Peter Sagan
Presión, esa palabra que le gusta tanto a Peter Sagan
Peter Sagan llega casi de vacío a las grandes citas de la primavera
Si llega el día que Peter Sagan tome aire, mire para atrás y vea las vueltas que dio la vida, las versiones que fue capaz de firmar, llegaría a la conclusión que el ciclismo, visto como él lo ve, es algo en constante movimiento, sin certidumbres ni corseres, algo…
El Peter Sagan de 2019 no se parece al del 2018, y muchos menos al de años anteriores
El mundial más duro, el objetivo de Lieja… siempre encuentra algo para que este deporte no le resulte tan aburrido como un día admitió.
Él, el ciclista que levanta masas en los puertos haciendo caballitos que se hacen virales, él que no deja indiferentes los medios cuando le ponen un micro es estos días un corredor que parece correr desubicado, con la sensación de no encontrar el punto ni encontrarse a sí mismo.
Para Peter Sagan la opción de la primavera era la carta principal, la baza ganadora, creemos que lo sigue siendo, pero se le ve gris.
Ausente en Het Nieuwsblad y Strade, carreras ambas que no ha logrado llevar a su palmarés, los rivales le han tomado la matrícula en el resto de grandes citas.
En San Remo, fue la sombra de Alaphilippe, ciclista que ha desviado el foco en los momentos estelares, y su sprint se quedó corto, tanto que no puedo pisar un podio cuyo primer peldaño se le resiste.
En Harelbeke la bicicleta le falló en el peor momento, cuando Van Avermaet se negaba a admitir que Bob Jungels les ganara a 50 de meta.
Y en Wevelgem, tomó la fuga buena, como en los buenos tiempos, pero la ausencia de azules en el corte hizo que estos no les dejaran ir.
Peter Sagan optó en esta Gante-Wevelgem el ataque de largo radio, como hace unos años cuando se fue con Cancellara, entre otros, y acabó llegando.
Era una buena opción, más vistosa, más suya, a la vista cómo le fue el año pasado, que no se le vio hasta en el último metro para amargar a Viviani.
Cuando lo fía a larga distancia, no le sale, pero se gana la gente, el aficionado pronuncia su nombre.
En el sprint final, le ha ido bien muchas veces pero…
Para Peter Sagan vienen tres domingos cargados de retos
Él ya ha ganado Flandes y Roubaix, lo ha hecho bajo una presión importante, desde el tonto de Tinkov, atizándole, a la responsabilidad de moverse con el arcoíris bajo el escrutinio de los rivales.
Pero luego le viene Lieja, el monumento que dirá si este ciclista símbolo de su generación es o no capaz de ser el primer no belga en ganar los cinco monumentos.
Así es el Campus Melcior Mauri
El problema para Peter Sagan es que parece correr sin el embrujo y poder de otras veces, cuando se formara el corte que se formara él estaba ahí, perenne en el mismo.
Le cabe al menos un consuelo, su Bora lleva una temporada aceptable sin haber entrado en acción él en persona.
La victoria de Davide Formolo en BCN en la Volta son esas gestas sordas en medio de la marabunta de competiciones que llena la semana, lo mismo que los sprints de George Bennett, otro de los que está en la terna de los más rápidos.
Son embargo que en capilla de las «majors» del adoquín Peter Sagan sólo lleve un triunfo no es lo normal.
Aunque si una cosa sabe gestionar el ciclista más valorado del pelotón es la presión y caminar por el alambre.
Peter Sagan
Peter Sagan, el ciclista perezoso
Si a Sagan le hubiera gustado la carretera podría haber sido más grande aún
A Peter Sagan le recordaremos por los tres mundiales seguidos, por las etapas en el Tour, por su carisma, atractivo y magnetismo.
Pero no sería justo sólo basarse en lo deportivo para valorarlo.
He visto a Peter Sagan en esos reportajes que Eurosport está dedicando al camino de varios atletas a los Juegos Olímpicos de París.
Como sabéis el eslovaco entra en la carrera por la prueba de MTB, prueba en la que no tengo claro si tiene ya plaza ganada.
Recordaréis, ya estuvo en Río y no duró mucho tras una salida «estelar».
En el reportaje más allá de las palabras para París y esas cosas, me quedo con su desdén casi patológico ante el ciclismo de carretera.
Y digo patológico porque lo ha repetido varias, incluso cuando competía.
No le gustaba, admitió que se aburría someramente, que el MTB era lo suyo pero claro, la pasta estaba en la carretera.
Quizá por eso nos enamoró con esa forma de ser y correr, un elemento diferente en el pelotón, que ganaba como sin querer y celebrando de una forma que cabreó al mismísimo Cancellara, quien dijo clarito que si él no ganaba un monumento, lucharía para que Sagan tampoco lo lograra.
Menudo enemigo.
A Peter Sagan le recuerdo campañas de primavera en las que se pasó escapado casi el 90% de la misma, anticipando las carreras desde adelante, sumando Flandes y Roubaix a su causa.
Una forma de hacer que quizá hoy entendamos mejor con todas estas reflexiones, igual que su comodidad en una carrera como la Vuelta a California, donde rendía a satisfacción en la carrera menos europea del calendario.
Dice que fue ciclista de carretera por su hermano y que le ha dolido no poder compaginarlo con el MTB.
Estaba sin saberlo en la antesala de un ciclismo mucho más global, que toca varios palos y en el que todo suma y cuenta.
Ahora bien, 121 victorias ¿cuántos presentan ese currículo?
Menos mal que se aburría.
Peter Sagan
Los 5 momentos que describen a Sagan como el ciclista de la década
Peter Sagan fue el adalid del show en épocas de ciclismo muy aburrido
No por repetido dejo de recordarlo, y horas después de su retirada me ha apetecido recordar cinco instantes que ponen a Sagan como el papá del show, el hombre que creó el espectáculo de cero en medio de ciclismo que no recuerdo como el más bonito.
Acostumbrados a la generación actual, no hace tanto ver un Tour potable estaba en manos de los «secundarios», ciclistas que te hacían maravillas en cualquier etapa, dejando en el recuerdo secuencias que envejecen muy bien.
Imágenes como aquel Sagan incipiente que en el aburridísimo Tour de Wiggins, imitando a Forrest Gump para cabreo de Cancellara o poniendo brillo en las ediciones de Froome, más allá del control abrumador del Team Sky.
Esos días Peter Sagan creo que se distinguió como el ciclista más brillante, inspirador e influyente de su época, más allá de un cuatro veces ganador del Tour y de otras estrellas rutilantes.
Los 5 momentos + top de Peter Sagan
El corte final en Montpellier
De los cuatro Tours que ganó Froome, creo que el de 2016 fue el más tedioso con diferencia, una carrera en la que no mostró fisura alguna, ni siquiera en las etapas de relleno.
En una rotonda, camino de Monpellier, Froome y Sagan se encuentran en un corte mínimo acompañados de Maciej Bodnar, en gran amigo de Sagan, y Geraint Thomas.
Se trata de una jornada de transición hacia el Ventoux, pero los cuatro abren gas y se plantan en meta con victoria del eslovaco, capaz de reventar e ir hasta el final en su apuesta contra el pelotón.
La llegada de Córdoba en la Vuelta
La bajada hacia Córdoba en la Vuelta 2011 se hace tan a cuchillo que delante quedan cuatro Liquigas, con Agnoli, Cappecchi y Nibali, junto a Sagan y Pablo Lastras.
Cuatro del mismo equipo contra Lastras.
En los relevos los verdes entran con todo al punto que el de Movistar les pone en jaque en la llegada.
Nibali, lento como pocos en un sprint en grupo, no llega al nivel del madrileño, mira a Sagan y éste remata la etapa como los grandes.
El eslovaco no era el monstruo en el que se iba a convertir, pero ya marcaba territorio.
La victoria en Flandes
Aunque estuvo ahí llamando a la puerta de muchos monumentos, a Sagan las cuentas le dieron para ganar «sólo» dos.
El primer de ellos un Flandes corrido a mil por hora en el que fue el más listo por filtrarse en el corte bueno con Kwiatkowski y sacarle los colores a Vanmarcke en el Paterberg con una arrancada in extremis pues Cancellara avisaba por detrás.
El rodar en solitario de Sagan hasta la meta de Oudenaarde redondeó una jornada en la que su arcoíris brilló como nunca.
Tiros al poste en San Remo
No siempre tuvo que ganar Sagan para acabar dejándonos sin respiración.
Aquel final de San Remo 2017 tan eléctrico y ajustado con su archirival Kwiatkowski nos dejó del revés el sofá con un sprint final que, lo veis en la imagen, no pudo ser más brutal.
Sagan nunca pudo ganar San Remo, pero fue la rueda clave en la recta final de Poggio hasta que la nueva generación irrumpió marcando el camino a la victoria de no pocos.
En la Tirreno, bajo el diluvio
Entre las muchas etapas que Sagan ganó en vueltas tipo Tirreno, desde Suiza a California, recuerdo aquella famosa etapa en la que Vincenzo Nibali le quitó el maillot azul a Chris Froome bajo el diluvió.
En una cota imposible, Nibali arrancó y se fue en solitario con Sagan y Purito a rueda, entre cortinas de agua y una oscuridad en ciernes.
Los tres hicieron camino hasta que Sagan dio cuenta de ambos en la recta de Port Sant´Elpidio…
De eso hace más de diez años, días en los que Sagan se construyó el áurea a ciclista más incluyente y trascendente de su tiempo, un rockstar que nos hizo disfrutar como pocos en años en los que el ciclismo cayó en la trampa del control y previsibilidad.
Ciclismo
Sagan en 5 esenciales
Peter Sagan ha sido el ciclista más luminoso de la anterior década
Olfato para las fugas
Peter Sagan
Espero que Peter Sagan no sea un juguete roto
Peter Sagan transmite la sensación de haber dejado el ciclismo hace tiempo
Hace diez años, incluso menos, cinco o seis, Peter Sagan fue la luz del Tour de Francia, un brillo intenso y sostenido de la mano de uno de los mejores ciclistas de su generación, tricampeón del mundo, siempre entre las miradas, siempre delante.
Sagan ha sido un porfiador nato cuando el ciclismo parecía no dar más de sí, un ejemplo de eso que el otro día comentábamos con Andrey Amador, un campeón precoz y prematuro, sobreexpuesto y quemado antes de lo esperado.
Amador no descarta que con esa clase se rebañe un par de etapas en el Tour, complicado, mucho, si alguien es capaz, puede ser él.
Dejará el ciclismo con poco más de 30 años, porque el aburre.
En vísperas de la salida del Tour, emerge la noticia que Peter Sagan ha sido cazado positivo en un control de alcoholemia.
Quizás alguien debería de hacer algo para que Peter Sagan no siga metiéndose en "líos"…https://t.co/mG1ecNTEp1
— iberobike (@iberobike) June 28, 2023
Todo sucedió en mayo, pero la noticia sale ahora, ¿el motivo? como siempre suele suceder en estos casos no suele ser bueno.
Y quizá me esté mojando mucho por un tipo que posiblemente esté ya en otra cosa, desconectado de su oficio, viviendo lo que será el afterwork de una carrera existosa como pocas.
Me ha dolido leer, por eso, que el eslovaco es un «juguete roto», ojo que eso es grave
Peter Sagan ha sido cazado en ésta y en otra similar hace un par de años, con trifulca sumada con el agente de tráfico.
Que un ciclista sea pillado a bordo de un vehículo ebrio es para que nos explote la cabeza y denota que las cosas no marchan bien.
La sobreexposición que comentaba antes, Sagan era Dios no hace tanto, era objeto de alabanzas, casi reverencias por parte de público, marcas y prensa, no puede ser fácil de gestionar.
A veces pienso en VDP, Evenepoel, al que le va mucho el rollo, en Pogacar,.. y cuán tienen los pies en el suelo para solventar esta montaña rusa.
En unos meses Peter Sagan será excicilsta, en este Tour veremos sus últimas apariciones en una carrera en la que acapara récords y muchos éxitos.
Espero que su retirada siga los cánones y no dé alpiste a quienes le etiquetan de «roto», de juguete roto.
No se lo merece un tipo que nos dio gloria y vidilla durante tanto tiempo, aunque sólo le hayamos pillado cariño por eso.
https://www.ivoox.com/esta-acabado-peter-sagan-audios-mp3_rf_77904979_1.html
Los que se definen «saganistas» esperan un último servicio, el Tour es la pieza central del último show, en la lucha directa contra los monstruos no lo veo, que sepa buscarse la vida, es otra cosa, su querido rival Matthews le demuestra que es posible.
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