Ciclismo
Si Valverde está bien ¿qué problema hay?
Cada vez que Valverde «lidera» una cicloturista salen problemas de donde no los hay
Esto mismo que vamos a contar ahora, ya sucedió en la Quebrantahuesos, cuando Alejandro Valverde llegó solo, muy solo, reventando todos los cronos.
Hace una semana flipábamos con la cuarta plaza de Alejandro Valverde en el Mundial de gravel y hoy veo polémica por su presencia en la Vuelta a Ibiza donde, como no podía ser de otra manera, ha sido el más rápido.
En este tema, como veis, llueve sobre mojado, es como cuando una mala comida te vuelve cada poco a lo largo de la tarde, provocando esa desagradable sensación de «ya visto».
Valverde ha sido el más rápido en la Vuelta a Ibiza porque sencillamente está como cuando colgó la bicicleta, o en todo caso muy cerca de aquellos días.
De eso hace un año y una semana, y como bien nos admitió, sigue con la rutina de pro pero sin ser pro.
¿Qué esperáis pues?
Cada expro se toma las cosas como le vienen o apetecen.
Conozco algunos que en su marcha les gusta rodar entre la gente, sentir el calor del público y charlar con aquellos que dedican su tiempo y recursos a rodar junto a sus ídolos.
Otros, al contrario, en la bajada de bandera, les gusta exprimirse, y claro acaban abriendo unas brechas brutales que, luego, muchas veces se cierran porque los de adelante se paran o los paran.
Hay de todo para todos, sin más beneficio que para el organizador que tiene en esto un negocio y para el participante, que se lleva un buen recuerdo.
El problema no está aquí, el problema reside en aquella prensa que está en manos de becario o personas que en su vida han oído hablar de una bicicleta, que piensan y escriben que la Vuelta a Ibiza poco menos que es el Giro de Lombardía, poniendo en el mismo nivel dos cosas que no tienen nada que ver.
Y la ignorancia, que es muy atrevida, se transmite a gente que airea que si Valverde va a «carreras» con aficionados a arrasar y esas cosas cuando un tío que es lo que ha sido el murciano le resbala cualquier titulillo o medalla que se pueda colgar en la QH, Vuelta a Ibiza o clásica del pueblo.
Esta gente saca rédito a su fama, hacen sus «bolos» y disfrutan del ciclismo, el problema es que ellos lo disfrutan mucho más rápido que el resto porque lo han sido todo sobre una bicicleta.
En fin, que seguimos en el día de la marmota…
Ciclismo
Una Flecha Valona bajo el «síndrome Skjelmose»
Esta Flecha Valona llega en un escenario inesperado
Olvidada la edición de 2024, gélida y con ganador sorpresa, la Flecha Valona 2025 llega con todo el picante tras la Amstel Gold Race, donde Mattias Skjelmose ya dejó claro que los favoritos no lo van a tener fácil.
Esta clásica de las Ardenas, con su terreno traicionero y el kilómetro más largo en el Mur de Huy, promete ser cualquier cosa menos un paseo.
Aunque Tadej Pogacar sigue siendo el nombre más fuerte, se le ha visto algo más humano en las últimas semanas, tras el desgaste acumulado entre Flandes, Roubaix y Amstel.
Aun así, el esloveno ya sabe lo que es ganar aquí: lo hizo en 2023 con un ataque demoledor a pocos metros de meta, dejando atrás a Skjelmose y a un brillante Mikel Landa.
Remco Evenepoel llega con ganas de revancha y no le sirve pensar que el recorrido no le es el más propicio.
Después de la lesión de diciembre, ha vuelto a un nivel altísimo: ganó la Flecha Brabanzona y fue tercero en la Amstel.
Corre casi en casa y ha dicho claro que quiere ganar en este tríptico.
Todo apunta a un nuevo duelo Pogacar-Remco, pero no son los únicos con opciones.
Skjelmose ya demostró que tiene piernas para grandes cosas.
También hay que contar con corredores que ya han saboreado la victoria en esta carrera, como Julian Alaphilippe, Marc Hirschi, Dylan Teuns o el vigente campeón Stephen Williams, quien no sé si se volverá a ver en una igual al año pasado.
A ellos se suman otros nombres peligrosos como Tom Pidcock, Thibau Nys o Ben O’Connor, que pueden agitar la carrera en cualquier momento.
Recordad que Sven, el padre de Thibaut, marcó esta carrera entre las más asequibles para el vástago.
Entre los españoles, hay buenos mimbres.
Enric Mas viene fuerte tras podios en la Volta y la Itzulia.
Pello Bilbao ha mostrado solidez y Alex Aranburu llega motivado tras su buen papel en la Itzulia y Flecha Brabanzona.
Todos quieren seguir el legado de Alejandro Valverde, el gran dominador histórico de esta prueba con cinco triunfos, cuatro de ellos seguidos.
El recorrido mantiene su esencia: colinas constantes y el final clásico en el Mur de Huy, con rampas de hasta el 17%.
La carrera, como casi siempre, se decidirá allí.
La duda es si Pogacar lo apostará todo a un ataque lejano o esperará al zarpazo final.
Lo único seguro es que habrá espectáculo en una de las carreras más singulares del año, por estar tan condicionada con ese final.
Imagen: A.S.O./Gaëtan Flamme
Ciclismo
Remco Evenepoel puede estar muy orgulloso
Vaya regreso ha protagonizado Remco Evenepoel
Mañana mismo, nuevo episodio de la rivalidad Remco Evenepoel- Tadej Pogacar, en la Flecha Valona, la carrera que, sobre el papel, peor va al belga.
Nada que ver con Amstel o Lieja, ya el domingo, terreno diferente, muy duro, pero donde hay que poner los huevos en diferentes cestas y no sólo en la subida final, a no ser que estos locos lo revienten todo sin esperar a Huy.
En todo caso, Remco Evenepoel puede estar muy contento de su regreso tras una lesión en el hombro.
Ganó la Flecha Brabanzona el viernes y este domingo quedó tercero en la Amstel Gold Race, detrás de Mattias Skjelmose, que ganó, y Tadej Pogačar, que fue segundo.
Remco Evenepoel cree que podría haber ganado si no hubiera sufrido una caída a mitad de carrera.
Tras la carrera lo admitió, le surgieron sentimientos encontrados: por un lado, contento por competir de tú a tú con los mejores del momento tras tanto tiempo parado; por otro, frustrado porque sintió que la victoria estaba al alcance.
Explicó que arrancó el sprint demasiado pronto y con viento en contra, y que, al no ser un sprinter puro, no se atrevió a buscar el mejor sitio para lanzar su ataque.
Aun así, quedó muy cerca: lo vimos, sacaron media bici.
La caída que sufrió ocurrió a unos 100 km de la meta y también afectó a corredores como Wout van Aert y Thibau Nys.
Todos se levantaron rápido y volvieron al pelotón.
Pero Remco tuvo que perseguir durante más de 30 km para volver al grupo, lo que le costó mucha energía.
Además, su compañero Pepijn Reinderink también se cayó, y eso complicó más la situación.
En sus palabras, tuvo que echar mano 100 vatios más de lo normal solo para volver, y eso se paga caro en una carrera así.
En el podio se le vio serio, cariacontecido, y tiene motivos, es un ganador, pero al mismo tiempo, neutralizó al campeón del mundo, escenario que muchos no veíamos de inicio, además lo hizo en su terreno y con la inercia de una primavera increíble.
La acción había empezado con Julian Alaphilippe atacando en el Gulperberg.
Pogačar fue el único que lo siguió y después se lanzó solo en el Kruisberg, a más de 40 km del final.
Luego Skjelmose logró una buena ventaja en el Keutenberg y Evenepoel se le unió, trabajando duro para alcanzar a Pogačar.
Al final, Remco llevó al trío hasta la recta de meta, pero se le adelantaron.
Aun así, tiene que estar contento con el tercer puesto y con confianza de cara a la próxima gran cita: la Lieja-Bastogne-Lieja, que ya ha ganado dos veces.
Según él, no volverá a cometer el mismo error allí.
Imagen: FB Amstel Gold Race
Ciclismo
Pero ¿a quién ha matado Mattias Skjelmose?
Si Mattias Skjelmose se emociona al cruzar la meta, para qué se recuerda que dio positivo a los 15 años
Curiosas un par de reacciones al vídeo que retuiteamos el domingo, ese de la llegada de Mattias Skjelmose y cómo fue a buscar a su auxiliar para preguntarle si creía que había ganado.
La imagen, que sí compartió el equipo en sus redes, rezuma emoción y espontaneidad. Es el final de una gran clásica de 250 kilómetros, ganada nada menos que ante Remco Evenepoel y Tadej Pogačar.
Skjelmose no cabía en sí. Estaba roto por el esfuerzo y desbordado por la euforia, al punto que las lágrimas le brotaban al ritmo de las gotas de sudor.
Fue brutal, precioso, ese momento en el que le confirman que ha ganado.
Y, aun así, siempre hay quien viene a recordarnos que con quince años dio positivo.
Con este vídeo somos soldados eternos de Mattias https://t.co/bKKAQBaoaz
— JoanSeguidor (@JoanSeguidor) April 20, 2025
Pero… ¿a qué cojones veis ciclismo? Es más, ¿para qué veis este ciclismo?
Un deporte deshumanizado, que saca a la gente de sus casas, los exprime entre tablas de Excel, vatios y rendimiento. Es muy difícil tener la hoja inmaculada. Esto ha alcanzado niveles casi indecentes en todos los aspectos y vértices.
Mirad lo que dice Dumoulin.
Y ojo, no digo que el danés haya sido un santo. Dio positivo. No lo sabía… pero ¿y qué? Pasó el tiempo, cumplió lo que tuviera que cumplir como castigo. Es lo que hay, como pasa con mil cosas en la vida.
Hablar de ellos, traer a Johan Bruyneel o a Manolo Saiz al podcast, no es blanquearlos. Es darles voz y entender el contexto.
Mattias Skjelmose ha dado un paso de gigante en la jerarquía del pelotón. Un salto tan grande que da vértigo. Definitivo.
Hablamos del mismo ciclista que en la París-Niza se dio una hostia de impresión. Un golpe que casi lo parte en dos y del que ha salido adelante… a saber cómo y con qué sacrificios.
El ciclismo no es lineal. Te pone tan al límite que ni imaginamos por lo que esta gente pasa y acepta.
Ese es el peaje. Reconocerlo no significa que nos parezca bien. Pero, en todo caso, no creo que el momento de ese retuit fuera el indicado para recordarlo.
Ciclismo
El recuerdo de Tom Dumoulin
Así consumió el ciclismo a Tom Dumoulin
El otro día, dándole vueltas a lo de Wour van Aert y lo que implica este ciclismo, surgió el recuerdo sobre Tom Dumoulin, el tipo que vio junto al belga la debacle de su compañero Roglic ante Pogacar en La Planche des Belles Filles.
Echando la vista sobre el neerlandés, hemos leído una entrevista en la que habló sin vueltas sobre lo duro que fue su paso por el ciclismo profesional.
Contó que después de retirarse en 2022, se sintió totalmente vacío y agotado, tanto física como mentalmente.
Estuvo meses durmiendo mucho y sin ganas de hacer nada, como si su cuerpo y su mente necesitaran resetearse por completo.
Durante su carrera, siempre sintió que el ambiente del ciclismo era demasiado exigente.
Todo giraba alrededor del rendimiento, sin lugar para frenar o escuchar lo que uno necesitaba realmente.
A él le costaba encajar en esa lógica, porque no se sentía un robot capaz de rendir siempre al máximo. El hecho de necesitar pausas mentales lo hacía sentir fuera de lugar o incluso débil, lo que generaba culpa y mucho desgaste.
Dumoulin también habló sobre cómo algunos ciclistas actuales logran encontrar un mejor equilibrio entre la disciplina y el bienestar personal.
Destacó a corredores como Pogačar o Van der Poel, que, aunque siguen entrenamientos exigentes y se cuidan mucho, también se permiten espacios para disfrutar y desconectarse.
Eso, según él, les da una ventaja importante porque siguen siendo dueños de sus decisiones.
También cuestionó a equipos que se enfocan solo en los datos y la ciencia, como Visma-Lease a Bike, aunque su anterior bloque el actual Picnic, es uno de los equipos que más ciclistas quemados ha tenido en la historia reciente.
Aunque tuvieron buenos resultados, cree que ahora están perdiendo fuerza porque dejan de lado el factor humano.
Algunos ciclistas en esos equipos parecen haberse estancado, lo que muestra que no todo puede medirse con números.
A pesar de haberse alejado del ciclismo, Dumoulin hoy se siente bien y más tranquilo.
Aunque en su momento pensaba no volver nunca, ahora considera qué podría aportar desde otro lugar.
No como director técnico, pero sí acompañando a los ciclistas en lo mental.
Su experiencia le enseñó mucho, y siente que puede ayudar a otros a no perderse en un mundo tan competitivo.
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Javier
16 de octubre, 2023 En 8:36
¿Que problema hay de que Valverde llegue primero en una marcha cicloturista que no es puntuable para nada?, los que critican que se dediquen a otra cosa, por ejemplo a pedalear y a intentar terminar la marcha y dejar a los demás tranquilos,
Julio
16 de octubre, 2023 En 19:28
El problema no es de Valverde, el problema es de los que son cicloturistas y se creen corredores ciclistas y como no saben nada de ciclismo no saben diferenciar entre ser una persona que anda bien en bici y un ciclista de competición.
Luis Rubio Román
17 de octubre, 2023 En 2:11
Muy bien escrito, Iban. A ver si dejamos en paz a Valverde de una vez. Es un lujo para todos; organización, participantes, espectadores… y patrocinadores del evento, que gente de su calidad HUMANA y deportiva engrandezca las marchas cicloturistas, gane, empate o pierda. ¿O es que Valverde tiene que participar cuando cumpla 60 años para que los demás le puedan ganar y los disidentes se queden a gusto? Lo de siempre.
José Ignacio
19 de octubre, 2023 En 14:39
Perdona Luis Rubio Román.
Yo tengo 60 años y participó en marchas cicloturistas y por eso son marchas cicloturistas porque puede participar todo el mundo hasta ahí deacuerdo.
Yo he hecho la Miguel Indurain , la Orbea gran fondo y la Bilbao Bilbao y alguna otra y en todas han participado expro y nunca han ido ha disputar si no ha mezclarse con los aficionados y pasar un rato agradable y compartir , entonces no sé si le da igual o no , la categoría pienso yo se demuestra de otra manera.