Noticias de ciclismo
La gran y singular historia de Simon Yates en el Jayco
Con su marcha al Visma, Simon Yates pone fin a un singular romance con Australia
Hace diez años Adam y Simon, parecidos no, calcados, hasta en la forma de pedalear, recalaban en uno de los equipos con mayor creatividad del pelotón, el entonces Orina-Green Edge.
Su movimiento fue curioso, con el ciclismo de su majestad dominando, el Team Sky en lo más alto, dos de los mejores talentos de las islas se iban al equipo australiano, reclamando los galones que creían merecer y que el Team Sky tenía reservados para Chris Froome.
Desde un buen inicio supimos de los dos.
Como en un carrusel, Adam y Simon Yates aparecían alternativamente, sacando punta a una clase innata para escalar y lucir un instinto que rara vez hacía agua.
Cada uno hizo su carrera, hoy posiblemente Adam Yates está más delante, su salto en el UAE, previo paso por Ineos -como bien nos puntualizan- lo hemos visto todos, pero Simon tiene a bien haber ganado toda una Vuelta a España.
Seis años ha pasado de ello, y la recuerdo como una de las grandes más igualadas e inciertas de los años recientes, con Nairo, Valverde, Miguel Ángel López, Enric Mas en versión Quick Step.
Simon Yates llegó a esa carrera tras perder un Giro de Italia que parecía más que decantado a su favor, no sólo por una general que encabezaba hace días, también por las exhibiciones que se permitió hacer, algunas incluso vestido de rosa,
Pero llegó la Finestre y la gran jornada de Chris Froome para cambiarlo todo y sacarlo, hundido, hasta del top veinte.
De aquellas lecciones, Simon sacó conclusiones y enmendó la plana con una Vuelta a España que acabó como un tiro.
Hablo de ese año, de 2018, porque fue el ejemplo claro del grado de inmersión que Simon Yates logró en el entonces Mitchelton.
Siempre con los australianos, vio a su hermano irse de Ineos a UAE hace dos años, siendo uno de los mejores movimientos de mercado de los tiempos recientes.
Adam Yates no sólo ha subido dos niveles su rendimiento que ha logrado engrosar su palmarés con victorias tan importantes como la de Bilbao en el Tour que acabaría en el podio.
Simon Yates deja ahora su casa, dos años después, para probar suerte en la casa de enfrente, en el Visma siendo otro hombre de confianza, otro más unido a los que ya tiene, de Jonas Vingegaard.
Con el movimiento, se ponen fin a 10 años de fructífera relación, llegando a admitir, incluso, que pierde dinero.
Imagen: A.S.O./Charly Lopez
Noticias de ciclismo
Alex Aranburu en Movistar: muchos puntos pero poco lucimiento
El periplo de Aranburu en Movistar se cierra con cuatro triunfos
A secas, y de primeras, no podemos decir que el balance de Alex Aranburu en el Movistar Team sea malo, pero sí que nos parece mejorable.
Estos tres años en el equipo azul se resumen en cuatro victorias, pocas para lo que venía prometiendo de Astana, pero muchos puntos que en la tan cacareada clasificación UCI han sido decisivos para mantener al equipo en la primera división.
Con Aranburu y Movistar vemos la paradoja de este ciclismo en el que muchas veces rascar unos buenos puntos es la mejor noticia, incluso a costa de sacrificar el espectáculo.
Hablamos de un ciclismo matemático y frío en el que la conexión del ciclista con el aficionado se deteriora de forma irremediable.
Alex Aranburu fichó por Movistar, proveniente de Astana, como un potencial anotador, y no sólo por la etapa que ganó en la Itzulia y sí por ser partícipe de momentos muy celebrados, como aquellas llegadas en Tirreno en medio de Alaphulippe en campeón del mundo, Van Aert y Van der Poel.
Ese Aranburu pisó el top ten de San Remo y Het Niuewsblad y formaba parte de capítulos tan especiales como aquella fantástica última etapa de la Itzulia en la que parten el pelotón bajando, con Omar Fraile, y propician uno de los mejores Roglic vs Pogacar de la historia.
Ese ciclista pluriactivo, presente en gran parte de la campaña es lo que fichó Movistar.
En lo que entonces me pareció un paso atrás, hoy me lo sigue pareciendo, aunque con matices.
En Movistar, Aranburu ha sido uno de los ciclistas más fiables en las vacas flacas de hace dos años, cuando su triunfo en el Tour de Limousin significó el inicio de la remontada del equipo, mucho tiempo en el límite del descenso.
En ese momento, el guipuzcoano se convirtió en un surtidor sólido y fiable de puntos demostrando que siempre estaba ahí, pero algo acababa fallando.
En ese sentido, es brutal la cantidad de plazas de honor que ha firmado en las mejores carreras, sin opción a dar el paso al peldaño más alto del cajón.
¿Le ha faltado alguien a su lado?
Posiblemente sí, pero en estos terrenos Movistar siempre ha adolecido de tener gente que rodee a sus buenos «llegadores», sin ir más lejos con Gaviria en el Tour.
Al mismo tiempo, Alex Aranburu ha tenido la mala fortuna de que en este ciclismo las fugas no llegan, no se dejan marchar y él, sin ser un velocista top, podría resolver bien en grupos pequeños.
Ahora se marcha a Cofidis, donde muchos ciclistas españoles han crecido para cultivarse un palmarés a su medida, tipo Ion Izagirre y Jesús Herrada.
Espero Alex corra la misma suerte.
Imagen: GFR/Marcel Hilger
Noticias de ciclismo
Se llama Tadej Pogacar y lo estamos viendo
La admiración por Tadej Pogacar no sólo se explica por lo que gana, aunque esto está siendo histórico
Una de las grandes trolas que nos hemos tragado los que llevamos tiempo viendo ciclismo es que nunca veríamos nada igual a los antiguos, a los clásicos, a aquellos nombres que marcaron la leyenda y épica de este deporte, que nunca habría un Merckx, Coppi o Hinault en nuestras vidas, todo eso nos lo creímos a pies juntillas hasta que llegó Tadej Pogacar.
Recordaréis, han pasado más de cinco años largos, aquel mozalbete debutante en el UAE, ganando la Volta Algarve en medio de una tormenta de ataques, recién aterrizado en el World Tour.
El mismo ciclista que ganaría California ese mismo año y que acabaría explotando en la Vuelta a España.
Respondía al nombre y apellido de Tadej Pogacar, otro esloveno, nos decíamos, a la sombra de Primoz Roglic, intratable esa primavera.
Ese esloveno ha crecido hasta convertirse en el monstruo que es ahora mismo, con 25 ó 26 años, y más de 80 victorias, escribiendo la historia, su historia, de una manera insospechada en un ciclismo en el que crecimos pensando que un ganador de Flandes no podría optar al Tour o que el aspirante al Giro podría con San Remo.
Todos esos cruces imposibles, firmados por los más grandes de todos los tiempos, rara vez visto en la actualidad, todo eso lo ha derribado Tadej Pogacar.
Estamos, si ahora se retirase, ante uno de los mejores ciclistas de historia, pero está aquí de cuerpo presente y operativo, presto a seguir sumando como si no hubiera un mañana, con un hambre atroz y una forma de hacer que deja juella.
Si sumáramos los solos de Porgacar en 2024 nos saldrían no sé cuántos kilómetros en fuga para ganar todo lo que humanamente puede ganar un ciclista en diez meses de calendario.
El otro día dijimos, es la mejor temporada de la historia, la guinda de Lombardía cierra el círculo.
Pogacar ha convencido a jóvenes, no tan jóvenes y viejos.
Arrastra unos números en la bicicleta, durante tanto tiempo, que los amantes de vatios, performance y esas cosas salivan al leerlos.
Al mismo tiempo se equipara con los grandes por separado y todos juntos al mismo tiempo, convence a lo que llevamos mucho tiempo siguiendo ciclismo y nos ha gustado saber de los mejores de la historia.
Se iguala con Coppi en Lombardía, con Lemond en el Tour, empata con Boonen y Cancellara en monumentos y suma etapas como lo haría Eddy Merckx.
Mirad la dimensión de los nombres y disfrutadlo.
Y si un día pita, espero que no, yo no veo ciclismo cruzando los dedos para que uno pite, ya le caerá el plomo de la historia y la justicia sobre su cabeza…
Imagen: A.S.O./Hervé Tarrieu
Noticias de ciclismo
Ciclismo: No hay monumento malo
Cada monumento tiene elementos y tiempos para considerarse imprescindible
Que el Giro de Lombardía sea el quinto monumento de cada temporada, que haya que esperar a octubre para disfrutarlo, que pille a muchos grandes nombres sin la forma necesaria, le hace ser el patito feo de los cinco monumentos del ciclismo.
Fuera de la época natural de las grandes carreras de un día, Lombardía se ha identificado con otros valores e historias.
En estos últimos veinte años, ha pasado de ser una carrea muy atractiva a atravesar ciertas ediciones de tedio y sopor hasta la llegada de la generación actual y en especial de Tadej Pogacar, su gran dominador, encaramado en lo más alto con el mismísimo Fausto Coppi.
El dominio del esloveno en estos lares no es diferente al de otros escenarios, ejerciendo de martillo, a cada edición mejor, lo que ha implicado leer algún comentario peyorativo de la carrera en la previa de estos días.
Sin embargo no puedo estar de acierto, y ante la tesitura de qué monumento de ciclismo es el peor, no tendría respuesta.
Cada uno tiene lo suyo, cada uno su atractivo, su mística, leyenda y campeones…
Milán-San Remo es la primavera, también denostada muchas veces, sobretodo en una inútil comparación con la Strade Bianche.
Su dificultad radica en la aparente carencia de dureza que tiene, dándose el caso que el mejor ciclista de la actualidad no la ha ganado aún.
Aunque ha pasado por ediciones resueltas muy al final, estos últmoos años nos da los últimos mejores 20 kilóemtros de la campaña.
Tour de Flandes es un festorro que ha sobrevivido al cambio de recorrido con éxito.
Cada primer domingo de abril ofrece una carrera llena de matices, aunque el dominio de Mathieu Van der Poel, sólo superado por Pogacar de forma puntial, le ha quitado la incertidumbre de otras veces.
París-Roubaix ofrece un argumento similar al de Flandes con King Mathieu.
El machaque del neerlandés este año, sumado a lo del año pasado, hace muy difícil considerar otro favorito que no sea él.
Lieja-Bastogne-Lieja ha recuperado esplendor con Tadej Pogacar y Remco Evenepoel.
Ausente del guión muchas veces, el Col de la Redoute ha vuelto a ser decisivo en estas ediciones, con gente capaz de arriesgar desde el mismo hasta meta.
No hace tanto que Lieja se había consolidado como una carrera venida a menos en emoción, sobretodo en las llegadas de Ans, con todo muy centrado en el final.
Las tornas han cambiado.
Y llegamos a Lombardía que sí, acaba de ofrecernos una edición colapsada por Pogacar, pero que nos ha dado carreras excelentes, el año pasado con los eslovenos, hace dos con el mismo Pogacar frente a Mas y Landa o aquella persecución enorme de Pinot y Nibali.
Es cierto, no es el objetivo a priori de nadie, pero que la haya ganado el mejor ciclista del mundo estos años es el mejor exponente para explicar su imperecedera grandeza.
Noticias de ciclismo
Pogacar en Lombardía, pues eso
Cada victoria de Pogacar en Lombardía supera la anterior
En el Giro de Lombardía, Tadej Pogacar tiene la guinda del pastel, una de las carreras en las que abrió su ciclo en la cima y a la que cada año viene para renovar los votos,
Cada triunfo mejora el último, cada éxito corrobora una temporada excepcional y pone el bloque a un edificio que si en algún sitio se mide con los grandes de siempre es aquí.
Con la cuarta victoria consecutiva en el Giro de Lombardía, Tadej Pogacar se iguala a Fausto Coppi, cuando éste logró su póquer en la clásica de las hojas muertas nada más acabada la Segunda Guerra Mundial.
Ya veis qué datos, qué nombres y a qué época nos remitimos para dibujar los confines del imperio del esloveno.
Habrá tiempo para valorar los históricos en los que se mira Pogacar, pero valga sólo el apunte de Coppi, un Dios en Italia, para ir tomando conciencia de la obra de este ciclista.
La cuarta victoria de Pogacar en Lombardía fue la más concluyente de todas.
Marcó el sitio exacto y perfecto para irse solo, en la base de Colma di Somarno y ahí finiquitó la carrera a cincuenta de Como, con la eternidad esperándole en un paseo triunfal hasta la misma llegada.
Así quedó escrito cuando su UAE no permitió que una fuga de gente muy buena no se le fuera más de la cuenta para conseguir que la carrera estuviera en tabla rasa con el ataque de su líder.
Esta vez no tuvo que cazar a Fausto Masnada por delante, ni disputar el final con Enric Mas, ni jugar a estrategia con Roglic y llegar acalambrado a meta.
Tadej Pogacar renovó Lombardía con más claridad que nunca, como si su progresión estuviera lejos de tocar techo.
Por detrás… el descalabro, rivales que activan la lucha por la segunda plaza una vez parte del gran grupo.
Remco Evenepoel salvó los muebles, segundo, pero a más de tres minutos, y luego Giulio Ciccone sacando la cabeza al final para entrar en el podio, por delante de un tan excelente como ignorado por los narradores de Eurosport, Ion Izagirre.
Enric Mas estuvo donde se le esperaba, pero es que compite contra un monstruo y contra rivales que, como Ciccone hoy u O´Connor en el mundial, saben sacar el último giro de tuerca para acceder al podio.
En fin, que esto ha sido el epílogo de una campaña de cuyos registros vamos a hablar mucho en las semanas que vienen.
Pogacar acaba de coronar la mejora campaña de la historia.
Imagen: FB Il Lombardia
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Darío
18 de septiembre, 2024 En 11:16
Una aclaración, Adam Yates, antes de fichar por UAE, estuvo en el Ineos, por lo que abandonó Jayco hace más de dos años.
Un saludo
Iban Vega
18 de septiembre, 2024 En 14:02
tienes razón Darío, error nuestro. Ahora lo corregimos