Ciclismo
Giro de Italia: ¿Por qué no iba a ser tan fácil para Juan Ayuso?
Roglic se adelanta a Ayuso en las apuestas en el Giro
Ya lo comentamos ayer, cuando Primoz Roglic se impuso en la etapa final de la Volta a Catalunya y, con ello, se aseguró su segundo triunfo en la carrera catalana.
Hace unos días, cuando grabamos el podcast previo a San Remo con Matxin, nos comentó que seguramente más de un medio proclamaría a Juan Ayuso como el gran favorito para el Giro de Italia, que empieza en un mes y poco.
A pesar de ser uno de los grandes nombres que tomará parte en la carrera italiana, lo cierto es que lo sucedido en la última etapa de la Volta ha sido un aviso muy importante para lo que puede suceder en el Giro, y por dos motivos.
Primero, porque Roglic, aunque pasen los años, sigue ahí.
Es resiliente, se maneja como nadie en las distancias cortas y, cuando se le exige lo mejor, acostumbra a darlo.
Recordemos, por ejemplo, el Giro que ganó hace dos años, en el último momento, con un susto incluido en la cronoescalada final, pero dándonos lo mejor de sí, incluso cuando se cayó de la bici, tuvo que volver y acabó remontando la carrera a su favor.
No solo eso, también ha demostrado en otros muchos momentos trascendentes que, cuando la situación lo requiere, es capaz de sacar la cabeza y seguir sumando victorias, haciendo crecer un palmarés impresionante.
La segunda conclusión que nos deja la última etapa de la Volta a Catalunya es la que genera el propio Juan Ayuso.
A pesar de ser uno de los ciclistas más en forma, uno de los mejores corredores actualmente, lo cierto es que Ayuso sigue teniendo un problema recurrente: un mal día, un mal gesto o un mal instante que acaba por comprometerle todo.
No es la primera vez que le sucede, y no solo en grandes vueltas, sino también en carreras más pequeñas.
Esto sigue siendo un lastre muy potente para su progresión. El año pasado, por ejemplo, tras ganar la Vuelta al País Vasco (Itzulia), no pudo mantener el maillot de líder en la jornada reina de Romandía, cuando Carlos Rodríguez se acabó llevando y sentenciando la carrera.
Lo mismo le ocurrió en esta Volta a Catalunya y en otras competiciones, donde la dureza de las etapas de montaña y, sobre todo, el encadenamiento de esfuerzos y la tensión, le han acabado pasando factura.
No podemos decir que Juan Ayuso fuera pillado por sorpresa en el movimiento de Roglic ni en las rampas del castillo de Montjuïc.
De hecho, llevaba un buen rato viendo cómo el esloveno iba incrementando el ritmo hasta descolgarse completamente y hacerlo imposible de alcanzar.
Eso es algo que vimos todos, especialmente Ayuso, que iba perdiendo puestos en el pelotón.
La imagen de Ayuso perdiendo esta etapa nos deja claro que el aviso es evidente: no todo es tan fácil, y no es el momento de lanzar campañas de euforia, ni siquiera cuando se considera a un corredor como Ayuso.
La prueba de ayer era muy importante para Ayuso, se jugaba una Volta, pero también cargarse de argumentos para el Giro, de hecho hasta Mauro Gianetti estaba en el bus de UAE
Imagen: Volta Catalunya
Ciclismo
O Gran Camiño quiere ser California
Entre las fechas para O Gran Camiño ganan fuerza las del mes de mayo
Hace poco, Ezequiel Mosquera dio algunos adelantos sobre lo que se viene para la edición 2026 de O Gran Camiño, una carrera ciclista que necesita crecer acorde al esfuerzo que está emprendiendo, esfuerzo que se traduce en una carrera impecable y moderna.
El objetivo principal es que suba de categoría y pase a formar parte de las Pro Series.
Esto no es solo por prestigio: en ese nivel se reparten más puntos y las recompensas para los equipos son mayores.
Por ejemplo, una victoria de etapa pasaría de dar 14 a 20 puntos, y el ganador de la general se llevaría 200 puntos en lugar de 125. Además, no solo puntuarían los 25 mejores, sino los 40 primeros, lo que animaría a más equipos a participar.
También se está hablando de cambiar las fechas.
Aunque se consideraron junio y octubre, ahora suena con más fuerza abril, justo después de la Itzulia y antes de las clásicas de las Ardenas.
Sin embargo, abril ya está bastante cargado con otras pruebas importantes, como la Vuelta a Asturias.
Una alternativa interesante sería mayo, coincidiendo con las antiguas fechas del Tour de California.
Sí, coincidiría con el Giro de Italia, pero eso no parece un gran problema, ya que muchos grandes nombres del pelotón no van al Giro y sí podrían participar en esta prueba.
Solo hay que ver algunos ganadores del Tour de California: Pogačar, Bernal, Alaphilippe, Sagan… nombres de peso.
Otro plan ambicioso para 2026 es incluir una quinta etapa fuera de Galicia, pero siempre ligada al Camino de Santiago.
Esto abre un abanico enorme de opciones: ciudades del Camino Francés como Astorga o Ponferrada, del Camino Portugués como Oporto o Braga, o del Camino del Norte como Gijón y Avilés, por poner algunos ejemplos.
O Gran Camiño sigue creciendo, encontrando su lugar en el calendario y buscando formas de mejorar.
Solo es cuestión de tiempo para que se consolide como una cita importante dentro del ciclismo internacional.
Ciclismo
Una Flecha Valona bajo el «síndrome Skjelmose»
Esta Flecha Valona llega en un escenario inesperado
Olvidada la edición de 2024, gélida y con ganador sorpresa, la Flecha Valona 2025 llega con todo el picante tras la Amstel Gold Race, donde Mattias Skjelmose ya dejó claro que los favoritos no lo van a tener fácil.
Esta clásica de las Ardenas, con su terreno traicionero y el kilómetro más largo en el Mur de Huy, promete ser cualquier cosa menos un paseo.
Aunque Tadej Pogacar sigue siendo el nombre más fuerte, se le ha visto algo más humano en las últimas semanas, tras el desgaste acumulado entre Flandes, Roubaix y Amstel.
Aun así, el esloveno ya sabe lo que es ganar aquí: lo hizo en 2023 con un ataque demoledor a pocos metros de meta, dejando atrás a Skjelmose y a un brillante Mikel Landa.
Remco Evenepoel llega con ganas de revancha y no le sirve pensar que el recorrido no le es el más propicio.
Después de la lesión de diciembre, ha vuelto a un nivel altísimo: ganó la Flecha Brabanzona y fue tercero en la Amstel.
Corre casi en casa y ha dicho claro que quiere ganar en este tríptico.
Todo apunta a un nuevo duelo Pogacar-Remco, pero no son los únicos con opciones.
Skjelmose ya demostró que tiene piernas para grandes cosas.
También hay que contar con corredores que ya han saboreado la victoria en esta carrera, como Julian Alaphilippe, Marc Hirschi, Dylan Teuns o el vigente campeón Stephen Williams, quien no sé si se volverá a ver en una igual al año pasado.
A ellos se suman otros nombres peligrosos como Tom Pidcock, Thibau Nys o Ben O’Connor, que pueden agitar la carrera en cualquier momento.
Recordad que Sven, el padre de Thibaut, marcó esta carrera entre las más asequibles para el vástago.
Entre los españoles, hay buenos mimbres.
Enric Mas viene fuerte tras podios en la Volta y la Itzulia.
Pello Bilbao ha mostrado solidez y Alex Aranburu llega motivado tras su buen papel en la Itzulia y Flecha Brabanzona.
Todos quieren seguir el legado de Alejandro Valverde, el gran dominador histórico de esta prueba con cinco triunfos, cuatro de ellos seguidos.
El recorrido mantiene su esencia: colinas constantes y el final clásico en el Mur de Huy, con rampas de hasta el 17%.
La carrera, como casi siempre, se decidirá allí.
La duda es si Pogacar lo apostará todo a un ataque lejano o esperará al zarpazo final.
Lo único seguro es que habrá espectáculo en una de las carreras más singulares del año, por estar tan condicionada con ese final.
Imagen: A.S.O./Gaëtan Flamme
Ciclismo
Remco Evenepoel puede estar muy orgulloso
Vaya regreso ha protagonizado Remco Evenepoel
Mañana mismo, nuevo episodio de la rivalidad Remco Evenepoel- Tadej Pogacar, en la Flecha Valona, la carrera que, sobre el papel, peor va al belga.
Nada que ver con Amstel o Lieja, ya el domingo, terreno diferente, muy duro, pero donde hay que poner los huevos en diferentes cestas y no sólo en la subida final, a no ser que estos locos lo revienten todo sin esperar a Huy.
En todo caso, Remco Evenepoel puede estar muy contento de su regreso tras una lesión en el hombro.
Ganó la Flecha Brabanzona el viernes y este domingo quedó tercero en la Amstel Gold Race, detrás de Mattias Skjelmose, que ganó, y Tadej Pogačar, que fue segundo.
Remco Evenepoel cree que podría haber ganado si no hubiera sufrido una caída a mitad de carrera.
Tras la carrera lo admitió, le surgieron sentimientos encontrados: por un lado, contento por competir de tú a tú con los mejores del momento tras tanto tiempo parado; por otro, frustrado porque sintió que la victoria estaba al alcance.
Explicó que arrancó el sprint demasiado pronto y con viento en contra, y que, al no ser un sprinter puro, no se atrevió a buscar el mejor sitio para lanzar su ataque.
Aun así, quedó muy cerca: lo vimos, sacaron media bici.
La caída que sufrió ocurrió a unos 100 km de la meta y también afectó a corredores como Wout van Aert y Thibau Nys.
Todos se levantaron rápido y volvieron al pelotón.
Pero Remco tuvo que perseguir durante más de 30 km para volver al grupo, lo que le costó mucha energía.
Además, su compañero Pepijn Reinderink también se cayó, y eso complicó más la situación.
En sus palabras, tuvo que echar mano 100 vatios más de lo normal solo para volver, y eso se paga caro en una carrera así.
En el podio se le vio serio, cariacontecido, y tiene motivos, es un ganador, pero al mismo tiempo, neutralizó al campeón del mundo, escenario que muchos no veíamos de inicio, además lo hizo en su terreno y con la inercia de una primavera increíble.
La acción había empezado con Julian Alaphilippe atacando en el Gulperberg.
Pogačar fue el único que lo siguió y después se lanzó solo en el Kruisberg, a más de 40 km del final.
Luego Skjelmose logró una buena ventaja en el Keutenberg y Evenepoel se le unió, trabajando duro para alcanzar a Pogačar.
Al final, Remco llevó al trío hasta la recta de meta, pero se le adelantaron.
Aun así, tiene que estar contento con el tercer puesto y con confianza de cara a la próxima gran cita: la Lieja-Bastogne-Lieja, que ya ha ganado dos veces.
Según él, no volverá a cometer el mismo error allí.
Imagen: FB Amstel Gold Race
Ciclismo
Pero ¿a quién ha matado Mattias Skjelmose?
Si Mattias Skjelmose se emociona al cruzar la meta, para qué se recuerda que dio positivo a los 15 años
Curiosas un par de reacciones al vídeo que retuiteamos el domingo, ese de la llegada de Mattias Skjelmose y cómo fue a buscar a su auxiliar para preguntarle si creía que había ganado.
La imagen, que sí compartió el equipo en sus redes, rezuma emoción y espontaneidad. Es el final de una gran clásica de 250 kilómetros, ganada nada menos que ante Remco Evenepoel y Tadej Pogačar.
Skjelmose no cabía en sí. Estaba roto por el esfuerzo y desbordado por la euforia, al punto que las lágrimas le brotaban al ritmo de las gotas de sudor.
Fue brutal, precioso, ese momento en el que le confirman que ha ganado.
Y, aun así, siempre hay quien viene a recordarnos que con quince años dio positivo.
Con este vídeo somos soldados eternos de Mattias https://t.co/bKKAQBaoaz
— JoanSeguidor (@JoanSeguidor) April 20, 2025
Pero… ¿a qué cojones veis ciclismo? Es más, ¿para qué veis este ciclismo?
Un deporte deshumanizado, que saca a la gente de sus casas, los exprime entre tablas de Excel, vatios y rendimiento. Es muy difícil tener la hoja inmaculada. Esto ha alcanzado niveles casi indecentes en todos los aspectos y vértices.
Mirad lo que dice Dumoulin.
Y ojo, no digo que el danés haya sido un santo. Dio positivo. No lo sabía… pero ¿y qué? Pasó el tiempo, cumplió lo que tuviera que cumplir como castigo. Es lo que hay, como pasa con mil cosas en la vida.
Hablar de ellos, traer a Johan Bruyneel o a Manolo Saiz al podcast, no es blanquearlos. Es darles voz y entender el contexto.
Mattias Skjelmose ha dado un paso de gigante en la jerarquía del pelotón. Un salto tan grande que da vértigo. Definitivo.
Hablamos del mismo ciclista que en la París-Niza se dio una hostia de impresión. Un golpe que casi lo parte en dos y del que ha salido adelante… a saber cómo y con qué sacrificios.
El ciclismo no es lineal. Te pone tan al límite que ni imaginamos por lo que esta gente pasa y acepta.
Ese es el peaje. Reconocerlo no significa que nos parezca bien. Pero, en todo caso, no creo que el momento de ese retuit fuera el indicado para recordarlo.
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