Qué grande el regreso de Nairo en la jornada reina del Giro

No llegó en su mejor tono, no entró en quiniela alguna pero el Nairo Quintana de las buenas ocasiones, que no las más grandes, ya carbura.

Dos semanas de semi penitencia por Italia, bajando al sur y volviendo al norte, a los Dolomitas, para que el colombiano recupere sensaciones que no quedan tan lejos.

Cuando Nairo Quintana dejó el pelotón por una arbitraria sanción por el tramadol, lo hizo desde arriba, tras ser segundo en aquella famosa etapa del Granon en la que Vingegaard le hizo sorpasso a Pogacar.

Esta vez Nairo vuelve a ser segundo en otra jornada de gran dimensión, en Livigno, en la jornada reina del Giro de Italia que domina Tadej Pogacar, el mismo que ese día del Granon quedó por detrás de él.

No han sido meses sencillos para la gran estrella colombiana.

Desde las caídas a las enfermedades, a insinuaciones poco disimuladas, como la de Geraint Thomas en su podcast llamándole «rata», de todo le ha acompañado en este tramo de temporada, los primeros meses de su regreso.

Pero algo brillaba en la mirada del colombiano cuando nos vimos con él en Andorra, hace medio año.

Un brillo fruto de sus ganas por volver al terreno de juego y ser protagonista.

El éxito y la fama deben ser adictivos y Nairo, quien lo tiene todo solucionado no, lo siguiente, nunca dejó de picar puertas, hasta que el Movistar le marcó el camino de vuelta y le puso el Giro en la agenda.

Un Giro que llega diez años después de ganarlo. 

2014 frente a 2024, dos versiones de Nairo Quintana en el Giro, la primera de las dos grandes que lucen en su palmarés.

Ajeno a la general, ha buscado el éxito en la etapa más importante de la carrera, y sólo Pogacar ha evitado su éxito, sobre la línea de los dos últimos kilómetros.

Espero que Nairo vuelva a intentarlo, como Alaphilippe el otro día, nos habrá gustado más o menos en según que momentos, pero es un ciclista mayúsculo al que creo le cometieron una injusticia y ha sido capaz de volver.

Sólo por eso, por esa fe que mostró en su regreso, y una vez producido, por las dificultades superadas, merece una etapa en esta carrera.

Imagen: FB Movistar Team– Getty Images

El dominio de Pogacar en este Giro se está cumpliendo punto por punto

No es ganar, es cómo se gana, cómo toma forma una obra colosal, llena de matices, pequeñas historias y una suma de gestas que da como resultado el Giro 2024, el Giro de Tadej Pogacar.

El esloveno no esconde cartas, porque sabe que no lo necesita.

Marca los objetivos antes de tomar la salida y va saldando cuentas punto por punto, cerrando capítulos con la misma facilidad que los propone.

Es un privilegiado que se permite lujos vedados para el 99% del pelotón, como el de decir lo que va a hacer y hacerlo.

El ciclista del presenta ganando al del pasado, Pogacar, casi seguro ganador del Giro 2024, si no pasa nada extrañísimo, superando al ganador de hace diez años, Nairo Quintana, justo en el arranque del muro a Livigno.

Una etapa para cerrar el círculo del dominio total y aplastante.

Pogacar queria la estadística de su lado, quería etapas, la general final pero también experiencias y recuerdos eternos.

Cuando Nairo tomaba la cabeza, a catorce de meta, Pogacar ejercía de tirano casi mil metros por atrás.

Le podría haber servido atacar más cerca, que lleva el rosa y más de tres minutos sobre el segundo, pero lo quería todo pero en especial sentenciar el Giro, con casi siete minutos sobre el resto, y firmar la gesta que todos esperábamos.

Porque Pogacar lo prometió, dijo que iba a ir a por la etapa, sacar brillo al trabajo del equipo y firmar registros a los que no estamos acostumbrados.

Hemos visto muchos y muy buenos campeones, pero esto apunta a los mejores de la historia y ahora mismo Pogacar compite contra eso, incluso en el caso que en un par de meses no fuera capaz de ganar el Tour de Francia.

Nos ha tocado en suerte el mejor ciclista desde tiempos de Bernard Hinault, adivinarle techo es imposible, pero no andará lejos de esos nombres que seguro todos tenemos en mente, pues son los más grandes de la historia.

Así respira Samuel Sánchez de sus recuerdos olímpicos y Pelayo Sánchez

Nos acordamos de invitar a Samuel Sánchez por varios motivos.

El primero por el año en el que estamos, Juegos Olímpicos, palabra favorita para el exciclista, y más con lo que acontece en Ecuador con los problemas de Richard Carapaz para defender su corona.

Luego la irrupción de un ciclista que conoce bien como Pelayo Sánchez en el Giro de Italia.

Pero también para saber cómo le va a Samuel Sánchez, de aquí para allá y sus impresiones sonre los motivos dorados más elegantes en maillot, bicicleta y casco que debe llevar un campeón olímpico.

Por cierto, que Samu coincide, en cada carrera que compite alguien del big 6, el resto parece resignado a disputar las plazas de plata.

En A cuchillo, discutimos con Kike Molares sobre las bondades del tubeless y la cámara en un resultado que nuestra encuesta ha demostrado muy decantado.

❓❓ Pregunta de esas de ¿papá o mama?
¿Qué prefieres y por qué?
🛞Cámara
🛞Tubeless

— JoanSeguidor (@JoanSeguidor) May 13, 2024

Aprovechando que Kike nos habla de Ámsterdam, nos explica un poco cómo están los ánimos con Jonas Vingegaard en un Visma de año aciago.

Con el Giro disputando cronos, comentamos cositas que pueden mejorar las retransmisiones televisivas de las mismas, o al menos hacerlas más amenas al espectador de la calle.

No os perdáis la efeméride climática que sucedió justo antes que la primera bicicleta echara a rodar.

Sumario de este podcast:

0´20´´ Introducción.

1´03´´ Samuel Sánchez sobre si le gusta el dorado en la bicicleta, la explosión de Pelayo y la cantera.

25´53´´ A cuchillo: nos acompaña Kike Molares desde Ámsterdam para decirnos que él prefiere tubeless y cómo andan los ánimos por allí con Vingegaard.

45´54´´ ¿La televisión podría hacer más amenas las cronos? Lo comentan Iker Gallastegi y Fran Alarcón.

1hr04´37´´ La bicicleta nació de un evento climático y hoy es clave ante el cambio climático. Nos lo explica Xavi Prat desde Bicilab Andorra.

Hay miedo a innovar en la cobertura de las contrarrelojes y el Giro no es una excepción

Para mí la imagen de Filippo Ganna en la primera de las contrarrelojes del Giro de Italia, la que ilustra este artículo, ya compensa la ejecución de esta modalidad.

Es una jodida maravilla, y eso que no ganó, verle rodar, tan redondo, elegante, fino sobre la bicicleta.

Un movimiento suave que es terriblemente bello y efectivo, cosa que no es sencilla.

Ver a Filippo Ganna o al mismo Remco Evenepoel, recordar a los no tan lejanos Tom Dumoulin o Bradley Wiggins, evocar aquellas cronos de Miguel Indurain, todo en esta modalidad es poesía para quienes seguimos el ciclismo.

Pero ¿para quiénes no lo siguen?

Ahí reside una de las claves de este post, que alimento en parte de la charla que el otro día mantuvimos en el podcast con Fran Alarcón e Iker Gallastegi en el podcast.

Una charla amena y con algunas soluciones para hacer más amenas las coberturas de las contrarrelojes que en este Giro, con más de 70 kilómetros, han vuelto a tener un papel importante.

FB Giro d´Italia

Si nos ponemos exquisitos, quizá el tiro sobre el «hot seat» sea el principal aporte en la cobertura de la carrera, un tiro de cámara que retrata las emociones de quien lidera la carrera en cada instante según va viendo llegar a sus rivales.

Es increíble que una disciplina tan tecnológica como la crono, en un deporte tan a lomos del progreso como el ciclismo, no se saque partido a la cantidad de datos LIVE que surgen de la celebración de una prueba así.

Sería algo similar a lo que vemos en Moto GP o Fórmula 1, o también en las televisiones económicas con constantes rotulitos yendo y viniendo que aporten valor numérico, es decir tiempos, a lo que vemos en la pantalla.

Con esto, la presencia de las contrarrelojes en la pantalla ganaría enteros, pues al final la cobertura y seguimiento de los ciclistas es sota, caballo.y rey con las motos y helicópteros disponibles.

Recordemos la Vuelta a California y toda a cantidad de información que suministraban en la pantalla, nos acabábamos aprendiendo la general de carrerilla.

Como en tantas otras cosas en ciclismo, parece que existe un miedo atroz al cambio y la innovación, cuando esto no exige más que imaginación y buen gusto para colar cuanta más información mejor sin demérito de la imagen y el desarrollo de los corredores, que al final es lo que nos importa.

Imagen: FB Giro d´Italia