Wout Van Aert
Tour: Wout Van Aert es el ciclismo
La victoria de Van Aert en el Ventoux pasa al álbum de las maravillas del Tour 2021
¿Qué ciclista hay en el pelotón del Tour como Wout Van Aert?
La respuesta es sencilla, sólo él.
Es ciclismo, en mayúsculas, redondo e infinito, en todas sus acepciones, sin más limites que los que te imponen la carretera, no uno mismo.
Wout Van Aert, que lleva una buena ristra de victorias tras de sí, afirma que el Mont Ventoux en el Tour es su mejor éxito, el mejor de siempre, en un palmarés enorme entre ciclocross y carretera, después de años y años exhibiendo, desde que aprendiera a ir en bici antes que a caminar.
En el Tour donde todos nos maravillamos con Van der Poel, con Alaphilippe, con Pogacar, Van Aert ha dado un golpe en la mesa: ¿Qué hay de lo mío?
Desprovisto de las obligaciones para con Roglic, con Vingegaard ganando peso especifico, marcó una jornada con doble paso en el Ventoux, en una fuga Tour -es decir llena de estrellas- para prolongar su racha en la mejor carrera del mundo.
Una etapa, dos etapas y ahora otra, en el Ventoux, veinticuatro horas después de disputarle una llegada a Mark Cavendish, fue segundo, después de soñar ser amarillo en la crono, voló Pogacar, y armar con VDP la madre de todas las batallas a 220 kilómetros de meta de Le Creusot.
Es el ciclismo de Van Aert, el ciclismo total, todo vale, todo cabe en ese molde de campeón atemporal que cruza la meta tieso, como un Cristo, brazos en cruz, de pie sobre los pedales, con el manillar libre, para celebrar una etapa épica.
Obviamente, tras una cosa así surgen comentarios sobre qué habría de ser en una gran vuelta.
Yo personalmente digo que sea lo que quiera, pero que nos prive de siesta y nos alargue este ciclismo de maravillas al que nos estamos acostumbrando.
Volvemos a decir, como con Van der Poel, son ciclistas de época siendo buenos en lo suyo, que lo suyo ya abarca suficientes cosas.
Wout Van Aert está perfecto así
En un equipo que aún tiene a Primoz Roglic, donde crece Jonas Vingegaard, optar a porfiar por su liderato en una gran vuelta no nos parece lo más coherente.
Ese es el problema, demasiado completo como para ser el mejor en algo
— JoanSeguidor (@JoanSeguidor) July 7, 2021
Pero es que a ello le añadimos algo muy común en ciclistas como Van Aert, son tan buenos en todo que es complicado que sean los mejores en general, a no ser que emprendan un camino de no retorno que le haga renunciar a repetir todo lo que han logrado en el futuro.
Por de pronto, nos quedamos con el Ventoux, con la piedra seca y paisaje lunar que presenció la victoria de nuestro Miguel Angel, por que en el universo del ciclismo, si VDP es Leonardo, genio e inconstante, Van Aert es Miguel Angel, trabajo y esmero.
Su obra en el monte pelado y ventoso es un excelso trabajo de fe y picar piedra en un Tour para el que vino a ayudar a ganar y al final es él quien acaba saboreando las mieles.
Imagen: FB Jumbo Visma
Wout Van Aert
Demasiadas medallas de plata para Wout Van Aert
El Europeo le deja otra plata a Van Aert, y van trece
Sí, lo sabéis, si ahora me pidieran una mano por alguien en el pelotón la pondría por Wout Van Aert, para mí el ciclista más valioso de la actualidad, un portento omnipresente, con un bagaje que no discutiremos ahora, pero con un gran qué en esa relación especial que ha construido con la medalla de plata, hasta trece, excesivas en su balance frente al oro en un balance en el que su némesis, el amigo Mathieu le ha sabido doblegar.
Trece medallas de plata, así nos lo confirman, contando Juegos Olímpicos, Mundiales, Europeos y Campeonatos belgas que, en ciertos momentos, como en ciclocross, son como mundiales encubiertos.
Ayer cuando le vi que no llegaba a tiempo para superar a Laporte en el final, cuando la medalla de plata colgaba del cuello del Van Aert pensé en esa cifra, y con ella en la mano, me pregunto cuál fue el oro que más me dolió que perdiera el belga.
Y en esa tesitura me acuerdo de la carrera de fondo olímpica de Tokio, cuando estaba sublime de forma, recién llegado del Tour, tres etapas ganadas, cada una totalmente diferente, y vio como el hábil Carapaz le levantó el título olímpico.
Fue esa mañana de sábado, a primera hora, un esquema que se nos ha hecho favorito.
Van Aert es el más fuerte de la concurrencia, rodó como nunca y perdió como siempre, pues cada vez que comparece en este plan, sucede lo mismo, alguien es más listo, se anticipa, y luego todos le miran a él para que emprenda la caza que, lógicamente, no llega a buen puerto.
Dice Van Aert que claro que piensa en la cantidad de medallas de plata que tiene en casa, que lo tiene presente, por mucho que en carrera no le venga a la mente.
Pero le condicionan, le tienen que perturbar, a cualquier crack en lo suyo tiene que pesar verse en el día de la marmota
A mí me pasaría.
Le hemos visto a la derecha del ganador, cuando el podio ha estado bien dispuesto, en muchas ocasiones y no cuento Roubaix y Flandes, otras que son de su perfil.
El tema de disputarlo todo, de ser bueno en casi cualquier terreno es lo que tiene, un coste en plazas de honor equiparable a las que lograba, por ejemplo, Alejandro Valverde.
Por eso molesta, por eso sabe mal, ver tanto talento vestido en plata, cuando debería tocar el dorado.
Ojalá Wout le dé la vuelta a la situación, que aprenda de los Carapaz en su día, o Laporte ayer mismo, ciclistas que no le son superiores, pero que son hábiles, se mueven bien y tienen instinto.
Imagen: FB UEC
Wout Van Aert
El Tour más envenenado para Van Aert
Pocos ciclistas tienen tantos frentes en el Tour como Wout Van Aert
Ahora mismo, resumiendo rápido y mirando alrededor a Wout Van Aert le rodean las mil cuestiones en este Tour.
Primero de todo, el listón.
Como decíamos hace unos días, a puertas del Dauphiné, estamos ante el Van Aert del Tour, eso es un ciclista excelso, 360, redondo y poderoso.
Ganador de seis etapas en los dos últimos Tours, entre ellas en lugares tan dispares como el Ventoux o Campos Elíseos de París, sin obviar sendas cronos y otra de amarillo en Calais.
Eso en el plano individual, luego estuvo lo decisivo que fue a favor de Jonas Vingegaard el año pasado.
A ello se le añade esa espada sobre la cabeza que es la fecha del nacimiento de su hijo y que si va a dejar el Tour a medias.
Va a ser el vástago ciclista más famoso de la historia, por tenernos a todos pendientes de su nacimiento y por ser el hijo de un personaje que en Bélgica es materia de precisa del corazón.
Con esa fecha sobrevolando el panorama, está el objetivo principal del equipo, ganar la carrera con Vingegaard.
Ya vimos, intuimos, ciertas incompatibilidades entre el danés y Van Aert en el pasado Tour, lo. apreciamos en el famoso documental, tan evidente como que Van Aert fue clave en la victoria del danés.
A todo eso, se añade la posibilidad del maillot verde, que el año pasado ganara por aplastamiento y que para éste no veo nada claro.
Van Aert ya tiene bastantes frentes.
La llegada a San Sebastián creo que fue un poco la escena de todos esos focos de estrés concentrados en un momento, en una misma foto.
A Wout Van Aert le llevaron los demonios y a su equipo le sacaron los colores, en especial Victor Lafay, yéndose a la vista de Benoot y Kelderman.
Un relevito de Vingegaard habría ayudado, sin duda, pero no se lo dio,
¿El motivo?
Nos lo podemos imaginar, para el danés no existe otro objetivo que renovar su corona, para Van Aert están las labores de equipo y las propias, que como veis no son pocas, al contrario, me parecen muchas y estresantes.
Son los costes de ser tan bueno, en casi todo, Wout Van Aert seguirá rascando más allá de Bayona para ver si aumenta su botín en el Tour.
Imagen: A.S.O./Jonathan Biche
Wout Van Aert
Nos acercamos al Wout Van Aert del Tour (con o sin nuevo hijo)
Van Aert se presenta en el Tour como el ciclista total pero ojo no nazca su hijo
Pequeño spoiler, en el documental de Netflix sobre el Tour, hay un momento, en el bus de Jumbo, que Vingegaard le dice a Wout Van Aert que no vaya tan deprisa.
Se lo dice tras el famoso ataque camino de Calais, el que abrieron Van Hooydonck y Benoot para acabar con Van Aert, en amarillo Tour, volando solo hasta meta.
Al danés no acabó de sentarle bien aquella cabalgada.
Y es que el Tour pasado, y el anterior si me apuráis, fue una carrera complicada para Wout Van Aert.
Cómo pensar en otros si tu estado de forma rebosa por todos los lados, cuando sueltas gente, conduces grupos, atacas bajando, ganas sprints con la facilidad que el belga demostró hace un año.
Encontrar ese equilibrio es difícil, per Van Aert lo consiguió.
Fue «Team Van Aert», como diría Alix, pero también parte importante para que Vingegaard le ganara el Tour a Pogacar.
Sus trepadas de lejos, la forma en la que salvó los muebles la caótica jornada del pavés, el remate que le propina al esloveno en Hautacam.
Van Aert tuvo mucho que ver en el triunfo del danés
Pero al mismo tiempo, ganó tres etapas, fue amarillo, ofreció recitales en todos los lados, en Calais, con ese ataque y llegada en amarillo, camino de Arenberg, en Suiza, en la crono final….
Una maravilla de corredor, «correlotodo» que nos dejó, un año más, impresionados.
El Wout Van Aert del Tour de Francia es un ciclista desacomplejado, incluso diría que desatado
Corre, no sé, como sin presión, y eso que él mismo admite que el Tour es la mejor carrera en la que puede brillar, que no es poca cosa.
Esa soltura es la que siempre extrañamos en las clásicas de primavera y sin embargo en Francia rezuma, sale a borbotones, logrando ser, sin ganar la general final, uno de los top 3 protagonistas de la carrera.
Pues bien, ese Van Aert afila estos días la forma en la Vuelta a Suiza, capitaneando un Jumbo sin Roglic, pero con parte del grupo que seguro estará en el Tour.
Lo hace con la noticia de su posible paternidad durante el Tour de Francia y no duda: «No quiero perdérmelo«.
¿Abandonaría Van Aert el Tour si nace su nueva criatura?
Ojo que la situación tiene miga, pero hay ciclistas que, a la vista de todos, parecen muy entregados a la familia, como un puntito más.
Van Aert, como Roglic, me traslada esa sensación, pero de ahí a dejar una carrera que pueda irte muy de cara.
Sólo recordad el año pasado y el fin de fiesta que firmaron en Jumbo.
Sea como fuere, sentémonos porque ya mismo llega el show Wout y esperamos que se resarza de una campaña buena, pero carente de las guindas que siempre encuentra en Francia.
Imagen: A.S.O./Pauline Ballet
Wout Van Aert
Van Aert no puede estar contento de esta primavera
Otra primavera que pasa sin un gran triunfo para Van Aert
Sé que Wout Van Aert ha dicho que el ciclismo son más cosas que una victoria y tiene razón, el resultado no puede condicionar la felicidad de un deportista, pero está claro que éste marca su progreso, estatus y dimensión y para el belga, la primavera es capital.
Lo sabe, perfectamente, está en la mejor estructura ciclista del mundo y los grandes triunfos cuentan decisivamente en cada línea del patrocinio, pues al final se trabaja para ello.
Antes de esta primavera, me refiero principalmente a todas las clásicas de adoquines, flotaba la duda de si Wout Van Aert iba a lograr torcer la dirección que han tomado sus últimos duelos con Mathieu Van der Poel.
La respuesta es clara.
La celebridad belga sigue estando un punto por detrás del astro neerlandés, una realidad que me duele, pero que es tangible y vemos tanto en la televisión como en la estadística.
Hay un problema para Van Aert, saber si es que siempre le falta un punto o que realmente ya no tiene más que dar.
A mí me da la sensación de que empieza a ser lo segundo, es decir que, aún y siendo buenísimo, que lo es, su contrincante tiene un nivel más, algo que debe doler, más cuando esta rivalidad traspasa edades y cualquier otro aspecto.
Van der Poel le ha tomado la delantera en los tres monumentos disputados hasta el momento y no de forma casual.
En todos el neerlandés ha sido mejor, más propositivo, más valiente y más fuerte
En San Remo, Wout corrió a cerrar huecos, una situación que se repite demasiado, para secar a Pogacar pero lanzar a Van der Poel.
En Flandes se le vio siempre a remolque de Pogacar y Van der Poel hasta que reventó en el Kruisberg por el ataque del segundo.
Y en Roubaix, ay en Roubaix, la eterna duda de qué habría pasado sin ese pinchazo en Carrefour de l´Arbre.
Creo sinceramente, que el belga había hecho una excelente carrera hasta ese momento, sacando provecho del equipo hasta que los incidentes le dejaron, y luego remando en segunda línea porque el grupo cabecero tenía notable presencia de los Alpecin.
En el momento de marras, Van Aert buscó la contra, mientras VDP daba gracias al cielo por no irse al suelo ante Degenkolb.
Yo creo que Van Aert va al límite en la contra que le aplica Van der Poel para salir ya pinchado del tramo decisivo de Roubaix.
¿Pudo haber llegado con Mathieu?
Ese es el gran asidero de Van Aert en esta primavera, le queda el beneficio de la duda y a él se agarrará para volver al año siguiente e intentar recuperar parte de lo que es suyo.
Veremos si para la siguiente campaña de piedras el belga, ahora sí, gana lo que sin duda creo que merece, un monumento es un botín muy corto para un ciclista excelso, mayúsculo que seguramente ahora centre el tiro en un Tour en el que será la multiherramienta del Jumbo.
Ojalá un día ese Van Aert de julio aterrice un año en la primera semana de abril… sería la bomba, pero esta vez tampoco pudo ser
Imagen: A.S.O./Pauline Ballet
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Josep Masjuan Gotarra
7 de julio, 2021 En 21:52
Gran artículo Iban, totalmente de acuerdo en todo.
Qué gran ciclista y qué completo es Van Aert, un hombre que dignifica su profesión
con un esfuerzo espartano , aderezado todo ello con una calidad de ciclista total que
enamora.