Ciclistas
Correr con Van Vleuten no está pagado
Fichando a Van Vleuten, Movistar incorpora una profesional ejemplar de la que disfrutar y aprender
El pasado 31 de agosto multitud de medios españoles, incluidos medios generalistas, se hicieron eco del fichaje de la campeona del mundo Annemiek van Vleuten por Movistar Team.
Fue la noticia ciclista del día; el equipo y el ciclismo femenino estaban de repente en boca de todos, algo poco habitual en esta categoría.
La magnitud del impacto inicial fue innegable.
Pero, más allá de las primeras impresiones, ¿cuáles podrían ser las implicaciones a todos los niveles de este movimiento? Se ha especulado mucho sobre hasta qué punto puede ser beneficioso -o todo lo contrario- para el ciclismo femenino español y para el resto de corredoras del Movistar.
Una cosa está clara: quien piense que Van Vleuten llega a Movistar para disfrutar de un retiro dorado, se equivoca de lleno.
La neerlandesa es alguien de convicciones fuertes, podríamos decir que incluso atípicas, en algunos casos.
Un ejemplo elocuente de ello fue su respuesta a una pregunta del periodista australiano Matthew Keenan, a finales del 2016.
Preguntando sobre la situación financiera del ciclismo femenino, y lo injusto de la diferencia con el masculino, Van Vleuten dio un sorprendente giro a la argumentación afirmando que «el problema es que, en general, los deportistas ganamos demasiado dinero«.
En una línea similar, un año más tarde, mencionaba a la revista neerlandesa De Muur su postura en contra de la existencia de premios económicos por ganar carreras.
«El premio debería ser únicamente la satisfacción personal por el rendimiento y el triunfo, no el dinero»
En resumen, que el soporte económico de las corredoras ha de venir por la implantación de un salario mínimo decente -que por entonces no existía en absoluto-, el cual tendría que ser el asunto primordial, y no por premios.
En este sentido podría cuestionarse si los mismos premios para mujeres y hombres, que carreras como la Prudential Ride London Classic anuncian a bombo y platillo, son tan importantes cuando esa misma carrera diseña un recorrido que por distancia y dificultad se queda demasiado por debajo de lo que habría que exigir a una carrera World Tour; una situación que desafortunadamente no es una excepción en el calendario femenino. Pero esa es otra historia.
La motivación de Annemiek van Vleuten siempre ha sido el seguir progresando
Pulir detalles, mejorarse a sí misma.
La victoria es el premio que llega como consecuencia de eso, pero no es el motor principal que la mueve.
Por eso la hemos visto muchas veces trabajar para sus compañeras en Mitchelton-Scott.
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Tirando en el llano para favorecer las opciones en el sprint de Jolien D’hoore, Sarah Roy o Gracie Elvin, ciclistas rápidas.
Sacando partido de la vigilancia que hay en torno a su figura para crear situaciones tácticas favorables para su equipo en carreras más duras, algo que sus todavía actuales compañeras Amanda Spratt y Lucy Kennedy han sabido aprovechar muy bien.
Vienen a la mente, como ejemplos, los triunfos de Spratt en la Emakumeen Bira de 2018 o los de Kennedy en Durango y San Sebastián en 2019.
O el podio de Spratt en el Giro 2019, para lo cual la propia Van Vleuten trabajó en primera persona, yendo de líder, y muy probablemente sacrificando aquel día sus propias opciones de victoria de etapa por ello.
El mismo día que se anunciaba su fichaje por Movistar, Darach McQuaid, presidente de Mitchelton-Scott, decía estas palabras sobre Van Vleuten: «No es solo el hecho de que gane carreras, sino cómo lo hace. Es genial para las otras corredoras del equipo porque es una persona inspiradora y hace que todo el grupo mejore. Incluso en Niza el sábado [durante La Course], viendo lo emocionados que estaban los chicos viéndola competir… es inspiradora y transformadora«.
Difícil pensar en un mayor halago que ese, especialmente cuando se sabe que vas a dejar el equipo.
En carrera, la presencia de Van Vleuten condicionará fuertemente el papel del resto de ciclistas del Movistar, que será muy diferente al que han tenido hasta ahora.
Perderán algunas de sus oportunidades individuales para brillar, pero surgirán muchas otras, y colectivamente serán mucho más fuertes.
Es lo que dice la experiencia de su paso por anteriores equipos.
Para alguien como Sheyla Gutiérrez, que ya a finales de 2018 afirmaba en una entrevista a Marca que la neerlandesa era su faro, su ejemplo a seguir.
Dijo: «Admiro a Annemiek van Vleuten, sé como trabaja y la admiro mucho«, por tanto será un inmenso honor, y un impagable aprendizaje, correr junto a ella.
¿Y sobre el ciclismo femenino español en general?
Quizá esto sea más difícil de valorar, más indirecto.
Pero de lo que no cabe duda es de que Van Vleuten es también alguien con mucha vocación didáctica y con especial interés por el cuidado y el desarrollo del ciclismo base.
Fuera de temporada y en periodos largos sin competición, cuando está en casa, acostumbra a dar charlas y a organizar salidas en bicicleta, tanto con niños como con adultos.
También durante su periodo de entrenamiento en altitud en Colombia, en la pasada pretemporada, tuvo tiempo para alguna conferencia didáctica para niños deportistas.
Si buscamos un ejemplo más tangible, su subasta benéfica con el fin de que todos los niños de un club ciclista local pudieran tener su bicicleta fue todo un éxito.
Y si se nos permite concluir con un párrafo más subjetivo, cualquiera -sea hombre o mujer- que vea competir a Van Vleuten, con esa oda al ciclismo épico que es su manera de afrontar las carreras, con esos ataques sin mirar atrás, unidos a su actitud y profesionalidad, debería sentir ganas de poder hacer lo mismo.
Si el ruido mediático del fichaje ha servido para que alguien más haya descubierto el ciclismo femenino en España, ya se habrá dado un primer gran paso antes incluso de empezar a vestir los colores del equipo telefónico.
Por Sául Miguel
Imagen: FB Giro Rosa
Caleb Ewan
Caleb Ewan en la cuerda floja
Es increíble el declive tan rápido que está viviendo Caleb Ewan
Caleb Ewan, que ya va por lows 30 años, sigue dando que hablar incluso con su carrera en declive.
A pesar de contar con 63 victorias en la máxima categoría, incluyendo 11 etapas en las grandes vueltas, su futuro en el ciclismo está incierto.
Ewan aún tenía un contrato con el equipo Lotto Dstny, pero los problemas comenzaron cuando el equipo lo desplazó en las jerarquías internas.
A su regreso a Australia al Jayco, intentó encontrar su sitio, pero su rendimiento nunca volvió a ser el mismo, quedando superado por Dylan Groenewegen, quien destacó con victorias importantes como en el Tour de Francia.
En el Giro de Italia, Ewan no logró brillar, con solo un sexto puesto en Lucca y otros resultados discretos.
Tras algunos éxitos menores en la Vuelta a Castilla y León y Vuelta a Burgos, las tensiones con su equipo aumentaron, y finalmente fue excluido de la lista para la Vuelta a España. Todo esto, sumado a su ausencia en el primer campamento de pretemporada, aceleró la ruptura con Lotto Dstny.
Ahora, Ewan se encuentra sin equipo para la próxima temporada.
Aunque su nombre ha sido vinculado con INEOS Grenadiers, reemplazando a Tom Pidcock, parece difícil que logre un puesto en el World Tour debido a su largo período sin victorias importantes.
Si no se concretara esta opción, lo más probable es que termine en un equipo de categoría inferior, pero los equipos interesados son escasos.
En resumen, la situación de Ewan es complicada y su futuro en el ciclismo profesional está en el aire.
Imagen: A.S.O./Oman Cycling Association/Pauline Ballet
Mikel landa
El Giro es la grande que mejor se le da a Mikel Landa
La decisión de ir al Giro por parte de Mikel Landa tiene mucho sentido
Tres años después de aquel tercer puesto y diez desde su primer podio en el Giro, Mikel Landa vuelve a la carrera que parece hecha para él.
En esta ocasión además en una edición que anuncia cronos las justas.
En sus primeros años como profesional, destacó en entornos italianos, especialmente cuando compartió equipo con Fabio Aru y Martinelli.
El estilo de correr en Italia, donde todavía se premia competir por sensaciones en lugar de depender completamente de la tecnología, encaja perfectamente con el carácter romántico de Mikel Landa.
Además, los perfiles de las etapas del Giro, con subidas largas y exigentes, favorecen su condición de fondista.
Suele brillar especialmente en las etapas más duras de la última semana, cuando otros corredores comienzan a flaquear.
Este año, todo indica que Mikel tendrá libertad para ser el líder de su equipo, ya que Remco Evenepoel no llegará a tiempo para la cita italiana.
Cuando Landa fichó por Soudal lo comentamos, al margen de estar al lado del belga, seguramente tendría sus opciones.
La experiencia también está de su lado.
No sería la primera vez que combina Giro y Tour con éxito: en 2017, cuando corría para el Team Sky, ganó una etapa del Giro, se llevó el premio de la montaña y luego fue clave en la victoria de Chris Froome en el Tour, donde además terminó cuarto.
El Giro de Italia es, sin duda, la carrera que más alegrías le ha dado a Landa.
En la Vuelta a España nunca ha logrado pisar el podio, y en el Tour de Francia, aunque ha sumado dos cuartos puestos (uno de ellos por apenas unos segundos), nunca ha mostrado la misma ilusión que siente por la carrera italiana.
Es imposible no recordar el Giro de 2015, cuando Mikel volaba sobre la bicicleta, siendo incluso más fuerte que su propio líder en aquel entonces.
Fue un factor determinante que complicó la victoria de Alberto Contador.
Además, ese Giro sigue siendo histórico: fue la última gran vuelta ganada por un español, hace ya una década, y Landa fue una pieza clave en aquella edición.
Aunque no lo veo como un favorito absoluto para ganar este Giro, sí lo considero un «outsider», un corredor que puede sorprender.
Por su carisma, su conexión con la afición y su capacidad para rendir en los momentos más difíciles, seguro que dará de qué hablar.
Imagen: A.S.O. Unipublic
Ciclistas
Enric Mas y Movistar insisten en el mismo plan, aunque no dé más de sí
Sigue el mismo guión de Enric Mas en Movistar, todo a la Vuelta y Tour
La temporada que está arrancando será la sexta para Enric Mas en el Movistar, y si echamos la vista atrás, ha vivido de todo desde que llegó al equipo.
Desde subirse al podio en la Vuelta a España en varias ocasiones, hasta estrellarse una y otra vez contra el muro del Tour de Francia.
Si analizamos estos años, podemos decir que solo un Tour le salió como esperaba. Fue en 2020, justo después de la pandemia, cuando logró ese quinto puesto que le dejó con la sensación de que podría haber hecho algo más.
Desde entonces, el Tour ha sido una especie de muro impenetrable para sus aspiraciones, hasta que, en 2024, parece que encontró la fórmula para intentar brillar en la carrera francesa.
En ese 2024, Movistar y Enric Mas cambiaron el enfoque y decidió que, si quería destacar en el Tour, tal vez su mejor carta fuera apostar por un tipo de estrategia más arriesgada. En lugar de centrarse en la general, se tiró a la última semana con todo, buscando victorias de etapa.
No fue una misión fácil, porque las etapas que le quedaban eran complicadísimas, pero era un intento de escapar de la sombra de la clasificación general, que hasta ese momento le había sido esquiva.
Quizás esa fue la clave para empezar a ver un cambio en su forma de correr: buscar un lugar en la historia de la carrera no solo a través de la lucha por la general, sino también con victorias parciales.
El Tour de Francia siempre ha sido un reto que, por diversas razones, no le ha permitido brillar de la manera que muchos esperábamos.
Aunque en 2020 estuvo cerca de meterse en el podio, la historia ha sido distinta en otros años. En 2021, por ejemplo, el recorrido le favorecía, pero una caída y problemas físicos terminaron por derrumbar sus sueños de estar en lo más alto. Ese año, las lesiones lo persiguieron y la clasificación general se le escapó rápidamente.
Sin embargo, la Vuelta a España ha sido otra historia. Ahí sí que ha conseguido destacar, logrando su tercer puesto en 2021 y mostrando que, cuando el recorrido se adapta a su tipo de ciclismo, tiene la capacidad de estar entre los mejores.
Es como si el Tour y la Vuelta fueran dos mundos diferentes para él, y en el segundo se siente mucho más cómodo que en el primero.
En la Vuelta, Enric Mas sabe cómo pelear, cómo gestionar las etapas y cómo estar en los momentos clave. En el Tour, por otro lado, se encuentra con una competencia que le obliga a ir siempre al límite, y no siempre le ha salido bien.
Pero hay algo que no se le puede negar: su constancia y su capacidad para seguir luchando, incluso repitiendo el plan. Es cierto que no ha conseguido ese gran resultado en el Tour, pero ha demostrado que tiene la mentalidad de seguir intentándolo, año tras año, aprendiendo de cada error.
Y a pesar de las dificultades, sigue siendo un excelente ciclista, con esa pizca de determinación que a veces le ha faltado a otros.
Ahora, con la temporada 2025 en el horizonte, Enric Mas se enfrenta a una nueva oportunidad de hacer historia. Aunque el Tour siempre será un objetivo complicado, su estrategia en la última edición, apostando por las etapas, podría ser una señal de que está listo para un cambio.
Quizá no sea la general del Tour lo que le vaya a dar el protagonismo que busca, pero con victorias de etapa, con un enfoque más arriesgado, puede encontrar su lugar en la historia de la carrera.
Y quién sabe, tal vez el 2024 sea el año en que finalmente consiga ese ansiado triunfo parcial en Francia.
Aquí se celebraría.
Imagen: Unipublic
Ciclistas
Laurence Pithie va a ser la sombra de Oier Lazkano
En el Red Bull Laurence Pithie va a ser la otra gran baza en las clásicas
Aunque sobre el papel, cuando Oier Lazkano fichó por el Red Bull parecía la gran carta para disputar las clásicas, lo cierto es que la opción de Laurence Pithie parece tanto o más evidente que la del vasco.
El neozelandés fue la revelación de las clásicas el año pasado, mostrando talento talento, pero cometiendo algunos errores que le costaron el podio en varias carreras de un día.
En 2025, ahora en el Red Bull ya podéis esperarle.
Antes, en 2024, en la Kuurne-Bruselas-Kuurne quedó atrás a 70 km de la meta, y en Gante-Wevelgem, cuando quedaban 34 km, no pudo seguir el ritmo de Mads Pedersen y Mathieu van der Poel.
Se había convertido en un elemento fijo en las clásicas.
En París-Roubaix, parecía encaminado al podio junto a su compañero Stefan Küng, pero una caída a 33 km del final arruinó sus posibilidades. A
pesar de ello, logró un notable séptimo lugar en su debut, aunque no quedó satisfecho porque sabía que podía haber hecho más.
Laurence Pithie admite que fue frustrante estar siempre en los momentos clave de las carreras pero terminar lejos en las clasificaciones, pero a sus 22 primaveras el margen es innegable.
Pithie sabe que seguir a corredores como Van der Poel y Van Aert en las clásicas es un muro, y en 2025 también enfrentará a Tadej Pogačar en las carreras de adoquines.
Aun así, está optimista tras sorprenderse con su desempeño en primavera, destacando su habilidad para mantenerse bien posicionado y evitar accidentes. Ahora quiere trabajar en su resistencia y en mantener el ritmo en los últimos kilómetros de las carreras, confiando en que la experiencia y el paso de los años lo ayudarán a competir en los momentos finales.
El cambio más grande para Pithie este año es su nuevo equipo.
Después de dos años en Groupama-FDJ, ha dado el salto al Red Bull y coincidirá con Oier Lazkano, Jan Tratnik y los hermanos Van Dijke.
Para Pithie, la profesionalidad del ambiente y el hecho de trabajar en un entorno de habla inglesa fueron factores clave para aceptar la oferta. Aunque valora su tiempo en Groupama-FDJ, admite que la barrera del idioma dificultaba la comunicación táctica con los directores deportivos, algo que espera mejorar en su nuevo equipo.
En Red Bull, va de la mano de Heinrich Haussler, Shane Archbold y Bernie Eisel, que no es poco, lo que contrasta con los métodos más tradicionales de su equipo anterior.
De cara al futuro, Pithie competirá en importantes Clásicas como Harelbeke, Wevelgem, el Tour de Flandes y París-Roubaix, además de empezar la temporada en el Tour Down Under.
Con su talento en rápido desarrollo, espera liderar el asalto de su equipo en las clásicas y convertirse en una fuerza importante en las carreras de adoquines.
Imagen: A.S.O./Billy Ceusters
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