Chris Froome
#Tour2018 Cuando Froome las vio de todos los colores
A pesar de las mil dudas, Chris Froome es el mejor ciclista de su generación
Con el anuncio del final del Team Sky, Chris Froome cierra el año que significa la montaña rusa emocional más intensa posiblemente de su carrera.
Hace 365 días, en vísperas de Navidad, a Froome le atravesaban los turrones en el gaznate con el anuncio de su»resultado adverso».
Quepa el matiz que utilizamos el matiz de «resultado adverso entrecomillado, porque ha sido, textualmente la forma de referirse por parte de los implicados.
Con ese bombazo, que el ganador de cuatro Tours y una Vuelta había hecho saltar las alarmas, Chris Froome afrontó un 2018 que no encajó en los moldes establecidos.
Sin embargo, doce meses después, el británico de raíz keniata, pálido y fino como un alambre, puede estar satisfecho.
Chris Froome ha corrido varias carreras al mismo tiempo
Una campaña que empezó cuesta abajo, muy hacia abajo.
Con la espada de Damocles sobre la testa, juzgado de inicio en muchos sitios, sintiéndose extraño por donde pasaba.
Chris Froome era el patito feo, el corredor que las organizaciones querían mirando de reojo.
Un objetivo, ese Giro de los mil demonios que su querido Sky nunca había conseguido domar.
Un objetivo de inicio que se complicó día a día.
Cada etapa, cada momento clave, un poco peor que en el anterior.
Chris Froome estuvo más fuera que dentro más de una vez.
Pero queda la medida de su grandeza, casi tan grande como las neveras que marcan el camino hacia Finestre.
Cómo Chris Froome entró en la leyenda
Finestre es uno de esos puertos que sólo se ven en el Giro.
Descarnado, altísimo, bellísimo, cargado de belleza, épica y leyenda, una leyenda que una tarde de mayo escribió de Froome de su puño y letra.
Mil veces acusado de esconderse en su equipo, de correr protegido… Froome hizo la «actuación del año».
Un ataque de los de antaño en los que giró la suerte de la carrera y la suya.
Un ataque que salió a perfección, que se complementó con la exoneración que su equipo logró del «resultado adverso» de la Vuelta y que le dejó el expediente limpio para correr el Tour, esa carrera en la que nunca dio el tono, porque ni siquiera fuera parte de sus planes.
Ganó su compañero, con su bendición o no, pero dibujó los límites de su resistencia, que son los mismos de ese doblete imposible Giro-Tour.
El concepto gravel, según Trek
Pero a Froome le cupo al menos el honor de volver al podio de París, ahora tercero, pero sabedor de que según pintaba el año de inicio se podía dar con un canto en los dientes.
Chris Froome es un ciclista que gustará más o menos, caerá mejor o peor, pero es así, es el mejor del momento, de su generación y con sus imperfecciones es el campeón de su tiempo.
Un campeón cuyo equipo ahora está en la inseguridad más allá de 2019…
Chris Froome
¿Qué mueve a Chris Froome?
La insistencia sin resultados de Froome le está haciendo daño
¿En quién se mira Chris Froome?
Por edad y trayectoria quizá en Alejandro Valverde que lo dejó, oficialmente, a los 40 y con resultados que recordaban que seguía entre los mejores.
Por cercanía, posiblemente en Mark Cavendish, cuyas idas y venidas han sido constantes pero que, a día de hoy, le sitúan a puertas de un registro histórico en el Tour de Francia, superar al mismo Merckx.
El año pasado, cuando el inglés dejó el Tour, acababa de firmar una segunda plaza tras Philipsen y por delante de tantos y tantos velocistas más jóvenes que él.
Hace unos días leí unas declaraciones del mismo Geraint Thomas admitiendo que no entendía qué hacía Froome aún en el pelotón, no lo entendía, pero conociendo al personaje, sabía que le movía algo potente de su interior.
Eso posiblemente sea que, tras su accidente de hace ya cuatro años y medio, quiera demostrar que puede acercarse al que fue.
Evidentemente no va a estar entre los favoritos del Tour nunca más, pero otros premios cree que son posibles, esa etapa en el Tour de Francia en cuya selección no fue capaz de entrar con Israel en la última edición.
Yo querría verle celebrando una etapa del Tour, como cerca estuvo en aquella que ganó Pidcock en Alpe d´Huez, pero este ciclismo le ha pasado por encima.
Froome no ha recuperado ni el 70% de forma que tenía en 2019, cuando la caída calentando en la crono del Dauphiné.
Su jefe en Israel ya se ha quedado de lo cara que le está saliendo la broma, como si le pudiera pilla de sorpresa que este ciclista nunca más iba a ser lo que fue, y como hemos visto, ni una sombra.
El Froome de Israel es más próximo al del Barloworld que al del Team Sky.
Un ciclista que sería anónimo si no fuera por ese apellido que nos apena ver entre los primeros que se descuelgan cuando la cosa se pone seria.
Entiendo que en su fuero interno quiera demostrar que ha sido capaz de volver a ser alguien, pero a los 38 años, con la vida solventada por delante, me cuesta creer que ese deseo supere todos los obstáculos que se está encontrando.
Chris Froome
Froome sin Tour, la realidad se acabó imponiendo
No creo que la bici sea la culpable de que Froome no esté en el Tour
Me cae bien Chris Froome, siempre me ha caído bien, me ha parecido un tipo correctísimo en el ciclismo de insultos e insinuaciones en el que logró triunfar en cuatro ediciones del Tour de Francia.
Desde la cuenta le hicieron pagador de errores de otros y, aunque en más de una ocasión se arrogó una autoridad moral muy cuestionable, nunca le recuerdo un mal gesto, una palabra más alta que otra ante nadie, fuera rival o compañero.
Leo que en el ocho del Israel para el Tour, Chris Froome está fuera de la lista.
La noticia, que no sorprende a cualquiera que siga este deporte con regularidad, le ha pillado con el pie cambiado al inglés.
No hemos visto la mejor versión de Froome en estas declaraciones.
Dice que estaba listo, que su condición era buena pero que las bicicletas le jugaron una mala pasada en momentos clave para la elección del ocho del Tour.
Me cuesta creer que todo fuera por la bicicleta, marca Focus, donde, si no voy equivocado, él es inversor.
Desde que pisara el podio en 2018, Froome no ha vuelto a estar delante en el Tour, y mejor momento fue meterse en la escapada de Alpe d´Huez el año pasado, quedando como un juvenil al lado de Pidcock en el descenso del Galibier.
Es el único momento, si no me equivoco, que se le cita en los ocho episodios de Netflix.
Israel el año pasado ganó un par de etapas en el Tour, y para el año en marcha ha juntado un buen equipo, lleno de cazadores.
Sin embargo, un Froome a nivel aceptable podría entrar perfectamente en ese ocho.
Otra cosa es que la realidad, tanto tiempo después, se haya acabado imponiendo.
Recuerdo a Oscar Guerrero, técnico del Israel, contando en nuestro podcast, hace dos años y medio, que no descartáramos a Froome en su empeño de volver a disputar el Tour, el que sería su quinto Tour.
Todos quisimos creer en la historia de Froome, pero la realidad, como digo, ha sido terca.
Chris Froome ha sido una sombra de sus mejores años, a tal extremo que nos cuestionamos si le rentaba esa imagen después de ganar tanto y tan grande.
Él, evidentemente, se puede retirar cuando le plazca, y pegar os butrones que le vengan dados, como tanto he leído por ahí, pero las lesiones que se hizo en su día dejaron servido este final.
Chris Froome va a pasar a a historia como el primer corredor que se quedó en cuatro Tours, ojo cuatro, lo que le convierte en leyenda absoluta de este deporte, una realidad tan real como que el Tour dejó de estar en su radar aquella tarde de junio cuando se estrelló en calentamiento de una crono del Dauphiné.
Chris Froome
¿Qué haces corriendo Chris Froome?
Para Froome volver a montar en bici y competir es suficiente motivo para ser feliz
Dice Chris Froome que la gente le pregunta qué hace corriendo aún.
Dice que es cuestión que más veces le hacen, extrañados, al verle tan lejos de los puestos que frecuentaba allá por 2018.
Ojo que Chris Froome no gana desde su soberbia victoria en la etapa reina del Giro de Italia de 2018, a los dos días de aquella gesta ganaría su primer Giro de Italia.
Primero y único, pero suficiente para desmarcar a Chris Froome como el mejor vueltómano en activo del pelotón, ahora más si cabe con la retirada de Vincenzo Nibali.
Muy posiblemente, el inglés quede como el único ciclista de la historia, hasta este momento, en haber ganado cuatro veces el Tour de Francia.
No entrará en el club de los más grandes por una victoria que bien podría haber sido en 2018, pero prefirió irse al Giro y hacer más rico su palmarés.
Froome comenta en esta entrevista que tardó un año en caminar sin cojear tras el hostión que se pegó en aquella previa de la crono del Dauphiné de 2019.
Días curiosos aquellos, tuvo un accidente bestial, pero al mismo tiempo se le proclamó ganador de la Vuelta 2011 por descalificación de Juanjo Cobo, casi ocho años después.
Desde entonces, Froome ha retomado un camino lleno de unos sacrificios brutales para seguir montando en bici y ser «pro» en toda su acepción.
Fue triste verle en la primera etapa de la Vuelta a España de 2020, quedándose de los primeros aquellos días en los que se nos prohibía salir de casa a ver los ciclistas.
Luego en el Tour 2021 se estrenó con el Israel y el año pasado tuvo a bien pillar la escapada buena de Alpe d´Huez, cosa que tenemos bien presente gracias al descenso del Galibier que nos regaló Tom Pidcock poniéndole en el filo.
Entrar en esa escapada es el clavo ardiendo en el que se agarra Froome para, al menos, volver a ganar algo, objetivo ambicioso en este ciclismo en el que nada se regala, pero que me gustaría fuera una realidad porque Chris Froome es uno de los ciclistas más importantes del pelotón, por antigüedad y jerarquía, aunque no ejerza como tal.
Es un tipo normal, sencillo, que sonríe y se para a firmar una camiseta si se le solicita con educación, que está demostrando que con lo más sencillo del mundo se puede ser feliz.
Y para él, montar en bicicleta como lo hacía antes del accidente, aunque en partes más anónimas del pelotón, ya es un objetivo cumplido.
Y no, no le ha pegado el butrón que muchos le atribuyen al Israel, cobra bien, pero no los cinco kilos que se ha dicho, aunque con sólo su presencia, con sólo su sonrisa, esté blanqueando un nombre que sin duda no pasa desapercibido por los tristes motivos que todos sabemos.
Chris Froome
El Tour 2022 le dio la razón a Chris Froome
El Tour 2022 ha devuelto el crédito que Chris Froome buscaba
Chris Froome ha anunciado en la víspera de la etapa de Hautacam que deja el Tour 2022, el Tour que le ha devuelto parte de lo que el ciclismo le debe.
En este tiempo, desde su horrible caída hace más de tres años en un calentamiento de crono para el Dauphiné, nos hemos preguntado de todas las maneras posibles por la vuelta de Froome.
Hemos analizado sus heridas y posibles secuelas, hemos comentado sobre su recuperación, hemos hablado con Oscar Guerrero, en el staff del Israel y la conclusión siempre era la misma: es muy improbable que consiga ser quien fue.
Pero una cosa es lo que nosotros, aficionados, pensemos y otra lo que Froome perseguía con esta empresa.
No es la primera vez que digo, con respeto, eso siempre, que este tío es un profesional, que no entendía qué diantres hacía Froome sobre una bicicleta, por medio mundo con una jubilación perfectamente ganada.
Hasta hace bien poco, cada carrera en la que Froome concurría era un poema, un ciclista con un nombre monstruoso quedándose a las primeras cambio, cuando la carretera se complicaba.
Él, sin embargo, ha seguido haciendo, disfrutando del regalo que le implica seguir compitiendo.
Incluso diciendo que sí, que seguro que volvería a ser el de otras veces, cosa que creo ni él mismo nunca se creyó.
Pero hay matices, existen grises, entre ser el que era y el que salió de aquella desastrosa caída hay muchas versiones que queríamos ver y la del Tour 2022 ha sido interesante, bonita, incluso diría que le ha dado la razón, en parte, a Chris Froome.
Ha estado presente en la carrera, se ha dejado ver en días puntuales y de hecho formó parte de la escapada buena de Alpe d´Huez, una cima que, si miramos la historia, nunca se la ha dado muy bien, pues en ella ha vivido malos momentos vestido de amarillo.
Froome ha sido el alma de su equipo cuando peor lo tenían
En una puja sin cuartel por mantenerse en el World Tour, Israel ha puesto leña con dos victorias etapa y una actuación colectiva muy interesante, con gran presencia en gran parte de los días.
Una actuación coral en la que Froome ha brillado y contribuido como uno más entre nombres consolidados y veteranos.
Una vuelta a los orígenes que dibuja el perfil de este ciclista, un grande de su tiempo y de siempre, que seguramente se quede en la historia como el único, ahora mismo, con cuatro Tour de Francia, a caballo de nombres como Lemond, Bobet, Hinault, Anquetil e Indurain, entre otros.
Esa es la dimensión de Chris Froome, y sólo con lograr lo que ha logrado en el Tour 2022, partiendo desde cero, merece toda nuestra admiración.
Imagen: A.S.O./Pauline Ballet
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