Wout Van Aert
La suerte de ver a Van Aert con Van der Poel
El duelo latente entre Van Aert y Van der Poel emerge en cada subida de apuesta que hace cada uno
El otro día, alrededor de las actuaciones de Van Vleuten en el Giro rosa, nuestro compañero Saúl Miguel nos sacó de todo morbo sobre si podría ser una mujer compitiendo entre hombres para llevarnos a la realidad de los hechos y las sensaciones.
Tenemos la suerte de presenciar en directo, aquí y ahora una ciclista única, que es un espectáculo, un privilegio, una gozada para los sentidos «ciclistas», una corredora que se equipara con Matthieu Van der Poel como lo más espectacular que podemos ver ahora mismo en una carrera ciclista.
Y es cierto, a veces perdemos el tiempo en el paisaje, y obviamos detalles que son para enmarcar.
Ocurre que en este ciclismo de 2019, el del aterrizaje de Evenepoel, la progresión de Bernal, el talento de Pogacar, una enmienda total al sistema y los actores del mismo, vemos un par de chavalitos que se hicieron conocidos llevando al extremo sus duelos en ciclocross que triunfan, y de qué manera, en carretera.
Y son historias que nos gusta leer y presenciar, más allá de sus sus actuaciones son metafísicas o irreales, más allá de la eterna sospecha, vemos que Wout Van Aert y Matthieu Van der Poel han conseguido que ya no veamos el invierno igual.
Porque ahora cuando sintonicemos un ciclocross en una campa cualquiera, por un terreno helado y un frío cayendo a plomo, podremos ver en la parrilla de salida dos ciclistas que han marcado época y extendido su dominio al estío, en esos meses que parecen fuera de toda natura para ellos.
La victoria de Wout Van Aert retrata, al margen de la decepción máxima de Elia Viviani, el trabajo bien hecho y las ganas por salir constantemente de la zona de confort.
Este chico, que se fue de muy mala manera de su anterior equipo para recalar en el Jumbo donde ahora triunfa, es trabajo elevado a la máxima expresión.
«No te confundas Ibán, Van Aert es muy bueno -me decían hace poco- es muy currante y admirable, pero Van der Poel es otra cosa, es magia, algo único».
La frase que es de esta primavera tiene toda su vigencia, porque sólo hay que verlo, pero ese alumno que saca excelente porque ha puesto codos y trabajado merece si cabe más elogio.
Porque Wout Van Aert es un corredor hecho a sí mismo, con la ciencia y técnica que queráis detrás, pero un ciclista con una capacidad mental que en competición no le hace peligroso, le hace letal.
Recuerdo la primera del año pasado, cábalas de gente diciendo que su debut sería un aterrizaje suave, que si… pero no contento con ello, arma la fuga buena de la Strade y ruteros de postín como Benoot y Bardet saben de él.
Desde entonces Van Aert no ha parado de crecer, incluso en circunstancias poco sencillas, porque su primavera, que nos pareció extraordinaria, quedó eclipsada por el show de Van der Poel en la Amstel, una de esas carreras que salieron en noticiaros generalistas.
Vete de vacaciones con tu bicicleta pero sin cargar con ella
Van der Poel logró que se hablara de ciclismo en televisiones que sólo se acuerdan de él cuando hay dopaje o «azafatos» en el podio.
Ese desenlace era difícil de superar, pero Van Aert calló, siguió trabajando, preparó el Tour, previo paso por Dauphiné, y pam: etapa ganada al sprint sobre Viviani, Ewan, Matthews y Sagan.
Es un golpe, una declaración de intenciones, una tarjeta de visita que pone: «Wout Van Aert, el corredor que nunca se rinde».
Y ojo porque el flaco belga del Jumbo va a por más, la crono de Pau, que viendo el desarrollo de la prueba del Dauphiné, también entra en su radar.
#tour2019
Qui va dire à @mathieuvdpoel que papy Poupou, passe le mois de juillet avec son autre-autre petit fils?@DansLaMusette #poupou #famillesnombreuse #mathieuvdpoel #poulidor
???? @JumboVismaRoad pic.twitter.com/07tDWHHpdr— catourneovale (@catourneovale) July 15, 2019
La foto de Van Aert con el abuelo Poulidor es un emblema, un titular que mira al nieto y le recuerda que su campo de batalla se ha ampliado, que no son las campiñas flamencas un domingo de diciembre, no, es cuaquier terreno y escenario.
Esto mientras el neerlandés trabaja para Tokio 2020 sobre ruedas gordas.
Ya sabes de las rebajas de Santa Fixie
La historia es hilarante, tiene varios teatros, todos al mismo tiempo, todos con los mismos sobre el escenario.
Van Aert y Van der Poel son la historia que está sucediendo y que, como dijo Saúl, tenemos la suerte de ver en directo.
Wout Van Aert
El Tour más envenenado para Van Aert
Pocos ciclistas tienen tantos frentes en el Tour como Wout Van Aert
Ahora mismo, resumiendo rápido y mirando alrededor a Wout Van Aert le rodean las mil cuestiones en este Tour.
Primero de todo, el listón.
Como decíamos hace unos días, a puertas del Dauphiné, estamos ante el Van Aert del Tour, eso es un ciclista excelso, 360, redondo y poderoso.
Ganador de seis etapas en los dos últimos Tours, entre ellas en lugares tan dispares como el Ventoux o Campos Elíseos de París, sin obviar sendas cronos y otra de amarillo en Calais.
Eso en el plano individual, luego estuvo lo decisivo que fue a favor de Jonas Vingegaard el año pasado.
A ello se le añade esa espada sobre la cabeza que es la fecha del nacimiento de su hijo y que si va a dejar el Tour a medias.
Va a ser el vástago ciclista más famoso de la historia, por tenernos a todos pendientes de su nacimiento y por ser el hijo de un personaje que en Bélgica es materia de precisa del corazón.
Con esa fecha sobrevolando el panorama, está el objetivo principal del equipo, ganar la carrera con Vingegaard.
Ya vimos, intuimos, ciertas incompatibilidades entre el danés y Van Aert en el pasado Tour, lo. apreciamos en el famoso documental, tan evidente como que Van Aert fue clave en la victoria del danés.
A todo eso, se añade la posibilidad del maillot verde, que el año pasado ganara por aplastamiento y que para éste no veo nada claro.
Van Aert ya tiene bastantes frentes.
La llegada a San Sebastián creo que fue un poco la escena de todos esos focos de estrés concentrados en un momento, en una misma foto.
A Wout Van Aert le llevaron los demonios y a su equipo le sacaron los colores, en especial Victor Lafay, yéndose a la vista de Benoot y Kelderman.
Un relevito de Vingegaard habría ayudado, sin duda, pero no se lo dio,
¿El motivo?
Nos lo podemos imaginar, para el danés no existe otro objetivo que renovar su corona, para Van Aert están las labores de equipo y las propias, que como veis no son pocas, al contrario, me parecen muchas y estresantes.
Son los costes de ser tan bueno, en casi todo, Wout Van Aert seguirá rascando más allá de Bayona para ver si aumenta su botín en el Tour.
Imagen: A.S.O./Jonathan Biche
Wout Van Aert
Nos acercamos al Wout Van Aert del Tour (con o sin nuevo hijo)
Van Aert se presenta en el Tour como el ciclista total pero ojo no nazca su hijo
Pequeño spoiler, en el documental de Netflix sobre el Tour, hay un momento, en el bus de Jumbo, que Vingegaard le dice a Wout Van Aert que no vaya tan deprisa.
Se lo dice tras el famoso ataque camino de Calais, el que abrieron Van Hooydonck y Benoot para acabar con Van Aert, en amarillo Tour, volando solo hasta meta.
Al danés no acabó de sentarle bien aquella cabalgada.
Y es que el Tour pasado, y el anterior si me apuráis, fue una carrera complicada para Wout Van Aert.
Cómo pensar en otros si tu estado de forma rebosa por todos los lados, cuando sueltas gente, conduces grupos, atacas bajando, ganas sprints con la facilidad que el belga demostró hace un año.
Encontrar ese equilibrio es difícil, per Van Aert lo consiguió.
Fue «Team Van Aert», como diría Alix, pero también parte importante para que Vingegaard le ganara el Tour a Pogacar.
Sus trepadas de lejos, la forma en la que salvó los muebles la caótica jornada del pavés, el remate que le propina al esloveno en Hautacam.
Van Aert tuvo mucho que ver en el triunfo del danés
Pero al mismo tiempo, ganó tres etapas, fue amarillo, ofreció recitales en todos los lados, en Calais, con ese ataque y llegada en amarillo, camino de Arenberg, en Suiza, en la crono final….
Una maravilla de corredor, «correlotodo» que nos dejó, un año más, impresionados.
El Wout Van Aert del Tour de Francia es un ciclista desacomplejado, incluso diría que desatado
Corre, no sé, como sin presión, y eso que él mismo admite que el Tour es la mejor carrera en la que puede brillar, que no es poca cosa.
Esa soltura es la que siempre extrañamos en las clásicas de primavera y sin embargo en Francia rezuma, sale a borbotones, logrando ser, sin ganar la general final, uno de los top 3 protagonistas de la carrera.
Pues bien, ese Van Aert afila estos días la forma en la Vuelta a Suiza, capitaneando un Jumbo sin Roglic, pero con parte del grupo que seguro estará en el Tour.
Lo hace con la noticia de su posible paternidad durante el Tour de Francia y no duda: «No quiero perdérmelo«.
¿Abandonaría Van Aert el Tour si nace su nueva criatura?
Ojo que la situación tiene miga, pero hay ciclistas que, a la vista de todos, parecen muy entregados a la familia, como un puntito más.
Van Aert, como Roglic, me traslada esa sensación, pero de ahí a dejar una carrera que pueda irte muy de cara.
Sólo recordad el año pasado y el fin de fiesta que firmaron en Jumbo.
Sea como fuere, sentémonos porque ya mismo llega el show Wout y esperamos que se resarza de una campaña buena, pero carente de las guindas que siempre encuentra en Francia.
Imagen: A.S.O./Pauline Ballet
Wout Van Aert
Van Aert no puede estar contento de esta primavera
Otra primavera que pasa sin un gran triunfo para Van Aert
Sé que Wout Van Aert ha dicho que el ciclismo son más cosas que una victoria y tiene razón, el resultado no puede condicionar la felicidad de un deportista, pero está claro que éste marca su progreso, estatus y dimensión y para el belga, la primavera es capital.
Lo sabe, perfectamente, está en la mejor estructura ciclista del mundo y los grandes triunfos cuentan decisivamente en cada línea del patrocinio, pues al final se trabaja para ello.
Antes de esta primavera, me refiero principalmente a todas las clásicas de adoquines, flotaba la duda de si Wout Van Aert iba a lograr torcer la dirección que han tomado sus últimos duelos con Mathieu Van der Poel.
La respuesta es clara.
La celebridad belga sigue estando un punto por detrás del astro neerlandés, una realidad que me duele, pero que es tangible y vemos tanto en la televisión como en la estadística.
Hay un problema para Van Aert, saber si es que siempre le falta un punto o que realmente ya no tiene más que dar.
A mí me da la sensación de que empieza a ser lo segundo, es decir que, aún y siendo buenísimo, que lo es, su contrincante tiene un nivel más, algo que debe doler, más cuando esta rivalidad traspasa edades y cualquier otro aspecto.
Van der Poel le ha tomado la delantera en los tres monumentos disputados hasta el momento y no de forma casual.
En todos el neerlandés ha sido mejor, más propositivo, más valiente y más fuerte
En San Remo, Wout corrió a cerrar huecos, una situación que se repite demasiado, para secar a Pogacar pero lanzar a Van der Poel.
En Flandes se le vio siempre a remolque de Pogacar y Van der Poel hasta que reventó en el Kruisberg por el ataque del segundo.
Y en Roubaix, ay en Roubaix, la eterna duda de qué habría pasado sin ese pinchazo en Carrefour de l´Arbre.
Creo sinceramente, que el belga había hecho una excelente carrera hasta ese momento, sacando provecho del equipo hasta que los incidentes le dejaron, y luego remando en segunda línea porque el grupo cabecero tenía notable presencia de los Alpecin.
En el momento de marras, Van Aert buscó la contra, mientras VDP daba gracias al cielo por no irse al suelo ante Degenkolb.
Yo creo que Van Aert va al límite en la contra que le aplica Van der Poel para salir ya pinchado del tramo decisivo de Roubaix.
¿Pudo haber llegado con Mathieu?
Ese es el gran asidero de Van Aert en esta primavera, le queda el beneficio de la duda y a él se agarrará para volver al año siguiente e intentar recuperar parte de lo que es suyo.
Veremos si para la siguiente campaña de piedras el belga, ahora sí, gana lo que sin duda creo que merece, un monumento es un botín muy corto para un ciclista excelso, mayúsculo que seguramente ahora centre el tiro en un Tour en el que será la multiherramienta del Jumbo.
Ojalá un día ese Van Aert de julio aterrice un año en la primera semana de abril… sería la bomba, pero esta vez tampoco pudo ser
Imagen: A.S.O./Pauline Ballet
Wout Van Aert
Sobre Wout Van Aert y el carril bici
La pitada a Van Aert para que fuera por el carril bici demuestra el desconocimiento general de la norma
Leo pasmado lo que le ha sucedido a Wout Van Aert en uno de sus entrenamientos finales para el Tour de Flandes por no ir por un carril bici.
Lo leo pasmado y pensativo sobre las veces que me han pitado a mí en la ruta para señalarme que tengo un carril bici en lugar de ir jodiendo la marcha a gente con mucho que hacer.
No me malinterpretéis, pero es bueno que de vez en cuando estas cosas le pasen a una persona conocida, pues así queda constancia y es de conocimiento público lo que muchas veces nos encontramos en las carreteras.
Siempre he sido muy autocrítico con lo que hacemos muchos ciclistas en las carreteras y ciudades, admitiendo que debemos ser los primeros en mirarnos cómo actuamos, antes de criticar o lanzar mierda a los conductores.
Pero en esto creo que tenemos toda la razón
Van Aert y su compañero iban por un carril bici, salieron a carretera abierta, porque tienen todo el derecho y porque seguro que irían a toda hostia, y un camionero les empezó a pitar y embestir para que se fueran de vuelta al carril bici.
Señores, que no es obligatorio que vayamos por un carril bici, que su existencia nadie la niega, pero no se puede imponer, a no ser que esté expresamente prohibido.
La pitada que le hacen a los ciclistas para mostrarles el carril bici puede acabar en tragedia, y por suerte a Van Aert y su compañero no les sucedió nada.
Los carriles bici serían un gran invento si no fueran pancartas electorales en manos de políticos ineptos en la materia ávidos de contentar cuanta más gente mejor.
Por lo general, y no es la primera vez que lo escribo, son un invento a ninguna parte, mal diseñados, mal situados y llenos de obstáculos.
Si cada vez que cojo un carril bici que viene con un coche mal aparcado ocupándolo casi todo me dieran un euro, estaría con varias cuentas en Suiza.
Es importante que la gente que toma el volante con tanta mala hostia contenida lo sepa y sea consciente de la que puede liar si pega una pitada indiscriminadamente a alguien, o intenta amedrentar a un ciclista.
No salimos a la carretera para chulear a nadie, salimos a rodar, a disfrutar del viaje y volver a casa como salimos, enteros.
Que le haya pasado a Van Aert hará que alguno se entere del código, mientras tanto crucemos los dedos cada vez que no ponemos el traje de luces y partimos a la aventura.
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