Wout Van Aert
El ciclismo de Van Aert nos representa
Cualquier balance sobre el estado actual del ciclismo pasa por Wout Van Aert
Cuando Wout Van Aert atravesaba primero y solo la meta de Val di Sole no sé si era consciente de lo que estaba proclamando y logrando para el ciclismo.
En una carrera que muchos han tomado como tarjeta de presentación para que el ciclocross entre en los Juegos Olímpicos de invierno, el portador de la tricolor belga, también en la modalidad de invierno, se postulaba como perfecto aspirante a ganar las dos carreras de ciclismo en los de verano y la hipotética de los meses blancos.
La esperada manga de Val di Sole en la Copa del Mundo de ciclocross cumplió con creces ese objetivo, la de proclamar la posibilidad que el ciclismo esté en ambas citas olímpicas, y hasta el titular del podio estuvo al servicio del objetivo.
Fue en definitiva otra muesca en el revolver de un ciclista que siempre tiene el cargador siempre a punto
Alrededor de Wout Van Aert hemos escrito muchísimo, no podía ser de otra manera, durante estos meses.
A veces alabando gestas tan singulares como la del Tour, ganando en todos los terrenos posibles, ampliando la posibilidad de registros hasta lo inimaginable, y otras lamentando que es tanta la atracción que supone su rueda, que por el camino se le han quedado importantes triunfos.
Pero claro, es imposible ganarlo todo, y cuando estás siempre en liza, corres el riesgo de que la derrota sea habitual, e incluso sonada.
Sin embargo hace unos días me invitaban a echar números sobre lo que ha logrado Wout Van Aert en los últimos 16 meses, desde la reanudación de la campaña ciclista tras el confinamiento por la pandemia y salían, de carrerilla triunfos tales como Strade Bianche, Milán-San Remo, Amstel, Wevelgem, etapas en el Tour, medallas en Mundiales de ruta y ciclocross, presea olímpica, títulos nacionales… todo en cronos, sprints y montaña, por que hasta el Ventoux ha caído a sus pies.
Cuando hablamos de los cambios que rodean al ciclismo, del concepto 360, de correrlo todo como si no hubiera un mañana y honrar este deporte a diario, Wout Van Aert es uno de los nombres que nos viene a la mente.
Van Aert suscribe en primera persona ese salto de nivel que los más viejos del lugar describen en el ciclismo que estamos viendo.
Es sin duda uno de los integrantes de la mesa de los grandes nombres, garante de un concepto de ciclismo que no muere en el olvido, por que siempre que compite, está y se le espera, un lujo que nos podemos permitir en marzo y las clásicas, en el Tour y hasta en diciembre, en puertas de la Navidad.
Este regalo de corredor eclipsa, incluso, hasta los grandes vueltómanos y compite con ellos de tú a tú en influencia.
Su ciclismo nos representa.
Imagen: @UCIcyclocrossWC
Wout Van Aert
Demasiadas medallas de plata para Wout Van Aert
El Europeo le deja otra plata a Van Aert, y van trece
Sí, lo sabéis, si ahora me pidieran una mano por alguien en el pelotón la pondría por Wout Van Aert, para mí el ciclista más valioso de la actualidad, un portento omnipresente, con un bagaje que no discutiremos ahora, pero con un gran qué en esa relación especial que ha construido con la medalla de plata, hasta trece, excesivas en su balance frente al oro en un balance en el que su némesis, el amigo Mathieu le ha sabido doblegar.
Trece medallas de plata, así nos lo confirman, contando Juegos Olímpicos, Mundiales, Europeos y Campeonatos belgas que, en ciertos momentos, como en ciclocross, son como mundiales encubiertos.
Ayer cuando le vi que no llegaba a tiempo para superar a Laporte en el final, cuando la medalla de plata colgaba del cuello del Van Aert pensé en esa cifra, y con ella en la mano, me pregunto cuál fue el oro que más me dolió que perdiera el belga.
Y en esa tesitura me acuerdo de la carrera de fondo olímpica de Tokio, cuando estaba sublime de forma, recién llegado del Tour, tres etapas ganadas, cada una totalmente diferente, y vio como el hábil Carapaz le levantó el título olímpico.
Fue esa mañana de sábado, a primera hora, un esquema que se nos ha hecho favorito.
Van Aert es el más fuerte de la concurrencia, rodó como nunca y perdió como siempre, pues cada vez que comparece en este plan, sucede lo mismo, alguien es más listo, se anticipa, y luego todos le miran a él para que emprenda la caza que, lógicamente, no llega a buen puerto.
Dice Van Aert que claro que piensa en la cantidad de medallas de plata que tiene en casa, que lo tiene presente, por mucho que en carrera no le venga a la mente.
Pero le condicionan, le tienen que perturbar, a cualquier crack en lo suyo tiene que pesar verse en el día de la marmota
A mí me pasaría.
Le hemos visto a la derecha del ganador, cuando el podio ha estado bien dispuesto, en muchas ocasiones y no cuento Roubaix y Flandes, otras que son de su perfil.
El tema de disputarlo todo, de ser bueno en casi cualquier terreno es lo que tiene, un coste en plazas de honor equiparable a las que lograba, por ejemplo, Alejandro Valverde.
Por eso molesta, por eso sabe mal, ver tanto talento vestido en plata, cuando debería tocar el dorado.
Ojalá Wout le dé la vuelta a la situación, que aprenda de los Carapaz en su día, o Laporte ayer mismo, ciclistas que no le son superiores, pero que son hábiles, se mueven bien y tienen instinto.
Imagen: FB UEC
Wout Van Aert
El Tour más envenenado para Van Aert
Pocos ciclistas tienen tantos frentes en el Tour como Wout Van Aert
Ahora mismo, resumiendo rápido y mirando alrededor a Wout Van Aert le rodean las mil cuestiones en este Tour.
Primero de todo, el listón.
Como decíamos hace unos días, a puertas del Dauphiné, estamos ante el Van Aert del Tour, eso es un ciclista excelso, 360, redondo y poderoso.
Ganador de seis etapas en los dos últimos Tours, entre ellas en lugares tan dispares como el Ventoux o Campos Elíseos de París, sin obviar sendas cronos y otra de amarillo en Calais.
Eso en el plano individual, luego estuvo lo decisivo que fue a favor de Jonas Vingegaard el año pasado.
A ello se le añade esa espada sobre la cabeza que es la fecha del nacimiento de su hijo y que si va a dejar el Tour a medias.
Va a ser el vástago ciclista más famoso de la historia, por tenernos a todos pendientes de su nacimiento y por ser el hijo de un personaje que en Bélgica es materia de precisa del corazón.
Con esa fecha sobrevolando el panorama, está el objetivo principal del equipo, ganar la carrera con Vingegaard.
Ya vimos, intuimos, ciertas incompatibilidades entre el danés y Van Aert en el pasado Tour, lo. apreciamos en el famoso documental, tan evidente como que Van Aert fue clave en la victoria del danés.
A todo eso, se añade la posibilidad del maillot verde, que el año pasado ganara por aplastamiento y que para éste no veo nada claro.
Van Aert ya tiene bastantes frentes.
La llegada a San Sebastián creo que fue un poco la escena de todos esos focos de estrés concentrados en un momento, en una misma foto.
A Wout Van Aert le llevaron los demonios y a su equipo le sacaron los colores, en especial Victor Lafay, yéndose a la vista de Benoot y Kelderman.
Un relevito de Vingegaard habría ayudado, sin duda, pero no se lo dio,
¿El motivo?
Nos lo podemos imaginar, para el danés no existe otro objetivo que renovar su corona, para Van Aert están las labores de equipo y las propias, que como veis no son pocas, al contrario, me parecen muchas y estresantes.
Son los costes de ser tan bueno, en casi todo, Wout Van Aert seguirá rascando más allá de Bayona para ver si aumenta su botín en el Tour.
Imagen: A.S.O./Jonathan Biche
Wout Van Aert
Nos acercamos al Wout Van Aert del Tour (con o sin nuevo hijo)
Van Aert se presenta en el Tour como el ciclista total pero ojo no nazca su hijo
Pequeño spoiler, en el documental de Netflix sobre el Tour, hay un momento, en el bus de Jumbo, que Vingegaard le dice a Wout Van Aert que no vaya tan deprisa.
Se lo dice tras el famoso ataque camino de Calais, el que abrieron Van Hooydonck y Benoot para acabar con Van Aert, en amarillo Tour, volando solo hasta meta.
Al danés no acabó de sentarle bien aquella cabalgada.
Y es que el Tour pasado, y el anterior si me apuráis, fue una carrera complicada para Wout Van Aert.
Cómo pensar en otros si tu estado de forma rebosa por todos los lados, cuando sueltas gente, conduces grupos, atacas bajando, ganas sprints con la facilidad que el belga demostró hace un año.
Encontrar ese equilibrio es difícil, per Van Aert lo consiguió.
Fue «Team Van Aert», como diría Alix, pero también parte importante para que Vingegaard le ganara el Tour a Pogacar.
Sus trepadas de lejos, la forma en la que salvó los muebles la caótica jornada del pavés, el remate que le propina al esloveno en Hautacam.
Van Aert tuvo mucho que ver en el triunfo del danés
Pero al mismo tiempo, ganó tres etapas, fue amarillo, ofreció recitales en todos los lados, en Calais, con ese ataque y llegada en amarillo, camino de Arenberg, en Suiza, en la crono final….
Una maravilla de corredor, «correlotodo» que nos dejó, un año más, impresionados.
El Wout Van Aert del Tour de Francia es un ciclista desacomplejado, incluso diría que desatado
Corre, no sé, como sin presión, y eso que él mismo admite que el Tour es la mejor carrera en la que puede brillar, que no es poca cosa.
Esa soltura es la que siempre extrañamos en las clásicas de primavera y sin embargo en Francia rezuma, sale a borbotones, logrando ser, sin ganar la general final, uno de los top 3 protagonistas de la carrera.
Pues bien, ese Van Aert afila estos días la forma en la Vuelta a Suiza, capitaneando un Jumbo sin Roglic, pero con parte del grupo que seguro estará en el Tour.
Lo hace con la noticia de su posible paternidad durante el Tour de Francia y no duda: «No quiero perdérmelo«.
¿Abandonaría Van Aert el Tour si nace su nueva criatura?
Ojo que la situación tiene miga, pero hay ciclistas que, a la vista de todos, parecen muy entregados a la familia, como un puntito más.
Van Aert, como Roglic, me traslada esa sensación, pero de ahí a dejar una carrera que pueda irte muy de cara.
Sólo recordad el año pasado y el fin de fiesta que firmaron en Jumbo.
Sea como fuere, sentémonos porque ya mismo llega el show Wout y esperamos que se resarza de una campaña buena, pero carente de las guindas que siempre encuentra en Francia.
Imagen: A.S.O./Pauline Ballet
Wout Van Aert
Van Aert no puede estar contento de esta primavera
Otra primavera que pasa sin un gran triunfo para Van Aert
Sé que Wout Van Aert ha dicho que el ciclismo son más cosas que una victoria y tiene razón, el resultado no puede condicionar la felicidad de un deportista, pero está claro que éste marca su progreso, estatus y dimensión y para el belga, la primavera es capital.
Lo sabe, perfectamente, está en la mejor estructura ciclista del mundo y los grandes triunfos cuentan decisivamente en cada línea del patrocinio, pues al final se trabaja para ello.
Antes de esta primavera, me refiero principalmente a todas las clásicas de adoquines, flotaba la duda de si Wout Van Aert iba a lograr torcer la dirección que han tomado sus últimos duelos con Mathieu Van der Poel.
La respuesta es clara.
La celebridad belga sigue estando un punto por detrás del astro neerlandés, una realidad que me duele, pero que es tangible y vemos tanto en la televisión como en la estadística.
Hay un problema para Van Aert, saber si es que siempre le falta un punto o que realmente ya no tiene más que dar.
A mí me da la sensación de que empieza a ser lo segundo, es decir que, aún y siendo buenísimo, que lo es, su contrincante tiene un nivel más, algo que debe doler, más cuando esta rivalidad traspasa edades y cualquier otro aspecto.
Van der Poel le ha tomado la delantera en los tres monumentos disputados hasta el momento y no de forma casual.
En todos el neerlandés ha sido mejor, más propositivo, más valiente y más fuerte
En San Remo, Wout corrió a cerrar huecos, una situación que se repite demasiado, para secar a Pogacar pero lanzar a Van der Poel.
En Flandes se le vio siempre a remolque de Pogacar y Van der Poel hasta que reventó en el Kruisberg por el ataque del segundo.
Y en Roubaix, ay en Roubaix, la eterna duda de qué habría pasado sin ese pinchazo en Carrefour de l´Arbre.
Creo sinceramente, que el belga había hecho una excelente carrera hasta ese momento, sacando provecho del equipo hasta que los incidentes le dejaron, y luego remando en segunda línea porque el grupo cabecero tenía notable presencia de los Alpecin.
En el momento de marras, Van Aert buscó la contra, mientras VDP daba gracias al cielo por no irse al suelo ante Degenkolb.
Yo creo que Van Aert va al límite en la contra que le aplica Van der Poel para salir ya pinchado del tramo decisivo de Roubaix.
¿Pudo haber llegado con Mathieu?
Ese es el gran asidero de Van Aert en esta primavera, le queda el beneficio de la duda y a él se agarrará para volver al año siguiente e intentar recuperar parte de lo que es suyo.
Veremos si para la siguiente campaña de piedras el belga, ahora sí, gana lo que sin duda creo que merece, un monumento es un botín muy corto para un ciclista excelso, mayúsculo que seguramente ahora centre el tiro en un Tour en el que será la multiherramienta del Jumbo.
Ojalá un día ese Van Aert de julio aterrice un año en la primera semana de abril… sería la bomba, pero esta vez tampoco pudo ser
Imagen: A.S.O./Pauline Ballet
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