Enric Mas
El Tour 2022 demuestra que Enric Mas debe pensar en otras cosas
Nada en el Tour 2022 le ha salido bien a Enric Mas
El abandono del Tour 2022 por Covid de Enric Mas, el día después de su etapa negra en los Pirineos, me suena más a bloqueo mental total y absoluto que otra cosa.
La carrera se había convertido en un suplicio para Enric, y los problemas de ayer en el descenso del Aubisque fueron la guinda.
Sus tres caídas este año en otras vueltas del World Tour -no hablamos de cualquier cosa, Tirreno, Itzulia y Dauphiné- han logrado el efecto que ya, antes del Tour, advertía.
Tres caídas así, con un coste moral y deportivo tan grande, no dejan a nadie indiferente y menos a un ciclista, que ya había mostrado ciertos miedos en descensos como en el de Rincón de la Victoria en la pasada Vuelta a España.
Lo de la bajada del Aubisque es la punta del iceberg en un Tour de Francia que para Enric Mas debe significar una reflexión más profunda.
Conoce la carrera desde 2019, cuando estuvo a rebufo de Julian Alaphilippe toda la carrera en el Quick Step, llegó a ir muy bien clasificado pero acabó perdido en la general a partir de la llegada del Tourmalet.
Al año siguiente firmó un excelente quinto puesto, su mejor resultado, fraguado en una carrera que, como comentaremos más adelante, fue muy diferente a la presente.
El año pasado bajó un peldaño, una sexta plaza pero con la sensación, interna suya, que existía margen de mejora.
En 2022, el Tour ha sido un via crucis para Enric Mas.
Salvo en Alpe d´Huez, una etapa de batalla contenida entre los mejores, no ha estado nunca en el sitio en el que se le situaba a priori.
Si el año pasado su día malo fue el Ventoux, este año tuvo un día horrible en el Granon sumado a unos Pirineos invisibles.
Quedar décimo en el Tour no le aportada nada, absolutamente nada, regando su rendimiento deportivo con declaraciones que, una vez más lo digo, debería hacerse mirar, más debiéndose a un mecenas que es una empresa de comunicación.
Dijo que igual la fuga pero que le pilló encerrado, dijo que los de arriba seguro caerían, dijo mucho, pero hizo poco porque el objetivo, yo creo, había volado, y éste no era otro que estar cerca del podio.
En cuanto cruzó la meta del Granon, se percató que la carrera había pasado de largo para él, que cuando la competición se ponía dura entre los mejores, él acababa muy lejos de ellos, tanto que no tenía ni margen de aproximarse.
Y así llegamos a lo de ayer…
… y al abandono de hoy.
Dicho todo lo anterior, creo que Enric Mas debería replantearse sus objetivos, quizá ser menos ambicioso, pero saber que está en su radio.
Sus condiciones son top, nadie nunca pone en duda eso, su actitud no nos seduce tanto, pero ello no quita para que le veamos como un corredor que puede hacerse un curioso palmarés en muchas otras carreras que no sean el Tour.
En la Vuelta, por ejemplo, ha rendido bien y pisado el podio, porque no es el Tour, porque en la Vuelta no hay la violencia de un equipo como el Jumbo, ni monstruos como Pogacar o Vingegaard, una generación que no para de dejar «víctimas deportivas» por el camino.
Si tenemos estrellas consagradas que vienen al Tour con idea de arremangarse y buscar etapas y lucimiento personal ¿por qué Enric Mas no pasa página y piensa en otros objetivos?
Es que el problema es que, como decía Perico, cuando nunca vas en fuga ya no sabemos ni cómo gestionarla.
Y durante el año hay otras carreras -es cierto que este año ha ido a por ellas y ha acabado abandonando- en las que pensar y en las que hacerse grande.
Le ha tocado un ciclismo muy difícil, que posiblemente recupere kilómetros contrarreloj y con estrellas muy jóvenes que son auténticos carpantas.
Quizá mejor evitaros y sortearlos de la mejor manera y sacar lo mejor de las oportunidades que se le presenten sin tener el Tour siempre ahí.
Que si ha demostrado personalidad para decir que él corre de esta manera, guste o no, que la saque para decir que él, más allá del Tour, tiene cosas que hacer.
Imagen: FB de Itzulia
Enric Mas
«El dia menos pensado»: «Le han hecho un exorcismo» a Enric Mas
Enric Mas vuelve a ser el bueno de «El día menos pensado»
Lo dije hace un par de años, cuando sacaron «El día menos pensado» sobre la temporada 2020 admitiendo que a Enric Mas, por esa obsesión, dedicación y casi ternura, había que quererle.
Luego vino el año pasado, en el que no sale muy bien parado en su papel en el tema Miguel Ángel López.
Entre aquello y lo otro, Enric Mas es protagonista central, y para bien, de esta cuarta entrega de «El día menos pensado».
Un tipo que vuelve a ser ese osito, con ojos de inquietud y sonrisa de nerviosismo llenando la pantalla con una historia que bien sabemos, desde las tres caídas antes del Tour, pasando por su bloqueo en éste y la recuperación en la Vuelta.
«Le han hecho un exorcismo» dice en un momento Eusebio Unzúe, asombrado por ese corredor asustadizo en los descensos del Tour pero contundente en la Vuelta.
Es una historia que, como digo, ya conocemos, pero que no por eso queremos dejar de saber un poco más, y ya lo dije entonces, he sido muy crítico muchas veces con Enric, pero lo que hizo esos meses fue admirable, más en un ambiente tétrico, de gilipollas deseando que el equipo se fuera a segunda o llamándole «paquete«, con el tema de los puntos acuciando, y los resultados sin llegar.
«Me giré porque me tocó lo cojones» admitió Enric ante el que se le cruzó en la llegada de La Guardia
«Ahora eres el matón de Mallorca» le soltó Rojas.
Enric Mas es el gran protagonista en «El día menos pensado» de Valverde, y eso tiene mérito, aunque creo que no importe mucho a los protagonistas que si una cosa han dejado clara en las temporadas de este serial es que se llevan muy bien.
El beso que Enric le da a Alejandro el día que deja el ciclismo en Lombardía es una de esas cosas que creo que afloran con la naturalidad del cariño que ambos se profesan.
Enric Mas es como ese bizcocho que pones en el horno y va creciendo según pasan los minutos, hasta matiza las tácticas de Unzué y rechista ante Chente por la emisora.
El tipo se crece y acaba con Pogacar en las rampas de San Luca en el Giro de la Emilia.
Una historia con puntos suspensivos, muy cargada en lo deportivo, pero poco en lo personal, Enric, en muchas cosas, sigue siendo un gran misterio
Enric Mas
Enric Mas en Andalucía, esa es la actitud
Aunque la victoria se resista, el Enric Mas de Andalucía sólo puede gustar
En el análisis de ciertos pasajes del año pasado fui muchas veces critico con Enric Mas porque siempre daba la sensación de ir con el freno de mano echado, como con miedo y excesiva prudencia.
También es cierto que en la misma crítica iba una admisión que a este ciclista le tocaba correr en muchas ocasiones contra gigantes.
Enric Mas compite en las mejores carreras y eso muchas veces propicia que en tu camino se te crucen cocos como Evenepoel en la Vuelta o Pogacar en Lombardía o ahora en Andalucía.
Competir contra esta gente no es sencillo, todos en la vida nos hemos cruzado con un abusón, con un carpanta, y en ocasiones lo mejor que puedes hacer es mirar para otro lado.
Pero aquí no, aquí son pros, se ganan la vida en esto y lo que quieres es verles mano a mano hasta dónde dé el tiro.
Desde finales del año pasado, e incluyendo lo que estamos viendo en la Vuelta a Andalucía, a Enric Mas no le tiemblan las piernas ante Tadej Pogacar y eso es mucho.
El mano a mano de Lombardía y la salida por la tangente del Giro de la Emilia han tenido continuidad en la primera ocasión que se han cruzado de verdad en Andalucía.
Si en la primera etapa no hubo color a favor del esloveno, añadido a la avería de Enric, en Alcalá la Real, pero qué llegada más bonita en un paraje brutal, las cosas han estado donde lo dejamos en las montañas que circundan el lago de Como.
Mas buscó a Pogacar y a éste lo encuentras siempre
No pudo con él, sabe que es favorito el de amarillo, pero lo probó e intentó y bravo por ello, en su ataque va nuestra fe que un día, quizá, pueda pasar lo de la subida a San Luca.
Sabemos que para Enric Mas el año 2023 no es una temporada más, lleva tiempo ahí, llamando a las puertas, pero el salto que busca, optar a mejorar la segunda plaza en la Vuelta o acceder al podio del Tour, requiere algo más que aguantar.
Y no sólo eso, estar tan bien, tan temprano no es cosa menor.
El círculo vicioso de Enric y su equipo es hoy virtuoso, así sólo pueden llegar más buenas noticias
Imagen: FB Movistar Team – @photogomezsport / @sprintcycling
Enric Mas
Enric Mas, a cambiar el paso
El año que acaba puede ser el punto de inflexión para Enric Mas
Lo digo de verdad, incluso tras haberlo criticado no pocas veces, pero de los famosos documentales de Movistar, en especial en el de 2020, si una figura me despierta empatía es la de Enric Mas.
Me comentan en privado que su problema, en apariencia, puede ser ese carácter reservado, introvertido, pero que en esencia es «buena gente», un apasionado del ciclismo…
Yo añadiría que un metódico del ciclismo que se toma su trabajo en serio no, lo siguiente, consciente que las cosas no son nada sencillas, que le tocó emigrar, buscarse el hueco desde fuera y aterrizar en el siempre complicado pelotón patrio.
El Enric Mas que se retrata en la segunda entrega de «El Día menos pensado» se ve un corredor preocupado por el rendimiento y la percepción que se tiene de él, centrado en rendir y mejorar, en tomar la mayor cantidad de lecciones de Alejandro Valverde.
Quiero pensar que es ese el Enric Mas que queremos para el futuro, no tanto el que no queda tan bien reflejado en la entrega que comparte con Miguel Ángel López.
En todo caso, dejando apariencias al margen, centrándonos en la carretera, 2022 ha sido una lección acelerada de ciclismo doce meses.
Dos cursos en un uno, sin duda, con un punto de inflexión que muchos ubican en esa tarde que le llamaron «paquete» -hay que tener poco que hacer para ir a una carrera a increpar a un ciclista.
Yo no me atrevería a situarlo ahí con contundencia, pero… más o menos por ahí.
De la primera parte del año de Enric Mas, admito que las caídas han jugado un papel tan decisivo como desmoralizante.
Tres caídas seguidas en otras tantas carreras objetivo me parecen un lastre brutal, más cuando el corredor había admitido abrir las miras a otras carreras más allá de las grandes vueltas.
Enric Mas se va al suelo en la Itzulia en un momento en el que parecía entre los más grandes, semanas antes en Tirreno, estaba con Vingegaard y Landa en el Carpegna,… en Dauphiné no pudo mostrar mucho.
Con ese argumento, seguir insistiendo en el Tour puede tener cierto pase para el futuro pero…
Como dijimos con Mikel Landa, persistir en puestos de la general conlleva un peaje en términos de espectáculo, pero en el caso de Enric, sigue siendo joven y por tanto seguir rascando es posible.
Otra cosa, es la forma cómo enfoque ese objetivo y ya sabemos que salir del molde de resistir y remar no es sencillo.
Eso, que al estadístico le mola, al aficionado medio no le atrae.
Pero Enric Mas es tipo de generales y así querrá seguir corriendo.
Le cabe por eso la opción de valorar la segunda mitad del año y cómo le ha ido.
En especial en la Vuelta y en las clásicas italianas, en las que su paso adelante ha sido muy apreciado por la gente.
El Enric Mas que no le pierde la cara a Pogacar en Emilia o Lombardía, en subidas llenas de leyenda e historias, es la versión que anhelábamos hace tiempo del mallorquín, esa que le recordábamos en ciertos pasajes del Quick Step.
Se ganó en tres carreras todo el cariño negado durante meses y semanas
Sé que es sencillo, desde el sofá, decir que tiene que correr de otra manera, pero al final, la marca qué busca, ¿sólo resultados o complicidad y empatía del respetable?
En ese difícil equilibrio está la alquimia, sólo espero que a Enric lo último que le ha tocado vivir del 2022 competitivo le valga para saber que si apuesta a monumentos, que si quiere asaltar de forma decidida y valiente los dos mares en un ciclismo complicadísimo en la cumbre, seguro que tendrá a la hinchada de su lado.
Enric Mas
Enric Mas en Lombardía: «Mis dieses»
Enric Mas cierra en Lombardía una temporada en la que sale muy reforzado
No os miento si os digo que Enric Mas siempre me ha caído bien, pues, al margen de ser un buen ciclista y hace cosas que ni en mis sueños yo podría, me ha parecido un chaval, y lo comenté en más de una ocasión, que se toma muy en serio su profesión y la percepción que el aficionado tiene de su trabajo por mucho que en el último documental del equipo no salga muy bien parado.
Vaya esto por delante, pues este artículo viene a reconocer el magnífico final de temporada de Enric Mas con guinda en el Giro de Lombardia.
Si decimos que Enric está corriendo como hemos dicho que debía correr parecera ventajista, pero es que está corriendo como queríamos que corriera #Illombardia
— JoanSeguidor (@JoanSeguidor) October 8, 2022
Porque, si empezamos por el final, por lo visto en las inmediaciones de Como, admito que Enric Mas me ha encantado.
Sabíamos que venía de dulce, hace una semana ganaba Emilia, una carrera preciosa, y durante las carreras italianas ya se le veía bien, muy cerca cuando no superior a Pogacar.
Lombardía era otro estadio, otra cosa, primero, es un monumento, terreno en el que Enric Mas, muy vueltómano, no se había prodigado casi nada, luego por los rivales que concurrían y la dureza que había por delante.
Enric ha cumplido con creces lo que esperábamos de él, y ojo que no ha ganado, pero ha tenido actitud, rabia y carácter, todo eso que no le hemos visto durante tanto tiempo.
Como dije durante la carrera, no quiero parecer ventajista, pero en Como, Enric ha corrido como queríamos que corriera, quedándose con el mejor del mundo y atacándole, cuando no relevando con todo, y eso que hoy quizá la habría interesado que Mikel Landa hubiera estado con ellos para darle más zozobra a la llegada.
No lo ha hecho y puedo entender el motivo: Enric ha acabado el año cargadísimo de moral, con una seguridad en sí mismo que le ha demostrado que, si se pone, es capaz de cualquier cosa, hasta de mirar de tú a tú a Pogacar en un sprint final a dos.
Y tiene mérito, se ha reconstruido de su miseria del Tour, con el tema de las bajadas coleando, tras una campaña con tres caídas feísimas en los momentos más dolorosos para él, cuando se jugaban puestos importantes en pruebas como Tirreno, Itzulia y Dauphiné.
Enric salió antes del tiempo del Tour, con la cercanía de la Vuelta y la presión del equipo por lograr puntos para salvar el descenso.
En la Vuelta encajó los golpes de Evenepoel en la primera semana y acabó francamente bien, no acabó de intentarlo, al menos eso me parece, a fondo contra el ganador, pero se ganó otra plaza de plata que en puntos fue muy importante para Movistar.
Luego ha venido este fin de fiesta, junto a Alejandro Valverde, por Italia.
Todo lo que he despotricado sobre Enric es un camino que deshago para decir «mis dieses», por fin ha sido el ciclista que tiene que ser, el que quiere la gente y admita el aficionado: valiente, confiado y proactivo.
Luego saldrá o no, pero ha estado ahí y no con un cualquiera delante, que hay que tenerlos gordos para atacar a Pogacar.
Lo que son las cosas, el año que peor pintaba para él, acaba en lo alto, muy en lo alto, ahora sólo esperar que este buen momento no haya tocado tope, Enric Mas tiene que aferrarse a Emilia y Lombardía para creer que lo mejores no están tan lejos y que si lo intenta de verdad, nadie le va a reprochar nunca nada aunque no acabe ganando.
Imagen: FB Movistar Team – Sprint Cycling
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ignacio
22 de julio, 2022 En 20:23
Hombre,si que importa el abandono,porque son puntos UCI muy importantes,si el equipo desciende por estos puntos perdidos,que diras entonces?
Iban Vega
23 de julio, 2022 En 16:06
no son tantos puntos, unos 150, hubiera sido peor si abandona en el top 5
Roberto
22 de julio, 2022 En 21:43
Hay que decir la verdad de una vez. Enric Mas NO llegará jamás al Olimpo donde pertenecen los mejores ciclistas como Induráin, Carlos Sastre, Oscar Pereiro, Alberto Contador y CÍA. Es un buen ciclista pero parece que dentro de su cabeza hay un limitador que le dice hasta aquí puedes llegar. Yo de verdad sigo sin entender cómo se lo han jugado el Movistar Team todo a una carta con él cuando en realidad es un equipo. No digamos la cara decepción y desesperación que tienen ahora mismo los aficionados y en especial la gente de Telefónica sobre lo que ahora mismo sucede dentro de la estructura ciclista. Si el año pasado vimos cómo el presidente de Telefónica se acercó por sorpresa para visitar al equipo en La Vuelta España 2021 en la antepenúltima etapa, fue para sacar el látigo. Yo siempre querré a este equipo, pero deberán los directivos de Abarca Sports y los ciclistas del equipo a quitarse la venda de los ojos y empezar de cero. Desde que comenzó la temporada, tenían que haberse puesto serios en las carreras que iban a competir porque se juegan mucho. No dejarlo todo en manos de Alejandro Valverde y Enric Mas, deben competir de verdad y ganar de verdad porque con Jumbo Visma, Ineos Grenadiers y UAE Team Emirates que van arrasando por donde van, jamás volverán a levantar el vuelo el equipo telefónico.
Iban Vega
23 de julio, 2022 En 17:16
todo lo que dices es verdad
Erick Gomez
23 de julio, 2022 En 19:36
Yo creo que lo mejor para Enric Más en este momento es que no corra más este año y que dedique este tiempo a recuperarse mental y emocionalmente. Es muy importante que tanto el como desde la dirección de Movistar reflexionen seriamente sobre los objetivos y metas que quieren plantarse para el futuro. Yo creo que el próximo año debería olvidarse del Tour y probarse en el Giro, dónde de seguro tiene más opciones de podio. Tambien hay carreras de 1 semana donde puede hacerlo bien. En fin que hay muchas otras carreras además del Tour. Saludos desde Colombia.
Galego mindoniense
2 de agosto, 2022 En 17:28
Como dijeron en «Ciclismo Hoy» (canal secundario de Youtube de «Ciclismo en 1 minuto») hablando del Enric Menos: «Que se lo haga mirar»
Galego mindoniense
2 de agosto, 2022 En 17:34
Iban, no todo lo que dice es verdad. Óscar Pereiro no era uno de los mejores ciclistas. Era un corredor que podía luchar por meterse en el top 10 en circunstancias normales (como me parece que hizo en años posteriores), pero que logró ganar un Tour de rebote gracias a que inexplicablemente en el pelotón le dejaron irse en una escapada de media hora. Nunca antes, ni después, vi algo semejante. Si a Enric Mas le diesen 30′ de ventaja, supongo que también ganaría el Tour; pero eso es algo que solo he visto 1 vez en mi vida (y dudo mucho que vuelva a pasar, en una Gran Vuelta al menos).