Noticias de ciclismo
Santini nos habla de las prendas para entrenar en interior
Publicado
2 años atrásen
Por
Iban Vega

Dos modelos de Santini para entrenar en casa estos días de confinamiento
Nos han pasado los consejos de Alessandro Vanotti, de Christine Majerus, del equipo Boels-Dolmans, y de Santini Cycling Wear para rodar bajo techo.
Los cicloergómetros, desde los más sencillos a los más sofisticados, son una alternativa válida a las salidas en bicicleta, para las que habrá que esperar a que acabe el estado de emergencia.
Una solución válida, pero que requiere la habitual atención técnica a las prendas que nos ponemos.
Nunca antes el entrenamiento entre las cuatro paredes de la vivienda había ocupado tantas líneas en las conversaciones por chat o en las publicaciones en las redes sociales: sentadillas, flexiones, estiramientos y carreras sobre la cinta de correr.
Sin embargo, para los ciclistas y triatletas, el entrenamiento en interior tiene solo un nombre: rodillos.
Junto a los tradicionales, la tecnología actual propone unos rodillos evolucionados y sofisticados, que pueden conectarse a internet para participar en retos planetarios y son capaces de medir parámetros cada vez más importantes como la potencia.
«Los rodillos son perfectos para los ejercicios específicos, como los de velocidad, intensidad y fuerza –confirma Christine Majerus del equipo World Tour Boels-Dolmans– y te permiten centrarte en tus objetivos. Yo me entreno sobre los rodillos en casa o en el jardín, y elijo entrenamientos breves, pero intensos, a menudo con el apoyo de carreras virtuales».
Y para disfrutar de una buena sesión de bicicleta en interior es necesario, además de un buen cicloergómetro, contar con algunos accesorios para contrarrestar al verdadero enemigo del entrenamiento en interior: el abundante sudor producido en una hora de bici.
«Es importante hidratarse correctamente, desde el día anterior a la sesión de bicicleta sobre rodillos, y entrenarse en un ambiente con una temperatura en torno a los 18 grados. Una esterilla, un par de servilletas e incluso un ventilador pueden resultar muy útiles, – continúa Vanotti– a lo que añadiría las prendas técnicas adecuadas que podremos considerar para las altas temperaturas: ligeras y, sobre todo, transpirables».
Para el entrenamiento en interior, Santini Cycling Wear propone los conjuntos Tono Studio para él, y Tono Chromosome y Tono Puro para ella
El kit para hombre Tono Studio está compuesto por un maillot ligerísimo y un pantalón corto con badana NAT con núcleo de gel con efecto refrescante.
La ligereza del maillot se consigue gracias a la combinación de tejidos de microrred, que lo hacen ideal para los entrenamientos en interior durante los que se puede sudar mucho.
Una prenda no solo ligera, sino también cómoda, gracias a las mangas en tejido Bodyfit cortadas sin dobladillo que no aprietan, y al elástico de la parte inferior del maillot, para que siempre esté en su sitio.
En combinación con el maillot, los pantalones cortos Tono Studio están fabricados con la badana NAT, con núcleo en gel NEXT de efecto refrescante, concebido para los entrenamientos largos, incluso sobre rodillos.
Los pantalones cortos ofrecen además un ligero efecto compresivo y se adhieren perfectamente a la pierna sin apretar, gracias al tejido Thunderbike Power.
Un efecto tatuaje que es sinónimo de vestibilidad óptima: en el interior del tejido se halla una trama de nido de abeja en silicona que mantiene los pantalones en su sitio en todo momento. Los tirantes elásticos sin costuras también garantizan la comodidad. El kit Tono Studio está realizado en cuatro variantes de colores vivos y con un estampado atractivo.
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Para las mujeres, la propuesta de Santini es el maillot Tono Chromosome en combinación con los pantalones cortos Tono Puro.
Estas prendas, así como toda la colección para mujer PE20 de la marca, han sido creadas en colaboración con la campeona del mundo de ciclismo de 2015, Lizzie Deignan. Los conjuntos de la línea han sido realizados siguiendo los consejos de la británica galardonada con el maillot arcoíris, para responder a las exigencias de las ciclistas. El maillot Tono Chromosome puede utilizarse en un rango de temperaturas desde los +18° a los +35° C porque está fabricado en una microrred ligera, característica que lo convierte en una prenda óptima para usar sobre los rodillos. Ligereza y comodidad, garantizada también por sus mangas sin dobladillo que no aprietan, para un maillot de colores muy chulos: amarillo Toscana con detalles en azul, negro con detalles en amarillo flúor, rosa flúor con detalles en azul y verde/azul rocío con detalles en rosa.
El maillot cuenta además con un estampado moderno donde los cromosomas femeninos son los protagonistas. Para llevar con este maillot, los pantalones cortos Tono Puro te permitirán entrenar con toda comodidad gracias a la badana GILevo, diseñada específicamente para las mujeres, y a los tirantes elásticos y transpirables que se adaptan al cuerpo.
Y para completar el conjunto, y evitar que las molestas gotitas de sudor lleguen a la cara durante la sesión sobre la bici, Santini propone la cinta Tono Chromosome, elástica y fabricada en tejido resistente y duradero.
«Y una vez concluido el entrenamiento, no olvidemos cuidarnos: es importante que nos cambiemos y estiremos – concluye Vanotti – y cuidar de la bicicleta: después de la sesión es preciso limpiar el sudor del bastidor».
Imagen: Christine Majerus
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Opinión ciclista
Girona Gravel Ride: En busca de ese punto épico
Publicado
17 horas atrásen
28 de junio, 2022Por
Iban Vega

En 78 kilómetros, la Girona Gravel Ride rodea Les Gavarres
El gravel pretende el ciclismo democrático, en el que todos tengan su terreno, su opción, la Girona Gravel Ride es el guiño de la Sea Otter Europe a ese ciclista que sale sin mirar el reloj porque la vista se pierde en el paisaje.
Por eso Girona Gravel Ride plasma en un recorrido de 78 kilómetros, en forma circular, con salida y llegada en la Sea Otter Europe, combinando todos los elementos del gravel: leyenda y suciedad, con dureza contenida, belleza en el paisaje y un punto de exploración.
Son 78 kilómetros y poco más de 770 metros de desnivel
No se buscan machadas, ni héroes, se requieren exploradores, con ganas de ver y experimentar un ciclismo que no es una moda, es una forma de entender la vida.
Girona Gravel Ride, las raíces
La vinculación de Girona con el ciclismo es un binomio que viene de largo.
Jordi Cantal, inventor también de la Pirinexus, entabló en su día amistad con los no pocos ciclistas profesionales que se instalan en Girona.
Algunos como David Millar, excéntrico, un historia en sí misma, y Michael Barry le preguntaban por algo diferente…
«Me pedían ir por pistas en pretemporada, no necesariamente por sendas de mountain bike y sí por lugares singulares que les evadiese de tanta carretera» rememora Jordi.
Han pasado más diez años de aquellas salidas de amigos, por medio de sitios inexplorados por muchos y hoy esas pistas son el «sofrito» de la prueba gravel de la Sea Otter Europe.
Girona Gravel Ride, el recorrido
Son 78 kilómetros para «disfrutar del gravel, con dificultad contenida y dos tramos tan solo de cierta dificultad técnica. Son sólo dos porque el objetivo es abrir el abanico a la mayor cantidad de gente que quiera disfrutar de una matinal de ciclismo tranquilo alejado del asfalto«.
La salida se toma mirando al Pirineo, desde el recinto de la Sea Otter Europe, dirección norte.
Son kilómetros llanos, en el sentido del río Ter, pistas cómodas y anchas.
La pista sigue su curso hasta que se gira a la derecha, en sentido a Les Gavarres, tras bordear el bello pueblo de Monells, un precioso conjunto medieval.
La primera subida se sitúa en la zona de Montnegre y luego dirección a Sant Miquel, un pequeño castillo que oteaba los valles hace varios siglos, aunque sin llegar al mismo.
Lo cierto es que el asfalto también aparece en alguna zona, hay algo más de veinte kilómetros, pero son tramos tranquilos, con el objetivo de enlazar sectores de tierra.
También se pasa cerca de otro punto emblemático entre los ciclistas del lugar, Els Angels.
El camino aquí ya es de vuelta, y por el Valle de Sant Daniel, siguiendo el río Galligants, el ciclista estará de nuevo en el recinto de la Sea Otter.


Entrada de nuevo a Girona
Se prevé que los corredores más veloces acaben la ruta en unas tres horas, y los que quieran paladear mejor cada recodo en cuatro o cuatro y media.
El gravel gana terreno «hace unos dos años que suena, a raíz de la Strade Bianche y mira qué recorrido a realizado. El sterrato, la tierra, tiene atractivo, es épico y hasta cierto punto heroico. A la gente le gusta» nos confiesa Jordi.
«Soy cada vez más amante del ciclismo clásico frente al carbono» añade.
Y concluye «que haya un poco de suciedad siempre está bien«.
La Girona Gravel Ride os ofrece ese punto épico en vuestra vida ciclista.
Ciclismo antiguo
Tour 1992, eso ya no volverá
Publicado
1 semana atrásen
22 de junio, 2022Por
Iban Vega

Por muchos motivos el Tour 1992 es irrepetible
El otro día me invitaron al ejercicio «friki» que el amigo Miguel González propone cada semana con su Pedal Vintage para hablar del Tour 1992.
La efeméride, ojo que pesa, cumple treinta añazos, treinta primaveras de nuestra vida que delata un poco la edad que tenemos cada uno.
Lo cierto es que sumergirse en un podcast tan metódico y concienzudo tiene ventajas intangibles, como el echar mano de los recuerdos que te quedan y de los que ya habías pasado página.
De aquel Tour guardo grandes instantes, como todos los que lo vivieron de mi generación o anteriores, pero hablar con Miguel tiene un plus de memoria que te hace entrar en trance.
Recordar y contar lo que tenemos sobre el Tour 1992 es un viaje a un ciclismo del que nunca quisimos salir.
Me pilló con la edad de mi hijo ahora mismo, con los mismos sueños y anhelos, con pensamientos tan alejados de lo que en realidad pasaba que hoy cuesta casi admitirlo.
Pero fue el primer ciclismo de los muchos que pululamos por las redes, el ciclismo de unos corredores que no pensaban en mañana, si podían competir con todo hoy, de unos ciclistas que afrontaban unas salvajadas de etapas que hoy no entrarían en el molde.
En la charla, con Miguel ya hablamos del prólogo de San Sebastián y cómo el dorsal 1, Miguel Indurain sale con todos los cohetes para ser el primer líder delante de su afición.
No contentos con eso, los grandes nombres ya se pusieron delante en el primer puerto de entidad, el Marie Blanque que no vio la QH este sábado, para empezar a marcar paquete.
Aquella carrera fue, podríamos decir, deforme, pues partía con varios condicionantes, la salida de San Sebastián diezmaba los Pirineos y se tenía que rendir visita a varios países europeos por el trabado de Maastricht.
Que la montaña estuviera concentrada no quitó que hubiera gresca casi a diario, un dato que refleja la cantidad de sprints masivos que se vieron.
Especial fue aquella etapa de Bruselas, bajo el diluvió, con el Kapelmuur y Chiapucci y Lemond poniendo las cosas muy tensas.
Fue un Tour de quiero y no puedo para muchos, pues lo que sucedió en Luxemburgo trascendió la historia: una crono, más de 60 kilómetros, tres ciclistas doblados y la seguridad de que mientras Indurain fuera de la partida y estuviera bien, el Tour no iba a ser para otro.
Para quienes dicen que una crono hace un daño terrible a una grande, la reacción monumental de Claudio Chiapucci en Sestriere, si no la etapa de nuestras vidas, en el top 3 de siempre.
Ese día Indurain sentenció el Tour, entre la nebulosa de una pájara final y la caída total de la oposición de Gianni Bugno.
Días así, de 60 kilómetros contra el reloj, de 250 kilómetros por la montaña, competidos como si no hubiera un mañana… eso era otro ciclismo.
Y ojo que no quiero decir que ese ciclismo fuera mejor, tampoco peor, era diferente, al que estaba acostumbrado entonces y sí, lo extraño.
El Tour que empieza en unos días casi no ofrece etapas que podamos imaginarlos llegando de uno en uno, al mismo tiempo empieza a anunciar superequipos que no dejarán nada al azar y el control numérico se impondrá.
Espero equivocarme, mientras seguiré recordando aquellas carreras que nos tuvieron seis horas delante de la televisión.
Imagen: Diario Vasco
Noticias de ciclismo
Pirinexus Challenge: la cara más amable y menos conocida de los Pirineos
Publicado
2 semanas atrásen
15 de junio, 2022Por
Iban Vega

Larga distancia, paisaje y ciclismo íntimo esperan en la Pirinexus Challenge
Hace diez años un reto se propuso un reto en la Unión Europea, su nombre fue Pirinexus y no era otra cosa que una ruta ideada desde el consorcio de Vies Verdes de Girona uniendo varios puntos a un lado y otro de los Pirineos.
Con un fondo comunitario dedicado a su creación, la ruta pasó del papel al territorio.
Se señalaron rutas, curvas, en medio de la nada, entre bosques, los contrafuertes de la montaña, un círculo en el mapa que creció y se hizo mayor con lo más importante, el beneplácito de los ciclistas.
La Pirinexus, como su nombre indica, unía lugares, puntos más allá de la frontera, el Vallespir con otros de Girona, ese sitio que alguien cinceló para que los ciclistas se explayaran.
Y para ello se dispuso de una ruta de 350 kilómetros por carreteras secundarias que invitaban a aquello que un día idearon los randonneurs, esos magos de la larga distancia, que encontraban el placer en el pedalear sin prisa, pero por horas y horas, por medio mundo.
En las entrañas de la Pirinexus
Jordi Cantal fue el ideador de todo esto.
Un día tomó un mapa, recorrió con su dedo el contorno de los Pirineos, pensó en lo que sería la Pirinexus y se propuso recorrerla en 24 horas, o menos.
“Me salieron veinte horas, al final. Me fui al Patronat de Vies Verdes para presentar un proyecto de reto, una challenge que se hiciera de un tirón pero en un marco horario: de sol a sol».
Así nació la Pirinexus Challenge, un libro de hojas blancas para el gravel tranquilo, que busca respirar en parajes únicos, íntimos, en terreno fronterizo.
En 2015 se celebró la primera edición, con doce equipos, pues se realizó a relevos.
Con el tiempo entró en el programa de la Sea Otter Europe, formando parte ahora mismo de su programa deportivo.
Este año será el 24 de septiembre.
Se trata de una propuesta diferente, porque es el ciclismo de larga distancia, el alejado de toda prisa y que respira en una cita de frenética actividad.
Un reto non stop que prevé reunir ciclistas con todo tipo de pretensiones: acabar, explorar límites y buscar la compañía del sol
Por delante una propuesta redondeada en 335 kilómetros, que se inicia de madrugada con tiempo para finalizarla hasta la media noche.
Un reto cambiante, con tierra y asfalto que propone diversión, variedad y ciclismo en esencia.
El lado menos conocido de los Pirineos
En el mapa sería el tramo más a la derecha, en la realidad son los Pirineos menos conocidos, aquellos que pierden altura porque el Mediterráneo les reclama.
La Challenge Pirinexus no pretende el Tourmalet, ni el Aubisque, pero el límite del horizonte dibuja el perfil mismo del placer.
Su desnivel, unos 3500 metros en 335 kilómetros, habla del placer de rodar y rodar.
Los tres grandes escenarios
Si la ruta ofrece sorpresas, ya vendrán, pero a priori la Pirinexus esconde algunos tesoros que pueden ser dibujados.
Uno es la bajada del Coll d´ Ares hacia el Vallespir, ya en Francia: “es asfalto rugoso, típico, los paisajes llenan la mirada”.
Otro el Coll de Panissar, que marca el regreso a Girona, cerca de Le Perthus, con L´ Empordá ahí abajo.
El último la leyenda e historia de Empúries y el eterno legado griego que nos ha dejado.
Mejoras en el recorrido
Para quienes tengan referencias de experiencias pasadas, hay que anotar algunas mejoras en el recorrido que evidencian la apuesta del territorio por esta fórmula.
Así las cosas, en el tramo de Sant Joan de les Abadesses a Ripoll se ha propuesto una vía completamente nueva que incluso incorpora algún puente.
También señalar que en Platja d´ Aro se han mejorado los carriles bici de forma paralela a la carretera.
Recordemos que este año la ruta será en sentido de las agujas del reloj…
Noticias de ciclismo
Un libro en homenaje de las bicicletas
Publicado
4 semanas atrásen
31 de mayo, 2022Por
Iban Vega

El libro pone en valor las bicicletas, el medio de transporte más utilizado
La editorial Takatuka ha publicado esta primavera «Bicicletas», un libro que pone de relieve la importancia de este medio de transporte y de práctica deportiva.
Escrito por Fleur Daugey e ilustrado por Karine Maincent, es un homenaje al vehículo más ecológico y sostenible, que revolucionó la historia de la humanidad.
Un libro ideal para los amantes de las bicicletas y el deporte
Con un lenguaje sencillo, fácil de leer y comprender, el pequeño lector conocerá la historia de la bicicleta y su evolución, desde el velocípedo hasta la BTT. Un gran invento del que cada año se fabrican 140 millones en todo el mundo, el triple que de coches. Gracias a él, muchos de nosotros podemos desplazarnos de una manera rápida y fácil para ir a trabajar, para hacer deporte o simplemente para pasarlo bien.
En este álbum ilustrado viajaremos a través de la historia y cultura de diferentes países para conocer la importancia y diferentes utilidades de este medio de transporte extraordinario.
Así conoceremos a Karl Drais von Sauerbronn, el inventor del velocípedo en 1817, antecesor de la bicicleta, o a Pierre Michaux quien en 1861 inventó los pedales para poner en ellos los pies y transmitir la fuerza de las piernas a la rueda.
Además, sabremos cómo la bicicleta ayudó a la liberación de las mujeres, hizo la revolución en China y sustituyó a los coches durante la Segunda Guerra Mundial, cuando había escasez de combustible. Y analizaremos los elementos que lo hacen un vehículo único e indispensable.
El libro también le dedica un espacio a las competiciones ciclistas como las carreras o las grandes vueltas que se celebran en diferentes países y que cada vez tienen más seguidores, sin olvidar las malas prácticas, como el dopaje, o las modernizaciones técnicas que ha ido adoptando la bicicleta.
Acompañado de atractivas ilustraciones coloridas, el texto nos invita a reflexionar sobre cómo la bicicleta puede formar parte de la solución para desplazarse y divertirse en el mundo sin perjudicar el medio ambiente.
Sobre su autora y su ilustradora
Fleur Daugey se formó en Piscología y Etología e inició su carrera trabajando en numerosas ONGs de protección de la naturaleza, antes de volcarse en la escritura y el periodismo.
Redactora durante tres años de la revista La Salamandre, trabaja actualmente como periodista independiente y autora para diferentes revistas y editoriales.
Karine Maincent es una diseñadora e ilustradora francesa, licenciada en la Ecole Supérieure d’Art et de Design d’Amiens.
En 2007 se fue a trabajar como diseñadora gráfica para el Instituto Francés en Cotonou, en Benin.
A su vuelta fundó en 2009 el estudio Tokpa, que le permite partirse el tiempo entre la dirección artística, la ilustración, la realización de reportajes ilustrados y la animación de talleres infantiles.



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Guiño a El Ciclista y el germen de lo que luego sería Meta2000.
No puedo menos que aplaudirlo
Harald "Bluetooth", unió todas
las tribus escandinavas en un solo reino.
La conexión "Bluetooth" recibe el nombre del Rey Diente Azul.
El logotipo es la unión de sus iniciales rúnicas
H (ᚼ) y B (ᛒ)
#TDF2022
#TourParaCuriosos
@JoanSeguidor & @FAremberg
Te lo contamos
⬇️⬇️ https://twitter.com/JoanSeguidor/status/1541823126983655424
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