda descontado que ahora mismo no interesa, y ASO hace uso de su poder infinito para dejarlo claro.
Entonces ¿para qué tenemos una lista de sustancias prohibidas?
El movimiento es hipócrita a más no poder, una reedición de esa doble vara de medir que vemos en tantas cosas en la vida.
Nairo no ha dado un positivo por dopaje, ha sido por una sustancia que no entra en esa categoría ¿a qué tanto revuelo?
Me cuesta mucho creer que la imagen del Tour, y de carambola el negocio de ASO, se vea perjudicada por la presencia de Nairo cuando la historia de carrera siempre ha tenido positivos e, incluso, escándalos sonadísimos que nos hicieron temer por el futuro del ciclismo.
A estas alturas de la película…
Ahora bien, miramos a Nairo y pensamos qué va a ser de él, porque no es nada descabellado pensar en la retirada si ASO te cierra el paso en los equipos importantes y por tanto en las competiciones que te motivan.
El otro día, hablando con Goga, quedó claro que Nairo podría colgar perfectamente la bicicleta que no le iría mal en lo sucesivo.
No le veo al nivel de Rigo, en cuanto a estructura empresarial, pero como figura carismática Nairo es Dios en su país y eso, junto a lo que tiene, es más que suficiente para vivir de los restos.
Hace diez años por estas fechas estábamos ante la explosión de Nairo y hoy nos vemos así.
No me gustaría nada verle fuera del ciclismo de esta manera, pero las cosas no pintan, repito, nada bien.
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