Ciclistas
Rui Costa convierte su momento en el momento de todos
Mirada de guerrero, rostro de niño. Así es el ciclista portugués más conocido del momento. Rui Costa, 26 años, natural de Vila de Aguçadoura, pedazo de Portugal desconocido internacionalmente. En esta vila del Municipio de Póvoa de Varzim, la pasión de su padre por el ciclismo le hizo despertar hacia la modalidad, tras un paso por el atletismo.
Su pedaleo en cadete, en 2002, ya sumaba victorias y podios en carreras regionales y nacionales. Lo mismo en júnior y sub-23, escalón donde encendió las miradas sobre sí por los triunfos alcanzados, a nivel internacional, en el seno del Benfica en las temporadas 2007 y 2008. Triunfos como el Giro delle Regioni o la etapa en el Coupe des Nations Ville Saguenay. Rui Costa irradiaba talento y la invitación del Caisse d’Epargne no se hizo esperar. Partir hacia una aventura en el ‘World Tour’… ¿sí o no? Podría funcionar, pero también podría salir mal. Rui no temió, dio el paso adelante rumbo a España y culminó su primer año como profesional en 2009.
El gusto de pedalear, el trabajo y la dedicación con que se entrega al ciclismo lo llevó a logros importantes. Entre otros, la victoria de Quatre Jours de Dunkerque, el Challenge Mallorca-Trofeo Deià y una etapa en el Tour de Suisse. Con el fin de Caisse d´ Epargne y el comienzo del Movistar Team, el gigante español apostó en su contratación, una vez pasó por cinco meses de suspensión con su hermano Mário Costa, por dar positivo en un control después de los Campeonatos Nacionales de Contrarreloj por consumo que se probó involuntario. Y si había dudas sobre el talento luso, se disiparon cuando, el 9 de julio de 2011, cruzó en primero la línea de los sueños en Super-Besse Sancy. Era en la octava etapa del Tour de France. A partir de ese momento, todo cambió. El portugués era seguido y dos meses después, en la victoria del GP de Montréal, los focos se fijaron en él.
Sin embargo, se mantuvo inalterable en su rostro de niño y simplicidad característica, elementos ambis que esconden un guerrero capaz de las mayores glorias en la carretera. 2012 fue el año de oro para su carrera y no cambió su forma de ser. Se mostró en los Campeonatos del Mundo y en los Juegos Olímpicos, alcanzando resultados nunca antes logrados por los ciclistas lusos. ¿El premio mayor? Ser considerado el ‘Mejor Deportista Masculino’ en Portugal, tras alcanzar el 10º puesto en el Ranking UCI World Tour y conquistar, de una manera inédita, una vuelta internacional por etapas, el Tour de Suisse. Este hecho llevó los aficionados portugueses a la felicidad extrema sólo de pensar hasta dónde llegaría el ‘poveiro’…
Y empezó el 2013 y siguió ganando. Ganó la Klasica Primavera-Amorebieta y prometió luchar por la revalidación del título en Suiza. Cumplió su promesa de forma avasalladora, ganando la etapa reina y la contrarreloj final para conquistar por segundo año consecutivo la carrera helvética.
En el momento de la victoria, una imagen que refleja su esencia: subió al podio con el pequeño Tiago en sus brazos. Dos guerreros con rostro de niño, ambos a enfrentar luchas tan distintas… la dureza de las carreteras, la injusticia del cáncer. Esa es la esencia de Rui Costa: transforma un momento suyo en un momento de todos. Hace de su victoria la conquista de todos, como sus propias palabras reflejan: «Amigos esta victoria es nuestra!!! Qué alegría. GRACIAS pueblo luso por el apoyo. Un fuerte abrazo a todos».
Aquí llegamos a la fuente de donde el campeón alimenta su fuerza y su genialidad. Tiene cuatro pilares fundamentales: la familia, los amigos, los aficionados y una mujer muy especial, su Carla, presencia constante de apoyo inconmensurable. Lo acompaña, asistiendo desde la carretera a cada carrera.
Rui Costa es en el Movistar Team el mismo niño del Guilhabreu/Vila do Conde o del Sport Ciclismo S. João de Ver, clubes donde creció y tomó la forma de corredor enamorado del ciclismo. En Portugal, clamase para que lidere el equipo en el Tour de France. ¿Estará preparado? Sólo él lo sabrá. No podemos explicar cómo lo hace, pero siempre sabe qué decisión tomar y el momento cierto de atacar un reto en su carrera o en la carretera. Lee la carrera como lee la vida y tal vez ahí resida el secreto de su éxito, junto con el apoyo incondicional de quién lo rodea. Una certeza tenemos… Rui aún tiene mucho para mostrar.
Por Helena Dias
Foto tomada de http://www.noticiasdenavarra.com
Ciclistas
Los niveles de Egan Bernal
El Egan Bernal de 2019 no habría estado al nivel de los capos actuales, pero no habría estado lejos
Entre las parejas del pelotón hay una que me gusta mucho, la de Carlos Rodríguez con Egan Bernal.
No sé, hablamos de dos ciclistas tremendos, en diferentes épocas, Carlos más joven, y Egan, en plan mentor.
Comparten muchas cosas, pero una muy importante, son dos ciclistas espectaculares, que no se esconden, que toman el mando, les da el aire y son de fiar.
Por eso posiblemente se lleven tan bien, por eso en el pasado Tour, Egan Bernal no vaciló en echarle un cable al andaluz porque veía en él el ciclista que un día fue el colombiano.
Uno de los mejores del mundo.
Y por eso en Romandía, en el momento clave no dudó ponerse a su servicio para ayudarle en la conquista de una carrera que sin duda es un antes y un después para Carlos.
Valorad, por eso, que este Egan es el mismo que pisó el podio de la Volta y O Gran Camiño, que es un ciclista completamente recuperado de aquel horrible accidente.
Día redondo en #TDR2024
✅ Vuelve a ganar Carapaz
✅ Carlos Rodríguez sentencia la general
✅ Egan Bernal, excelente en favor de su compañero
Para Ayuso queda la asignatura pendiente de este tipo de etapas y de Enric pensé, ilusamente, que podía estar en una carrera propicia— JoanSeguidor (@JoanSeguidor) April 27, 2024
Leí el otro día a Egan Bernal hablar del cambio de nivel en el ciclismo estos últimos años.
Entiendo que el paso es brutal, lo hemos visto todos.
Dice el colombiano que su nivel de antes del accidente, el que le valió para ganar un Giro, no sería suficiente ante Vingegaard, Pogacar y cía.
Él lo sabe mejor que nadie, pero a diferencia de lo que pasó en ese Giro, creo que el Egan Bernal de 2019 estaba en otro nivel.
Posiblemente intermedio.
En este ciclismo de maravillas que estamos viviendo creo que Egan Bernal fue uno de los primeros en destapar la caja mágica.
Su forma de correr en 2019 fue un anticipo de lo que habría de venir.
Un ciclista presto a correrlo todo, agresivo y eficaz, aunando un tridente como París-Niza, Vuelta a Suiza y Tour de Francia, dando la cara y ofreciendo espectáculo.
Egan Bernal tanto reventaba cuesta arriba como en abanicos, siendo el cabeza de cartel del primer Ineos post Froome.
Ese Egan Bernal de 2019 superaba al de 2021 y creo que no habría estado lejos de los cocos actuales.
Ojalá un día le recuperemos.
Ciclistas
El balance agridulce de Juan Ayuso
Juan Ayuso ha pasado por los tres estados de ánimo esta primavera
Sota, caballo y rey, Juan Ayuso concluye la primavera 2024 con las tres sensaciones en el balance.
Si tomamos como termómetro las tres vueltas del World Tour que ha realizado, el ciclista ha pisado los tres peldaños de un podio imaginario.
Sin embargo a nadie se le escapa que ceder el liderato en la etapa reina del Tour de Romandía es un palo.
Desconozco si estaba cansado, si estaba enfermo o similar.
A diferencia del año pasado, cuando ganó la crono casi sin haber competido y luego cedió el amarillo, esta vez llegaba rodado y con kilómetros, quizá demasiados.
Lo que todos vimos fue un corredor que cuando Carlos Rodríguez se puso a tope empezó a sufrir, una imagen que nos remonta al Romandía del año pasado, igual que a la Vuelta a Suiza.
Son jornadas de similar perfil y resultado que se repite.
Parecen la piedra en el zapato de Juan Ayuso.
Sigo pensando que en etapas como las de hoy tiene una piedra en el zapato, aunque le quiten lo bailado
— JoanSeguidor (@JoanSeguidor) April 27, 2024
Esta vez llegaba a la vuelta suiza con buen bagaje, demostrando que cuando los grandes nombres no concurren, él está presto para ganar una carrera del nivel de la Itzulia.
Incluso, cuando coincide con un grande como Jonas Vingegaard, se erige como principal alternativa.
Lo vimos en Tirreno.
Lo que en cualquier otro equipo sería fruto de la normal evolución de un ciclista, Juan Ayuso sigue siendo muy joven, en el UAE Team Emirates hay otras prioridades.
El equipo es un pelotón en sí, una competencia real y desmedida entre grandísimos ciclistas que buscan hacerse un hueco a la sombra del incuestionable Tadej Pogacar.
Porque el esloveno es lo único inalterable en este equipo, todo lo demás está por hacer y lograr.
En esa carrera asoman nombres incluso más jóvenes que Juan Ayuso, el mil veces mentado Isaac Del Toro en especial.
Por eso cada resultado que se logre, cada victoria que se sume, cuenta doble, dentro y fuera del equipo emirat´.
Ahora, descanso y a pesanr en el Tour.
Imagen: UAE Team Emirates
Ciclistas
Los 5 mejores gregarios
Sepp Kuss encabeza con solvencia la lista de gregarios top
Grandes vueltas en el horizonte y clásicas recién concluidas, hicimos una pequeña encuesta sobre el estado del mundo de los gregarios, quizá impresionados por la increíble última etapa que se cascó Marc Soler en la Itzulia.
Hemos sacado los cinco nombres más relevantes, pero una conclusión ante las respuestas, sigue pesando mucho el ciclo de Chris Froome, pues no son pocos los que se acuerdan de nombres como Landa, Kwiatkowski, Poels o el mismo Castroviejo.
Pero vamos con los cinco más significados….
Sepp Kuss
El americano es el más repetido entre los nombres que van surgiendo.
Gregarios muchos, pero como Sepp sólo él, a la vista del 2023 que se marcó.
Ganó la Vuelta, pero antes había sido decisivo para la victoria de Roglic en el Giro y de Vingegaard en el Tour.
Cuando Kuss se ponía al frente, Pogacar sabía que el danés le iba a complicar mucho las cosas.
Las imágenes del Marie Blanque me parecen más que significativas, ese día el Tour empezó a decantarse.
Marc Soler
Sin duda que suscita controversia.
Aún pesa aquella etapa de la Vuelta 2019, en Andorra, pero negarle a Marc Soler la capacidad de trabajo por terceros es de ciegos.
Cuando el catalán tiene el día, camina como los rivales del líder, llevando el arte de los gregarios a otro nivel.
❓❓❓Una pregunta rápida…
¿Mejor o mejores gregarios actuales?— JoanSeguidor (@JoanSeguidor) April 9, 2024
Michael Morkov
El conseguidor en los sprints.
Nadie que quiera brillar en una volata puede prescindir de él.
El danés, que no se si se centrará de nuevo en el objetivo olímpico, está de último servicio para Mark Cavendish en el Tour, pero anteriormente ha sentado cátedra cómo moverse en el pelotón cuando éste va lanzado hacia el sprint, siendo clave en el treno azul de los Soudal y Quick Step.
Wout Van Aert
El multiherrmaienta sin duda.
Como Sepp Kuss un ganador que Visma viste de gregario cuando le interesa.
Sus servicios a Vingegaard en el Tour han sido decisivos, pero no sólo eso también ha sido útil a Roglic e incluso cedido ese tipo de victorias que muchos le reprochan no haber disputado para sí.
Jonathan Castroviejo
Un clásico que no viene de la época de Froome, habría que remontarse a Movistar, incluso a esos Juegos Olímpicos de Londres en los que remó y remó para Luisle y Valverde.
Desde entonces tres ciclistas le han disfrutado: Nairo Quintana, Chris Froome -lo que decíamos al principio- y Egan Bernal.
Gregarios, sin ellos no habría ciclismo, sin ellos las victorias no tendrían lugar.
Nunca bien ponderados, pues no salen en la estadística, ni en el palmarés, por eso es importante dejar algo escrito sobre ellos, para que lo suyo no quede en el olvido.
Richard Carapaz
Carapaz en Romandía: La insistencia tiene premio
La victoria de Carapaz en la etapa reina de Romandía pone fin a una injusta sequía
Tiempo, demasiado tiempo ha pasado desde que Richard Carapaz lograra su último triunfo antes de esta etapa en el Tour de Romandía.
Con año y pico en un equipo que se distingue por ser coral, imaginativo y proactivo, Carapaz poco le había podido ofrecer al EF hasta esta jornada.
Destellos de lo que es un gran corredor, pero gafado por caídas o enfermedad, mermado en un pelotón en el que o eres muy muy bueno, o pasas sin pena ni gloria.
Siempre he pensado que Richard Carapaz nunca ha sido el mejor en nada, unos cuantos le superan con creces, pero a su favor tiene dos cosas: olfato y ambición, que mezclados en justa medida dan como resultado el ciclista que tanto nos gusta, el de los pocos pero buenísimos triunfos.
A todo lo dicho añadidle esa pizca de valentía que a veces roza la inconsciencia de salir, por ejemplo, a por Pogacar en La Redoute a sabiendas que puedes hacerte daño.
Pero Richard Carapaz siempre lo intenta, siempre propone, como en la jornada reina del Tour de Romandía, jugando a ganar desde el primer momento.
Supo leer la necesidad de Ineos de tumbar al líder Juan Ayuso y trabajar para Carlos Rodríguez, Egan Bernal incluido.
Luego se soldó a la rueda de Carlos y atacó en el momento justo de la mejor manera que sabe hacerlo: sacando mucho de golpe y luego sufriendo hasta el final.
Aunque la justicia deportiva da y quita como le place, no me habría gustado nada que Florian Lipowitz le hubiera dado caza en la recta final.
Cuando Carapaz le vio venir redobló el esfuerzo y dio con la llave del triunfo.
Aunque ha ganado algunas cosas con el EF, nada es comparable a una victoria en el World Tour, el circuito de los mejores.
Tened por seguro que este ciclista en forma y con moral es posible que no vaya a ganar una gran vuelta, pero nos dará que hablar y será un gustazo verlo, y quién sabe, igual hasta decanta la balanza cuando menos lo imaginemos.
Imagen: FB EF Pro Cycling
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