Alejandro Valverde
Con otra mentalidad, Valverde habría estado más cerca de Indurain
Valverde podría haber acortado mucho la distancia que le separa de Induráin como mejor ciclista español
A raíz de un artículo sobre los diez mejores ciclistas de la historia del ciclismo español, y tras unos comentarios míos, me pidió amablemente JoanSeguidor si podría realizar un artículo para su web.
Acepté encantado.
El debate se acabó centrando en las figuras de los considerados, tanto por él como por mí, como los dos mejores corredores españoles de toda la historia: Miguel Induráin y Alejandro Valverde, por ese orden.
Pues a eso voy.
A mediados de la década de los ochenta del siglo pasado, Miguel Induráin irrumpió en el ciclismo nacional como elefante en cacharrería.
Su físico no respondía para nada al entonces arquetipo típico de ciclista español.
Por aquel entonces, aquel “mocetón”, con su estatura y su peso, despistaba incluso a los técnicos más entendidos.
Para nada le veían como un futuro ganador de grandes rondas por etapas, por sus supuestas limitaciones para la montaña.
Incluso días después de haberse impuesto en aquel primer Tour de la Comunidad Económica Europea, en 1986, que incluía pasos por “tachuelas” como Luz Ardiden e Izoard, se le seguía comparando con Francesco Moser.
Y su futuro se vislumbraba más halagüeño en las clásicas que en las grandes vueltas por etapas.
En los albores de la temporada 1988, en la concentración de la Costa del Sol, su director José Miguel Echavarri llegaba a declarar, quién sabe ya si para despistar: “Acudiremos a las clásicas europeas, porque en Induráin tengo a un hombre para aprovechar en ese terreno. Es el que mejor conoce el calendario mundial, como observador, porque hasta ahora le he llevado siempre a que vea y aprenda; luego, tiene condiciones, un equipo a su alrededor y debe ir con ambiciones”.
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Con la perspectiva del tiempo, pocas dudas me caben hoy día de que Miguel Induráin hubiera sido capaz de brillar en aquel tipo de carreras
Un cuarto puesto en la Lieja de 1991 así lo demuestra.
Pero la victoria en la París- Niza de 1989, la perspectiva de un futuro exitoso en ese tipo de carreras por etapas, la tradición del ciclismo español, la diferente repercusión en los grandes medios de comunicación de un tipo de calendario frente a otro tipo de calendario… determinaron que Miguel Induráin se centrase sobre todo en el Tour de Francia.
Más todavía.
Por aquellos tiempos, las victorias en la gran ronda gala de Greg LeMond, reafirmaban la teoría de que era necesario preparar casi en exclusiva la Grande Boucle.
Aún a costa de sacrificar el resto del calendario.
Con todas esas premisas, y salvo esa excepción de la Lieja de 1991, o la Amstel Gold Race de 1990, a Induráin poco le vimos ya en las pomadas de las grandes clásicas.
Muy testaruda debe ser una persona para discutir que Miguel Induráin no haya sido el mejor ciclista de la historia de nuestro ciclismo
No estamos aquí por tanto para eso.
Estamos aquí para debatir sobre la distancia que le separa del que nosotros, tanto JoanSeguidor como quien escribe, consideramos segundo de esa lista: Alejandro Valverde.
Y es que quizás esa distancia sea menor de la que pueda parecer en un principio.
Y que incluso esa distancia se hubiera podido reducir si se hubieran dado unas determinadas circunstancias.
Como todos los ciclistas del mundo, Alejandro Valverde es un pack.
Incluye sus piernas y su mentalidad.
Discutir a estas alturas el soberbio palmarés del murciano es un absurdo.
Lo que no resulta tan absurdo es discutir si ese palmarés, en cuanto a cantidad y calidad de las victorias, no podría haber sido mejorado; incluso ampliamente mejorado.
https://joanseguidor.com/podcast-de-joanseguidor/
Hay muchas personas aficionadas, entre ellas quien escribe, que pensamos que Alejandro Valverde podría haber hecho un enorme papel en las grandes clásicas.
No ya en las de las Ardenas, donde ya lo ha hecho.
También en las clásicas de adoquines.
Actuaciones como la de Alejandro en la Dwars door Vlaanderen de 2018, dan pie a ello
Un Valverde sin apenas experiencia en ese tipo de carreras se clasificó en décimo primer lugar, dando además una magnífica impresión.
En el propio Tour de Flandes de 2019 se clasificó en octavo lugar, ya con menos protagonismo en carrera.
Aunque tampoco somos ingenuos, y reconocemos que la extrapolación de lo que hubiera podido ocurrir en el futuro no tiene por qué resultar siempre exacta.
Para vencer en ese tipo de carreras, además de la genética, hace falta querer ir a ellas.
Y Alejandro ha demostrado reiteradamente que no estaba por esa labor.
Prefería otro tipo de calendario.
Hacía falta acumular experiencia con los años, planificar temporadas con ese objetivo, rodearse de un equipo dispuesto a ello, renunciar a otros objetivos…
Ni sus asesores deportivos, ni en su equipo Movistar han movido un dedo aparentemente para atacar ese otro calendario.
Y seguramente es porque lo conocen.
Saben que obligarle a algo a Alejandro iba a ser contraproducente.
Implicaba luchar contra la propia personalidad de Valverde, y eso, a la larga, iba a resultar perjudicial.
Ya declaró en alguna oportunidad que prefería ganar la Vuelta a Murcia que la Milán- San Remo.
Y para cambiar ese tipo de mentalidad, hace falta emplearse muy a fondo.
Pero la cuestión es que, desde un punto de vista ceñido exclusivamente a los resultados deportivos, Alejandro Valverde ha acumulado un excelso palmarés.
Pero da la impresión, desde fuera, de que sus piernas daban para mucho más que para ese excelso palmarés.
Que siendo un poco más ambiciosos, tanto el propio Valverde como su equipo Movistar, y vía más implicación en las grandes clásicas que en las rondas por etapas, Valverde podría haber acortado muy mucho la distancia que le separa de Miguel Induráin en el ránking de mejor ciclista español.
Pero claro, esto es la pura teoría.
También pensábamos hace pocos años que Peter Sagan iba a marcar una época en este tipo de carreras, y no ha sido, hasta ahora, para tanto.
El acomodamiento, el no buscar salir de la “zona de confort”, el mantenerse fiel a la cultura ciclista de un país y de un equipo… han sido factores que han determinado la trayectoria deportiva de Alejandro Valverde
Una trayectoria, grande, inmensa, pero a ojos de muchos, y viendo las piernas que gastaba, manifiestamente mejorable.
Por Raúl Ansó
Alejandro Valverde
«El día menos pensado»: «Ahora tienes pendiente vivir» le dicen a Valverde
Valverde abre y cierra «El día menos pensado»
Siempre me he preguntado cómo debía ser la relación de Alejandro Valverde con su familia, y no lo digo en tono malo, más bien fruto de saber cómo se ha relacionar con los suyos una persona que ha pasado tanto tiempo fuera de casa y tan volcado en lo suyo.
No en vano Valverde ha pasado a la historia del ciclismo por alargar su carrera deportiva más allá de las 40 primaveras, tras más de veinte en el profesionalismo.
Es decir sus hijos han nacido con él compitiendo.
La cuarta entrada de «El día menos pensado» no escatima la figura de Valverde desde el mismo principio, y hasta el final.
Era de esperar, y de hecho suponía, sobre el papel, el elemento más potente para un serial que siempre ha venido abonado por el morbo de situaciones surrealistas que en este 2022 no se dieron.
De inicio Valverde y su mujer ya salen dándole el desayuno a los peques, y no tan peques antes de acercarles al bus del colegio.
Una acción cotidiana enmarcada por una estrella mundial del deporte que al final de todos los capítulos oye de su mujer: «Ahora tienes pendiente vivir».
Vivir, eso tan sencillo, en la mano de casi todos los mortales, que veo tan complicado en una persona como el murciano.
Aunque este deporte no le ha quitado de sus momentos de realidad mundana, con las dos cervezas diarias que admite haberse cascado durante su carrera deportiva y las salidas con su grupeta, una de ellas con susto monumental, el del pasado mes de julio, justo cuando arrancaba el Tour y fue atropellado a mala fe por un hijo de puta.
El Valverde de este «El día menos pensado» es un Valverde lacrimógeno, nostálgico, que se pasa la serie pellizcándose para creer que esto aún no se acababa, pero sí, había un final y éste lo sitió cuando se quitó la ropa de ciclista en el hotel de Madrid, tras acabar su última Vuelta: «Cuando me vestí de normal me dije: esto se ha acabado».
Han hecho bien los mentores del documental de Movistar en medir bien las apariciones del murciano, que ya ha tenido sus documentales, el momento de masaje de Escámez -más de 1000 masajes en once o doce años- con Rojas y Mas es hilarante, cuando su hijo le mete una buena trola sobre el colegio, pues el Bala no entendía el inglés de la profesora.
Lo mejor fue sin duda Lombardía, y no sólo que un tipo que me cae genial como Jan Ullrich fuera al bus a mostrarle sus respetos, me gustó mucho el niño que acoge emocionadísimo su autógrafo antes de salir.
El chaval sabía que estaba ante algo único.
Alejandro Valverde
Valverde y el gravel, dos caminos que parecen cruzarse
Momparler: «Creo que Valverde va a ser uno de los que monten en gravel y va a sorprender»
Hemos recibido desde La Mussara, esta charla con el seleccionador nacional, buen amigo de este mal anillado cuaderno, Pascual Momparler, sobre su relación con el gravel contando, entre otras cosas, que ve a Alejandro Valverde metido en la modalidad.
Mucho antes de ser seleccionador nacional de ciclismo en ruta, Pascual Momparler fue una de las primeras personas que anticipó una palabra que iba a llegar como un terremoto al ciclismo: gravel.
Gran aficionado al cyclocross desde joven, compró su primera bicicleta de gravel hace casi una década. Desde entonces, ha vivido el imparable crecimiento de esta modalidad.
Cada vez más aficionados y también, por supuesto, cada vez más pruebas. Numerosas en el extranjero y, también, a nivel nacional, como la Mussara Hunting Dogs que se celebra desde hace tres ediciones en la Costa Brava de Girona.
¿Hace cuántos años que practicas gravel?
Más de 15. Yo corrí en cyclocross cuando era más joven. Recuerdo ir desde mi casa al circuito todos los días y volver. Me lo pasaba muy bien. Iba con la bici de cyclocross por los caminos. Hacía mis viajes y mis aventuras con esa bicicleta, buscando vías verdes cuando el gravel aún no existía. Cuando empezó el gravel en Estados Unidos, compré mi primera bicicleta hará unos 7-8 años. Desde entonces, salgo con ella siempre que puede porque me parece muy divertido.
La organización de Mussara vio cómo aumentaba la cantidad de usuarios en bicicleta de gravel y decidió empezar a organizar en 2021 la Mussara Hunting Dogs. ¿Tú notas que cada vez hay más usuarios de gravel en tus salidas?
Sí, sí, sí. El gravel es una disciplina que no es moda. Ha venido para quedarse. Yo creo que va a apartar a ese cicloturismo de carretera y a ese mountainbike que se practica por caminos. Esa gente se va a quedar en gravel. Unos porque utilizan una bicicleta que no es adecuada para el uso que le están dando y otros porque se van a dar cuenta de que con una bicicleta de gravel pueden hacer lo mismo, pero por caminos más tranquilos y huyendo un poco de los coches. Todo eso ya está llegando.
¿Qué tiene el gravel que engancha tanto?
En mi caso, fue una época que cogí un poco de peso y cuando salía con la grupeta era una tortura. Pero luego empecé con bicicleta de gravel y me divertía mucho. Vas a 20 por hora, concentrado, en las curvas aprietas la técnica… me pareció muy divertido. Creo que eso es lo que engancha a la gente. Con una hora u hora y media te diviertes aunque vayas tú solo.
¿Cuál es tu rincón favorito para salir?
Suelo salir mucho por donde discurre la Jaén Paraíso Interior, Úbeda o Baeza, por ejemplo. Aunque voy por toda España y llevo siempre la gravel en el coche. Me he ido fijando en que cada vez hay más diversidad entre las bicicletas gravel: más rápidas, más de aventura o con doble suspensión. Son pequeños cambios que hacen falta dependiendo de los caminos por los que salgas.
El año pasado fue el primer mundial de gravel organizado por la UCI. ¿Fue una sorpresa para vosotros este paso?
En la comisión europea de cyclocross, a la que pertenezco, se hablaba de la posibilidad de este mundial desde hace cuatro o cinco años. En países como Italia, Bélgica o en el norte de Francia estaba pegando muy fuerte el gravel. Así que tampoco ha sido una gran sorpresa. Lo que sí que me sorprendió fue que tantos corredores españoles acudieran.
¿Y cómo conformaste el equipo que acudió al Mundial?
Como era el primer año, la selección la llevó más el equipo que se encarga de la parte de mountainbike. El criterio que se siguió fue que la gente hubiera cumplido las ratios que pedía la UCI, haber completado el número de carreras necesarias y clasificarse. Entre todos estos, se hizo un pull y un equipo final.
¿Y hay algún corredor que veas que puede ser un fan del gravel cuando se retire?
Yo creo que Valverde va a ser uno de los que monten en gravel y va a sorprender a más de uno. En la Strade Bianche disfrutaba mucho, el año pasado se quedó con ganas de correr en Jaén. Yo sé que lo tiene en su cabeza. De los que vinieron al Mundial, Carlos Verona me sorprendió por su técnica. Sé que tenía su bicicleta de gravel para descargar, pero vi que tenía mucho nivel.
El gravel tiene esa doble vertiente, entre competición y hobby más relajado. ¿Cómo puede evolucionar el gravel de competición en el futuro?
Al final, a la gente le gusta competir y le gusta ganar. Por un lado, está el cicloturista al que le gusta ir por caminos, ver cuántas horas es capaz de echar sobre la bicicleta, retos de supervivencia… este grupo no irá a competir. Pero seguro que surge otro grupo de gente a la que sí le guste competir. Esa gente con ADN de desnivel, distancia y dureza que buscará pruebas para pelearse con otros y ver cuánto tardan en hacer una marcha.
Texto: La Mussara
Alejandro Valverde
Alejandro Valverde, el segundo mejor de siempre del ciclismo español
Motivos para poner tan arriba a Valverde en la historia del ciclismo español
Llueve sobre mojado en este mal anillado cuaderno, y una vez consumada su retirada, creo que es buen momento de retomar la plaza de Alejandro Valverde en la historia del ciclismo español.
Hace un tiempo, creo que en el tedio de la pandemia, hice un listado de mis 10 mejores ciclistas españoles de la historia, fue algo subjetivo, aunque en parte, pues en el medio puse y valoré ciertas estadísticas que contemplaban el conjunto de la carrera de cada ciclista, y no sólo lo más gordo.
En este sentido, si mirásemos la estadística, el termómetro de PCS es muy bueno, pues pone toda la carne en el asador, y en esta clasificación Alejandro Valverde sería el mejor ciclista de la historia del ciclismo español y sexto entre todos.
Pero hay matices, sentimientos y recuerdos.
Como he dicho en más de una ocasión, un tipo que ha ganado cinco Tours de Francia, haciéndolo como lo hizo Miguel Indurain, no puede pasar por otra plaza que no sea la primera.
El navarro no sólo conquistó la carretera, lo hizo con los aficionados, los estadísticos, los menos seguidores del ciclismo, completó un serie irrepetible, con una autoridad tan sólida como su sencillez.
Dicho esto, y con Indurain en otra esfera, para mí la segunda plaza se la disputan Alejandro Valverde y Alberto Contador.
En este desempate me quedo con Alejandro Valverde, por varios motivos
El primero y más obvio es la larguísima trayectoria deportiva que ha cuajado.
Dos décadas enteras en el pelotón, nunca corriendo a ver qué pasaba, siempre aspirando a lo máximo, volviendo de una sanción y esquivando lesiones y caídas de una manera «casi milagrosa»
Sólo tuvo una grave, cosa complicadísima en un trecho tan grande de tiempo, y se recuperó para ser campeón del mundo.
En esas veinte temporadas compitiendo -le quitamos la 2010 y 2011- Alejandro Valverde se ha destacado como uno de los ciclistas más originales del ciclismo español.
Apuntó maneras más allá de las grandes vueltas, carreras que nunca dejó de lado, y amasó un palmarés de clasicómano monstruoso, con especial cita a su etiqueta de ardenero y especialista en mundiales, hasta que lo logró, pisó el podio más veces que nadie, y eso que en el camino le quedaron algunas actuaciones sonadas, y no precisamente por lo bueno, dígase Salzburgo o Florencia.
Pero salvados momentos puntuales, lo que Valverde le ha dado al ciclismo español es una trayectoria de ciclista de otra época, tocando todos los palos, sacando la cabeza en cada sprint, en cada corte, donde fuera.
Todo eso lo logró con la eterna sensación de que podría haber escogido mejor sus objetivos.
Si Alberto Contador tuvo siempre claro que las grandes vueltas era su terreno, Valverde picoteó en ellas, en especial en el Tour, quizá más de lo debido, pues yo nunca le vi favorito a la ronda francesa.
Su obsesión por esta carrera no le quitó de construir un palmarés irrepetible, pero nos cabe la duda qué habría sido si se hubiera centrado más en lo que todos veíamos que mejor se le daba.
O incluso haber probado más dos clásicas que creo que entraban en su molde como San Remo y Flandes.
Sea como fuere él siempre tuvo claro que la opinión de los demás era como un hilo musical -tiene un palmarés abrumador en carreras como Murcia, Valencia, Andalucía y Mallorca- y los números le avalan, también en vueltas por etapas, en especial tres muy gordas: Volta, Itzulia y Dauphiné.
Valverde, a groso modo, es más longevo, más singular y más laureado que Contador, por eso le pongo en la posición de plata de los mejores de siempre.
Alejandro Valverde
Nibali ha sido el corredor que alguna vez quisimos ver en Valverde
Aunque el palmarés de Valverde sea mayor, el de Nibali tiene muchísimo valor
Por mucho que cueste decirlo y pensarlo, Vincenzo Nibali y Alejandro Valverde ya son exciclistas.
Les espera ahora una vida que, entiendo, será más tranquila, más familiar, aunque seguro seguirán siendo solicitados en mil sitios, pues la suya es una leyenda que ha hecho grande este deporte durante los últimos veinte años.
Evidentemente que entre las mil cosas y obviedades que hemos dicho de ambos durante el Giro de Lombardía, han surgido, como no, las comparaciones.
Yo le he dedicado un ratillo a la ficha de ambos en el PCS y os quiero dar unos datos que no son interpretables, pues son estadística.
Alejandro Valverde es el sexto mejor ciclista de siempre, habiendo logrado 133 victorias y corrido 32 grandes vueltas y 35 monumentos.
Por su parte, Vincenzo Nibali se ha situado entre los 35 mejores ciclistas de la historia con 27 grandes vueltas corridas y 44 monumentos.
Como veis, dos monstruos de su tiempo, que se han zurrado hasta la saciedad durante años, en mil paisajes y en mil circunstancias para completar un periodo que, sinceramente, considero imborrable.
Luego están, como digo, las comparaciones… y no digo nada descabellado si afirmo que Vincenzo Nibali es ese ciclista que muchas veces habría querido ver en Alejandro Valverde.
Sé que a lo que ha hecho el murciano es muy difícil ponerle un pero, que hay que situar en valor todo lo logrado, pero también es cierto que lo del italiano ha sido magia sobre ruedas, emociones a flor de piel y querencia por los grandes escenarios.
Valverde es imbatible por Nibali en cantidad pero ¿y en calidad?
El segundo atesora cuatro grandes y tres monumentos, por una grande y cuatro monumentos del primero.
La selección de títulos que Nibali ha sido capaz de reunir en sus estanterías habla de un concepto muy diferente del ciclismo.
Vincenzo ha tenido victorias que podríamos decir «menores» pero nunca ha desestimado carreras como Milán-San Remo o Lombardía, por correr en casa o cerca de casa.
El objetivo de Valverde en pruebas como el Indurain, Valencia, Murcia y Andalucía, por citar unos ejemplos, incluso por delante de clasicotes como San Remo o Amstel ha sido algo que aficionado medio, entre el que me incluyo, no ha sentado bien.
No sé si ha sido él o su entorno, si el huevo o la gallina, pero estoy seguro que alguno de esos 133 triunfos el admirador de Valverde los habría cambiado por otros de más prestigio.
Ojo que digo el aficionado, pues el corredor al final ha hecho, como corresponde, lo que le ha rotado.
La cultura ciclista italiana de la que ha mamado el siciliano se nota en ese palmarés por la variedad que alcanza y lo celoso que ha sido de brillar en el calendario patrio, de por sí un top tres en prestigio mundial, muy superior, sin duda al español.
Luego está la actitud en carrera.
Alejandro Valverde ha basado sus grandes éxitos en estrategias inteligentes, sí, pero conservadoras, también.
Sus cuadro Liejas y cinco Flechas se resuelven de forma similar, lo mismo que otros muchos triunfos, cosa que por ejemplo Nibali ha logrado variar más.
El siciliano tiene una San Remo fraguada en la coronilla del Poggio con los velocistas viéndole partir, o un par de Lombardías culminados con estrategias brillantes y descensos históricos.
Valverde nos ha hecho vibrar, pero esa punta de velocidad y ese instinto que siempre le han acompañado han dado con triunfos más contenidos que los fuegos artificiales de Vincenzo.
¿Cuántas veces nos habría gustado ver a Alejandro tomar riesgos?
Más de una y más de dos, por eso victorias como la del Tour de 2012 o aquella clásica llamada Roma Maxima -efímera sucesora del Giro del Lazio- son tan queridas por los especialistas en Alejandro Valverde, por fraguarse de forma diferente a tantas y tantas de esas más de ciento treinta dianas con las que deja el ciclismo.
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Dudo
19 de diciembre, 2020 En 21:48
Además de la clase, estos de dos campeones tenían otra cosa en común, elegían sus calendarios de manera inequívoca y sin hacer mucho caso a los que practican el «ciclismo de salón» o de blog…
Eso es tener personalidad…imagino que, quienes se entretienen corrigiendo a los mejores, también le discutirán a MvP sus elecciones, por poner otro ejemplo…
No esperéis a que se retire, estoy convencido de que le podéis llevar por el buen camino… 😉
Eduardo
19 de diciembre, 2020 En 22:19
Yo pienso q valverde podría tener muchísimas más victorias si el movistar no lo dejaría siempre solo en los momentos finales.
Pueden ir tirando toda la etapa y en el momento oportuno donde tiene q haber alguien siempre se encuentra solo.
Siempre lo he pensado.
Una gran pena
Piugdemont
19 de diciembre, 2020 En 23:01
??? Y contador??? De piernas y mentalidad mucho más fuerte que Valverde…. Sin su, sanción contador hubiese superado el palmares global de indurain
Carlos
20 de diciembre, 2020 En 0:11
Y Contador sea a esfumado.Si no fuese por el ,la mitad de la gente no sabría de la existencia de Valverde.Es la modesta opinión de un seguidor de Indurain y posteriormente de Contador.
Alberto
20 de diciembre, 2020 En 11:02
Creo que te olvidas de ALBERTO CONTADOR, segundo. Tercero Alehandro Valverde