Tadej Pogacar
¿Dónde reventará Pogacar el Tour de Flandes?
Dureza, distancia y mucho valor, la receta de Pogacar para Flandes
Desde inicio de año Tadej Pogacar ha tenido una fecha marcada en rojo, muy en rojo, 2 de abril, desde Brujas, su plaza central, el Tour de Flandes que acabará horas después en una de las rectas que circundan el pequeño pero coqueto downtown de Oudenaarde.
Un hecho que se traduce en gestos y calendario.
Desde el mismo momento que escogió Jaén para debutar y poner el material a prueba, desde que se decidió por Harelbeke y probarse con los capos de verdad, omitiendo Wevelgem, similar pero diferente a De Ronde, Pogacar ha ido demostrando que el Tour de Flandes es muy importante para él.
Porque en el fondo sabe que Milán-San Remo, la otra clásica que supone una novedad para él, ahora mismo es una moneda al aire, con mil factores que pueden jugar en su contra (ritmo bajo, explosividad de rivales, falta de dureza, sprint final…).
El Tour de Flandes no, De Ronde es para Pogacar una suerte de etapa reina del Tour de Francia, donde tan bien se expresa.
Me explico, como muchas veces he oído a Flecha, este recorrido, con diez años ya de historia, es mucho más duro que el anterior, los encadenados del Oude Kwaremont y Paterberg, con los incisos de otras cotas, entre ellas la recta infernal del Koppenberg, hacen de esta carrera lo que busca el esloveno: dureza acumulada y cierto desnivel.
Lo vimos en Hareleke, el paso por las dos cotas decisivas de De Ronde fueron sendos infiernos para Van der Poel y sobretodo Van Aert.
Ahora a ambos, especialistas consumados en la materia, se les viene esa ración por tres, con una distancia de 260 kilómetros, y el Koppenberg, entre otros, de propina.
Va a ser un domingo de Ramos de sufrimiento y dolor para muchos y de goce infinito para la hinchada que espera apostada en televisor y cuenta el paso de estos monstruos.
Viendo el perfil de la carrera y el ocho de trotones que ha reunido UAE preveo una carrera a mil y ataque masivo en cada cota con entidad que haya del Koppenberg a meta.
Y no lo dudéis, como Pogacar pase con unos segundos la cima del Paterberg, adiós muy buenas, ya no le ven hasta meta.
Tadej Pogacar
Pogacar, entre Jalabert y Gilbert: Mereció la pena incluso peligrando el Tour
Los riesgos que Tadej Pogacar ha asumido esta primavera podrían costarle el Tour
Las victorias de Tadej Pogacar, no olvidemos aspirante al Tour, en 2023 nos las sabemos un poco como la alineación del equipo de nuestros sueños: Clásica de Jaén, Vuelta a Andalucía, París-Niza, Tour de Flandes, Amstel Gold Race y Flecha Valona.
Esta animalada que tan poco cuesta escribir es la historia de una primavera que seguro tardaremos en volver a ver.
Una rúbrica de triunfos seguidos, de todo tipo y tamaño, todos con sello, el de un ciclista que se equipara con alguna historia, y no tan lejana, pues de alguna ya hemos sigo testigos.
Me refiero a primaveras de esas que quedan para siempre y que en mi caso tiene dos precedentes: la de Jalabert en 1995 y la de Gilbert en 2011.
Ambos, francés y belga, consiguieron elevar en su momento el ciclismo al estatus de excelencia con sendas primaveras para el recuerdo.
Año 1995, el francés recuperado de su horrible caída en el Tour del año anterior, logró enlazar triunfo sobre triunfo de febrero hasta abril, completando un serial que resumo rápido: París-Niza, Milán-San Remo, Criterium Internacional (carrera muy apreciada entonces), Klasika de Amorebieta y Flecha Valona.
Lo dejamos aquí, luego vinieron otros éxitos, pues hablamos sólo de primavera y sin contar podios.
Año 2011, Philippe Gilbert resulta un huracán en la ruta que se lleva, entre otras cosas, Strade Bianche, Flecha Brabanzona, Amstel Gold Race, Flecha Valona y Lieja-Bastogne-Lieja
La primavera 2023 de Tadej Pogacar se equipara a las citadass, que yo sí recuerdo bien, y creo que ha merecido la pena, incluso si su rendimiento en el Tour peligra.
Sé que la Grande Boucle es otra cosa, otro nivel, la carrera que pone ante el Mundo con mayúsculas, más allá de los estadísticos y frikis del ciclismo.
Pogacar ya la ha ganado, por eso, dos veces, y seguramente opte en el futuro a renovar corona, ojalá también 2023.
Ha arriesgado mucho este año, como nunca habíamos visto en un aspirante al Tour, en este inicio de campaña, pero podemos decir que ha merecido la pena, su comunión con el público ha sido total, su forma de correr y ganar, incluso corriendo el riesgo de ser aburrido.
Esperamos que la recuperación le vaya bien, que le tengamos de nuevo en escena y que el Tour 2023 sea la prolongación de este gran ciclismo que nos está tocando disfrutar.
Todos, hasta sus más acérrimos rivales, le queremos en la ruta, es un lujo del que no podríamos pasar nunca.
Tadej Pogacar
Flecha Valona, la victoria económica de Pogacar
Pogacar tiró de libro de estilo para conquistar la Flecha Valona
La Flecha Valona ya luce en el palmarés de Tadej Pogacar y lo hace como eslabón de una cadena que nos pasa por encima.
Una victoria diferente, pero victoria al final.
Había muchas especulaciones con este tipo que todo lo compite como si mañana se acabara el mundo, especulaciones sobre si iba a atacar antes, durante o al final de Huy.
Lo hizo al final, como manda el libro de estilo, para asegurar, en definitiva para economizar.
Porque una cosa es querer dejar sello por donde pases, que lo deja, ya lo creo, y otra mantener un tono tan alto todas las veces.
Para Pogacar ganar la Flecha Valona era un paso previo en los trámites de leyenda que sigue cumplimentando.
Es curioso que le diera el premio Philippe Gilbert, a quien mira en la distancia: ha ganado Flandes y Amstel el mismo año y va camino del tríptico de las Ardenas, le falta sólo Lieja, el domingo.
Para ello el plan de UAE era claro.
Nada de experimentos ni aventuras, llegaron con los justo a la subida final, cuando el ganador de 2020 Marc Hirschi se hizo a un lado y le dejó a Pogacar la alfombra de Huy.
A partir de ahí tomó forma un ejercicio de intimidación brutal.
Pogacar tirando a su ritmo, sólo tuvo que secar el ataque de Romain Bardet y salir paralelo a Michael Woods hacia la victoria.
Atacó para irse donde lo han hecho los grandes nombres, desde Valverde a Alaphilippe
Me hablan de Indurain, Armstrong, Boonen, Cancellara, Ullrich… hasta de Perico, pero sigo en mis trece, lo de Pogacar no lo he visto nunca.
En ambición, amplitud de miras, hambre, pegada… AHORA MISMO les pasa la mano a todoshttps://t.co/FT3IHPXfFa pic.twitter.com/4PWR7AROQm— JoanSeguidor (@JoanSeguidor) April 19, 2023
No necesitó más.
La imagen de Mikel Landa, soldado a rueda del esloveno un segundo, y al siguiente viendo al esloveno partir es la mejor fotografía de lo que tratamos de explicar, la realidad de un ciclista que gana con una facilidad que lo convierte en norma.
Ya no hay ni euforia en el staff del UAE cuando rodean a su ciclista.
Pogacar pone el nombre de la Flecha Valona en su palmarés, no había otro favorito a su nivel y ha cumplido con el pronóstico.
Es de otro planeta
Imagen: @flechewallonne
Tadej Pogacar
Ciclistas que podrían pero no pueden compararse con Pogacar
Del ciclismo que he visto no he disfrutado de ciclistas como Pogacar
Ayer al finalizar la Amstel, en el frenesí de la postcarrera lancé un tweet totalmente en caliente pero convencido de lo que decía, echando la vista atrás y recordando ciclistas que yo haya visto y se puedan comparar con Tadej Pogacar…
Creo no errar si digo que ahora mismo que Tadej Pogacar es el mejor ciclista que he visto nuncahttps://t.co/TRKgOS38aZ#AGR23 pic.twitter.com/Ljn0Gowowg
— JoanSeguidor (@JoanSeguidor) April 16, 2023
Está claro que no vi a Eddy Merckx ni tampoco a Bernard Hinault, porque ambos son los dos ciclistas más homologables al esloveno, pero he visto muchos otros, pues empecé a seguir ciclismo justo después de Hinault, con el Tour del 87 y desde entonces, amigos, no he visto nada igual.
El otro día hablé de no mentar a Merckx en vano cuando habláramos del esloveno y lo sigo manteniendo, pues en registros totales el belga va a ser imposible de igualar, aunque seguro que si alguien se le acerca va a ser este monstruo hecho ciclista.
Veremos a dónde llega y dónde se sitúa en la historia, el sonriente esloveno está más o menos entre los 50 mejores ciclistas de todos los tiempos en el ranking PCS, algo que a mí personalmente me sirve de guía muy potente, pues cuenta el ancho y largo del palmarés.
La suma de grandes carreras le van a dar progreso en un ranking en el que ha subido 22 plazas desde el inicio del año, codeándose con Bugno, Rass, Godefroot y McEwen y teniendo cada vez más cerca a Kristoff, Zulle, Perurena, Ocaña y Poblet.
Mirad lo que le llevo a los mentados lograr ese palmarés y mirad dónde va Pogacar con 24 años.
Pero al margen de estadísticas, entre el domingo y el lunes mucha gente me hablaba de grandes ciclistas en los últimos 35 años que seguro se podrían medir con Pogacar.
Lo siento pero no.
Me hablan de Indurain, de Ullrich, de Lance Amstrong, de Contador… no lo veo.
Pogacar les ha pasado por delante en todos los registros y no hablo de récords y sí de formas de correr y competir.
El de UAE lo quiere todo, rompe barreras que teníamos tan instauradas que ha sido un revolcón inesperado.
Es un doble del Tour que hace migas con las clásicas de primavera -y cuando digo clásicas me refiero a todas, Roubaix inclusive-, con los Juegos Olímpicos, con los Mundiales y con cualquier carrera que se tercie.
El otro día le preguntamos a Fran Ventoso en el podcast por estos corredores que meten el pie en el huerto ajeno, que ganan el Tour y al año siguiente disputan de febrero a abril.
Dijo que OK, que perfecto, que le encanta esta amplitud de miras, Pogacar está en esto a años luz del resto que podemos mentar, por eso creo que les ha pasado por encima.
Luego ya veremos si llega bien o desgastado al Tour, porque lo que nos está dando no tiene precio.
Tadej Pogacar
Amstel Gold Race, la cantidad, la calidad y Tadej Pogacar
La estadística de Pogacar este año devora también la Amstel Gold Race
A unos 17 de meta, en un paso por el Cauberg, Javier Ares hizo una apreciación sobre el desarrollo de la Amstel Gold Race y Tadej Pogacar.
Si la Milán-San Remo no cayó de su lado por falta de dureza, recordó el locutor que aquí hay unos treinta y pico Poggios.
Pero es estadística, al fin y al cabo números, una ciencia que con Tadej Pogacar corre el riesgo de quedar en mera anécdota para los amantes de la misma.
Creo no errar si digo que ahora mismo que Tadej Pogacar es el mejor ciclista que he visto nunca, y eso no es cosa pequeña, llevo años, muchos, viendo y disfrutando del ciclismo.
No quiero compararlo con Eddy Merckx pero ver en su palmarés aunados triunfos en París-Niza, Tour de Flandes y Amstel Gold Race, más los prolegómenos andaluces es algo que nos recuerda a los grandes siempre.
Recuerdo esas ediciones de la Amstel Gold Race en las que decía que la carrera neerlandesa, que es un carrerón, ya no era el plan perfecto.
El final en el Cauberg quitaba toda emoción a la aproximación a la cota final sin dar lucidez a un recorrido precioso.
Esto ha cambiado, empezó a pasar con el cambio del recorrido, alejando la meta de la cota final y con la llegada de estos monstruos hemos presenciado una vuelta de tuerca.
Pogacar empezó la selección a ochenta de meta y sólo un pinchazo amortiguado por el tubeless le tuvo quieto hasta que dio los golpes definitivos.
Se le solaparon los dos hijos de la reina, Ben Healy, desatado desde la Brabanzona, y Tom Pidcock, en uno de esos días tontos en los que se ve fuerte.
Pero no hubo nada qué hacer, si Pogacar se pone, cae todo, la Amstel Gold Race, Flandes y lo que se tercie.
Es lo que hay, cuando el esloveno firma en el control de salida hay que pensar en tácticas propias de antaño.
Decimos de anticipar, ya no sé si es suficiente, anticipar con éste es atacar a mitad de carrera, a más de 120 de meta con todos los números de reventar y acabar fuera del mapa.
No sé, la cosa pasa por hacer algo diferente, o muy diferente, porque cosas diferentes las hace también el amigo Tadej, quien ahora afronta una semana brutal, con desafíos ancestrales, como romper la Flecha antes de Huy o recuperar Lieja ante el amigo Remco.
Eso sí que pinta a duelo de antología.
Imagen: @eltiodelmazo
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