Ciclismo
Lo que nunca debería faltar en el Giro
El Giro de Italia se identifica con esencias pasadas que no vemos ni en Vuelta ni Tour
El Giro de Italia me parece la gran vuelta más bella, por motivos de contexto y propios de la carrera.
Una realidad que he contado muchas veces, por carrerones que sólo he visto en la grande italiana, por el envoltorio, las mejores ciudades, los Dolomitas entre la primavera y el primer verano, por las condiciones cambiantes, por la extensa cultura ciclista que practican los aficionados.
Ir a ver el Giro de Italia es una obligación para cualquier aficionado, cómo te lo venden, qué bien saben liarte, que si Coppi, que si Gino, que si la leyenda, que si el lugar y la historia.
Maestros.
Pero las rentas no siempre son suficientes para ir tirando, y el Giro, me da el pálpito, no vive sus mejores días.
Salvada la edición que ganó Egan Bernal, con momentos interesantes, las dos últimas carreras han sido malas, para qué vamos a engañarnos.
Una igualdad engañosa que se decidió muy al final entre Roglic y Thomas y Hindley y Carapaz dejando tedio y desánimo durante tres semanas.
Pero el Giro es bello, es el Giro y, entre otras cosas, he pensado en varios imprescindibles para que la carrera se parezca a lo que un día me enamoró de ella.
El Stelvio debería ser un fijo
Además por el lado sur, por donde Dennis impartió cátedra hace tres años.
Igual que el Galibier en el Tour, creo que el Stelvio representa al Giro como nadie, puede tiene dureza, carisma y mucha altura.
Es complicado que no pase algo en su ascensión.
Una crono, larga a poder ser, siempre en el Giro
El balance entre montaña y ciudades bellas del Giro obligaría a una jornada detenida y con el foco en una de esas urbes mundialmente famosas.
Aún recuerdo, aquellas imágenes del prólogo por el Vaticano, la caída de Menchov cerca del Coliseo o unas postales venecianas de una crono corrida entre canales.
Muchos finales «a la italiana»
Eso es epílogos de etapa corridos en muritos cerca de meta, por pequeños pueblos sin aceras, calles estrechas y rampas violentas (que no cuestas de garaje).
Más finales de fiesta en Roma
Sé que RCS, la propietaria de la carrera, se identifica mucho con Milán, pero las llegadas finales del Giro a Roma deberían ser más frecuentes.
Esa foto con la Via de los Foros Imperiales y el Coliseo de fondo es impagable.
Siempre los guiños a los campeones
Cualquier rincón del Giro de Italia respira historia y respeto a su pasado, siempre hay un cartel para Coppi o una foto de Bartali, es increíble el respeto que muestran por su pasado.
La visita a Sicilia
Cada vez que el Giro pisa la isla grande es una delicia, una escena hecha para el ciclismo que combina colores, paisajes, ruinas y lava con un carisma único.
Y luego está la orografía, perfecta para grandes jornadas de ciclismo.
Una etapa por Toscana o Emilia Romagna
Salpimentada por cotas, cuando no sterrato y sorpresas varias.
Cuando el Giro llega a sitios como Ferrara, Modena, Arezzo o Siena abre en canal la Italia más auténtica.
Alguna excentricidad, seña del Giro
No siempre será bien entendida, pero seguro que levanta pasiones.
Recuerdo una contrarreloj en el descenso del Poggio, peligrosa, sin duda, pero tambíén prueba del algodón en una bajada, o la cronoescalada del Monte Lusari, en la jornada final, o una cronoescalada por una vía de bicis en San Remo.
Son cositas que, como aquella contrarreloj de Venecia, marcan al Giro como la grande más singular de las tres…
Ciclismo
Ineos-Grenadiers le da la vuelta a la historia
El arranque de 2025 cambia el paso de Ineos-Grenadiers
El inicio de 2025 está en consonancia con la historia, nombres y recursos del Ineos-Grenadiers, que después de un 2024 decepcionante, está volviendo a estar entre los mejores.
Como vimos tanto en París-Niza como en Tirreno, el trabajo en equipo ha sido una de las claves, incluso con Carlos Rodríguez y Egan Bernal lesionados.
A pesar de ello el resto del equipo ha estado a la altura.
En particular, Magnus Sheffield, entre los destacados del año, en especial en la París-Niza y ganando la etapa final, toda una clásica de primavera.
Filippo Ganna también ha brillado, consiguiendo un segundo lugar en la general de la Tirreno-Adriático tras una gran contrarreloj.
Aunque no es un especialista en vueltas, Ganna ha dado un paso adelante y está listo para enfrentarse a los mejores en la Milán-San Remo.
Además, Kwiatkowski logró ganar la Clásica de Jaén, aportando otro éxito importante al equipo.
El equipo no solo ha sido competitivo, sino que ha demostrado su solidez con actuaciones destacadas de otros corredores como Thymen Arensman y Samuel Watson, quienes también aportaron puntos importantes en la París-Niza.
Con estos buenos resultados, Ineos-Grenadiers parece haber superado las dificultades de la temporada pasada y se posiciona como uno de los grandes favoritos.
Las perspectivas para los próximos meses son interesantes, ya que se espera que Bernal regrese en la Volta a Catalunya y Carlos Rodríguez en la Itzulia.
Ganna es optimista y afirma que, aunque el camino es largo, el equipo está decidido a recuperar terreno perdido porque lo de volver a ser el equipo hegemónico creo que ya no.
Imagen: A.S.O./Billy Ceusters
Ciclismo
Milán-San Remo: Pogacar se acerca a la gloria, pero no la toca
La progresión de Pogacar en la Milán-San Remo es su aval para soñar
Tadej Pogacar ha podido con casi todos lo que se ha propuesto en su carrera pero Milán-San Remo se resiste.
El año pasado firmó un ejercicio algo histórico: ser el primer ciclista en ganar dos grandes (el Giro y el Tour), otros tantos monumentos (Lieja y Giro de Lombardía) y el Mundial de Ciclismo en menos de medio año.
A pesar de estos logros impresionantes, hay una carrera que se le resiste a Pogacar: la Milán-San Remo. Esta será su quinta oportunidad para conquistarla, un dato curioso si consideramos que en otros Monumentos ha conseguido la victoria a la primera o en su tercer intento, como fue el caso en la Lieja-Bastoña-Lieja o el Giro de Lombardía.
La Milán-San Remo es la única de las clásicas que no está en su palmarés, a pesar de ser una de las más prestigiosas.
Esta prueba tiene un recorrido diferente, con subidas no tan duras como las que Pogacar suele dominar, lo que la convierte en un desafío aún mayor para él.
«La más fácil pero la más difícil» me recordó una vez Eduardo Chozas.
El año pasado, Pogacar terminó tercero, su mejor resultado hasta el momento, pero para él eso no es suficiente.
Esta vez, está decidido a cambiar esa historia y hacerse con su primer triunfo en este Monumento.
El plan de Pogacar para este año es intentar romper la carrera lo antes posible, bien en la subida a la Cipressa o en las rampas finales del Poggio.
De hecho, se ha hablado de la posibilidad de atacar en la Cipressa o subirla en menos de nueve minutos, lo que sería un golpe de efecto para descolgar a sus rivales antes del sprint final, algo que no sucede en esta carrera desde 1994.
A pesar de que la Milán-San Remo no es una carrera diseñada para un especialista como él, Pogacar ha mostrado en varias ocasiones que disfruta con los retos.
Enfrentará a sprinters en su mejor forma, como Mads Pedersen, Jasper Philipsen y Jonathan Milan, quienes son grandes amenazas si la carrera llega a decidirse al sprint.
Además, este año será el primer cara a cara entre Pogacar y Mathieu van der Poel, quien también es uno de los grandes favoritos para llevarse la victoria.
Y ahí meto también a Filippo Ganna.
Aunque la Milán-San Remo no es la carrera que más le favorece, Pogacar tiene un historial impresionante en las clásicas más importantes.
Ha sido dominante en la Lieja-Bastogne-Lieja y el Giro de Lombardía, donde está a un paso de Fausto Coppi.
Su talento y versatilidad lo hacen un ciclista casi invencible en cualquier terreno, pero aún le falta esa victoria en San Remo, un triunfo que le permitiría unirse al exclusivo grupo de ciclistas que han ganado cuatro Monumentos diferentes.
Si Pogacar consigue finalmente la Milán-San Remo en 2025, alcanzaría un hito histórico y se consolidaría como uno de los mejores de la historia en las clásicas.
Solo le quedarían igualarse con las tres grandes leyendas belgas, Eddy Merckx, Roger de Vlaeminck y Rik van Looy, quienes han ganado todos los Monumentos en algún momento de sus carreras.
Sólo le quedaría Roubaix, de la que no sabemos si estará o no, aunque en el equipo tienen claro qué hará.
Ciclismo
El de Pogacar no es el ciclismo que vivió Purito Rodríguez
Interesante entrevista a Purito Rodríguez que se admite «superado» por la forma de correr de Pogacar
Purito Rodríguez y Tadej Pogacar no coincidieron en el pelotón por un par de años.
Recuerdo, ya recién retirado, cuando Purito Rodríguez me explicaba el ciclismo que él acababa de dejar atrás, la cantidad de cambios que habían acontecido en sus quince años de profesional.
Pues bien, desde que colgó la bicicleta para competir, porque salir sigue saliendo, los cambios no han parado, en especial en lo que hace referencia a los que dominan el cotarro.
Leemos una entrevista en la que Purito Rodríguez expresó su admiración por el ciclismo actual, aunque también mostró ciertas reservas, especialmente sobre la forma de correr de Tadej Pogacar.
Para Purito, el estilo de Pogacar es algo «que no entiende» y lo considera «un ciclismo muy diferente» al que él conoció.
El esloveno y sus ataques a larga distancia rompe los moldes clásicos, también los de Purito.
«¿Dónde vas, tío? Si van a apretar por detrás los equipos y te van a echar atrás«, piensa cuando le ve irse a más de 100 kilómetros de meta, un estilo que, aunque difícil de comprender, ha demostrado ser efectivo.
Ciclismo
En la lucha por seguir en el World Tour es la vida
La historia que cuenta Dylan Teuns por darle puntos World Tour al Cofidis es un ejemplo
La primeras carreras de la temporada, a puertas de la parte gorda de la primavera, ya han marcado tendencias, peligros y otras situaciones para una amplia mayoría del pelotón y en especial sobre equipos como Cofidis, Intermarché o Arkea, que no van nada sobrados para mantener plaza en el World Tour más cuando Astana se ha despegado y Tudor, Uno X y Q36.5 no paran de sumar puntos.
Así las cosas, ahora mismo importa hasta un puesto 36 ó 37 en la Strade Bianche, pues desde que se implementó el sistema de relegación en 2020 cada punto cuenta.
Para mantenerse en el World Tour un ciclista del caché de Dylan Teuns, estrella de Cofidis, tiene que pelear por posiciones marginales, como el 37º puesto en la Strade Bianche, para conseguir 8 puntos UCI para su equipo. Algo a lo que no está acostumbrado.
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