Ciclismo
#PodcastJS Dopaje en ciclismo ¿Sanciones de por vida?
Que el ciclismo se saque el estigma del dopaje llevaría mucho tiempo
Ha querido la casualidad que surja el positivo de Edwin Ávila llegue con un podcast sobre dopaje en ciclismo y sanciones que grabamos la semana pasada.
Ávila es ciclista del Burgos BH, que obviamente ha apartado al ciclista, y tiene, leemos, el antecedente de un excompañero a su favor, que no sirvió para evitar la desaparición del Manzana Postobón.
Se dio prisa Ávila para encontrar el motivo.
Para el Burgos BH esto es una nueva muesca en el serial Ibai Salas, David Belda e Igor Merino que le valió una suspensión de actividad hace un año.
No es tema menor, Burgos es la salida de la Vuelta y su equipo va a estar en la misma.
En todo caso, la noticia conecta con algo que nos es familiar.
Cuando hace unas semanas tuvimos un podcast sobre la actuación de Mark Padun en el tramo final del Dauphiné, Gonzalo Vicente, uno de los invitados, habló de las sanciones de por vida como solución para mejorar la imagen que el dopaje le ha propinado al ciclismo.
La solución, aunque radical, a veces parece la única, y tras ella vendría, con el tiempo, la mejora en la percepción que la gente tiene sobre este deporte.
Pero hay matices, obviamente, pues en salidas así siempre pagan justos por pecadores.
No obstante hay un tema que consideramos indiscutible, el dopaje en ciclismo está mal en todos los niveles, pero en ciertos ámbitos nos parece ridículo, sencillamente injustificable.
Hablamos del ciclismo recreativo, aquel que se practica, como hemos dicho muchas veces, para matar el gusanillo.
Con todo vemos que, como ya dijimos en la charla sobre Padun, el ciclismo sigue lastrado por el estigma del dopaje, incluso en tiempos como los actuales, cuando la gente dice que las cosas están mucho mejor.
Costará quitarse esa rémora con personas que siguen en el ciclismo con un pasado comprometido
Para hablar sobre todo esto, vuelve Gonzalo Vicente, entrenador nacional de ciclismo, licenciado en INEF y profesor de gimnasia, y se suma Jordi Berenguer, ciclista profesional hace años y con el tiempo personaje muy conocido también en el calendario master y el ciclismo de escuelas.
Ciclismo
Quiero creer en el Alejandro Valverde seleccionador
Lo que logró como corredor no va a ser sencillo que Valverde lo consiga como seleccionador
Alejandro Valverde ya ha sido nombrado oficialmente como el nuevo seleccionador nacional de carretera masculino de España.
En su haber, una carrera, llena de victorias prestigiosas como cinco Flechas Valonas, cuatro Lieja-Bastogne-Lieja y la Vuelta a España de 2009 y su mayor logro: coronarse campeón del mundo en 2018.
Tras su retiro en 2022, Valverde continuó su vínculo con el ciclismo como embajador y gravelero.
El anuncio de su nombramiento se realizó el día del padre por parte del presi de la Real Federación Española de Ciclismo, que destacó su experiencia y conocimiento profundo del deporte como cualidades fundamentales para liderar la selección.
Siempre sonriente, cercano y cálido en las distancias cortas, Valverde expresó su entusiasmo por este nuevo desafío llamado seleccionador, asegurando que dará lo máximo para contribuir al éxito de la selección española.
Para Valverde es clave la relevancia del trabajo en equipo y la colaboración con otros seleccionadores y personal técnico para alcanzar los objetivos establecidos.
Desde fuera, no lo veo nada sencillo, y eso que el ciclismo español tiene buena base para volver a ser protagonista en los mundiales.
Es cierto que Valverde fue uno de los mejores ciclistas que ha visto este país, pero una cosa es triunfar en la carretera y otra en el coche, y muy diferente también lograr transmitir como seleccionador situaciones tan personales como a las que se ha enfrentado en sus años de ciclista.
A modo inmediato le viene el Mundial de Kigali, Ruanda, en 2025.
Otro desafío será la integración de nuevas tecnologías y metodologías de entrenamiento para optimizar el rendimiento de los ciclistas, un área en la que la experiencia internacional de Valverde jugará un papel crucial.
Su nombramiento refleja una apuesta por la experiencia, el liderazgo y la pasión por el ciclismo, no lo dudo, pero también por un carisma con el que va a ser imposible competir, ojalá salga bien, pero a priori no me pareció la mejor opción.
Ciclismo
Milán-San Remo: Van der Poel nos ganó la carrera del siglo
La segunda Milán-San Remo de Van der Poel llega en una carrera histórica
Se sabía de antemano que esta Milán-San Remo iba a romper los moldes, el guion escrito, las previsiones, como esa que recordábamos esta mañana de Gino Bartali. Una carrera para marcar un antes y un después, con Mathieu Van der Poel en lo más alto.
Ha sido emocionante, más que nunca.
San Remo siempre nos ofrece los 15 minutos del año, pero esta vez la emoción se alargó sobre el terreno.
La Cipressa, la subida que todos marcaban como clave para Pogacar fue precisamente eso: la rampa de lanzamiento, casi nueve minutos para una acción que antes se consideraba suicida, pero no para estos corredores.
Porque si en algún momento hemos visto un abismo entre unos pocos y el resto, ha sido hoy.
Una Milán-San Remo entre Pogacar, Van der Poel y Ganna, y luego, el resto.
Un hueco que se hizo insalvable ya en la Cipressa, con tres nombres marcados: el podio claro, y los perseguidores que nunca estuvieron a la vista.
Pogacar lo ha hecho todo bien: ha armado la estrategia adecuada, ha utilizado a Wellens y Narváez en la Cipressa, ha intentado desgastar a Van der Poel hasta la saciedad y ha atacado 1000 veces, pero la Milán-San Remo sigue resistiéndosele.
Creo que no soy el único que quiere verle ganar esta carrera algún año, pero claro, cuanto más tarde, más alimenta nuestra expectativa.
Así que, si aún no lo ha logrado, lo más probable es que tenga que redoblar la apuesta para el próximo año.
San Remo no es una obsesión para Pogacar, nos dijo Matxin, y le creo, con todo lo que ha ganado. Pero que aún le quede pendiente es una bendición para los aficionados y todas las cábalas en las que nos perdemos.
Hoy hemos visto algo importante, clave, diría yo.
Cuando Tadej Pogacar tiene rivales a la altura, como Mathieu Van der Poel, surgen carreras como ésta.
Por eso, aquí, en este mal anillado cuaderno, aplaudimos a personajes como Jonas Vingegaard o el mismo neerlandés, porque nos dan eso: días para el recuerdo.
La segunda Milán-San Remo que gana Van der Poel es histórica, por la pasión que nos ha brindado, por seguir subiendo en la lista de monumentos, pero sobre todo, por haber sublimado una carrera que es un carrerón, muy especial, sin duda la más increíble cuando todo se desata, como fue el caso.
Ciclismo
Roglic o Ayuso ¿Seguirá la Volta a Catalunya siendo eslovena?
El primer favorito de la Volta es Roglic, pero Juan Ayuso llega de dulce
La Volta Ciclista a Catalunya 2025, a empezar el lunes en Sant Feliu de Guíxols, celebrará su 104ª edición con una participación en la que destaca un ganador de la carrera como Primoz Roglic.
El esloveno va al frente de un pelotón de 168 ciclistas compartiendo cartel con Juan Ayuso, Adam Yates, Egan Bernal, Richard Carapaz, Mikel Landa, Enric Mas, y Nairo Quintana.
Ahí van un par de ganadores de esta carrera entre los 24 equipos para siete etapas, tres de ellas con final en La Molina, Montserrat y Queralt.
Hablamos de jornadas clave, con las novedades de la vuelta a la cima de Montserrat, treinta años después de ganar Laurent Jalabert, y la maravilla del Berguedà, una etapa sin duda diferencial.
Ciclismo
Milán-San Remo 1950, la última de una época
Bartali ganó la Milán-San Remo de 1950 que marcó un antes y un después en la historia de la ciudad de la Liguria
El 18 de marzo de 1950, Gino Bartali ganó por última vez la famosa Milán-San Remo, sin saber que esa victoria marcaría el final de una era.
San Remo, conocida por ser la ciudad de los ciclistas, había sido durante años el epicentro del ciclismo en Italia, con la Milán-San Remo como su gran evento anual.
Sin embargo, a pesar de contar con muchas otras festividades como la de la gastronomía o el pescado frito, ninguna alcanzaba la popularidad o permanencia de la famosa carrera ciclista.
En esos años, la Milán-San Remo era la segunda carrera más importante en Italia, solo superada por el Giro de Italia, y atraía miles de turistas, especialmente de la clase alta del norte de Italia, quienes disfrutaban del buen clima y la pesca fresca en la ciudad.
San Remo se había hecho un nombre como centro turístico, pero además de la carrera, la ciudad buscaba nuevas maneras de atraer visitantes durante todo el año.
Así nació la idea de organizar un festival de música, el cual debutó el 29 de enero de 1951.
Aunque en un principio se pensó que el festival sería un fracaso, lo cierto es que fue el inicio de una nueva era para la ciudad.
El ciclismo ya no era el único atractivo de San Remo .
Desde entonces, la ciudad se convirtió también en la capital de la canción italiana, y muchos ciclistas, como el francés Louison Bobet en 1951, llegaron a San Remo también como parte de esa nueva identidad musical.
El Festival de San Remo, con su creciente popularidad, terminó por consolidarse, convirtiéndose en un evento que perdura hasta hoy.
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Galego mindoniense
16 de julio, 2022 En 4:00
Una cosa que nunca entendí, y sigo sin entender, es porque no se sancionan (en mayor o menor medida, dependiendo de cada caso) a los equipos cuando surgen casos de dopaje. Por ejemplo, cuando sancionaron de manera injusta a Alberto Contador por los 2 bistés de solomillo contaminados; ¿cómo es posible saliese de rositas de aquello? Mirar de que los nutricionistas y cocineros sean competentes y hagan su trabajo era cosa del Astana, así que ¿por qué al equipo no le cayó nada, y al Pistolero le quitaron 2 años de su carrera deportiva y una cuantiosa multa económica?
Si sancionasen a los equipos con varios millones por cada caso de dopaje y descenso de categoría, ya verías como no iban a hacer falta que andasen tanto esos «vampiros» por ahí; ya que las propias escuadras se encargarían de mantener bien vigilados y controlados a sus ciclistas.