Ciclismo antiguo
Dopaje ¿Acaso cambia algo la confesión de Ullrich?
La relación de Ullrich con el dopaje era tan evidente que no necesitaba de una confesión
Pues ya lo ha dicho, en una entrevista previa a un documental de cuatro partes, Jan Ullrich ha admitido que el dopaje no le era extraño.
Como los caballeros del Sith cuando admiten conocer el lado oscuro de la fuerza, la oficialidad por su boca de sus prácticas dopantes ha llegado a los titulares.
Incluso para Jan Ullrich, con todo lo que le rodeó y todo lo que conllevó su salida del ciclismo, se esperaba una admisión pública, como si el ciclismo fuera el único deporte que debiera pasar cada poco por el confesionario.
Lo cierto es que cualquier repaso a la vida deportiva de Jan Ullrich invitaba a pensar que el dopaje había sido moneda de cambio, era evidente: revelaciones alrededor suyo, la trama organizada del Telekom & T Mobile y la probada vinculación con Eufemiano, un tipo que pasó de ser un gurú a radioactivo, como el amigo Maynar.
Hoy mismo hablábamos de ese ciclismo de los noventa, de lo podrido que estaba y de lo mucho que nos gustaba, al punto que hablamos de él con nostalgia y admiración.
Una alquimia complicada de explicar porque simplemente sucede…
es cierto, admito que tengo muy condicionado el criterio aunque en el fondo todos sabemos que lo que había en la rebotica no molaba nada
— JoanSeguidor (@JoanSeguidor) November 24, 2023
Y en efecto, Jan Ullrich me gustaba, me gustaba mucho, era un espectáculo verle correr, incluso siendo cinco veces segundo en el Tour.
Además siempre se hizo querer Hace unos días Lance Armstrong tuvo a Ullrich en su podcast desde Mallorca en compañía de Bruyneel e Hincapie, en una conversación que con ojos de hace veinte años era como sentarse con el enemigo.
Una de las primeras cosas que Lance Armstrong soltó en la retransmisión fue que había numerosas personas que le preguntaban por cómo estaba Jan Ullrich, el rival que con el tiempo se convirtió en amigo.
Quiero pensar que el aprecio que el americano le demuestra al alemán es real, es sincero, no tengo elementos para creer lo contrario, porque en cierto modo sintetiza un poco quién era y quién es Jan Ullrich, un tipo querido por muchas personas, que no hace tanto estaba en una espiral de alcohol y drogas que parece superada, al menos en apariencia.
Para el Ullrich que aterriza en el ciclismo de los noventa, el dopaje era como parte del entrenamiento, una percepción compartida por mucha gente del momento, al punto que espera no se le quite la victoria del Tour de 1997, pues se siente legítimo ganador del mismo.
Él es culpable de haberse dopado, pero siente que merece mantener ese título
Así de liadas están las cosas, como para emitir y escuchar juicios de valor.
Ciclismo antiguo
Eddy Merckx en el Giro: cinco triunfos y enormes polémicas
La corona de Merckx en el Giro tiene cinco joyas
Eddy Merckx, para muchos el mejor ciclista de la historia y del Giro, por ende, nació en 1945 en Meensel-Kiezegem, Bélgica.
Dicen que desde los ocho años ya andaba en bici y tenía como ídolo a Stan Ockers, una figura del Tour de Francia.
“El Tour lo era todo para mí”, diría años después.
Su verdadero nombre es Edouard Louis Joseph Merckx y fue ciclista profesional entre 1961 y 1978.
Durante esos años se ganó el apodo de “El Caníbal” porque quería ganarlo todo, y casi lo logró: 525 victorias en su carrera, incluyendo cinco Tours de Francia, cinco Giros de Italia y una Vuelta a España.
También ganó tres mundiales, casi todas las clásicas (menos la París-Tours) y batió el récord de la hora.
Un monstruo en vida.
Merckx y e Giro, binomio lleno de aristas
Su relación con el Giro fue especial: lo ganó cinco veces y dejó huella en cada participación.
En Italia lo adoran casi tanto como en Bélgica.
Eso sí, su carrera no estuvo libre de polémicas.
En tres ocasiones dio positivo en controles antidopaje (fencamfamina, norefedrina y pemolina), aunque él siempre defendió su inocencia.
A pesar de eso, su legado sigue siendo enorme.
Se retiró en 1978 y desde entonces ha recibido todos los honores:
Barón en Bélgica, Comandante de la Legión de Honor en Francia, y el trofeo UCI al mejor ciclista del siglo XX.
Hay velódromos, calles, estatuas, libros, cómics y hasta una marca de bicicletas con su nombre.
De vez en cuando, aún aparece como comentarista en carreras o sólo se deja ver para revuelo del personal.
“El Ogro de Tervueren” no solo está en lo más alto de la lista de los mejores ciclistas de todos los tiempos: es una leyenda viva.
Manel
25 de noviembre, 2023 En 13:36
El Telekom alemán iba dopadisimo, pero eso ya era una realidad manifiesta. Tal vez en aquellos años de etapas de 5000 metros de desnivel y 200 km, o dos cronos de 40-50 km, que tanto añoran determinado sector del ciclismo, no reconocen la cruda realidad, que la mayor parte del pelotón iba con el chupete en la boca…..
Hasta que todo explotó con el escándalo del Festina y la posterior operación Puerto. Y en medio de todo eso, un corredor tirando a normalillo, ganando Tours como si fuera a pata cosa….era imposible.
Xavi Oli
26 de noviembre, 2023 En 13:02
Qué poco cuesta proponer etapas demoledoras una tras otra durante 20 días y decir que es por el bien del espectáculo! Qué tenían que hacer entonces los que tenían que dar el espectáculo?