Ciclismo antiguo
¿Por qué el Chava fue un ciclista sobrevalorado?
El palmarés del Chava Jiménez no hace justicia a su fama
En la obsesión revisionista que hemos llevado a cabo este invierno nos llamó la atención las respuestas de algunos lectores cuando nos metían al Chava Jiménez en la lista de los diez mejores ciclistas españoles de siempre…
Que barbaridad! Me olvidé de Purito! Sale Beloki y entra Purito. Los demás siguen. Quizás Sastre por El Chava o Escartín (por el del Don Limpio), pero estos dos me hacían vibrar…
— Jorge Solano (@JHRSolano) December 13, 2020
No fue sólo por aquí, también en otras redes, con una argumentación vaga y más emocional que otra cosa.
Metidos en harina, la visita a la página del Chava Jiménez en ProCyclingStats habla de un buen corredor, de un muy buen corredor pero que en ningún caso compite en la liga de nuestro top 10 para el ciclismo español.
En resumidas cuentas, 23 victorias, pocos llegan a ese nivel, un podio en la Vuelta a España, la famosa de Abraham Olano, una Volta a Catalunya, que tuve el privilegio de seguir y escribir para Ciclismo a Fondo, un triunfo sellado en un sitio muy «ciclista» últimamente, como Andorra, y algunas perlas tipo etapa del Dauphiné, con su compañero De las Cuevas segundo, y una Clásica de los Alpes.
Ah, joder, se me olvidaba, un par de Urkiolas, un guante de carrera para él.
Su mejor Tour fue el de 1997, que acabó en un top ten muy meritorio viendo lo que se cocía en esa carrera maltratada por Jan Ulrich, jugando a macho alfa con Pantani y Virente, cómo iban aquellos tres, y aquel Festina, en vísperas de hacer saltar la banca.
En ese caldo Chava Jiménez logró un séptimo puesto muy interesante, más teniendo en cuenta la kilometrada de contrarrelojes que cargaban en esas ediciones.
A las pocas semanas ganaría una etapa en la Vuelta troleando al más trol, ciclista que nos encantaba, Pascal Richard.
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Como digo, un buen palmarés, pero nada comparable al revuelo que dejaba a su paso, revuelo acuñado interesadamente por la prensa que me mecía.
Recuerdo aquel Angliru con Manolo Lama -«Chava he estado hoy más tiempo contigo que tu mujer»- y masajes del mismo estilo engordando el pollo
Aquella fue una de más, el Chava Jiménez cumplía con los tópicos taurinos que muchos alienaron para darle pábulo a un escalador notable pero no excelso, a un ciclista que sin duda tuvo más lagunas que otras cosas, por mucho que duela leerlo o sea impopular decirlo.
Chava fue el ciclista más sobrevalorado de los tiempos recientes
— JoanSeguidor (@JoanSeguidor) February 8, 2021
Si miramos en primera persona, en los duelos Chava Jiménez – Marco Pantani, el balance es abrumador para el segundo.
Dos momentos, la Fauniera en el Giro 1999, días antes de Madonna di Campiglio, y Courchevel, en el Tour 2000, para comprobar que la comparación no tenía recorrido.
Otra cosa es que el personaje funcionara las mil maravillas, y con él a cuestas, el Chava Jiménez fue a gusto, llegó lejos y le cundió.
En eso fue inteligente, eclipsando a otros que dieron más rendimiento en lo ciclístico -Roberto Heras y Abraham Olano, especialmente- por que como sabéis, en la elección del ídolo juega mucho el sentimiento y el manejo de este material aquel ciclista de El Barraco era muy bueno,
Ciclismo antiguo
París-Niza 1989, el primer gran Indurain
Con esa victoria en la París-Niza, Miguel Indurain se postulaba en los escenarios grandes
En el baúl del recuerdo, mirándolo ahora, y gracias a la invitación de los amigos de Pedal Vintage, uno se percata del valor que tuvo aquella París-Niza de 1989 para Miguel Indurain.
El mocetón ya había dado algunas claves de su clase, un crecimiento contenido bajo las recomendaciones de reputados médicos que hablaban del portento que estaban cultivando en el inolvidable Reynolds.
El año anterior, 1988, había formado parte del equipo que acompañó a Perico en su Tour, con ese famoso capítulo del Peyresourde en el que empezó a descolgar a gente y casi se quedó solo.
A las pocas semanas ganaría la primera de sus tres Voltas.
Pero el año 1989 fue otra cosa, fue pisar suelo francés y seguir su idilio con el país vecino, donde ya había triunfado en un Tour de la CEE, lo que hoy sería el Avenir.
En esa París-Niza, Miguel Indurain anticiparía cosas que habrían de pasar durante los años venideros.
El inicio en París, lo ganó el prologuista por excelencia, Thierry Marie, pero con Indurain ceca, a cinco décimas de segundo, y por delante de los dos grandes favoritos, Laurent Fignon y Stephen Roche.
El navarro ya había puesto el pie en la carrera y de ahí nadie le apartaría, ni siquiera una mala crono por equipos de 58 kilómetros en medio de una carrera de una semana de duración.
Aquel era otro ciclismo.
Pese a la mala crono por equipos, y eso que Reynolds iba con Gorospe y Mauri, entre otros, Indurain utilizó un par de jornadas consecutivas para de remontarle el minuto veinte que el joven Laurent Bezault, el «nuevo Jeff Bernard» le llamaron, le había tomado al final de aquel test colectivo.
Fueron dos movimientos tan significativos como premonitorios.
En el Mont Faron, Indurain se pone en cabeza del grupo de los grandes desde el inicio, y hace de la preciosa subida a orillas del Mediterráneo el primer gran filtro de la carrera.
Uno a uno, un goteo sin fin tras la estela del ciclista del Reynolds que le sacó los colores hasta el mismo Stephen Roche, el gran favorito, toda vez que Laurent Fignon se había retirado (ganaría en San Remo a los pocos días.
Café para muy cafeteros pic.twitter.com/mDT1mUvCnf
— JoanSeguidor (@JoanSeguidor) April 23, 2024
Al día siguiente, una jornada de media montaña hace el resto. a poco de coronar el Col de Vignon, el vigente ganador del Tour, Pedro Delgado hace destrozo en el pelotón y lanza a su compañero cuesta abajo.
Miguel Indurain cogería al fugado, su futuro compañero en Banesto, Gerard Rué, y entre ambos disparan la diferencia hasta más allá del minuto.
Con el navarro de líder, sólo quedaba defender la renta en el Col d´Eze ante el «hiperespecialista» Stephen Roche quien se queda a 13 segundos de la gesta.
Sin saberlo, había perdido el irlandés ante el inminente monstruo del ciclismo, un poderío latente que en ese 1989 despertó del todo, incluso en el Tour, en un lugar llamado Cauterets.
Imagen: @crstobalcabezas
Ciclismo antiguo
Briançon, Lieja & Valkenburg, las 3 esquinas del ciclismo
Grandes vueltas, monumentos, ciclocross… esto ocurre en Lieja, Briançon y Valkenburg
Hay lugares en el bello globo bendecidos por la naturaleza, la belleza o el azar. En ciclismo hay tres en concreto que beben de su ubicación y extraordinaria tradición. Supongo que podréis añadir alguno más, pero a mi se me ocurren estos tres: Lieja, Briançon y Valkenburg.
La primera la conocéis de sobra, es noticia una vez al año, fijo, cuando no más.
Es la cuna de la decana, la Lieja-Bastogne-Lieja porque era el trayecto que encajaba para que los periodistas fueran y vinieran en tren el día de carrera, siguiendo al pelotón.
Por Lieja además pasa el Tour de forma recurrente, si no es directamente, en tránsito
Por Lieja discurrió incluso una edición de la Vuelta a España y en Lieja se han jugado varios campeonatos del mundo.
Incluso Lieja ha albergado el mundial, recuerdo uno en tiempos de Mariano Cañardo cuando los italianos monopolizaban la contienda.
Luego está Briançon, ahí en el valle, encajada entre Izoard y Galibier, en medio de un océano de cimas con nieves perpetuas, en una encrucijada, cerca de Italia, de Sestriere, la puerta al valle de Aosta.
Briançon y su ciudadela han visto el mismo año el Giro y a las pocas semanas el Tour de Francia
Si no es final de etapa, es ciudad de paso. En el olimpo de los lugares ciclistas, está tocada.
Ciudades bendecidas por el ciclismo: Lieja, Briançon y… Valkenburg.
Aunque si queréis que os seamos sinceros, lo de Valkenburg es rizar el rizo.
Encajada en el Limburgo, la ceja de las Árdenas donde los Países Bajos dejan de ser bajos.
En el corazón de la vieja europa la ciudad neerlandesa es al ciclismo lo que Old Trafford al fútbol, la catedral del circo de las dos ruedas, un idilio del lugar, de la gente y el paisaje con la bicicleta.
Valkenburg tiene por descontado el ciclismo anualmente siendo ciudad de paso, mil veces, y meta de la Amstel Gold Race, la fiesta nacional neerlandesa de la bicicleta y el ciclismo.
Valkenburg ha puesto en el mapa un enclave como el Cauberg, la violenta subida en la que Philippe Gilbert hace estragos, habiendo ganando varias veces la Amstel Gold Race y siendo, incluso, campeón del mundo.
La ciudad del Valkenburg, modesta en dimensiones y población ha sido sede de los Campeonatos del Mundo de ciclismo en carretera cinco veces. Nada más y nada menos.
Cinco mundiales de ciclismo han acontecido en Valkenburg
Viajamos a 1938 y conocemos a marcel Kint, alemán, que se convierte en campeón mundial.
Diez años después, y tres ediciones más allá, por el paréntesis de la Segunda Guerra Mundial, Valkenburg corona a Alberico Schotte, el belga que sacó petróleo de la increíble rivalidad de Bartali y Coppi, anulados en un marcaje imposible.
Año 1979. Jan Raas, el especialista en la Amstel, saca oro de Valnkenburg que bate al sprint a Thurau y Bernaudeau.
Ya en el 98, Oskar Camenzind, suizo de Mapei, se corona campeón el día que todos miraban a Michele Bartoli bajo el diluvio de septiembre limbugués.
El Tour tambièn ha aterrizado por Valkenburg, dos veces además. Ganaron Giles Delion, prometedor francés, en 1992, y Matthias Kessler, alemán de final infeliz, en 2006.
Pues bien, con este bagaje, con una infinidad de carreras, pruebas y eventos relacionados con las dos ruedas, el Campeonato del Mundo de ciclocross aterrizó hace cinco años en Valkenburg.
Imagen: G.Demouveaux
Ciclismo antiguo
1994: La Flecha Valona que cambió el ciclismo
Nada fue igual tras la Flecha Valona de 1994 y los azules haciendo pleno
La primera parte de los noventa se tiene como la época más oscura de la historia del ciclismo y muchos toman la Flecha Valona de 1994 como el cénit.
No son pocos los testimonios que hablan de un ciclismo psicodélico, de corredores que no corrían, volaban, de cosas raras, de podencos hechos caballos de carreras,…
Testimonios no faltan.
Dos son elocuentes. Greg Lemond justifica parte de su declive por las dos velocidades de aquel ciclismo, un salto de rendimiento que apuntaba una sustancia cuyas siglas eran EPO. David Millar habla en su libro de sus primeras carreras como algo inalcanzable, no había ni roto a sudar que el pelotón ya les había dejado de rueda.
#DiaD 20 de abril de 1994
En el año 94, la Vuelta a España seguía disputándose en abril.
En la antesala de la misma estaba el tríptico de las Ardenas, pero en orden diferente al actual. Una semana después de Roubaix, se corría la Lieja, luego la Flecha Valona y finalmente la Amstel, posteriormente vendría la Vuelta que en esa ocasión dominaría a placer Tony Rominger.
La Flecha Valona se presentaba como la reválida para Eugeny Berzin. El ruso de rubia cabellera había ganado en Lieja días antes y era la punta de lanza del potente Gewiss. Por nombres el equipo celeste copaba las apuestas, sin embargo, los italianos no querían ganar, querían sencillamente coparlo todo.
En el llano que precedía el muro de Huy, Berzin, que iba insultantemente fácil, tomaba unos metros sin que nadie osara seguirle, salvo sus dos compañeros Moreno Argentin y Giorgio Furlan. En la cima de Huy Argentin culminaba la masacre, siendo primero por delante de sus dos colegas.
“Ellos ruedan y nosotros nos quedamos. Hacen que ir en bici parezca sencillo, no necesitan ni preparar estrategia alguna” dijo Gérard Rué, el gregario de Miguel Indurain, preso de la incredulidad.
Los peores temores que circulaban por el pelotón se hacían realidad y las sospechas no tardaron en plasmarse cuando al día siguiente en una conversación entre Michele Ferrari y varios periodistas, en una pedanía de Lieja, el galeno afirmaba sin pudor:
“Si yo soy ciclista y sé que hay una sustancia que mejora el rendimiento y otros la usan, yo también la utilizaría. La EPO no es mala, sólo lo es si abusas de ella, como si te atiborras de zumo de naranja”.
En efecto, el ciclismo de dos velocidades ya era un secreto publicado y público, la caja de pandora se había abierto, estallaría en pocos años…
Imagen: Cronoescalada
Ciclismo antiguo
Amstel Gold Race by Jan Raas
Nadie dominó la Amstel Gold Race como Jan Raas
Jan Raas fue una de las esas buenas figuras que tuvo el ciclismo a finales de los setenta y principios de la siguiente, que hizo de la Amstel Gold Race su feudo, se la llamó «Amstel Gold Raas».
Nacido en 1952, fue posiblemente el primer ciclista con pinta de intelectual.
Todo un espejo donde se miró el maître Fignon.
Fue posiblemente el gran valedor de esa megaestructura neerlandesa llamada Ti Raleigh comandada por Peter Post.A Raas la victoria le gustaba más que a un tonto un lápiz
Era perrete, parecía italiano más que ciudadano del respetable reino neerlandés.
Gustaba, además, de tomar el pelo a los rivales.
Su último gran triunfo fue en el Tour de 1984, una etapa donde puteó con tino al visceral Marc Madiot, hasta que le rebañó la victoria toda vez que le había asegurado que no estaba para dar relevos.
Sin embargo tuvo gestos encomiables, como cuando renunció al amarillo en un prólogo muy condicionado por la furiosa lluvia.
Eso sí, al día siguiente se empleó a fondo para vestirlo en buena lid.
Éste era Jan Raas
En 1977 Jan Raas ganó su primera Amstel, poco después de hacerlo en San Remo
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Sergiete
12 de febrero, 2021 En 23:08
El Chava tenía un potencial tremendo, creo que en sus piernas tenía para varias grandes vueltas, y efectivamente tenía potencial para entrar en ese listado.
Pero el Chava tenía un defecto importante que sin duda le impidió aprovechar todo su talento: no era disciplinado como Indurain o Contador, e incluso diría que algo descuidado. Olano, por ejemplo, era muy riguroso en sus planes de entrenamiento, se sacrificaba mucho no sólo encima de la bici, también en el día a día fuera de la bici, alimentación, estilo de vida…
Sergio
11 de septiembre, 2021 En 3:02
Un ciclista sobrevalorado?? Jaja. Un ídolo de masas más bien..que siempre era el que ponía la carrera intensa. Creo señor que muy poco sabe de ciclismo. Tenemos s los Miguel…contador.. valverde…y poco más.. fuera de series todos y luego estaba Chava. Capaz de emocionarte como nunca me habia emocionado. Revisa bien su Palmares anda…que puede que te caigas de culo. avosotros los Neos del ciclismo os gusta deleitaros con momentos puntuales de eternas promesas como el Señor Enric Mas que si…que si…que todos los años est ahiii pero que todos o casi todos de vacío y por la puerta de atrás. Sl menos con Chava sabias que EI tiraba no le ganaba nadie famoso como anrmstrong. En cuanto picaba para arriba nos daba espectaculo casi siempre y era su territorio. Gsnandolo casi todo que acababa en alto eso señor se llama correr y disfrutar que ers lo que quería el. Dufrtiar el y nosotros. Humilde hasta con la sopa. Recapacita con el artilo y mejora esas fuentes!!