Primoz Roglic
Vuelta: Primoz Roglic es una roca con alguna grieta
Roglic tiene en la Vuelta un terreno propicio, pero no siempre el viento sopló a si favor
Para Primoz Roglic ganar la tercera Vuelta no era el plan inicial, pero tanto da.
A este esloveno las cosas le van viniendo, él va gestionando según rotan las situaciones y los problemas, hallando siempre soluciones.
Roglic ha encontrado en la Vuela el refugio ideal, el sitio a donde correr y esconderse y sacar brillo a todo lo que hace
Lo que el Giro le negó hace dos años y el Tour en sendas ediciones, Roglic lo encuentra en la Vuelta: un diván donde expiar sus pecados y rearmarse de cara al año siguiente, sabedor que, mientras él va engordando el palmarés.
A la Vuelta 2021 llega un Roglic con necesidades y urgencias.
Si el año pasado, la decepción del Tour la enjuagó en parte en Lieja, acabó de hacer la colada mental en la Vuelta.
La situación es similar once meses después.
Ya ha sacudido penas en Tokio y en la crono olímpica, haciendo algo que se le da muy bien, recordarnos que cada vez que no contamos con él nos equivocamos de cabo a rabo, a Roglic hay que tenerle siempre presente y en las quinielas.
En la Vuelta 2021 lo tenemos claro, él es el número uno de nuestras quinielas.
Tiene la medida de la carrera, le llega en un momento en el que se siente bien con cierto el ciclismo que se practica en la actualidad, el de ataque cerca de meta, le va bien y para más inri, trae dos dorsales con el número uno en la mochila.
El Roglic de la Vuelta es un ciclista que rara vez falla, aunque con excepciones y sólo hay que mirar las ediciones pasadas.
Hace dos años, la carencia de equipo le dejó al descubierto en más de una ocasión, le salvó que siempre había un equipo, dígase Astana, especialmente, que le cubría en momentos críticos.
La última semana de la primera Vuelta de Roglic, con la carrera aparentemente sentenciada, fue excepcional precisamente por eso, por que Roglic tuvo instantes en los que no todo le soplaba a favor.
El año pasado, con la paliza en el Tour muy presente en las piernas, Roglc tuvo ciertos instantes de debilidad en la Vuelta
Sostuvo manos a manos antológicos, el de Carapaz en Moncalvillo, pero la semana final le puso al límite.
Sufrió en el Angliru, no sentenció en la crono y en La Covatilla fue el tercer vértice del diabólico triangulo que formó junto a Carapaz y los Movistar quitándole el viento.
Ese fue, además, el último recuerdo ciclista del año 2021.
Con todo venimos a decir que, en cualquier pronóstico de la Vuelta, Primoz Roglic es primera opción, pero que no es invulnerable .
Siempre en estos casos miramos a los rivales y a sus equipos, y evidentemente Ineos, Bahrain y en menor medida Movistar tienen recorrido para complicarle las cosas, otro escenario será el que surja de esos duelos.
Mano a mano, sólo veo a Egan Bernal cerca de Roglic, la Vuelta nos servirá cuán de lejos está el colombiano de los eslovenos, aunque de ambos, creo que Pogacar está un paso por delante.
Sea como fuere a Roglic se le espera y estará, es un corredor que no sabe quedarse al margen, dentro de esa coraza fría y distante se esconde un ciclista excepcional, que se levanta tantas veces como se cae y que en la Vuelta tiene terreno abonado al éxito.
Imagen: FB de La Vuelta
Primoz Roglic
Roglic & Evenepoel, el Giro de Catalunya
El duelo Roglic & Evenepoel es el anticipo del Giro de Italia
La cosas de la vida, la Volta 2023, que con tanto detalle os hemos descrito, se supone este año un anticipo del Giro con Primoz Roglic y Remco Evenepoel en la salida.
A unas seis semanas de la primera grande, y en medio del subidón de la primavera, nos vemos con un entremés de mayo en pleno marzo en una carrera que, por otro lado, ofrece un diseño muy mejorable.
Pero están aquí, con cuentas pendientes y sabedores que los focos van a estar en ellos.
La última vez que Roglic y Evenepoel me midieron fue en septiembre, en el drama que le tocó vivir a Roglic en aquella llegada en llano en la que estaba ejecutando un ataque de esos que duelen, pues no se esperan, pero reporta un golpe moral y unos segundillos.
Roglic acabó por los suelos, destrozado -cuántas quemazones le hemos visto ya- y la sensación que su duelo con Evenepoel dejó hojas en blanco.
Medio año después, vuelven a cruzarse en la Volta, como grandes favoritos en un listado con nombres interesantes -ojalá veamos a un Bernal de regreso- pero ninguno a su nivel.
Sobre esta semana que empieza, creo que el reto para Evenepoel es cojonudo.
Corre un tipo de carrera que sin venirle mal, tampoco es su terreno idóneo, le quitan las cronos, como en casi todos los sitios, y le encadenan a tres llegadas en alto, ante un rival directo en unas semanas.
Ya sabemos que viene de dar grandes números en Tenerife, pero las sensaciones que ofrece el campeón del mundo en carrera son de debilidad cuando le ponen en aprietos para arriba.
Lo vimos en el UAE Tour con Adam Yates, cuando el británico le dejó en el tramo final.
Cierto es que Evenepoel gestionó bien la renta, pero Roglic y otros saben que el belga que resulta tan intratable en ciertos terrenos, ofrece debilidades en las llegadas en alto.
No sé hasta qué punto Roglic vendrá a disputar la general.
Tras hacerse con la de la Tirreno transmitiendo la sensación de que pasaba por ahí, ahora tiene opción de sumarle una Volta a su listado de vueltas por etapas que reluce en su estantería.
Ojo que el amigo viene con Dauphiné, París-Niza, Tirreno, Itzulia y Romandía, en una colección que no muchos han juntado estos años, de Valverde a Froome, pasando por Nairo, Richie Porte y el mismo Pogacar.
La Volta en este caso vendría a engrosar el caché, pero especialmente daría señas de lo que puede pasar en el Giro, ahí donde Roglic y Evenepoel se han citado para seguir lo que dejaron pendiente en la Vuelta.
Primoz Roglic
Tirreno-Adriático: Roglic me gusta hasta «pancartero»
Las victorias de pancarta de Roglic en Tirreno suman como las heroicas
Sí ya sé, los éxitos de Primoz Roglic, entre vallas y bajo la pancarta de meta de la Tirreno-Adriático, han vuelvo sobre la figura de aquel ciclista matador que firmó una buena parte de sus victorias en el tramo final de las carreras.
Y es cierto, el esloveno logró muchos triunfos así, muchos de esos más de 65 que adornan uno de los mejores palmarés que pululan ahora mismo por el pelotón.
Pero no le va a hacer ascos, el amigo Primoz, a una facultad que no todos tienen, capaz de aguantar escondido toda una jornada, para asomar al final, muy al final, lo justo para ganar la etapa.
Admito que pensé, desde un inicio, que Roglic no venía a por esta Tirreno, no al menos en la medida que podía ir años atrás a por la París-Niza o el Dauphiné.
Era su primera carrera desde que le vimos hecho un Cristo en aquella llegada de la Vuelta, justo antes de retirarse.
Una pretemporada condicionada por una operación y la incertidumbre del debut en una carrera de este nivel.
Incluso, cuando ganó el primer día serio de la carrera, pensé que era fruto de ese «savoir faire» en llegadas que pican, como otras veces le habíamos visto.
Pero no, amigas y amigos, este tipo es un rodillo, un killer «made in Slovenia» que no perdona ni cuando justo rompe a sudar.
¿Se han alienado los astros para su más que segura segunda Tirreno? es posible, el viento de la jornada reina ha jugado a su favor, pero es que esta gente, como Roglic digo, no triunfan fruto de la casualidad, en ellos reside un don, el del acierto, pero también la capacidad de esconder la cabeza, mezclarse en el grupo, aguantar lo que ellos saben aguantar y sacar el genio al final.
No ha derrotado a unos cualquiera Primoz Roglic en la carrera de los dos mares, pero está claro que, de inicio, ya sabíamos que estaban en otro nivel, en caso que la forma del esloveno estuviera más que aceptable.
Primoz Roglic, dije el otro día, es como esos delanteros a los que les favorecen los rebotes, pero claro, para que te vengan de cara, hay que estar y éste siempre está.
No acabo de ver a Roglic ganando esta Tirreno, creo gana por la inercia y clase que atesora, pero hoy he visto esa Lieja que gana tras perder el Tour, esa Itzulia tras caerse en París-Niza y esa Vuelta que domina tras abandonar el Tour.https://t.co/TLBDnI7lib pic.twitter.com/LLQbyp3sqV
— JoanSeguidor (@JoanSeguidor) March 9, 2023
Se va a llevar una Tirreno-Adriático rara, sin jornadas para enmarcar, como en otras ediciones, pero eso la estadística no lo contempla.
Esta sabe de números y registros y Roglic pone por segunda vez el huevo en la Tirreno, esta vez sin haber competido y ganando tres etapas, las tres de pancartazo, sí, pero es que la situación así lo requería.
Una cosa tengo cada vez más clara, más viendo la París-Niza, cuánto va a echar de menos Vingegaard a Roglic en el Tour
Imagen: FB Tirreno Adriatico
Primoz Roglic
Tirreno-Adriático: Primoz Roglic siempre se levanta
La victoria de Roglic en Tirreno recuerda que el esloveno siempre vuelve
Nos explicaba el amigo de Eurosport Adrián García en la presentación de la Vuelta a España, los sentimientos que le despierta Primoz Roglic y lo poco objetivo que es a veces con él, en un recuerdo que me ha venido a la mente con la etapa que ha ganado en la Tirreno-Adriático.
El esloveno es eso, deporte, espíritu y todo lo bueno que el ciclismo representa.
Pero no sólo eso, es ambición y entereza a partes iguales.
Porque sólo así entendemos la victoria que Roglic ha firmado en la primera llegada en alto de la Tirreno-Adriático.
No es la primera vez que Roglic en un estado de forma que ofrece dudas acaba llevándose el éxito.
Por ejemplo en la Vuelta del año pasado, cuando ganó la primera jornada en España en un final muy similar a éste de Italia.
Es un ciclista con muchos registros, pero en llegadas aquí nunca perdona, ni siquiera cuando llega tras una etapa en la que ha circulado tranquilamente en la panza del grupo, como desentendiéndose de la carrera, incluso cuando Alaphilippe probó suerte de lejos.
Cada victoria que Roglic celebra tras no verle desde su última caída, es una victoria del ciclismo.
No puede ser entendido de otra manera, es el espíritu y esencia de lo que es la propia vida, levantarse tantas veces como te caigas, aunque a veces, como bien vemos, te haces mucho daño.
No acabo de ver a Roglic ganando esta Tirreno, me parece que gana por la inercia y clase que atesora, pero hoy he visto esa Lieja que gana tras perder el Tour, esa Itzulia que consigue tras caerse en París-Niza y esa Vuelta que se lleva tras abandonar el Tour.
Eso es Roglic, y aquí sí que tomo un deportista profesional como ejemplo para las cosas importantes de la vida.
Imagen: @Jumbovismaroad
Primoz Roglic
A la Tirreno-Adriático, sólo le faltaba Roglic
La semana se plantea aún mejor con la imagen de Roglic en la Tirreno-Adriático
Creo no decir una tontería si admito que pensaba que Enric Mas podía ganar perfectamente esta Tirreno-Adriático, lo tenía en mente hace días y ahora con Primoz Roglic la historia puede cambiar.
La entrada del esloveno en la carrera de los dos mares es lo poco que nos faltaba para cuadrar el círculo en lo que creo va ser una primera semana de marzo memorable de ciclismo.
Ya no debutará en la Volta.
Al duelo al sol que esperamos en París-Niza entre los dos mejores del Tour, se le suma de forma simultánea una partida a varias bandas en la primera vuelta del calendario italiano.
Roglic ya sabe lo que significa ganar la Tirreno-Adriático, es el de la foto del artículo, un ciclista muy diferente al de hoy.
Entonces no había ganado ni siquiera una grande, iba camino de llegar pasado de forma al Giro y luego, en septiembre, hacerse con su primera Vuelta a España.
Hoy el esloveno es uno de los mejores ciclistas del mundo con más de 60 triunfos y una relación de resultados brutal
Pero sigo creyendo que Enric Mas tiene una opción de romper un techo de cristal que le vendría muy bien a esa cabecita a veces dubitativa.
Sé que la Tirreno-Adriático arranca con una crono y que ahí gente como Van Aert, ojo a éste para la general, y el mismo Roglic le pueden hacer pupa, pero hay terreno para buscar la sorpresa e incluso una llegada en alto en la que Enric me parece de los más fuertes ahora mismo, más en ausencia de Tadej Pogacar.
Lo veo mejor incluso ante un especialista en esta carrera como Mikel Landa, tercero en las dos últimas ediciones.
La Tirreno será sin duda un carrerón con opciones para todos, abre con la crono del Lido di Camaiore, y se mete en la médula de la bota itálica con dos jornadas tipo mundial y a aquella de domingo en la que Van der Poel firmó antología frente al mismo Pogacar más una llegada en alto.
Hay recorrido, en Italia siempre suele haberlo, y hay nombres, no tan relucientes como los dos de París-Niza, pero que pintan bien: Vlasov, Geraint, Adam Yates y Hindley, el ganador de gran vuelta del año pasado que aún no se ha estrenado éste.
Imagen: FB Tirreno Adriatico
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