Ciclismo
Egan Bernal en la historia del ciclismo colombiano
Egan Bernal está en el top del ciclismo colombiano, pero Nairo sigue liderando la hornada
¿Qué sitio ocupa Egan Bernal en la historia del ciclismo colombiano?
Ahora vamos a ello, pero antes hay que hablar de Fabio Parra, Lucho Herrera, Martín Farfán, Patrocinio Jiménez, Pacho Rodríguez, Oscar de Jesús Vargas y tantos otros que cogieron los primeros rescoldos de un ciclismo que nadaba en talento y ganas de comerse el mundo no le hace un retrato completo al éxito de Egan Bernal.
Como nos dijo un día, nuestro compañero Milo, desde la mismita Colombia, Fabio Parra fue posiblemente la primera gran personalidad colombiana en el Tour de Francia.
No tuvo el lustre, ni los titulares del jardinerito, pero ganó plazas de éxito, aquel Tour tercero con Perico en lo más alto, un Tour que para muchos, allá del océano, debería ser de Parra.
Fabio Parra fue el gran rival de Perico, el hombre que casi reedita la Vuelta de Lucho Herrera, sólo dos años después, con aquel episodio de la Sierra de Madrid e Ivanov, el ruso que tuvo un precio.
Fabio Parra convivió, quizá algo en la sombra, con el vuelo del escalador que descubrió el papel de los escarabajos en suelo europeo, Lucho Herrera, un puñal, una daga, en el corazón de ese viejo ciclismo que conquistó la cima alpina de Lans-en-Vercors, Tour de 1985.
Herrera ganó la primera grande colombiana de siempre, aquella Vuelta del 87, pero fue Parra quien, sin saberlo, marcó el arquetípico ciclista colombiano que marcaría la senda del éxito.
Con ese estilo alargado sobre la bicicleta ligeramente chepudo, algo parecido al bueno de Egan, Fabio Parra se desenvolvió muy bien en las cronos para lo que eran los estandartes del ciclismo colombiano en aquella época.
Corredores menudos, ratoneros, indomables, como Martín Farfán, compañero de Parra en el Kelme, una auténtica guindilla sobre la bicicleta
Todos bebían del éxito de Alfonso Flores en el Tour del Provenir de 1980: Una victoria que supuso un antes y un después.
Tres años más tarde, el ciclismo colombiano corría uno de los mejores Tours de la historia, aquel de Fignon, el primero.
Luego el asalto de la Vuelta y el Giro, por medio, la victoria de Martín Ramírez, en los morros de Hinault, en el Dauphiné de 1984, año que vio la victoria de Lucho Herrera en la Cima del ciclismo, Alpe d´ Huez.
Aquel ciclismo, el ciclismo colombiano, se hacía hueco a golpe de riñón, calidad y ataques memorables.
Una explosión patrocinada por Café de Colombia, y su icónico mecenazgo de la montaña del Tour, por Postobón, lamentablemente fuera del ciclismo en estas fechas, y Pony Malta.
Una explosión que tuvo España como hub para entrar en Europa: Kelme, Zor, Teka y Reynolds confiaban en aquellos peleones colombianos.
En los noventa el ciclismo colombiano estabilizó el éxito y cinceló nuevos campeones que bebían de todas las fuentes.
Escaladores dotados de talento y clase a espuertas como Oliverio Rincón y ciclistas más completos tipo Hernán Buenahora y Álvaro Mejía, muy cerca de pisar un podio del Tour si no fuera por aquel polaco que hacía «la goma» como nadie, Zenon Jaskula.
De aquellos mimbres surgió un contrarrelojista de talla mundial, y así textualmente, Santiago Botero, el hombre de los desarrollos imposibles, y un buen velocista como Leonado Duque.
Tras unos años de comparsa, el ciclismo colombiano volvió a florecer, de forma además irremisible, irremediable, casi abrumadora.
Porque ahora mismo el ciclismo colombiano pone un peón en cada partida y rara vez no saca algo en claro.
Y eso que no hace mucho les veíamos algo flojos…
Año 2010, Nairo Quintana gana el Tour del Porvenir, es un aviso, un punto de inflexión: tres años después el pequeño y tostado escalador es segundo tras Chris Froome en el Tour de Francia, al año siguiente gana el Giro de Italia, con Rigoberto Urán, segundo.
El ciclismo colombiano se hace usual en las grandes carreras y el extremo de su poder lo marca Fernando Gaviria, ganando etapas por donde pasa, incluido el Tour y Giro.
Un colombiano rápido y pistard, también existe.
Hace un tiempo dimos nuestro nueve colombiano de todos los tiempos, a grandes rasgos: Nairo, Egan, Lucho Herrera, Fabio Parra, Rigo, Gaviria, Mejía, Rincón y Rondón.
Aquí mezclamos churros con merinas, pues hablamos de estadística y sentimiento, pero si nos ceñimos a lo primero, creo que Nairo está un peldaño por encima de Egan, el palmarés de Quintana es top, lo es en vueltas por etapas, algo que le pone, ahora mismo al nivel de Valverde y Froome en cantidad y calidad de triunfos objetivos.
Poco más cabe añadir.
Egan Bernal tiene en su mano perpetuar el dominio del ciclismo colombiano en este apartado, pero no le será fácil.
Sea como fuere todo esto tiene su origen, Milo también nos lo contó, en Efraín Forero, el «Zipa» le llamaron, y su época son los años cincuenta.
Con él empezó la Vuelta a Colombia y posiblemente la parte más visible del romance colombiano con la bicicleta.
Él estuvo antes que el celebrado Cochise, el compañero de Gimondi.
Por cierto ¿sabéis de dónde era el Zipa?, de Zipaquirá, el mismo pueblo de Egan Bernal.
Ciclismo
Marc Hirschi me parece el gran rival de Pogacar para el Mundial
En el momento de su salida de UAE, aparece el mejor Marc Hirschi
En la pregunta que hacemos en el último capítulo del podcast, cuestionamos sobre el rival más temible para que Tadej Pogacar emule al Stephen Roche del 87: Remco Evenepoel, Mathieu Van der Poel, Marc Hirschi o Matteo Jorgenson.
Y a ti ¿quién te parece el rival + duro para Pogacar en el Mundial?
Si es otro de esos 4, déjanoslo en respuestas 😉— JoanSeguidor (@JoanSeguidor) September 13, 2024
Aunque la opción Remco parece la más golosa, yo apostaría mis dineros a Marc Hirschi.
Ganador el Plouay y San Sebastián, pero también algunas clásicas italianas de septiembre, el suizo está construyendo un estado de forma monumental sumado a ese instinto de killer y francotirador que le definió en los mejores días.
Hace cuatro años, no tanto, cuando aún podía competir en su23, Marc Hirschi era uno de los ciclistas de moda, de los que todos pronunciábamos a la sombra del fenómeno Pogacar en La Planche des Belles Filles.
El suizo mostraba olfato y ambición, pisó el podio del mundial, fue clave en la Lieja, ganó Flecha Valona y brilló en el Tour de Francia.
Lo suyo era hacer fácil lo complicad, rodar sencillo, sin florituras, pero rodar, como aquella etapa de Lauruns, que pasó a la historia por ser la primera de Pogacar en el Tour, pero en la que el helvético marcó historia.
Desde ese día, el suizo lleva una X en la espalda.
A los pocos meses fichó por UAE y muchos objetivos que podían entrar en su radar (Árdenas y ciertas etapas en el Tour) desaparecieron de su mapa por un bien mayor.
Ahora, tras cuatro temporadas en el equipo emiratí en las que ha ido logrando algunas cosas, ciertas muy valiosas, se muestra en un estado de forma que asusta.
Tiene facilidad para desbordar, incluso encajar golpes, pero luego la capacidad de rehacerse y rematar.
En unos días, el Campeonato del Mundo será en Zurich, su país y yo le veo en la quiniela de los cuatro estrellas, pues arriba del todo situaría al de siempre.
Marc Hirschi podría darle al Tudor, su nuevo equipo el año que viene, un premio irisado, además en el país del mentor del equipo, Fabian Cancellara.
Sencillo no va a ser, mirad quiénes van, y no están todos, pero la selección helvética tiene opciones de revalidar éxitos que quedan ya lejanos, como aquella plata de Mauro Gianetti, el boss de UAE, en Lugano, hace casi 30 años.
Anotad a Hirschi en la lista, le quedan un par de clásicas más en Italia, una de ellas por una tierra que conocemos bien, la de Marco Pantani, porque le veo al nivel del maldito 2020, cuando se metió en el podio con Alaphilippe y Van Aert en el improvisado circuito de Imola.
Ciclismo
¿Sin un Pogacar vs Vingegaard hasta el próximo Tour?
Los duelos Vingegaard vs Pogacar son el gran atractivo del ciclismo actual
Aunque desapercibido, de forma paralela a la Vuelta a España. Visma realizó el anuncio que Jonas Vinvgegaard daba por concluida su temporada, exactamente igual que Wout Van Aert, esfumando cualquier posibilidad de un duelo con Tadej Pogacar antes que finalice el año.
Si miramos atrás ¿cuántas veces han coincidido Jonas Vingegaard y Tadej Pogacar en la misma carrera?
Incluso añadiría, en plena forma.
El ciclismo, como cualquier otro deporte, encuentra un tesoro cuando surge una rivalidad tan aguda como la de estos dos.
En el deporte los duelos de primeras ponen a la audiencia, los Nadal-Federer, los Cristiano-Messi, los Senna-Prost son eventos que suceden cada mucho tiempo, como el Vingegaard vs Pogacar.
Ahora mismo, haciendo cábalas rápidas, no les veremos juntos, seguro, hasta el verano que viene, qué lejos queda, cuando el Tour de Francia salga de Lille.
Por medio habremos visto mucho ciclismo sin posibilidad de ver a sus mejores embajadores en la línea de salida.
Jonas Vingegaard se dejó la vida para llegar al Tour en cierto estado de forma, el suficiente para acabar segundo tras Pogacar, pero ese esfuerzo le ha compensado el año.
Vingegaard esta trabajando ya en 2025, con el primero foco en el Giro de Italia, lo que le pone en la misma tesitura que Pogacar este año.
¿Otro doblete?
Lo veremos, pero el danés sería el único capaz de imitarlo.
Pogacar no compite desde que se coronara ganador de su tercer Tour en el centro de Niza y en una semana le tendremos de vuelta en Canadá y sus preciosas clásicas.
Luego vendrá el Mundial y el calco más evidente que a todos nos viene a la mente, el de Roche en el 87: Giro-Tour-Mundial.
Para el año que viene, de Pogacar, sabemos más bien poco, más allá que querrá renovar el Tour.
La carrera que tenga a ambos en la salida tendrá un premio, los dos más deseados, pero ¿en qué estado de forma?
El año pasado coincidieron en la París-Niza y no hubo debate, luego ya en el Tour.
Recuerdo el año que aquel tarado de Oleg Tinkov decía que los mejores debían estar en las carreras top, no iba desencaminado.
Para el ciclismo que coincidan estos dos siempre es bueno.
Imagen: ASO
Ciclismo
Vuelta: Sólo O´Connor puede estar contento
Ben O´Connor va a a subir al podio de la Vuelta fruto de su mérito mezclado con demérito de otros
Al margen de Eddie Dunbar, excelente y persistente, y Primoz Roglic, ganador virtual de su cuarta Vuelta Ciclista a España, el gran valedor de la jornada más dura de la tercera gran vuelta del año ha sido Ben O´Connor.
La tormenta que se anunciaba sobre el australiano no llegó, la seguimos esperando momentos después de acabar la etapa en la cima de Picón Blanco.
Llevamos tiempo escuchando sobre la necesidad de etapas encadenadas, de dureza sostenida, de eliminar valles entre puertos y toda esa cantinela.
La jornada de Picón Blanco en la Vuelta 2024 ofrecía todo eso y además un premio que no era pequeño, con Roglic como virtual ganador, la segunda plaza del podio ante la anunciada debilidad de Ben O´Connor.
Ni eso.
Ni siquiera la posible debilidad de Primoz Rogli,c ante los evidentes problemas de salud en el Red Bull, con varios abandonos y noticias sobre intoxicación.
Podríamos cargar las tintas contra Enric Mas, ciclista que no apasiona, ni nos emociona, pero cuyo valor se resume fácil: va a subir por cuarta vez al podio de la Vuelta a España.
El problema es cómo logra unos resultados que en cualquier otro caso suscitarían el aplauso unánime.
Nunca ha dado la sensación de ir con todo ni jugarlo a lo grande, siempre que ataca, recula, mira atrás y vuelve a la panza del grupo, no persiste en el esfuerzo, ni toma riesgos.
Eso es tan cierto como que es un corredor que transmite la sensación de tener un tope mental que le impide dar un poco más de lo que todos pensamos que podría dar.
Todo eso, añadido al pésimo estado de forma del Movistar en esta Vuelta, ha dado con que Enric Mas se va a tener que jugar el podio de la Vuelta contra Ben O´Connor ¡en una crono!
Digo todo esto, porque creo que Richard Carapaz, quien ha llegado pidiendo la hora al final de la Vuelta me parece muy desplazado para entrar en el podio de la Vuelta a España.
El ecuatoriano ha sido un quiero y no puedo desde que se metiera en carrera el día de Granada y desde entonces, a jugar las pocas bazas que sus energías le han dado, que no ha sido poco, tras el destrozo que fue capaz de provocar en La Herrera, cuando casi le hace perder el maillot rojo a Ben O´Connor.
El australiano puede pisar su primer podio en una grande merced a dos factores: valentía para liarla en la primera semana, contra todo pronóstico, y una defensa numantina de la posición.
Todo ello entremezclado con el efecto sorpresa que seguro no le acompañará en el futuro, pero… que le quiten lo bailado.
Imagen: Unipublic/Cxcling/Naike Ereñozaga
Ciclismo
En el desastre de Landa en la Vuelta el primero que falla es él
Otra vez Mikel Landa vuelve a hacer agua en la Vuelta a España
La binomio Mikel Landa y Vuelta Ciclista a España solo ha pasado un momento dulce y de ello hace tiempo.
Hablo de 2015, cuando el alavés logró ganar la jornada de Andorra y ser decisivo a favor de Fabio Aru ante Tom Dumoulin en la Sierra de Guadarrama, que no de Madrid, como varias veces me han indicado,
Desde entonces, Landa ha sumado buenos momentos en las otras dos grandes que no se han correspondido en la Vuelta a España.
Lo sucedido en el Puerto de la Herrera es la guinda del pástel.
Su excompañero en Movistar debió ver caras largas en el grupo para sacarle de punto y de paso llevar al líder hasta el límite.
La comparación entre Enric Mas en Llomena y Richard Carapaz en Herrera no deja muy bien al primero #LaVuelta24
— JoanSeguidor (@JoanSeguidor) September 5, 2024
Descolgado desde los primeros movimientos de Carapaz, Landa quedó solo sin compañeros a merced de un grupo en el que Carapaz tenía gregarios e incluso Movistar algún ciclista con Enric Mas.
Ahí empezó la tragedia para Mikel Landa, una más en la Vuelta a España.
Ningún Soudal de los escapados hacía acto de presencia en el grupo de Landa, y para cuando quisieron darse cuenta era muy tarde.
Al final ni disputaron la etapa ni salvaron al alavés con Mattia Cattaneo, el mejor con diferencia al lado de Landa.
Al Soudal le pillaron con el carrito de los helados, un mal momento de su líder y el equipo completamente desconectado de su protección, pues nadie imaginaba el movimiento de Richard Carapaz, cuando el ecuatoriano gusta de sorprender y las diferencias para el podio son más bien pequeñas.
¿Quién podía haberlo pensado?
Pero sucedió lo inesperado.
Y no creo, ni comparto, que Soudal dejara tirado a Mikel Landa, lo que le sucedió es que le pillaron con el pie cambiado al equipo y desde el coche no se dieron buenas instrucciones, hechos que vemos a diario en ciclismo.
El equipo ya no traía sus mejores hombres a la Vuelta, eso para empezar y luego lo del Puerto de la Herrera.
Sin embargo que no se nos olvide que todo sucede con un mal momento de Mikel Landa en la etapa de casa, en una subida que conoce bien y en un terreno que le beneficiaba.
Todos pueden pasar por un bache, salvarlo es otra cosa y para Landa todo se alineó en contra.
Su equipo estuvo muy mal, pero la tragedia empieza en su persona en medio del Puerto de la Herrera, ahí empezaron las por otro complicadas opciones de podio que tenía Mikel en esta Vuelta
Imagen: Unipublic/Cxcling/Naike Ereñozaga
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